Capítulo 14
🌙 Aullidos de Amor 🌙
Capítulo 14
Hinata estaba adolorida y desorientada cuando los fuertes golpes en algún lugar la despertaron. Su cuello dolía mientras parpadeaba y miraba el retrete blanco frente a ella y empezó a temblar al ser consciente del frío que tenía su cuerpo.
Finalmente, recordó que no se había animado a salir del baño, y terminó durmiendo sentada contra la puerta justo frente al inodoro. Su trasero y espalda dolía como si le hubieran golpeado y se quejó cuando intentó levantarse.
Mientras la neblina del sueño se iba de ella, volvió a escuchar los fuertes golpes en la puerta principal de madera. Parecía que querían tirarla abajo. Por un momento, el miedo volvió a subir al recordar la horrible noche que había pasado. Los sonidos se habían detenido por tan sólo media hora, pero habían vuelto. En ningún momento se animó a salir de su habitación segura.
Estiró la mano para tomar el teléfono que aún estaba sobre la tapa del retrete y lo prendió, dándose cuenta que ya eran las nueve de la mañana. Después de desbloquearlo se dió cuenta que tenía varias llamadas perdidas de Naruto.
Hinata se levantó y se quejó mientras se estiraba y salió del baño cuando escuchó que los golpes eran más espaciados pero también más duros. Ella observó la puerta de entrada justo cuando era golpeada una vez. Parecía querer tirarla abajo.
—¡Voy!— gritó pasándose la mano por el pelo enmarañado.
Los golpes se detuvieron y ella escuchó la voz amortiguada de Naruto del otro lado.
— Señorita Hinata, ¿está usted bien?
Hinata se detuvo al frente de la puerta y se observó rápidamente el cuerpo. Llevaba el pijama rosa y peludo todo arrugado, y estaba segura que estaba totalmente despeinada. Ni siquiera se había lavado los dientes. Se mordió el labio mientras pensaba si abrirle o no la puerta a Naruto.
— ¿Señorita Hinata? — volvió a gritar del hombre desde afuera.
Hinata suspiró mientras secaba el seguro de la puerta y la abría con la llave. Dudó sólo un segundo, con la mano en el picaporte, pero terminó abriendo la puerta. Un siseo salió de sus labios cuando el viento helado se coló por la puerta y se corrió a un lado para dejar que pase el hombre y volver a cerrar la puerta. Naruto se puso de costado e ingreso rápidamente, cerrando la puerta tras su espalda.
Hinata dió un paso hacia atrás mientras se abrazaba el tórax, intentando mantener el poco calor que tenía aún. Ella le dió una rápida mirada a la chimenea y se dió cuenta que él fuego se había consumido, sólo quedaban pocas brazas. Luego miró hacia Naruto.
El rubio se agitó un poco, ella notó que le cayeron unos pocos copos blancos. Miró asombrada como el palmeaba sus manos cubiertas de gruesos guantes dejando caer más copos.
—¿Está cayendo nevada?— preguntó asombrada.
Naruto levantó un brazo cubierto por un grueso tapado negro y se sacó la capucha que tenía peludos en color gris. Ella se había sentido pequeña al lado de él, pero mucho más ahora que tenía un simple camisón de pantalones y camisetas peludos y pantuflas de ositos. Él parecía un enorme ropero al lado de ella. Tragó saliva con dificultad al ver sus zafiros sobre ella, primero mirando su rostro y luego bajo lentamente por su cuerpo.
Apretó más fuerte sus brazos sobre sus pechos cuando sus pezones se pusieron como cuencas duras gracias a la intensidad de sus ojos. Tuvo que bajar su mirada a la barbilla de él al sentir que su cara se calentaba.
— Suave..— murmuró Naruto con voz profunda, casi gruñona.
—¿Qué?— preguntó cuando no entendió si había escuchado bien, volviendo la mirada a sus ojos.
Naruto se movió un poco y carraspeo.
— Cae suave—, aclaró con la voz no tan profunda—. ¿La he despertado?— preguntó después de unos segundos en silencio incómodo, mirando hacia la cama desecha.
Hinata hizo una mueca, pero asintió.
— Si, acabo de despertar—, ni loca le diría que había pasado la noche en el baño.
Naruto alzó una ceja.
— Llevo golpeando la puerta más de quince minutos...
Hinata sintió que su cara se calentaba.
— Tengo el sueño profundo—, habló rápidamente.
Una sonrisa divertida curvó la boca tentadora del rubio hacia un costado.
— Casi tiró la puerta abajo. Lo siento. Por lo menos, ahora sabe que la puerta es resistente.
Ella se asombró un poco al saber eso, un sentimiento cálido la recorrió al saber qué Naruto había estado a punto de tirar su puerta al creer que ella estaba en algún peligro. Luego vino la culpa por no ser sincera con él.
— Lo siento— fue lo único que pudo decir.
El silencio volvió a caer sobre ellos y Hinata se lo quedó mirando. La sonrisa aún permanecía en sus labios, pero sus ojos recorrieron su cabello y bajó a sus pies. La sonrisa creció un poco más.
— Lindas pantuflas—, dijo algo divertido.
La culpa voló rápidamente para ser remplazada por la vergüenza y luego el enojo. Ella terminó levantando la barbilla y mirándolo desafiante.
— Son cómodas— casi gruñó al ver que él parecía más divertido cuando notó su postura a la defensiva.
— No lo dudo— dijo intentando ocultar su sonrisa, pero fracasando miserablemente.
Hinata hizo un mohin y luego tembló un poco al sentir frío de nuevo. Eso pareció no hacerle mucha gracia, ya que su sonrisa se borró y miró a la chimenea.
— Venía a enseñarle a prender el transformador, pero si desea lo puedo prender y hacer un poco de café mientras usted hace lo que tenga que hacer.
Hinata se mordió el labio y asintió rápidamente.
— Se lo agradecería, hace frío.
—¿Quiere que le traiga más leña?— Naruto observó la esquina donde él mismo había puesto la leña el día anterior y frunció el ceño—. ¿Hace cuánto se apagó el fuego? — preguntó al ver que había bastante aún.
— Humm.. no sé— dijo Hinata sin moverse aún y mordió su labio inferior.
Naruto alzó una ceja, pero asintió.
— No se preocupe, voy a avivar el fuego y prender la chimenea mientras preparó su café—. Él se movió hacia la chimenea mientras se abría y sacaba la campera.
Hinata se mantuvo en su lugar y siguió mordiéndose el labio mientras observaba la enorme espalda de Naruto con un buzo verde militar. Sus bíceps se apretaban en la tela y ella no pudo evitar ver su trasero musculoso en ese pantalón de algodón negro. Sus pechos se pusieron pesados y sintió que se le mojaba las bragas mientras él cosquilleo en su bajo vientre se despertaba.
Ella tuvo que tragar la baba que le lleno la boca cuando él se puso en cuclillas.
Se asombró cuando levantó la mirada y notó que Naruto la estaba mirando por arriba de su enorme hombro. Le dió una sonrisa que podría derretir su braga, y ella asintió con el rostro en llamas. Casi corrió al baño después de agarrar una toalla.
Cerró la puerta mientras suspiraba, más relajada al no estar en la misma habitación que Naruto. Esperaba que el hombre no hubiera notado su mirada sobre su trasero. Se movió hasta ponerse frente al espejo y el lava manos. Hizo una mueca al ver su cabello totalmente encrespado y enmarañado y su rostro rojo.
— Mierda...— murmuró.
Continuará...
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