I Just want Your Attention
Un nuevo día daba inicio y, con el, un adormilado omega pelirosa se disponía a salir de la calidez que le proporcionaba su suave cama.
Se deslizó lentamente hasta estar en pie. Bostezó, restregándose un ojo antes de empezar a arrastrar su aún entumecido cuerpo a través de su bonito apartamento con destino a la cocina. Una vez allí, encendió la cafetera eléctrica -la cual siempre preparaba la noche anterior- y se dirigió a la nevera para sacar un pequeño bol con frutas picadas.
La sonrisa que surcó sus labios fue indetenible tras recordar cómo el día anterior su jefe se había acercado hasta él para entregárselas. Si bien no tiene idea del motivo de dicho regalo ya que no había sido su cumpleaños ni nada por el estilo, las aceptó gustoso.
Y ¿cómo no hacerlo, si se las había regalado el alfa que había secuestrado su cordura? Min Yoongi.
Aunque, ahora que lo pensaba, podría haber sido un obsequio de parte de algún o alguna omega o un beta. Quizás Yoongi lo había aceptado por educación y luego simplemente se lo había entregado la primera persona que vió. O sea, a él.
Por otro lado, era extraño que alguien rechazara frutas ¿Será que no le gustaban? Nah, eso era absurdo. ¿Acaso no lo había escuchado imnumerables veces decir que le encantaban las frambuesas?
Definitivamente debía dejar de pensar al respecto y apresurarse.
Una vez hubo terminado con su desayuno, regresó hasta su habitación a buscar los neceseres para su aseo mañanero.
Ya frente al espejo, aseado, vestido y peinado; se miró desde varios ángulos comprobando que todo estuviera en orden.
Tomó el ascensor para bajar los cinco pisos de por medio y cruzó la puerta del edificio con una sonrisa de bienvenida al aire fresco que golpeó su cara. Fue en dirección a donde estaba su auto aparcado y poniéndolo en marcha recorrió, en cuestión de quince minutos, la distancia que lo separaba del modesto edificio de dos plantas en el cual trabajaba desde hace casi un año.
Muchos pensarían que estaba loco por haber rechazado buenos puestos de trabajo en empresas de renombre y ya consolidadas, mudándose de su natal Busán y trasladándose hacia Daegu para ocupar un puesto en una empresa fundada hace poco más de un año por cuatro alfas emprendedores.
Ciertamente, la paga no era tan generosa como alguien con su preparación y posibilidades habría esperado, pero el dinero no había representado absolutamente nada para él cuando todo su ser reaccionó de forma instantánea ante cierta mirada gatuna. La sensación había sido simplemente indescriptible e inigualable, provocándole un tumulto de emociones que ni siquiera era consciente que podía sentir por alguien.
Hechizado. Esa sería la palabra que mejor podría explicar el motivo de su loca obstinación por obtener la atención de alguien que apenas notaba su existencia a pesar de los meses que llevaba trabajando para él.
Llegó hasta su escritorio donde lo esperaban -como cada mañana y sin falta- aquellas pastillas de menta y los chocolates con almendras, cuyo aroma combinado lograban encandilarlo de manera eficaz.
Inhaló hasta sentirse embriagado y tomó asiento, dispuesto a iniciar con sus pendientes aunque aún faltaran varios minutos para que oficialmente iniciara su horario laboral.
--Buenos días, Jimin. -aquella voz extrañamente grave para un omega logró romper la concentración en la que se había sumido en cuestión de segundos --¿Tan temprano y ya trabajando?
Observó la sonrisa cuadrada que le era dedicada. Taehyung era una de las personas más agradables y simpáticas que conoció tras empezar su trabajo allí.
Aunque, en su opinión, el chico era un tanto extraño debido a que siempre le daba la impresión de que su mirada y sus palabras sugerían más de lo que expresaban.
--Sí, ya sabes. Me gusta aprovechar el tiempo.
Taehyung rió como si algo en su respuesta le hubiera causado gracia
--Quizás yo debería hacer lo mismo. -comentó como ausente --Puede que para mañana obtenga mandarinas o varios trozos de roble sobre mi escritorio si le demuestro a mi jefe que al menos soy tan eficiente como tú. Aunque bueno, creo que el roble no sería muy práctico, así que mejor que sea sándalo...
Jimin escuchaba enmudecido los balbuceos sin sentido aparente del más alto. Podría estar desconcertado de no estar ya acostumbrado a ese tipo de situaciones.
