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HDB Mi Diosa de la Perrada


Feliz cumpleaños a mi diosa perversa, deseo que te estrujen la fábrica de bebés, que te acomoden la matriz y te manden para la casa con hambre y las piernas temblando, que los dolores aún a la semana te recuerden lo rico que te desconocieron, (que te llenen el bollo pues). 👄
Te quiero amor, alegría de la vida, no cambies nunca.😍

Mary no solía hacer ese tipo de trabajos, pero aquello superaba los límites de la necesidad.

Pues se vió trabajando como niñera del sobrino de Kim Namjoon, un frío, tosco y calculador ex boxear cual ahora era propietario del más exclusivo gimnasio, cual instruía a más de uno de los boxeadores del momento.

Aquello le aterraba, pues era mucho de lo que se hablaba de aquel temperamento, aún así cuando las deudas en su universidad la superaron aceptó la ayuda de su amiga, acabando como Baby Sister, de nada más y nada menos que del sobrino de este.

Sus padres, Kim SeokJin, ex representante del primero y su esposa, estaban de vacaciones y optaron por dejar al castañito en manos de aquel ser de volátil temperamental, así que por vía de uno de sus boxeadores este contrató una niñera por esos 15 días.

La joven mujer debía dormir en su casa y llevar el niño a la escuela, recogerlo, alimentarlo y atenderlo. Y aunque la paga era buena eso no quitaba el hecho de que cuando el alto y fornido se encontraba en casa esta estaba a punto del colapso.

Ahora se encontraba en un problema, pues debía llevar al castaño con su tío al gimnasio, y no quería ver su cara.

La noche anterior había pasado algo que sobre pasaba sus límites, es decir, no se le podía culpar. Estaba ovulando, ese hombre es un sueño y no llevaba camiseta, solo unos cortos pantalones de dormir, prácticamente bóxers.

Mary había ido por algo de agua cual el pequeño solicitó y cuando se adentró a la cocina encontró la octava maravilla del mundo.

Sus tatuajes brillaban a la luz de la luna, su piel morena lo hacía aún más apetecible y aquellos músculos enormes eran el pecado que deseó lamer.

Sus pezones se endurecieron apenas lo vió pero ella era sensata.

-Buenas noches- pronunció para darse a notar a pesar de que este ya la había visto, repasado, comido más bien. Pasó por su lado y se dedicó a tomar el agua.

-¿Aún no se duerme?- inquirió con voz ronca, una voz tan tentadora que la hizo desear ser follada justo ahí.

-No, pidió algo de agua.

-Um, ven en 10 minutos a mi cuarto.

-¿Por qué?- aquella pregunta hizo reír al moreno. Pues el pensaba que ¿como llevaba esa pequeña bata de satín y no era con intención de ser follada? Por el. 

-Para mostrarte algo más duro que esto- el descaro del ex boxeador fue tanto que una de sus manos había tocado los duros y necesitados pezones de la mas baja por sobre la tela.

Aquello se sintió tan bien que un jadeo necesitado salió de sus labios sin su permiso, el agua amenazaba con caer al suelo por sus manos temblar en demasía, su boca se secó y sus vellos sé erizaron.

Aquello no era normal, no lo era. Cuando se disponía a responder el teléfono del alto se escuchó por todo el salón y eso fue todo. Había recibido una llamada y salido de su casa sonriendo, de esa manera lo alcanzó a ver esta cuando se asomó por la ventana.

Así que aquel bochorno lo pasó con una ducha fría y se recostó a dormir.

Agradeció el hecho de que este se había ido o no había regresado cuando ella despertó, pues no estaba en casa. Y la vergüenza de esta era por el hecho de su respuesta no dada, pues diría que sí. ¿Quien en su sano juicio le negaría un polvo a Kim Namjoon? Nadie, ella entre todas no era la excepción.

Y al este no esperar su respuesta no hizo más que recordarle su lugar, así que al recibir un mensaje pidiendo llevar al pequeño a su gimnasio esta deseó que la tierra se la tragara.

Mientras iba en el taxi con el pequeño recordó un detalle, si bien pensaba dar el sí, no lo había hecho. Así que si aquel la trataba de manera fría y desinteresada ella tenía aquello a su favor. Solo espera que sus orejas rojas no la delaten al mentir.

Apenas entró divisó a Jeon Jungkook, el boxeador estrella y novio de su amiga, precisamente gracias a quien le dieron el trabajo de 15 días. Lo saludó con una sonrisa cual este devolvió deteniendo sus entrenamientos y caminando hasta ambos para hablar.

-Hola SeokMin- saludó antes al pequeño. -Mary, ¿cómo te va?

-Bien ¿y tu?

-Bien, iremos con las chicas a tomar unos tragos ¿te nos unes?- la manera subjetiva en la que dijo aquello la hizo reír.

-No puedo- señaló al pequeño

-Sus padres están aquí- informó -Serás libre al fin.- entonces ambos padres salieron de la oficina del Kim menor. Este corrió a sus brazos apenas los vió y luego de presentarse y de estos agradecerle avisando que la llamarían cuando necesitaran canguro, se despidieron dejándola en aquel lugar con el hombre de mirada de dragón cual parecía desear matar a alguien.

-Ven a mi oficina para saldar.

