Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Doce

Cuando los vio salir de aquel enorme edificio, se puso a correr por el terror que el corte de comunicación le había causado. El no saber si aquello saldría bien le erizó la piel de una manera en la que nunca antes había imaginado. El lobo negro estaba tomando parte de su vida en un instante relativamente corto. Ross solo pudo ser capaz de detener sus pies en el instante en el que Rina tomó su mano y le sonrió con tranquilidad. Ella sabía lo que estaba pasando en su mente.

Otra vez pensó en lo que ella significaba. Desde que ella lo recogió cuando escapó de casa, desde aquel momento él había querido estar a su lado para siempre. Fue la primera  y última que se enamoró de verdad. Rina era todo lo que el pedía, alguien con la capacidad de darle un cariño que nunca tuvo presente. Estaba consciente de lo que sentía por ella, y a pesar de que ella nunca se atrevió a verlo como algo más que un amigo ese amor no le había causado problemas hasta el momento, algo que su cariño hacia el lobo negro sí hacía.

Se acercó, con cuidado esta vez, viendo el rostro pálido de Nick. El moreno estaba estático con los ojos abiertos tan grandes que podrían entrar una taza entera en ellos. Su mirada tan penetrante en la figura en forma de ovillo de Luka que tuvo la sospecha que ahí dentro algo más había sucedido.

Sintió miedo por su hermano, quizá lo habían dañado más de lo que debieron. Ross alzó la mano con cuidado, intentando ver el rostro de su hermano. Quiso acercar sus dedos a los bucles en la frente de Luka pero en cuanto intentó hacerlo, la mano de Nick golpeó la suya, impidiéndole que se acercase. Su mirada estaba teñida de un cariño y confusión tal de una persona que tenía a la persona que una vez había amado en sus brazos. Ross entendió que aquel cariño que hubo en el pasado, aquel leve enamoramiento no fue algo tan pasajero, que sus residuos seguían en el alma del lobo negro. Si él estaba complicado entre Rina y Nick. Nick debía de estar confundido entre Ross y Luka.

Ross retrocedió, sus pies resonando en el silencio de la noche. Rina ya no estaba en aquel trío, su cabeza estaba demasiado ocupada como para preocuparse por un problema en el que ella creía no estar involucrada.

Nick entonces le pasó de largo, sujetó con más fuerza la figura de Luka y se lo llevó corriendo, tan rápido que Ross juraba que aquella velocidad le pertenecía a uno de su especie. Estaba demasiado sorprendido como para intentar seguirlo y en su lugar decidió entrar al enorme edificio, sin embargo las alarmas sonaron y el aviso de que Luka no estaba fue soltado en el aire; desatando un caoz que pronto llegaría a devorarlo. Por eso escapó hacia la camioneta.

—Que no te sorprenda —Rina se sentó a su lado en la camioneta, ella intentaba consolarlo, como siempre lo hizo— Luka es alguien que se mete en cualquier corazón y hace su hogar en él sin siquiera pedir permiso. Tú lo sabes, por eso te preocupabas tanto por él cuando era un bebé.

—No lo menciones —Ross estaba seguro que la mayoría había olvidado aquella parte de su vida, pensaba que solo quedaba en la memoria de todos aquellos tiempos  en los que él correría a la casa de Luka para sacarle un buen monto de dinero y de paso intentar contratarlo para su negocio. Creía que eso era lo que le quedaba, pero aún quedaba un poco del sentimiento puro.

—¿A dónde te llevo?

—¿Dónde fue Nick? —el guepardo vio el horizonte, intentando descifrar lo que haría a continuación y solo le quedó la leve sospecha de que el lobo iría al primer lugar conocido que recordase— A la casa de Drake.

Rina abrazó su cuerpo con cariño, casi como una madre a sus cachorros. Ross agradeció aquel gesto con tal sinceridad que la sola idea de acariciar su rostro le tentaba. Pero el dolor de Nick seguía ahí y era difícil ignorarlo.

Dejaron el lugar entre el espesor de la noche. Mientras en aquel edificio estaban buscando a Luka ellos se escabullían entre las calles hasta salir y conducir con más lentitud. Rina veía su celular con el ceño fruncido y Ross supo que su idea era correcta. Nick era predecible, no expondría a Luka a un lugar que no conocía, él seguramente corrió a lo que le resultaba confiable, y por más que odiara admitirlo la casa de Drake era un lugar estable donde podría confiar la vida de su hermano.