Porque bueno, Tae era Tae...alguien inusual y extraordinario...
El incremento del aroma dulzón del otro omega saturando el aire lo hizo mover de lado a lado su pequeña nariz a la par que su ceño se fruncía.
No es que le disgustara el olor a manzanas, caramelo y vainilla pero, este le privaba del exquisito olor que tanto adoraba.
--Taehyung, ¿no crees que es algo temprano para que estés tan parlachín? -la llegada de Yoongi, aquel alfa de piel pálida, cabellera negra como el ébano y mirada penetrante, provocó tal emoción en el lobo de Jimin, que la parte humana se obligó a bajar la cabeza para no exhibir su estado --Deberías irte, ya Hoseok está en su oficina.
--Sí, ya me voy. Señor gruñón. -canturreó, con la confianza que su cercanía y amistad le proporcionaban, marchándose con evidente emoción hacia la oficina de su jefe.
--Buenos días, Jimin. -musitó el mayor a la espera de que el nombrado le permitiera ver su rostro y no solo su rosada cabellera.
--Buenos días, señor Min. -se felicitó internamente porque su voz no denotara lo nervioso que se había puesto ante la presencia adversa.
Y de su delicioso aroma natural.
Sin embargo, no le dedicó más que una fugaz mirada cuando este se dirigía a su oficina.
Exhaló un sonoro suspiro antes de tomar varias carpetas y la agenda electrónica, poniéndose sobre sus pies para adentrarse al sencillo espacio donde el aroma a jazmín reinaba de manera artificial.
Eso era una de las cosas que jamás había comprendido...La fascinación del azabache por ese olor floral en específico.
--...¿Jimin? -llamó por tercera vez Yoongi, mostrando un gesto preocupado cuando el omega dió un respingo.
--L-lo siento. -se disculpó verdaderamente apenado y reprendiéndose por su despiste --Aquí están los nuevos contratos y dentro de una hora será su desayuno de negocios con los Lee.
--Muy bien, gracias. -se aclaró la garganta cuando el de mejillas abultadas se giró para marcharse
--¿Vendrás con nosotros esta noche? -mantuvo su rostro inexpresivo aún ante el desconcierto ajeno.
--¿Esta noche?
--Sí, ya sabes. Hoy es ese día del mes en el que nos reunimos para beber y disfrutar un rato.
--No lo sé, yo...
--Deberías venir, hace mucho que no lo haces. -le recordó con voz suave pero seria que puso aún más nervioso al omega.
--Veré si voy. -murmuró, sintiéndose regañado por la intensa mirada que le era dedicada y que no era capaz de sostener ni por asomo.
Por la Luna que no sabía lo que le había pasado a su personalidad en esos últimos meses.
Si bien él nunca se ha considerado una persona atrevida, se sabía poseedor de una sana seguridad en sí mismo que, como mínimo, le permitía mostrar una actitud relajada y tranquila.
Porque ¡rayos! sabe que es bonito, tiene buen cuerpo y es listo...además de que huele delicioso...todos se lo han dicho a lo largo de sus cortos veintidós años. Sus posibilidades de triunfo son altas.
Y, sin embargo, aún no ha sido capaz de dar ni un solo paso en dirección a la conquista del alfa. Ese que lograba minar su confianza y dejarlo hecho un manojo de nervios con tan solo su cercanía.
Diablos, estaba jodido.
Fue hasta su escritorio y suspiró con pesadez.
Necesitaba dar inicio a una estrategia de seducción antes de que alguien más se le adelantara. Ya era casi un milagro que el pelinegro no saliera con nadie. Pero, ¿qué tanto le duraría la suerte?
--Hey, Jimin. -llamó un risueño y simpático alfa que siempre poseía una sonrisa en sus labios. Este era, aparte del mejor amigo del pálido, uno de los co-fundadores del lugar
--Lamento interrumpir tus suspiros pero, necesito hablar con Yoongi, ¿Está ocupado?
--No, señor Jung. -se apresuró a responder con la cara ardiendo por la sonrisa traviesa que Hoseok le dedicaba --Puede pasar.
Se hundió un poquito más en su asiento debido al bochorno que le causaba que el alfa con olor a cítricos y madera siempre solía encontrarlo en medio de sus divagaciones.
Estaba seguro que este pensaba que estaba loco o que era raro, y bien podría sentirse incómodo al respecto, después de todo, el chico de bonita sonrisa era muy apuesto al igual que también lo eran los otros dos socios: Kim Namjoon y Jeon Jungkook. No obstante, ninguno de los tres alfas lograban en él lo mismo que el de mirada gatuna.
