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HBD Mujer Gloriosa (PJM)

Feliz cumpleaños a mi hermosa chica, que todo lo bueno llegue a tu vida para bendecir a ti y a los tuyos. Disfruta 🤭 La Gloria del harem

Se dice que Los Ángeles deben permanecer en el cielo.

También se dice que los demonios no deben salir del infierno.

Pero si de algo estamos seguros es que los humanos no deben visitar o presenciar a alguno de los antes mencionados.

Eso no le impidió a Gloria el hecho de encontrarse abriendo el libro que se le prohibió, tampoco colocando algún otro en su lugar en la estantería y adentrarlo a su bolso para según ella darle una hojeada en su casa, de manera tranquila.

Esta había entrado a una peculiar librería que acababa de abrir sus puertas, esta era algo oscura y con una decoración extraña, cosa que le llamó a la atención a la joven mujer.

Cuando se adentró y se le dijo que podía leer, pero que los libros no podían ser fotografiados o copiados, mucho menos podían salir del establecimiento esta se incómodo.

Por tal razón ahora caminaba a casa con una sonrisa en su rostro. Había logrado su cometido.

Este era un supuesto libro de magia, la joven estaba interesada en un alto y apuesto chico con quien trabajaba, quizás con un poco de magia podía lograr algo de atención de parte de este.

Así que cuando llegó a casa y luego de darse un baño decidió comenzar a leer detenidamente, ninguno parecía servir o le parecía interesante, excepto uno.

Hablaba de un amante leal y aparte de eso no decía mucho más, pues estaba en una lengua que no entendía, parecía italiano, pero no lo era, al menos no en su totalidad.

Ignorando su instinto lo leyó en voz alta y nada pasó. Al menos eso creyó.

Puso los ojos en blanco ante su estupidez y se metió a la cama dejando el libro sobre la mesa ratona.

Apenas tocó la cama cayó rendida, estaba exhausta.

...

Unas horas después, luego de haber logrado "dormir", esta despertó con la piel húmeda por el sudor, las piernas temblando y la respiración entrecortada.

Había tenido un sueño húmedo, no lo recordaba pero así era.

Fue al trabajo, desayuno, almorzó y ceno y cuando fue hora de dormir lo hizo temprano para recuperar su cuerpo, extrañamente estaba más exhausta que de costumbre.

Despertó un minuto antes que la alarma al igual que el día anterior, piel húmeda por el sudor, garganta seca, humedad entre las piernas y la misma sensación de exitación.

Había tenido otro sueño húmedo, este tampoco lo recordaba.

-Gloria, te vez terrible- No dijo algo, lo sabía. -¿Porque no salimos a un bar, mañana me refiero, por tu cumpleaños.

-Sabes que no suelo celebrar- dijo lo obvio, de todas formas trataría de dormir. Además su cumpleaños sería en dos días.

Aunque a pesar de que la última semana esta se encontraba durmiendo más horas de las que acostumbraba, su cuerpo se notaba exhausto, su energía nula.

Esta llegó a casa,  el día siguiente era su cumpleaños.

La habían felicitado ese día ya que no solía trabajar para su cumpleaños pero esta se escapó lo antes posible para ir a casa, quería investigar lo que le pasaba desde hace ya una semana.

Vio absurdo lo que leyó sobre un incubo en la pagina que había puesto sus síntomas, pues esta por ya leer cada cosa oscura que se encontraba sabía exactamente cuál hechizo podía traer uno a ella, y ese no lo había realizado.

¿O si?

Recordó el libro que al pasar de los días fue quedando en el olvido y ahora yacía bajo la cama, cuando lo tomó se heló.

Ahora entendía la lengua extraña que había recitado. Que tontamente había recitado.

Y no sabía porque motivo ahora la leía como si fuese su lengua materna cuando claramente no la entendía hace una semana atrás.

Hablaba específicamente sobre su placer, hijo de la oscuridad logra mi placer. Algo así leyó antes de lanzar el libro contra el suelo.

Ella lo sabía. Había hecho un pacto, pero ¿con quien?

¿Que criatura había estado visitándola en sueños todo este tiempo?

Ahora que lo pensaba mejor, no recordaba la última vez que miró con deseo al chico que supuestamente le gustaba, es más. Ni siquiera le prestó atención en todo ese tiempo.

Tomó su cámara, la colocó en una esquina de su cuarto, para que esta mostrara lo que pasaba.

Despertó con solo un minuto restante para su alarma, más sudada que de costumbre, más humedad también y las manos sujetas sobre su cabeza, sujetas con nada ya que al bajarlas lo logró, solo que parecía tener demasiado tiempo así, cosa que la dejó dolorida.

Fue a su cámara de manera rápida para reproducir el video, no había nada.

-Si quieres verme solo debes pedirlo primor- se congeló

Contra el marco de la puerta estaba un pálido y atractivo ejemplar. Ojos claros, uno de ellos tanto que parecía no tener visión, una cicatriz que atravesaba uno de sus ojos y los labios rojos cual carmín.

Iba totalmente desnudo, erecto y duro.

Cuerpo ejercitado, músculos donde no cualquier humano tiene, piernas gruesas y fibrosas, brazos definidos, abdomen de envidiar, y por favor; no esperen que hable de su polla.

