O1O
YoonGi mostraba una expresión taciturna en su rostro a medida que la mujer frente a él comenzaba a desesperarse, ingenuamente corrió hacia la entrada, tratando de salir, pero fue imposible debido a que esta se hallaba cerrada con llave, y no sabía el código para abrirla. Gritó con fuerza para que algún vecino la escuchase, pero de todas formas tampoco iba a funcionar, las paredes o la puerta estaban diseñadas para que nada saliera de allí. No la iban a oír por más que gritara con todas sus fuerzas. Remojo sus secos labios al detener la grabación, en el momento exacto que ambos mayores tenían un placentero orgasmo. Se levanto del sofá, haciendo su largo cabello hacia atrás.
Al girar, ChangMin vio una cicatriz en la frente del adolescente.
—Como notarás, no soy específicamente una belleza. —se acercó, a paso lento la acechaba con una espeluznante sonrisa en su rostro— Tú y yo somos muy diferentes, Noona. Eres una persona hermosa que encanta a todo el mundo, ¿Y yo? Soy alguien que vive en las sombras condenado por la cara que forme. No tengo oportunidades, eso me ha deprimido por años. Pero verte a ti... es maravilloso.
—Y-YoonGi, déjame ir, por favor. No le diré a nadie de esto.—sollozaba, aferrándose al picaporte de la puerta.
El aludido negó, estando a sólo centímetros.
—Mi madre cree que estoy loco, me advirtió que no jugará contigo porque eres bondadosa. Eso me hizo quererte más, Noona.—su respiración ahora estaba chocando contra su rostro, asustada quiso apartarlo, pero era imposible, él necesitaba tocarla.
—Detente, esto esta mal. No cometas una locura YoonGi.—de un segundo a otro lo tenía pegado a su cuerpo sin oportunidad de quitarlo.
El chico suspiró con placer cuando sus manos fueron a parar a sus caderas cubiertas por el saco gris
—Eres una promiscua, te vi con otro hombre apuesto.—formulaba, tocándola por todas partes. ChangMin lloraba— ¿Por qué lo hiciste? ¡Contesta! —gritó, estrellando su mano contra la mejilla de la femenina, cayó al suelo por el impacto, sorprendida tocó su mejilla— ¡Yo... yo debo ser el único! ¡Debías ser solo mía pero te metiste con otro! ¡¿Por qué lo hiciste?!
La desesperación en sus ojos negros eran similar a los de un psicópata, sus gritos aturdian a la mujer frente a él, la asustaba con cada exclamación. Decía quererla para si mismo, pero para ella era un niño con delirios. Jamás podría amar a una persona tan enfermiza, odiaba a cualquier ser humano de ese estilo. Sin embargo, por más que le desagradaba el toque de Min YoonGi, este la volvió a sostener entre sus brazos y la empuja hacia nuevamente la sala, tirandola sin cuidado sobre el sofá.
Estaba perdida.
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