-No es necesario señor, puede depositarme, yo... iré a recoger mis...

-Ahora- se adentró a su oficina con un semblante duro cual hizo a ambos presentes mirarse con extrañeza.

El moreno fue llamado y esta fue todo lo cobarde que aquellos nervios le dejaron ser y salió corriendo como alma en pena.

Tomó un taxi con rapidez y apagó el teléfono cual había comenzado a sonar sin siquiera ver el número, pagó de más al taxista y cuando al fin llegó al departamento del moreno tomó sus cosas y salió como alma en pena.

Cuando se vió en el siguiente taxi con rumbo a su departamento suspiró con tranquilidad, prefería que no le fuera pagada la última semana a que sus nervios le hicieran pasar más vergüenza.

Al llegar rebuscaba sus llaves en su bolso como era costumbre y cuando al fin las encontró continuó su caminar, generando un choque abrupto por su cuerpo contra uno más grande. Aquello la hizo helar. El estaba ahí.

Frente a su puerta, con la mandíbula tensa y la mirada furiosa. Incómodo y molesto. -¡¿Qué mierda pasa contigo?!- aquello era más que un reclamo

-¡Le dije que me transfiriera!- gritó de igual manera aquello lo hizo molestar aún más. Nadie le gritaba, nadie.

Su guerra de miradas fue interrumpida por el movimiento abrupto de la mano del alto contra su nuca para acercarla a él.

-¿Qué te traes con Jeon?- aquella pregunta fue como un rugido de León.

-Mi amigo, mi amigo- apenas notó cuando arrancó las lleves de sus manos y abrió la puerta, pues cuando respondió aquello los últimos centímetros de lejanía fueron rotos acabando con la cordura de ambos.

Kim Namjoon comió en todo el sentido de la palabra la boca de la más baja. La alzó sobre sus caderas y empotró contra la pared más cercana mientras dejaban que la puerta se cerrara sola.

Esta tenía un pequeño departamento, por lo que no le fue difícil encontrar la cama. Haló las tiras de su vestido hasta romperlo dejando ese par de tetas llenas tan firmes y dispuestas para ser chupadas, mordidas, apretadas y amasadas con tantas ganas que la hagan doler.

Para este punto la rizada no sabía si había o no dado el consentimiento para aquello, pero se encontraba gimiendo mientras el alto mordía su carne y gruñía como perro rabioso por lo bien que se sentían ambas intimidades rozarse. -No respondiste anoche maldita coqueta- reclamó mientras la apretaba. Aquello no lo dejó concentrarse en la pelea a la cual fue invitado para evaluar un nuevo prospecto la noche anterior.

Iba a tener problemas serios si no se enterraba en ella en ese preciso momento, estaba muy duro. Demasiado.

Sacó su camisa negra cual se pegaba a esos musculosos pectorales como licra y aquel pantalón de igual color que se rompería por hallarse apretando aquel miembro viril.

-No sabes los azotes que te has ganado- dijo severo mientras giraba el cuerpo desnudo de la mujer, pues con solo halar esos hilos la dejó desnuda para él. Se acomodó tras ella y no resistió. Empotró su mano con ganas contra la piel tersa haciéndola gritar dolorida y tomó del cuello para hacerla mantener en el mismo lugar.

Otra sonora nalgada recibió para luego acoger en aquel húmedo coño toda la longitud de la que era poseedor el ex peleador. Y entonces supo que los rumores sobre hombres con pies, y manos  manos grandes, de gran altura también era poseedores de gran tamaño en cuanto al miembro que poseén podía ser cierto. Pues aquellas reglas aplicaban, al menos para el.

Aquel miembro duro no dejó de taladrarla con ganas mientras la apretaba o mordía, aveces ambas a la vez. -Caliente y sucia como imaginé- dijo pues los chillidos se habían convertido en maldiciones por parte de la mujer y ahora pedía, suplicaba que fuera mas duro.

Su interior amenazaba con ser roto cuando este salió de ella y fue girada en nueva cuenta. Volvió a entrar con solo un movimiento de cadera y volvió al ritmo matador que ejercía -¡Condón!- gritó, pues no podía hacer más y aquello apenas lo había recordado.

-¿Ahora? ¿Y perderme de lo rico que aprietas?- sonrió malicioso. Apretó su cuello y metió uno de sus dedos en su boca dejándola suspendida en un mar de deseo mientras la hacía venir tan duro que su polla deseó vaciarse justo ahí.

Sacó su miembro y dejó ese espeso líquido llenar su coño como un glaseado, y aquello le encantó.

-Mary preciosa, feliz cumpleaños. Supe que estarás en casa, saldremos a beber y conocer chicos"- la voz de su amiga resonaba por el contestador -"Los chicos son para ti, mi novia no verá a ningún otro a menos que no quiera verme golpearlo"- la voz del pelinegro hizo presencia junto con una sonora carcajada de su amiga. -Pasaremos por ti a las 9, te quiero- dijo por último antes de cerrar.

El moreno no parecía querer parar, pues mientras esto se escuchaba este acariciaba el más que empapado clítoris dándole paso a el segundo round.

-Ponte en cuatro nena, voy a comer pastel.



La escritora se va a beber agüita de coco 🤭








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