Capítulo 17
🌙 Aullidos de Amor 🌙
Capítulo 17
Naruto gruñó cuando el viento le trajo el pestilente olor a sus fosas nasales. Se detuvo de golpe y se giró a la dirección de dónde lo había sentido, aunque tenía un ojo sobre Hinata que caminaba más adelante que él hacia la camioneta.
Por entre los copos de la nieve, observó los árboles que no estaban muy lejos de la calle principal. Dejó que sus ojos cambiarán para tener una mejor vista y se tensó enseguida al ver la sombra en uno de los árboles, cerca de las cimas. Apretó los dientes, sus colmillos reventaron en sus ansias mientras su cuerpo empezó a temblar con un gruñido continúo. Sintió a su lobo asechar hacia la superficie, pero lo mantuvo controlado mientras los oscuros ojos del lobo de Neji le devolvían la mirada. Hasta él llegó el bajo gruñido que soltó el macho y silencio la respuesta que quiso salir de él.
Su instinto le gritaba que se transformará y matará al macho que era una amenaza para Hinata, pero también sabía que no podía transformarse frente a ella. Le mostró los dientes a Neji, sabiendo que el macho vería la advertencia. Los árboles estaban lo suficientemente lejos para que los ojos comunes no pudieran verlo, pero no así para los lobos.
—¿Señor Uzumaki?
Se tensó cuando escuchó el llamado de Hinata a su espalda, pero se mantuvo con la mirada en el macho. Neji pareció escuchar también la dulce voz de la hembra ya que guió sus ojos a ella. Naruto estaba listo para transformarse si era necesario, pero no pudo más que asombrarse cuando él hombre lobo tiró la cabeza hacia atrás y lanzó un aullido lastimero.
—¿Qué ha sido eso?— preguntó Hinata asustada.
Naruto se mantuvo mirándolo aún, el macho saltó hacia el suelo y él se tensó, esperando que corriera a ellos. Pero Neji jamás salió del bosque, en todo caso se internó más en su interior, perdiéndose de vista rápidamente. Su lobo interior también aulló, pero era un llamado para atacar más que uno lastimero.
—¿Eso a sido un lobo?— preguntó Hinata más cerca de su espalda.
Naruto respiró profundamente, calmando sus instintos y cuando parpadeó volvió a su vista normal. Se volvió a Hinata le sonrió, aunque sabía que no llegaba a sus ojos.
— Creo que ha sido un perro—, le contestó intentando sacar el miedo que vio en sus hermosos ojos de luna llena.
Hinata frunció el ceño mientras abrazaba su estómago. Naruto notó como quiso ocultar su miedo, pero hasta él llegó el dulce olor. Suspiro y terminó de acercarse hacia ella, aunque el olor era atractivo y delicioso para su paladar, no le gustaba ver sus ojos desafiantes asustados. Se detuvo cuando estuvo tan cerca, que los ojos de ella se agrandaron, asombrados.
— ¿No me diga que tiene miedo a los perros?— preguntó intentando sacar su chispa rebelde.
Naruto empezó a respirar un poco más rápido cuando notó el subir y bajar de sus adorables pechos un poco más rápido. Notó, también, como sus ojos de luna se volvían brillantes de lujuria, tuvo que tragarse el quejido que quiso dejarlo cuando ella terminó mordiendo su tentador labio inferior. Observó, fascinado, como sus rectas paletas blancas apretaban su labio rosa mientras su exquisita esencia de mujer le llenaba las fosas nasales. Su cuerpo se endureció entero, su polla se llenó de sangre tan rápidamente que fue doloroso. Su tórax vibro con un gruñido silencioso.
Hinata sacó su pequeña lengua, mojando sus labios antes de contestarle.
—¿Perros? No. A los perros no—, aclaró—. Pero si a los lobos— murmuró.
Su lobo aulló con ganas de mostrarle que no tenía nada que temer de ellos. Su cuerpo estaba demasiado tenso, demasiado cerca del calor para controlarlo por mucho tiempo. Sólo tenía dos opciones, alejarse rápidamente de Hinata antes de hacer algo estúpido. Pero ya no pudo seguir peleando con su instinto.
Hizo lo estúpido.
Alargó la mano y la tomó del brazo, empujando su menudo cuerpo lleno de curvas contra su tórax duro. Hinata soltó un jadeó asombrado, apoyando sus manos en sus pechos entre ellos y tirando la cabeza más hacia atrás para seguir mirándolo. Naruto no pudo evitar la sonrisa pretenciosa que nació de sus labios cuando ella prácticamente se derritió entre sus brazos cuando la rodeó.
— Detenedme—, gruñó antes de bajar la cabeza y atacar su boca.
Aunque la urgencia corría por sus venas, como rió furioso, se concentró en ser lento y amable con la mujer. Ella no era una perra en celo. Sus labios, aunque eran duros, estaba saqueando más que explorando, su lengua fue lenta y sensual. Se tragó el gruñido cuando probó su cavidad dulce y deliciosa.
Hinata se rindió a sus labios y gimió mientras contestaba a su beso. A pesar de las capas de ropa, pudo sentir las puntas de sus pezones duros y aunque los copos de nieve caían sobre ellos, helados, el calor reventó entre sus cuerpos.
Naruto se apretó más contra ella, queriendo arrancar la ropa, la de él y la de ella, darle vuelta y montarla hasta poder pensar con claridad. Pero no podía separar su boca de ella, gruñó bajo cuando sintió las uñas de Hinata en su cuero cabelludo cuando sus brazos rodearon su cuello. Mientras ahora eran sus dientes los que le mordían el labio, flexionó un poco sus rodillas y cerró sus dedos en las mejillas llenas de su trasero, sintiendo la carne suave atraves del abrigo largo.
Hinata lo asombró cuando respondió mordiendo su labio también y rodeando su cadera con los muslo llenos, apretando los pies contra su trasero.
Naruto soltó su boca con un gemido, ambos respirando con dificultad.
— Dije que me detuviera —, jadeó con voz profunda, su aliento golpeando contra el rostro de Hinata.
Nunca espero que ella le sonriera, pasó una de las manos por su nuca y apretó las piernas en sus caderas. Naruto se tragó su gruñido cuando apretó el coño contra su polla dura como una roca.
—¿Por qué parar? Sólo se vive una vez—, murmuró con la misma dificultad para recuperar el aliento.
Naruto hizo un ruido ahogado mientras la apretaba contra el costado de su camioneta. Quería follarla más que su próxima respiración, pero debía calmarse. Él estaba entrando en el calor, él estaría muy salvaje, posiblemente la follaría hasta dejarla inconsciente o podría lastimarla gravemente si era demasiado agresivo.
Pero toda buena intensión salió volando cuando ella mordió levemente su barbilla para luego murmurar:
— Tu casa está más cerca, Naruto.
Su control se quebró.
Continuará...
Lo sé, soy malvada jaja. Nos leemos mañana! ❤️🤗😘
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