Gruesa, larga, venosa, goteante y con solo observarla lograba moverla sin siquiera notarlo.

-¿Que eres?

-Tu placer

-No quiero un incubo aquí, largo- este bufó divertido.

-No soy eso hermosa.- se desplazó dentro de la habitación hasta tomar asiento sobre la cama, a piernas abiertas.

A la joven se le endurecieron los pezones y su boca salivó.

-Largo- el otro negó, estaba a punto de correr pero sabía que este era capaz de regresarla ya que cuando dio un paso para alejarse apareció frente a él siendo envuelta por su aroma, olía a sudor, perfume y tabaco.

Algo de vodka también.

-¿No quieres terminar eso que comenzamos hace rato?- dijo con la fiera vista sobre ella, esta abrió mucho los ojos y a pesar de no recodar lo que sea que haya soñado sabía que algo sano no era, nadaba en su ropa interior cuando despertó.

-¿Que eres?- preguntó con un hilo de voz, no por miedo, sino por excitación, podía jadear por lo que la criatura le provocaba con solo tenerlo en frente.

-Un ángel- está prácticamente bufo por lo absurdo.

Los Ángeles no se ven así ¿o si?

-No eres un ángel, ¿que hay de puro en..- se cortó pues se encontraba mirando su cuerpo con deseo, más de lo que debería.

-Dije un ángel, no especifiqué qué tipo- paseó su lengua por sus labios, los humedeció y luego los arrastró entre sus dientes para morderlos con rudeza, esta deseo sentirlo. -¿Los caídos te suenan?

-¿Que quieres de mi?, no llamé a ningún íncubo.- lo vio reír.

-De hecho si lo hiciste primor, pero con mi humilde misericordia decidí librarte de la desdicha de morir luego de este absorber tu energía.- la joven tragó. -Aún así. Todo tiene un precio

-¿Que quieres?

-Un beso- respondió con simpleza.

-¿Un demonio viene desnudó a mi cuarto, me toca mientras duermo por días y resulta que solo quiere un beso?- preguntó de manera sarcástica.

Este no respondió y la chica entendió que en efecto, decía la verdad. Sabía que no podía huir de las tretas del demonio y sabía que si cedía a lo que pedía se lo sacaría de encima.

Estos eran de tratos. Si hacía un trago con el, este debía cumplirlo si o si.

-Un beso y no vuelves mas por aquí- dijo esta y no pensó en ese momento que sus palabras podían llevar un trasfondo.

No lo pensó

Él sonrió así entiendo

Cuando la chica asintió el demonio sonrió ladino, una sonrisa que rozaba en lo perverso.

Colocó sus manos en la cinturilla de sus pantalones del pijama y esta se congeló por un segundo, luego lo apartó de un manotazo y dio dos pasos atrás. -Quiero besar ahí, incumples el trato- dijo con severidad.

La rudeza de su hablar la hizo sentir pequeña, Los Ángeles caídos eran bastante severos si se incumplía un trato.

Se acercó nuevamente con el cuerpo totalmente temblando, se colocó frente al cuerpo desnudo el demonio y este logró sus cometido al bajar sus pantalones y ropa interior.

Dejando así su intimidad totalmente a su merced.

Acercó su larga lengua, una lengua demasiado larga para un humano, pero es que este no era humano, esta delineó y se adentró por entre sus pliegues, y es que por la posición, ella de pie y el sentado frente a ella no era posible que esta alcanzara a entrar en su cavidad, mucho menos darle tal placer al punto de hacerla gemir como puta y halar los cabellos del demonio para acercarlo aun más.

Tampoco se esperó que de sus propios labios saliera el pedido de que la follara, tal cual lo dijo, sin tapujos o restricciones.

Fue lanzada contra la cama con la ropa aún contra las rodillas y penetrada con tal rudeza que hizo desplazar su cuerpo y la cama cuando comenzó a moverse arrastrándola con el.

La tomó del cuello desde adelante y apretó mientras la embestía, le hizo faltar el aire de cada manera posible y cuando no pudo aguantar más se apretó alrededor de la gruesa polla del demonio hasta hacerlo gemir como animal.

Continuó con su embiste y penetró aún más profundo, más rápido, más fuerte, más duro.

Cuando esta sintió su orgasmo acercarse nuevamente no tenía fuerzas para mantener los ojos abiertos, así que los cerró y luego de sentir la magnífica sensación de ser llenada acabó por segunda vez.

Esperó unos segundos mientras recuperaba su respiración y cuando lo logró abrió los ojos y la sonrisa que tenía en el rostro se le borró.

Ese no era su cuarto, esa no era su casa.

Lo miró atónita.

-Dijiste, "no volverás aquí".- dijo con burla -Y no volveré, tampoco tú, pero esas son nimiedades.- este se había puesto un pantalón negro y tenía aún en sus manos  una camiseta del mismo color.

-No puedes dejarme aquí, no seré la concubina de un demonio.- dijo con miedo por primera vez en todo el rato.

Se vio temiendo de él.

El demonio sonrió y negó

-Debes ser más clara con tus tratos primor- mordió sus labio deseándola nuevamente -Feliz cumpleaños, conocerás la gloria conmigo.





Beban agüita y no reciten cosas en lenguas extrañas

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