—La manada en la que estás —Rina se acomodó mejor en el asiento, dejando que su mano quede reposada en los hombros de Ross— déjala.

Fueron quince minutos, exactamente quince lo que el silencio abordó la camioneta. La camioneta pareció quedarse estacionada a pesar de conducir a una velocidad más elevada. Ross se quedó viendo fijamente los ojos verdes de Rina, preguntándose si es que ella estaba realmente diciendo lo que pensaba.

—No encajas en el lugar —ella suspiró y con su mano libre sacó un cigarrillo de la guantera— no sé el tipo de relación que tengas con los lobos pero no me agrada los cambios que eso te está causando. Me sorprendí cuando viniste a pedirme ayuda. El gran  Ross pidiendo que le ayuden cuando él en el pasado se haría de las suyas con un poco de mentiras y golpes, muchos golpes.

—Lo haré. —Ross guardó unos segundos de silencio antes de seguir hablando— Sabes la razón de que Nick haya actuado de esa forma ¿verdad?

Ross lo sabía, lo había visto en una de las cámaras que transmitían en un televisor de la camioneta, vio al pequeño niño en los brazos de su hermano pero incluso de esa manera la forma protectora del lobo le asustó. Parecía un animal que protegía a sus crías y a su esposa.

La camioneta se estacionó justo frente a la puerta de Drake, las calles ya lucían desiertas y en la esquina una luz parpadeaba constantemente. La  casa frente a ellos seguía tan limpia y elegante como la recordaba pero el intenso aroma que Nick extendía le estaba causando problemas para respirar, tan difícil era tan solo inhalar que Drake estaba en la puerta, sufriendo de frío. Su amigo prefería sufrir en la helada que al insoportable aroma lleno de tensión que estaba dentro.

—¿Cómo  explicas esto? —Ross no iba a bajar del auto, no hasta saber que lo que sea que ocurriese dentro no lo llevaría a un camino que no quisiese. Su vista estaba pegada en la puerta de aquella enorme casa y sus dientes permanecían mordiendo disimuladamente una de sus uñas— Ya me has explicado la situación de Nick con respecto a la loba y el embarazo de esta. Entonces... —volteó a verla, con tal frialdad en la mirada que Rina no se atrevió a continuar con aquel contacto— ¿cómo explicas el comportamiento que tiene Nick?

—Nick es la mano derecha de Su Alfa. —Rina tenía muy en cuenta los aspectos, tradiciones, reglas y conductas de los lobos. La razón de su conocimiento era desconocida pero cierta— La manada vive enteramente para proteger a su líder y su familia. Nick tiene esta responsabilidad tan arraigada con su persona que de una forma se mezcló con el poco amor que sintió por Luka hace tiempo. Ambos hechos lo condujeron a este momento.

—Voy a creer eso —Ross suspiró y bajó de la camioneta.

Rina salió con él pero ella se quedó apoyada en la puerta del automóvil, ella quería ver la forma en la que todo aquello desencadenaría un momento incómodo para su amigo, su cigarrillo a la mitad entre sus dedos. La pantera se enderezó cuando vio a Ross a punto de abrir la puerta, en ese instante ella avanzó solo un paso y gritó:

—Recuerda que pase lo que pase allá adentro tú lugar siempre fue a lado de los tuyos, en esta ciudad, conmigo.

La sonrisa que Ross le dio le mando cierta tristeza pero ella no guardó ninguna palabra, se quedó seria y volvió a apoyarse en aquella camioneta negra.

Cuando Ross entró a aquella casa, sintió que sus piernas flaqueaban, el aroma estaba tan entremezclado y denso que con una respiración bastaba para que su olfato se acobardara. Sus pies avanzaron hasta la sala encontrándola vacía. Seguro Jessica se había llevado a su hija a otro lugar y Drake como el cobarde que era se quedó por miedo a perder su hogar.

El ruido de algo cayendo en la planta superior hizo que un miedo se instalara en su pecho. Incluso de esa manera subió las escaleras, escuchando el rechinido de la madera bajo sus pies y su fuerte respiración buscando un poco de libertad. Las rodillas le temblaban, temía a lo que sea que viese a continuación, por eso cerró los ojos en cuanto abrió la puerta de la que provenía el fuerte aroma.

Fue su error pensar que Nick era el que estaba expulsando aquel ambiente tenso. Todo aquel aroma denso y empalagoso salía del cuerpo de Luka. Ross se quedó quieto al ver aquella situación.

