No Bastarán (KNJ)
💜 Disfruten
Su secretaria se encontraba de piernas abiertas frente a él, su camisa con los botones abiertos y los pechos fuera del sostén por haber sido chupados y amagados con intensidad.
Esa tarde cuando su jefe llamó a la delgada pelirroja de largas piernas esta no imaginó que era para que se abriera de piernas frente a él y le dejara comer el coño con este sentado frente a su escritorio como si solo llenara unos papeles con las excusa de liberar estrés.
La puerta fue tocada, y JunJi sintió el resoplido que salió por la boca del mayor.
-Lamento molestar señor, pero su secretaria no está en su lugar- dijo uno de sus subordinados, ¡claro que no estaba! pensó este, la tenía abierta frente a él, rogando por un orgasmo.
Alejó su rostro pero adentró los dedos índice y corazón de golpe dentro de la menor mientras el pulgar hacía maravillas con el clitoris, esta llevó su mano a su boca para no gemir, pero hizo que cayera sobre el escritorio completamente, dejándola aún más expuesta de lo que estaba.
-¿Que necesitas Jung?- la vista de Kim Namjoon no se despegaba de la chica frente a él, la retaba a no llegar al orgasmo cuando hacía todo lo contrario al provocárselo.
-Los de Park y Asociados vinieron de imprevisto para cerrar el trato, están en la sala de juntas.
-Iré en unos minutos, si vez a mi secretaria por ahí comadreando con alguna dile que me espere allá, no se que es lo que tanto hace fuera de su puesto- dijo burlón para continuar en lo suyo cuando esté su hubo marchado.
Cuando esta hubo alcanzado su orgasmo el señor Kim se puso de pie nuevamente acomodando su ropa, y la veía a esta buscando la suya hasta que recordó que el mayor la había roto frente a sus ojos.
-Colócate esta, las compré para ti- le tendió un pequeño regalo el cual sacó de una de las gavetas y contenía unas muy finas y caras tangas, que esta podría jurar eran más cara que un teléfono celular. Luego notó que debajo de este estaba la foto de su esposa, lo miró mal. Odiaba cuando hacía eso.
Se las colocó sin refunfuñar, arregló su pelo y se miró en el ventanal para checar su maquillaje y salió de la oficina como ladrona para que no se le viera y dirigirse a la sala de juntas.
Saludó antes de tomar asiento con su libreta en mano y un poco detrás de la silla de su jefe, avisó que este llegaría algunos minutos después y tal como dijo así fue.
Este llegó tan pulcro como acostumbraba, pelo buen peinado hacia atrás y traje perfectamente colocado, estaba tan bien puesto que no parecía que hasta hace unos minutos se encontraba haciendo gemir a su secretaria hasta más no poder.
La reunión comenzó dándole la palabra a la joven, y esté apretó la mandíbula cuando Park llevó su coqueta mirada hacia ella, esta emitió un sonido parecido a un gemido, el cual hizo de cada hombre en la sala llevara su vista hacia ella.
Enrojeció y su jefe sonrió, luego volvió a lo suyo hablando y explicando el contrato.
Cuando Park posó sus dedos en sus labios para que esta lo mirara, la pelirroja apretó los papeles en sus manos y lanzó una furiosa mirada a su jefe el cual miraba al frente ignorante a todo, al menos eso quería hacer creer a los demás.
Ya esta sabia qué quién apretaba el botón del control para hacer vibrar las tangas era el, quien más sino.
Luego de algunas descargas suaves que la tenían hablando entre risas este comenzó con la parte que debía explicar el, entonces llevó su mano al bolsillo mientras hablaba, su secretaria ahora sentada estaba tan sudorosa que podrían creer que estaba enferma, pero no.
Lo que de verdad tenía era que las vibraciones la tenían tan sumida en el placer que apenas podía respirar sin gemir, sus muslos yacían húmedos por tal estimulación.
Cerró los ojos cuando se sintió acabar, pero las vibraciones se detuvieron dejándola justo donde comenzaba a elevarse.
...
