El corazón de Gunwook dió un salto de emoción y nerviosismo cuando finalmente entró a la cafetería. Compró rápidamente la comida de Ricky y decidió acercarse con una sonrisa cautelosa, sin estar seguro de cómo sería recibido.

—¡Taerae! ¿Qué sorpresa verte aquí? —saludó Gunwook, tratando de sonar casual.

Taerae levantó la vista de su computadora, fingiendo sorpresa al ver a Gunwook.

—Hey Gunwook, siéntate si quieres —invitó Taerae, apartando algunos libros de la mesa y señalando la silla frente a él.

Gunwook aceptó la invitación con entusiasmo y se sentó, tratando de ocultar su nerviosismo detrás de una expresión relajada.

—¿Qué tienes ahí? —preguntó Taerae, señalando el maletín que Gunwook puso sobre la mesa.

Gunwook sonrió, encantado de compartir.

—Ah, esto es mi equipo. Estudio fisioterapia, así que siempre ando con mi maletín de herramientas.

Taerae arqueó las cejas, intrigado.

—¿Fisioterapia? Eso suena interesante. ¿Por qué decidiste estudiar eso?

Gunwook reflexionó brevemente antes de responder.

—La verdad es que soy un gran fanático de Haikyuu, es un anime de voleibol —sintió que se sonrojaba un poco—. Y bueno, me gustó la forma tan realista de relacionar la condición del cuerpo humano con el deporte. Así que investigué sobre cómo el cuerpo puede sanarse a sí mismo con el enfoque adecuado.

Taerae quedó sorprendido con la respuesta tan sincera que recibió. Le pareció increíble y hasta cierto punto tierno. Dejó de observar los atrayentes brazos de Gunwook que inconscientemente estaba mirando desde que el otro se sentó con el y decidió prestarle toda su atención a la charla. Podía decir fácilmente que Gunwook era un buen conversador. Taerae asintió, mostrando interés genuino.

—¡Vaya, eso suena admirable! ¿Qué tipo de herramientas llevas en tu maletín?

Gunwook abrió el maletín con alegría, revelando una variedad de herramientas como vendajes, bolas de terapia, y hasta un goniómetro.

—Estas son algunas de las cosas que utilizamos para evaluar y tratar problemas físicos. Es increíble ver cómo pequeñas intervenciones pueden marcar la diferencia en la recuperación de alguien —explicó Gunwook, con una chispa de entusiasmo en sus ojos.

Taerae sonrió, impresionado por el compromiso y la dedicación de Gunwook. —Realmente eres alguien increíble.

—Así que viste haikyuu, un anime de voleibol. —recapituló Taerae— ¿Y a pesar de tu altura y buena forma física, decidiste ser un fisioterapeuta en lugar de un jugador profesional?

Gunwook sonrió lindamente sin pensarlo demasiado. —Si.

Taerae no pudo evitar soltar una risa.

—¿En serio, Gunwook? Con esa altura y cuerpo, pensé que estarías en la cancha, no rehabilitando a otros.

Gunwook le devolvió la sonrisa cuando un golpe de comprensión llegó a él. —Mira, me di cuenta de que preferiría ayudar a los jugadores a recuperarse en lugar de ser uno.

Taerae continuó riendo. —Está bien, entonces eres un fanático de anime sobre voleibol, y decides convertirte en fisioterapeuta. ¿Cómo llegaste a esa conclusión?

Gunwook se encogió de hombros con una expresión cómplice. —Supongo que prefiero cuidar a los jugadores desde el lado de la cancha en lugar de ser el centro de atención. Además, siempre habrá tiempo para disfrutar del anime después del trabajo.

Aunque Gunwook se esforzaba por mantener la compostura, no podía evitar que su corazón latiera más rápido al darse cuenta de que estaba compartiendo sus gustos con Taerae.