Y aún si lo hicieran, no estaba seguro de querer luchar contra Taehyung, Seokjin o Yugyeom.
[.]
Al terminar su horario laboral, Jimin organizó su espacio antes de proceder a despedirse vía telefónica de su jefe, quién no dudo ni un segundo en recalcarle que no debía faltar a su pequeña reunión de amigos.
Con la total convicción de que esa sería su noche, encendió nuevamente su auto y se dirigió hacia donde su estilista. Tenía que lucir mejor que nunca y para eso debía empezar por retocar su cabello y hacerse otro manicure.
[.]
El reloj marcaba las ocho y dieciete minutos cuando el omega retornó a su hogar, contaba con exactamente trece minutos para alistarse y llegar al club donde se reunirían.
Podía hacerlo. -se animó mientras se apresuraba hacia la ducha para darse un baño rápido.
[.]
Nueve en punto.
Jimin siseó una maldición por lo bajo, estaba media hora tarde. Lo bueno es que se veía estupendo y que ya estaba en el lugar. Se abrió paso entre la gente, era increíble la concurrencia a pesar de que estaban entre semana.
Rápidamente, localizó a Taehyung elevando y moviendo los brazos al ritmo de la música que sonaba en el momento; a su lado estaba Hoseok, sonriendo de manera boba mientras que Namjoon y Seokjin compartían una bebida y Yoongi miraba su teléfono celular con rostro serio.
¡Diosa!, su corazón empezó a latir de manera anormal. Llevó su diestra a su pecho y se recordó que debía hacer las cosas bien.
A paso lento pero decidido, se encaminó hasta donde estaban todos, notando entonces que Jungkook y Yugyeom estaban en la pista de baile moviéndose de una manera lenta pero sensual. Desvió su vista nuevamente, topándose con que el alfa dueño de sus suspiros caminaba en su dirección.
Esta vez sintió a su corazón estrellarse contra su pecho de repente, su respiración se alteró y sus manos empezaron a humedecerse. Consideró salir corriendo de allí pero ya era demasiado tarde.
--Viniste. -comentó con voz suave y complacida el mayor, provocando que el frenético corazón del bajito hiciera una dramática pausa que logró desestabilizarlo en cuestión de segundos --¿Estás bien?
La grave voz teñida de genuina preocupación lo hizo ser conciente de que era sostenido por la cintura y de que prácticamente estaba recargado sobre el otro.
Su lobo aulló de euforia ante el potente aroma a menta y chocolate. Tuvo que luchar contra las ganas de enterrar su nariz en el cuello ajeno y disfrutar a sus anchas directamente de la fuente que producía su olor preferido en todo el mundo.
Por su parte, Yoongi no estaba tan dispuesto a privarse de hacer aquello que llevaba tiempo anhelando ya.
--Y-yoongi...pero, ¿Qué haces? - cuestionó cuando la cara del nombrado estuvo entre su hombro y cuello, enrojeciendo ante las sonoras inhalaciones que este llevaba a cabo sin verguenza alguna.
--¿Por qué hueles tan bien? -medio ronroneó desde su posición, estremeciendo al más joven cuando las vibraciones de su voz chocaron con su sensitiva piel.
Porque lo que inicialmente sería una ducha rápida, se convirtió en un baño con sales para potenciar mi aroma. -quiso responder, más no lo hizo por pudor.
--Me encantaría quedarme aquí para siempre. -tomó una nueva bocanada de aire y pudo jurar que el dulce olor de las frambuesas se instaló en su paladar. Sin reparos, apretó un poco más el delicado pero firme cuerpo del omega al suyo a la par que deslizaba la lengua hacia afuera de manera juguetona.
--Aaah~, n-no hagas eso. -lo que se supone era una protesta, salió en forma de un gemido que alteró aún más al azabache.
Yoongi se obligó a apartarse del pelirosa antes de cometer alguna acción que sobrepasara los límites de lo que era correcto o no hacer en público. Con su autocontrol pendiendo de un hilo, decidió que lo mejor era dejarse de juegos y comportarse como el adulto que era.
--Ven, vamos. Los chicos están esperando. -la mirada avellanada recayó de inmedianto en cómo su pequeña mano era suavemente envuelta por la ajena, la cual era notablemente más grande y se sentía fría al tacto. Como era costumbre, mantuvo su mirada alejada de la contraria, por lo que no pudo apreciar la forma en la que Yoongi lo observaba entre maravillado y enternecido.