El director ejecutivo y dueño de Kim Produccion llegó a su casa exhausto, se había quedado más tiempo de él que debía y quería en esa cena-reunión luego de la junta, así que cuando llegó a su casa ya era tarde, su esposa debía estar dormida y no podría desquitar las ganas que traía, o eso pensó.
Ya que cuando entró a la cocina por un vaso de agua el cual calmara su sed y borrachera la encontró de pie con una enorme y horrorosa bata, pelo enroscado en un moño desordenado y en su rostro una blanca y espesa mascarilla, se veía molesta.
-No debí llegar tarde, lo siento
-¿Y crees que me importa una mierda que llegues tarde?- esta bufó con enojo y se marchó escalera arriba, este dejó el vaso donde estaba y quitó su saco y camisa para luego acercarse al cuarto que compartía con su esposa, a la cual divisó en el baño lavando su rostro.
-Habla conmigo mi amor- la hizo enojar aún más, se había colocado tras su cuerpo viendo su rostro por el espejo.
-Eres un idiota, ¿como haces eso en la oficina?, ¿estás loco?, había demasiada gente ahí, estuve a punto de llegar al orgasmo Namjoon. Además de que hacia mi foto dentro de tu escritorio cuando debía estar sobre el- peleó
-Oh, ya veo, estás molesta porque no te dejé terminar, ¿Por eso te pusiste la bata de la abuela?¿crees que eso me quita las ganas?.- bromeó pero acalló cuando vio a esta querer abalanzarse sobre él -Sabes que Min Yoongi vino a verme- se excusó. No discutió, sabía la extraña relación de este con Min, era una especie de amor-odio que lo hacía pelear, así que este no dejaba que el pálido viera siquiera el rostro de su mujer en esa foto. Además de que solo dejaba que sus socios más confiables supieran de con quien se encontraba unido en matrimonio y Min aún no lo era, Park apenas estaba llegando, así que él tampoco. Esta trató de girarse para golpear su duro pecho pero el mayor no se lo permitió.
-Quédate quieta dulzura.- Demandó y comenzó a rozar su nariz en el cuello de la más baja, jugueteando con ella, posicionó sus manos sobre él lavabo y desabrochó su cinturón para luego dejarlo caer junto con su pantalón.
Adentró las manos por entre sus piernas y la ayudó a inclinarse hacia atrás, a este punto la menor se encontraba suspirando y expectante a lo que venía.
Deslizó su ropa interior y pasó sus dedos por su entrada para que esta abriera más las piernas, se arrodilló y mordió levemente su trasero, y esta suspiró empañando el espejo frente a ella.
Luego pasó su lengua por su hendidura y succionó con fuerza haciéndola tambalear. -Estás muy sensible, ¿estabas jugando tu sola?- esta asintió y el mayor golpeó su trasero para después pasar nuevamente su lengua por el mismo lugar. -Chica mala, debes esperarme, iba a premiarte, pero creo que mereces un castigo. - se puso de pie detrás de ella y miró el desastre que tenía en frente.
Mejillas rojas y piel sudorosa, sus manos temblaban mientras se sostenía. -¿Porque te ríes?¿Te gustan los castigos?- esta asintió y el mayor dejó salir esos hoyuelos que traían loca a la más baja desde hace 5 años.
Esta estaba tan encimada en lo que veía que no prestó atención a lo que se podía escuchar, cuando reaccionó toda la longitud de su esposo estaba en su interior, -Lamento eso hermosa, pero Park no debería mirar lo que es mío. Es tu culpa, - hablaba mientras arremetía contra su cuerpo haciendo que viera su rostro y el ajeno en el espejo, -Eres hermosa y todos quieren tenerte.
Llevó sus manos a sus pechos por dentro de la tela que la cubría y la sostuvo desde ahí para adentrarse con más fuerza contra sus cuerpo dejando algunas caricias a sus erectos pezones.
-Dámelo mi amor- como si de un botón se tratase esta acabo alrededor del pene del mayor con tal intensidad que las palpitaciones hicieron que este se vertiera en su interior al instante.
La dejó recuperarse y luego besó su cuello, hombros y mejilla.
