ChanMin despierta con un fuerte dolor de cabeza, cuando hace esta hacia un costado, se encuentra a un hombre dándole la espalda, nota como tiene unos pequeños lunares en zonas diferentes. Recordando lo pasado, extiende su mano para trazar líneas imaginarias por cada círculo. El castaño comienza a despertar, se da la vuelta tomándole la mano, y una sonrisa se forma en sus labios. «Es mucho mejor en las mañanas» Piensa, viendo cada facción de su adormilado rostro. Recuerda como la tocó, es un experto en eso, sin duda no se arrepiente de haberse entregado al Kim una noche. Lo deseaba más que nunca, cayó ante los escantos de Príncipe del Americano.

—Buenos días, Señorita Kim.—había olvidado que sus apellidos eran los mismos— ¿Cómo amaneció?

—Satisfecha.—logró admitir sin vergüenza— ¿Y usted, Señor Kim?

—Increíblemente erecto.—por sus palabras, la chica bajó sus ojos hacia la parte baja de las colchas, siendo verdad, un bulto se mostraba allí. Con una risa saliendo de sus labios se sentó en la cama, cubriendo sus pechos con los brazos— Pero supongo que no hay tiempo de acción, ¿Me dejas usar tu baño?

—Todo tuyo.—asintió.

El joven se levantó, dándole la espalda, se colocó unos bóxer azules para asi caminar hacia afuera de la habitación, antes de salir, la observó con coquetería.

—¿Me acompañas?

—Me agradaría, pero no hay tiempo. Tengo que organizar los papeles para hoy.

—Aguafiestas.—canturreando se fue por el pasillo hacía el baño.

Una vez estando sola, se levanto para comenzar a cambiarse rápidamente, eran exactamente las seis en punto. A las siete entraba a la oficina, y a las ocho tenía una reunión administrativa para presentar su modelo económico que llevaría en la empresa, era algo importante a lo cual no podía faltar. Estar con TaeHyung fue como algo desestresante, la ayudó a sentirse más confiada de sí misma, y además, tener sexo luego de un largo tiempo sin siquiera tocar un pene. Un grito proveniente del baño la hizo dar un brinco asustada, sin sus tacones puestos corrió hacia allá. La puerta estaba sin cerrojo, pudo entrar fácilmente.

Noto al Kim con algo entre sus manos, desnudo y mojado, el agua seguía saliendo de la ducha.

—¿Qué sucede? Me has asustado.—tocó su pecho con preocupación.

Entonces, TaeHyung giró, sosteniendo aquello, se lo mostró con asco.

—¡Es una puta cámara! —gritó.

—¿Q-Qué? —se lo arrebató de entre las manos para examinarlo, cuando vio la galería, su corazón comenzó a acelerarse a medida que pasaba los videos grabados— ¿C-Cómo puede ser? —lágrimas comienzan a acumularse en sus ojos, desperada observó al castaño en busca de respuestas— ¡¿De donde la tomaste?!

—Estaba oculta, es muy pequeña. Quien la colocó fue astuto, sabía bien de dónde dejarla para que no pudieras notarla a simple vista.—señala los estantes de arriba, había tantas cosas desordenadas que a penas arreglaba esa parte, y con la cámara siendo tan diminuta, no noto por un segundo que esa cosa la grababa— ChanMin...

—¿Cómo la viste?

—En algún momento escuche como se le acababa la batería, parece que la quitan y la vuelven a colocar. Tú...

—Alguien me esta observando.—completó.

En su propia casa, en cada momento, él la observa.