Sin pensarlo, se dejó arrastrar en dirección hasta los demás que estaban todos reunidos, con su atención volcada en ellos. Parecían a la expectativa, cosa que lo desconsertó. Principalmente por el actuar de Taehyung, que hacía un puño en el aire en señal de victoria.
--Toma asiento. -dijo el pálido en dirección al de mejillas abultadas que parecía algo perdido y confundido, mirando a cada uno de los presentes a la vez que intentaba controlar la incomodidad que le provocaban todas esas miradas sobre él.
¿Por qué rayos lo miraban tanto? Incluso Jungkook y su pareja, quienes eran siempre los más reservados, se daban miraditas mal disimuladas que le dejaban claro que mantenían una conversación sin palabras.
--Ya hermano, acepta que perdiste la apuesta y págame mi dinero. -farfulló con voz pastosa Namjoon, extendiendo su palma abierta en dirección a Yoongi mientras sonreía con complicidad.
Jimin estuvo a punto de dejar pasar ese extraño comentario. Pero, entonces, notó cómo Seokjin se atragantaba con su bebida y el resto palidecía como si alguien hubiera cometido la imprudencia de revelar un secreto.
Miró a Yoongi, que a su vez asesinaba a Nam con la mirada.
¿Dinero?
¿Apuesta?
Confundido, retrocedió un paso, captando la atención del pelinegro por lo que sus miradas conectaron, instintivamente quiso mirar a otro lado pero la culpabilidad brillando en los oscuros orbes logró atraparlo varios segundos antes de que su cerebro hiciera clic.
Yo soy la apuesta. -dedujo, ya con sus ojos húmedos.
--¡Jimin! -vociferó, haciéndose escuchar por sobre la música cuando el menor echó a correr fuera de allí.
--Rayos, Nam. Si no fuera porque yo mismo te emborraché, te juro que te pondría en abstinencia por un año completo.
--Pero ¿yo qué hice? -le cuestionó confundido a un Seokjin de mirada recriminatoria.
--Sería bueno que fuera tras él. -aconsejó Taehyung mientras que Hoseok y Jungkook asentían de acuerdo.
Yoongi corrió como si su vida dependiera de ello, perdió bastante tiempo intentando pasar por entre el tumulto de gente pero, por suerte, el omega pelirosa también había perdido tiempo vital de escape en ello; por lo que cual lo encontró en el estacionamiento, intentando meter la llave en el contacto y fallando seguidamente debido a lo temblorosa que estaba su mano.
--Jimin, por favor. Deja que te explique. -suplicó con su corazón apretado al ver el estado del más joven.
--Lárgate, maldito. No quiero verte nunca más en toda mi vida.
Escuchar la normalmente dulce voz del omega, ahora ronca, le sentó como un puñetazon en el estómago.
--No es lo que crees. Por favor, hablemos. No te puedes ir así.
Un sollozo de frustración abandonó los abultados labios cuando la llave terminó cayéndosele de las manos. Pese a que el alfa era el culpable de su estado, él no quería que este lo viera llorando.
--No, deja de llorar. Te juro que...
--Déjame. -chilló con voz quebrada y sus mejillas empapadas de llanto
--Vete y déjame solo. Ve a celebrar tu estúpida apuesta.
--Ábreme la puerta. -ordenó, entrando en desesperación debido a que el omega ya estaba intentando dar con la llave nuevamente --Jimin...soy tu jefe, te ordeno...maldición.
La frustración se adueñó de él cuando escuchó el motor en marcha por lo que, sin pensarlo, se colocó delante del coche para que no pudiera irse sin antes tener que atropellarlo.
--Más te vale que te muevas o... -intentó que su voz sonara amanezante, fingiendo estar dispuesto a todo. Mas terminó por dejar caer la cabeza sobre el volante después de apagar el motor al ver la determinación de los ojos contrarios que le aseguraban que este no estaba dispuesto a ceder.
--Sal, hablemos. -intentó nuevamente, suspirando de alivio cuando la ventanilla del copiloto se deslizó hacia abajo --¡Por la Diosa! gracias por escucharme.
Prácticamente se abalanzó hacia el auto, creyendo ingenuamente que había ganado la disputa. Por lo que las siguientes palabras del menor o tomaron por sorpresa.
--Renuncio. Regresaré mañana mismo a Busán, fue un error venir aquí... -farfulló Jimin sin mirarlo, mordiéndose el labio inferior para reprimir un nuevo sollozo lastimero.
