02 | new romantics
En verdad no lo soportaba. No cabía en su cabeza cómo es que todavía existían personas que buscaban llamar la atención de las personas de maneras extraordinariamente ridículas como si mean girls no hubiera tenido ninguna repercusión en sus vidas.
Sí, todos deseaban ser Regina, pero no después del atropello, lo que no les dejaba otra opción más que conformarse con ser Janis antes del plan.
── ¿Crees que es raro? Demasiados adolescentes en una semana, no me puedo imaginar la enorme desinformación y el tabú que existe todavía sobre la salud mental, sobre todo en el mundo mágico.
── Raro es que te haya gustado el remake de mean girls ── dijo Timothée. Su madre se justificaba con que, si la miraba por el lado cómico y alejada de la película original, no estaba tan mal ── ¿Qué piensas acerca de las personas que buscan constantemente llamar la atención?
── ¿Alguien ha intentado hacer que le mires últimamente?
── Claro que no mamá, me refiero a ese tipo de gente que quieren que todos los miren, no que una sola persona lo haga ── Timothée dio un suspiro de frustración. Ni siquiera Karia siendo psicóloga lo entendía ──. Además, nadie espera a que yo lo mire.
── Bueno, nunca se sabe cuándo alguien está en la espera de que le prestes un poquito de atención. Toma de ejemplo a tu padre y a mí, yo qué iba a saber que él estaba enamorado de mí si se la pasaba molestándome por tomarme muy en serio las cosas y por ser demasiado rara. Uno no espera que ese tipo de personas sientan ese tipo de cosas por nosotros ya que tendemos a verlos como una molestia, una piedra en el camino.
── Ah, qué hermosa forma de describir la forma en la que amas a papá.
── ¡Él ha descrito su amor por mí como una enfermedad!
── Bueno, es que tener gustos horribles es crónico. Espero que no sea hereditario.
── Lo único que heredaste fue muchas cosas de su aspecto físico, aunque Theodore no es el chico de catorce del que me enamoré hace años. Creo que cada día encuentro algo nuevo que me hace enamorarme más de él, es como si no terminara de sorprenderme.
No lo decía casi nunca, pero le encantaba oír a sus padres hablar de cursilerías y de la forma en la que se amaban. Describir el sentimiento de una forma que solo ellos podían, era como escuchar a Taylor Swift en la mayoría de las canciones de Reputation que hablaban de su amor por Joe Alwyn y el noventa y cinco por ciento de Lover.
── ¿Qué?
── Me gusta oírlos hablar del amor que se tienen. Es lindo, no sé, es de las pocas cosas que no me desagradan.
── ¿Theo también te ha dicho cosas así?
── Sí, todo el tiempo. Cuando no estás en casa en las vacaciones o cuando viene de visita, sus palabras son de un adolescente hormonal enamorado.
── Siempre ha sido un rarito, se cree que vive en una especie de novela en la que el personaje masculino principal es él y obvio, tiene que ganarse a la chica con detalles románticos.
── Invitarla al baile de navidad, por ejemplo ── esa historia era medio divertida. Ambos se gritaron en pleno pasillo solo para saber la respuesta del otro.
── Bueno, me ganó cuando me dijo un apodo bonito en vez de señorita seriedad porque me tomaba todo muy en serio. Ese día lloré en la noche porque me di cuenta de que estaba enamorada, pero creí que no sería correspondida. Ya sabes, a veces puedes tener conexión con alguien, pero no significa que sea el amor de tu vida por más que lo sientas de ese modo.
── Otra razón más para no enamorarse. No quiero ser el chico que llora en la noche por un amor no correspondido.
── A veces te toca ser el chico que hace llorar a la otra persona y no sé cuál de los dos es peor ── Timothée bostezó, arruinando el ambiente de la conversación ──. Creo que deberías ir a dormir, llevas días sin conciliar bien el sueño.
── Mañana es sábado, así que ¿Puedo despertarme tarde?
── No estamos en casa, así que claro que puedes. Quiero que descanses Tim, de verdad ── Karia se levantó de su silla de mimbre y abrazó a su hijo antes de despacharlo de su oficina.
Había sido agradable pasar tiempo de calidad con su madre, Karia era demasiado amable y cariñosa, al igual que su padre. Amaba esa calidez que ambos transmitían, pero se odiaba internamente por no poder ser como ellos.
Él jamás podría dar tanto amor a una persona sabiendo que el día de mañana podía no estar.
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