Nick estaba en una esquina, completamente rasguñado, con los ojos al borde de transformarse a su lado animal y las manos ya hechas en garras. Del otro lado estaba Luka, estaba transformado completamente a su forma felina, tenía la espalda encorvada y sus colmillos lucían mucho más amenazantes que antes. Sus garras destrozaban la alfombra bajo sus patas. El pequeño guepardo estaba en la misma forma física que Luka, completamente dormido hecho un ovillo atrás de un protector guepardo que lo escondía de su mirada.

—¿Qué es lo que ha ocurrido? —Ross se acercó a Nick quien era el menos amenazante en aquel instante— ¿cómo es que Luka...?

—Quise ver al cachorro para cerciorarme de que no tenga heridas, cuando aparté la mano de Luka entonces él me rascó el cuello y saltó de mis brazos —Nick alzó la cabeza mostrando un rasguño justo sobre su cicatriz, aquella que Adam le había hecho en antaño, Luka pareció sonreír ante la muestra de aquella herida— Desde que cambió a su forma animal ha empezado a alejarme con su aroma y ahora estamos acá.

El gruñido de Luka hizo que volvieran a su situación, de una u otra forma debían apartar a Luka del cachorro. El pequeño guepardo debía de tener una madre en alguna parte del lugar. Luka estaba en peligro si es que se mantenía a lado de un niño que podría delatar su locación y así atraer una vez más a la manada de lobos negros. No podían arriesgarse. Era mejor deshacerse del niño.

Como si Luka supiese lo que ambos pensaban, se movió acercándose más al cachorro y mostrando más sus colmillos, una técnica que había aprendido de Adam.

La mirada que Ross y Nick intercambiaron hizo que un plan común apareciera en sus mentes. Ambos asintieron y corrieron al mismo tiempo, Nick por la derecha y Ross por la izquierda.

En cuanto Luka vio lo que trataban de hacer se dio la vuelta y protegió al cachorro cubriéndolo con su cuerpo, acostado sobre él no serían capaz de atravesarlo para separarlos. Sujetó sus garras a la madera del piso y de esa forma las manos de sus, ahora, enemigos no podían arrastrarlo alejándolo del pequeño guepardo que seguía durmiendo.

—¡Suficiente! —Ross chasqueó la lengua y se alejó, no iba a pelear por ello, estaba agotado y quería dormir.

Nick lo siguió enseguida, ambos salieron de la enorme casa al mismo tiempo y de inmediato el denso aroma que cubría aquel lugar se evaporó. Para Luka la amenaza por fin se había ido. El guepardo con heterocrimia gozaba de su victoria bañando sus garras.

—¿Terminó bien? —Rina veía sorprendida a los que acababan de salir, sus ojos verdes estudiando a Nick— supongo que te explicó que el que te haya dicho que prefiere cuidar a la pareja de su amigo que a su propia pareja no afectó mucho su relación —especuló ella al pensar que todo había sido hablado y aclarado. Sin conocer la situación completa.

—No sigas, Rina. Nick no escogió a Luka por sobre mí

—Sí lo hice —Nick dejó de caminar— elegí a Luka por sobre ti.

—¿Qué? —Ross tenía la sospecha de ello, pero quiso creer que la verdadera razón por haberlo dejado en el puerto hace una hora, era por que él sabía donde estaría y que esperaba ser seguido— ¿en serio?

—Vamos, Ross. Tú habrías hecho lo mismo —Nick volteó el rostro a la puerta, evitando la mirada del guepardo— ambos tenemos distintas prioridades. Si la situación hubiese sido al revés, si hubieses tenido que elegir entre un gran monto de dinero y mi cabeza, entonces habrías elegido el dinero. No nos tenemos en el primer lugar del otro.

—Al menos yo disimulo mi odio hacia ti.

—Sí, haces un buen trabajo —se burló Nick.

—No me interesa de todos modos —Ross estaba seguro que no quería decir aquello, pero ya estaba dicho y no tenía el valor de retractarse— en cuanto volvamos a la manada y dejemos a mi hermano con su pareja yo me iré.

—Bien, entonces mientras más rápido lleguemos a la manada, más rápido te irás— Nick igual estaba seguro que aquello no era lo que hubiese dicho en ese momento.

—Bien.

—¡Bien!

—¡Muy bien!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro