09
Luego de que Taerae golpeara a Matthew unas cuatro veces más, decidió que lo más civilizado era hablar. Los tres se sentaron en la sala y finalmente Gunwook y Taerae se presentaron. Gunwook explicó todo lo que había ocurrido para llevarlo hasta ésta situación. Taerae golpeó una vez más a Matthew alegando que debió decírselo primero y éste se disculpó.
— Prometo que solo me quedaré hasta que encuentre un lugar fijo para mudarme.
Taerae no estaba seguro. Conocía a Matthew, y probablemente había conocido a Gunwook el día de hoy y al escuchar su triste historia le abrió las puertas de su casa sin pensarlo dos veces porque a decir verdad, nunca piensa.
Matthew había dicho que lo conocía hace meses, no había razón para dudarlo, pero Taerae era todo un paranoico y quería pedirle a Gunwook todos sus antecedentes para asegurarse de que no estaba dejando entrar a un ladrón. También quería pedirle su número de celular porque maldita sea Gunwook estaba en buena forma.
— Hasta pondremos reglas y todo eso que te gusta para que no te preocupes. —Matthew dice y rodea a Gunwook con su brazo—. Es un buen tipo.
Gunwook asiente y le sonríe un poco apenado por la situación. Taerae entonces nota lo bonitos que son sus ojos. Y bueno, también nota que Gunwook es exactamente su tipo, todo sonrisas y brazos fuertes.
Parpadea dos veces, necesita concentrarse. Taerae estaba intentando mantener una conversación seria con Gunwook, pero sus palabras se perdían en la sonrisa deslumbrante y los músculos bien definidos de Gunwook.
— Entonces, pensé que podríamos... —comenzó Gunwook, pero Taerae se perdió en sus propios pensamientos al ver cómo los músculos de los brazos de Gunwook se contraían sutilmente mientras hablaba.
— ¿Taerae? ¿Estás escuchando? —preguntó Matthew, con una sonrisa divertida.
Taerae parpadeó, tratando de volver a la realidad.
— Sí, sí, claro. —Parpadea una vez más—Continúa.
Gunwook continuó, pero Taerae se encontraba nuevamente perdido en la visión de aquellos ojos centelleantes y la sonrisa que parecía iluminar la habitación. De pronto todas sus preocupaciones acerca de la irresponsabilidad de Matthew dejaron de ser importantes. De todas formas, ¿de qué estaban hablando hace un momento?
— ¿Taerae? —llamó Gunwook, esta vez con una ceja alzada.
— ¡Sí! Lo siento, me distraje un poco. ¿Puedes repetir lo que dijiste? —admitió Taerae, riendo nerviosamente.
Gunwook rió con complicidad. — Estaba diciendo que si entonces estabas de acuerdo con que me quede con ustedes.
Taerae asintió, aunque su mente aún divagaba entre la conversación y Gunwook. "Sí, suena genial. Quédate.", respondió, intentando centrarse y no perderse nuevamente en la distracción embriagadora que era Gunwook.
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