Se adentraron juntos a la ducha y tomaron un baño. Cuando salieron de este el mayor se colocó sus característicos bóxer para dormir y esperó por su esposa. La cual tardó un poco más de lo acostumbrado, cuando las luces fueron encendidas se sobresaltó acostumbrándose a la claridad, luego divisó el hermoso cuerpo de su esposa frente a él.
Estaba enfrascada en un diminuto conjunto de lencería, tanga y sostén verde como las hojas que hacían un maravilloso contraste con su pálida piel y rojizo pelo, se dió la vuelta dejando ver lo poco que cubría su trasero y luego volvió hacia delante acercándose al petrificado hombre frente a ella, el cual no notó las esposas que esta llevaba en sus manos por mirar otras cosas.
Se dejó hacer, sabía que cuando esta tomaba el control, cosa que no pasaba muy a menudo se divertía y disfrutaba bastante, así que cuando esta se colocó sobre él para esposarlo se quedó quieto mirando las vistas.
Su entrepierna estaba aún más dura que hace rato y eso le sacó una sonrisa a su maliciosa esposa.
Sacó de la mesita un lubricaste sabor a fresas que estos acostumbran a usar y colocó un poco en sus manos, tocó sus pechos y cuello embarrándose con él y luego llevó su mano a su coño, mordió su labio y notó al impaciente hombre bajo su cuerpo removerse por un poco de atención.
Sonrió.
Adentró dos de sus dedos dentro de ella de golpe y gimió tan cerca del mayor que este se vio obligado a tragarse las ganas de comerle la boca, no se acercaría más, lo dejaría verla sobre él gimiendo y dándose placer ella misma para castigarlo por lo que le hizo en la oficina.
Gimió aún más fuerte restregándole en la cara a su esposo lo bien que la pasaba con sus dedos, luego los sacó de su interior y los metió en la boca del contrario para que la probara, bajó un poco más y comenzó a frotarse contra su muslo estimulandose con este.
La apretada mandíbula de su esposo la hizo detenerse, -¿Que pasa cariño?, estás algo ansioso, ¿necesitas algo?- comenzó a jugar acercando sus pechos a su rostro.
-Suéltame- negó
-¿Y si te la chupo?- preguntó con fingida inocencia y este asintió -Debes darme algo a cambio- asintió sin siquiera saber que, -¿Recuerdas ese crucero de él que te hablé?, la semana que viene, los dos, nada de trabajo- asintió frenéticamente buscando que esta lo liberara de su agonía.
Giró su cuerpo 90 grados quedando nuevamente a horcadas sobre el solo que esta vez de espaldas a él, este que se encontraba semi-recostado sobre la cama por lo que tuvo la preciosa vista del trasero de la menor frente a su cara cuando esta se alzó sobre sus rodillas para colocar su cara sobre su ereccion, y engullir su hombría en su boca mientras dejaba su goteante coño cubierto por una muy fina y delicada prenda a merced de su pervertido esposo.
Subía y bajaba su boca sobre la dura ereccion de su hombre con tal agilidad que cualquiera no creería lo grande que es, pero esta ya tenía la técnica precisa para adentrar todo de él en esa tan follable boquita que portaba, palabras de su esposo no de ella.
No se sorprendió cuando su cuerpo fue arrojado a un lado de la cama y que este se colocara sobre su cuerpo ya que había escuchado la madera crujir, otro barandal echado a perder por la brusquedad el hombre que ahora se dedicaba a entrar todo de él dentro de su esposa luego de haberle arrancado las húmedas bragas, besó sus labios con tal deseo que sus cuerpos enteros vibraron.
Las piernas de su esposa lo abrazaban de su cintura y se sintió en el cielo cuando escuchó su nombre salir de sus labios.
-Lleva 12 de estos al crucero- dijo apartando la tela desecha de la ropa interior.
-¿Para que si las rompes? Ademas, ¿con 12 te bastarán?- estaban uno sobre el otro luego de tan magnifico ejercicio.
-Las rompo porque ¿para que trabaja un hombre si no es para ver a su mujer enfrascada en uno de esos modélicos cada día?- besó sus labios - Y no, definitivamente no bastarán, pero podemos no usarlas más cuando se nos terminen.
Recuerden pedir pecadorxs, beso
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