--¡No, no puedes! -gritó casi aterrado
--Me gustas, siempre me has gustado ¿entiendes?
--Si, claro. -maldijo internamente al otro por jugar así con sus sentimientos --Me tengo que ir. Adiós, Yoongi.
--¡Demonios, no! -exclamó con frustración y entrando en pánico --¿A qué huele todo el tiempo mi oficina, Jimin?
--¿Qué importa eso...?
--A jazmín. -respondió a su propia pregunta --¿Y quién posee el olor a jazmín más endemoniadamente adictivo y delicioso que he conocido en toda mi vida?....Tú. -respondió nuevamente --Como frambuesas todo el tiempo solo porque es parte de tu aroma natural y la vainilla...Me encanta tu olor, Jimin. Me encanta todo de ti.
Un silencio significativo se instauró entre ellos, en donde ambos se limitaban a observarse con detenimiento. La mirada suplicante de Yoongi logró traspasar la pequeña muralla que Jimin recién estaba levantando.
--¿Hablas en serio? -musitó, un poco renuente todavía a creer, pero con su lobo bailotenado en su interior ante la expectativa de que el alfa se había estado regocijando todo ese tiempo con su aroma.
--Por supuesto que sí. -contestó con gesto solemne, acercándose un poco más --Hice lo mismo contigo, el olor a menta y chocolate es para que siempre estés rodeado de mi aroma, es mi forma de cortejarte.
--¿Acaso las mentas no eran por si me olía mal la boca?
--¿Qué? Claro que no.
--Oh, vaya. -articuló, empezando a entender --Entonces, ¿Los chocolates no los distribuye Kai cada mañana?
--¿Por qué mi asesor comercial haría eso?
Jimin soltó una risita tonta al ver la confusión del mayor. Había mal interpretado todo y pasado por alto cosas verdaderamente obvias. Es decir, su aroma floral en la oficina de Yoongi y el del alfa en su espacio. También estaban los comentarios de Tae...había sido un despistado total.
--Y con respecto a la apuesta... -continuó explicando, acunando una de las suaves mejillas contrarias
--...Después de que no parecieras notar mis intenciones contigo tras llenar mi oficina con tu olor y de contarte que adoro las frambuesas, Namjoon apostó que al final tendría que confesarte mis sentimientos directamente porque, de otro modo, no te darías cuenta de cuánto me gustas. -pausó nuevamente, a la espera de la respuesta del contrario.
--Oh, no. Te hice perder dinero ¿Cuánto es? Puedo pagar la mitad...
El repentino movimiento del alfa tomó desprevenido al menor, quien ahora se encontraba con su rostro entre las dos pálidas manos y a escasos centímetros del rostro adverso.
--En serio eres despistado...y encantador...y despistado. -susurró sobre los abultados labios --Y me encantas...muero por besarte.
El omega fue el encargado de unir sus labios, perdiéndose en la suavidad de los más finos y en la manera en que se movían de forma perfecta.
--Lamento haber aceptado esa estúpida apuesta en vez de confesarme de forma directa. -confesó una vez culminado el beso.
Sin emitir palabras, el pelirrosa salió del auto y se aferró al cuerpo contrario, estrujando su nariz en el blanquecino cuello y suspirando feliz.
--Entonces, ¿Me das una oportunidad para ganarme tu amor? -cuestionó esperanzado el pelinegro.
--Claro. -su voz sonó amortiguada pero entendible --Aunque debo confesarte que tú me gustas desde el primer día que te conocí.
--¿De verdad? -intentó sacar al omega de su escondite, pero este se resistió a abandonar la olorosa cavidad.
Por meses soñó con poder estar así.
--Por supuesto, ¿por qué crees que acepté el trabajo?
--Pues, por la paga, ¿no?
El menor dejó escapar un risita feliz ante la inmediatez de aquella respuesta que le aseguraba que el alfa hablaba en serio.
Bueno, puede que Jimin no sea el único despistado.
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¡¡¡YA SOMOS MIL!!! Apenas lo puedo creer.
Había estado pensando en hacer este O.S desde que la hermosa @zafiro_hades me compartió una idea. Así que decidí desarrollarla en forma de agradecimiento porque cada día somos más.
Espero que no haya sido muy aburrido. Me salió bastante extenso pero, no pude resumirlo más de ahí.
♡♡Bueno, mil gracias por leer, votar y/o comentar♡♡
En verdad espero que les haya gustado😚
《Akina》
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