Oficial (KNJ)
Disfruta consentida de la casa 💜
El alto oficial suspiró por cuarta vez, al fin había atrapado al cabecilla de una de las más peligrosas bandas de todo Seul.
Y justamente su abogada los había demandado por estos haberse pasado de fuerzas con el.
Kim Taehyung, un frío y atemorizante hombre que no hacía más que crear pánico donde ponía sus narices, luego de meses de haber planeado el arresto y luego de este haberse llevado a cabo esta llegó alegando que habían empleado fuerza bruta con el, acabando por romperle tres costillas y fracturado la muñeca derecha.
Ahora estaban bajo el escrutinio de auditoría mientras el delincuente era atendido en el hospital.
Arrojó los documentos al suelo, estaba frustrado.
Kim Namjoon a sus 10 años dentro del cuerpo policial nunca sintió tanta rabia en alguno de sus casos.
Y es que al ver a la pelinegra adentrarse a la comisaría como si todo ahí fuese suyo lo dejó aún más molesto.
Brenda Sans
Una extranjera con claros rasgos asiáticos que le había tocado los cojones apenas pisó la comisaría.
Este se vio tan molesto que en lugar de ir a su casa por su ya terminado turno prefirió ir al gimnasio de la comisaría para entrenar.
Luego de horas de golpear cada cosa que se le cruzaba por su camino escuchó el llamado de uno de los oficiales de turno.
Avisaba el hecho de que alguien lo esperaba en su oficina, sorpresa se llevó al saber que la misma mujer que había provocado su encabronamiento pueda estar hurgando entre sus cosas.
Salió a toda prisa del gimnasio dejando su camiseta atrás luego de solo despojarse de los guantes de boxeo.
Su fornido cuerpo perlado en sudor se dirigió a paso rápido a su oficina y al llegar encontró a la mujer sentada a piernas cruzadas mientras miraba sus uñas.
-Maravillosas vistas- pronunció esta con coquetería. Se había cambiado de la ropa que llevaba en la tarde, su falda ahora era más corta y su camisa dejaba abiertos tres botones dejando prácticamente nada a la imaginación.
-¿A que le debo el honor de que tan corrupta abogada se encuentre en mi oficina a las..- miró el reloj de su pared -Una de la madrugada?- terminó de manera socarrona.
-Solo venía a traer la orden del juez para retirar la vigilancia a mi cliente- señaló el escritorio del más alto y este notó un documento que en efecto, no estaba ahí cuando se fue.
Se acercó a paso rápido al antes mencionado y se contuvo del hecho de golpear la mesa y destrozar el papel en sus manos, lo habían liberado, con efecto inmediato.
La abogada se encontraba sentada aún en la misma posición como si se jactara del hecho de haber echado por la borda su trabajo de meses.
-Espero que le pese en la conciencia las muertes que ocasionará con esto.
-¿Que cosa es conciencia Jefe Kim?- dijo esta deslizando sus dedos desde su cuello hasta posarlas descaradamente sobre sus tetas.
-Ya trajo lo que debía, la puerta continua en el mismo lugar- dijo cortante y harto de tener que contenerse.
Esta se puso de pie y salió de la comisaría con paso firme y orgullosa de haber visto personalmente la humillación del oficial.
Luego se dirigió al hospital, sabía que este iría personalmente a dar la noticia a los oficiales que cuidaban la puerta, su competitividad era tal que no dormiría tranquila hasta no verlo humillado y rojo de la ira.
El oficial tomó un baño y se vistió adecuadamente, tomó su arma y se dirigió al lugar, su idea era continuar con la vigilancia a pesar de que se le negó.
Pidió días libres para hacerlo en secreto. Kim Namjoon es de esos oficiales de policía que no se rinden hasta no ver al criminal tras las rejas.
Decidió dar la noticia vía telefónica y de esa forma no moverse del sitio que estratégicamente había conseguido para vigilar su salida.
15 minutos después ahí estaba el, no se sorprendió de ver a la abogada esperar por el, lo que si le sorprendió fue la manera afectiva con la que se saludaron.
Estos se subieron al vehículo de la más baja y el oficial los siguió hasta que se detuvieron en un lujoso hotel, le extrañó el hecho de que esta solo lo dejara, así que contrario a lo que debía hacer continuó siguiendo a la mujer.
Esta estacionó frente a un almacén, parecía abandonado y el más alto se felicitó a sí mismo por haber continuado siguiéndola a ella, todo le parecía tan sospechoso que se vio entrando tras ella con sumo cuidado de no ser visto.
-¿Ron o Wiskhy?, yo prefiero el Tequila- dijo la mujer en voz alta, no fue visto. Ni siquiera notado, pero esta sabía que tan dedicado y prepotente oficial no se rendiría tan fácilmente.
-Me interesa más saber que hace una abogada corrupta en un lugar como este pasadas las dos de la madrugada.
-No es muy inteligente de su parte seguirme luego de habérsele indicado que se fuera a casa. ¿No estaba de vacaciones desde hoy?
Este guardó silencio entendiendo que en efecto tenía contactos en la policía.
-No es muy inteligente cogerse al jefe de la mafia a la que representa- dijo con la intención de analizar su reacción. La vio realizar un leve y casi imperceptible movimiento con la boca que delataba había creído la sola mención le había parecido asquerosa. -Es su hermano ¿no?.- dijo este ya que si está reía era porque lo creía absurdo, si trataba de no inmutarse era porque era cierto y su reacción había refrenado justo eso, asco al hecho de que se crea dormía con el -¿Sabe?, me pareció bastante curioso que una graduada de Harvard esté en Korea representando al jefe de una mafia. ¿Decidió formar parte del negocio familiar al fin Señorita Sans?
-Información verificada no es.- dijo con burla
-Es cierto. Pero ¿sabe cual si lo es? El hecho de que no me guiaría al almacén que contiene sus pruebas, muy en cambio me traería al que nada tiene que ver con ustedes, descartando así este. Por lo qué el de la parte sur viene siendo el verdadero.- sonrió con sorna -Ahí esta.- levantó el teléfono en sus manos.
A pesar de que esta perdió toda la calma que tenía hasta ese momento y que prácticamente llegó en apenas algunos minutos a la comisaría había sido atrapado cada uno de los integrantes de la mafia Kim, incluyendo a su líder.
Poco pudo hacer la verdad, a penas ella quedó libre y fue por el hecho de que no se le pudo familiarizar con ellos más allá que abogado a representados.
Incluso habían descubierto al soplón dentro de la comisaría. Había sido un trabajo policial bastante productivo. Que este llevó a cabo luego de esta haberse marchado de su comisaría y con solo unos cuantos involucrados.
...
Tres meses después y a día de juicio este salió a tomar una copa, al fin podía celebrar por haberlos encerrado a todos.
Luego de unas copas iría a casa.
Fue a uno de los baños con intención de orinar y luego marcharse.
-Supongo debe estar orgulloso- la abogada se había adentrado a los baños y se recargaba en la pared mientras este lavaba sus manos.
-Lo estoy. Aunque estaría mejor si la tuviera esposada a usted también- escupió con desdén y rabia al no lograr encontrar algo en su contra.
-Me encantan esas cosas ¿Trae sus esposas?- dijo con voz melosa.
Entonces este observó lo que llevaba la mujer. Vestido blanco al grado de transparentar, tacones rojos al igual que sus labios. Era atractiva, bastante. Pero también era fastidiosa.
-Si continúa vistiendo así la confundirán con una prostituta barata.- dijo fingiendo desdén, la verdad es que apenas la recorrió con la mirada sintió su polla sacudir.
-No me quedaré tanto tiempo, solo necesito a un idiota con quien follar.
-Los idiotas están ahí fuera- dijo este tomando el papel en sus manos para secarse. Y la más baja negó.
-Tengo uno justo al frente- dijo con coquetería mientras se acercaba a este.
Paseó su dedo medio desde su fornido e inflado pecho hasta llegar al final de su abdomen, luego le sostuvo la entrepierna por sobre la tela apretando así su hombría.
Este se aproximó más a ella de manera amenazante, más no se deshizo del agarre, de hecho lo que está tenia entre las manos había comenzado a crecer considerablemente.
Adentró su mano restante a sus tetas y sacó el envoltorio de un condon, lo colocó entre sus labios dándole así la opción de tomarlo o no de ahí.
Era mala idea, muy mala idea acostarse con la abogada del caso que había llevado a cabo a penas hace unos meses, pero también sería mala idea irse a casa con la ereccion que esta le había provocado.
Tomó el condon y la tomó del cuello, la apresó contra el lavabo y se colocó el condon en tiempo récord. Sin decir una sola palabra alineó desde atrás su dura polla contra el coño de la más baja luego de haber hecho trizas lo que lo mantenía cubierto.
Arremetió contra ella con la fuerza que lo caracteriza y cuando esta cerró los ojos la mano del contrario la tomó del rostro para hacerla mirarlo, lo primero en notar fue su sudoroso rostro, luego esos intimidantes ojos de dragón que destilaban fuego puro, su venosa mano contra su mandíbula sujetándola y su cuerpo chocar con el suyo con dureza.
-Chúpalos- dijo acercando dos de sus dedos a su boca.
Cuando lo hizo dirigió estos a su clitoris y comenzó a tocarla mientras que su mano izquierda aún yacía sujetando su mandíbula y haciéndola mirarlo.
Acabó a su alrededor mientras este se mantenía aún entrando y saliendo de su interior como si su vida dependiera de ello.
-Después de todo si pareces una puta- dijo con burla -Una puta bien follada- dijo cuando la vio morder su labio con tal intensidad que la haría sangrar.
Salió de ella y volvió a entrar casi al instante luego de girarla, su vestido se había subido considerablemente quedando así toda su parte inferior estaba al descubierto.
Este mordió su pezon por sobre la tela encontrando en este su punto más sensible, paseó con morbo su lengua desde su cuello hasta la entrada de sus tetas mientras aún hacía chocar ambas pelvis con fuerza.
Ambos acabaron de manera estrepitosa quedando así la más baja con piernas temblorosas por su segundo orgasmo y el más alto con la respiración acelerada por tanto esfuerzo.
-Me llamas cuando se te antoje repetir- dijo esta acomodando su vestido. Tendió una tarjeta de presentación sobre el lavabo y se marchó.
Este la tomó porque claramente le había encantado tomarla, la guardó en sus bolsillos y salió del baño con una triunfal sonrisa en su rostro.
-Ha recibido varías llamadas señor- dijo el barman señalando donde había dejado su teléfono, este se iluminaba una última vez.
-Kim- respondió a secas.
-Huyeron señor. Todos ellos escaparon durante el traslado- dijo el oficial Jeon tras la línea.
De nada sirvió buscarlos o si quiera llamar a la ahora inexistente línea de la abogada.
A beber agüita para bajar el calor.🔥
Regalito en la imagen
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