Ganar, Ganar (JJK)
Disfruta 😉 @SoniKim066
-Bien hecho- escuchó la peli negra a través de su Inter-comunicador, había asesinado a un político corrupto por mandato de otro aún más corrupto, no le importaba, ese era su trabajo.
Recogió sus cosas y se marchó del lugar, había esperado a que este se colocara el condon en el baño luego de beberse un viagra para con eso lograr que su amiguito de ahí abajo despertara, y entonces disparó desde el edificio continuo, le divirtió no dejarlo siquiera disfrutar el polvo con la prostituta que contrató.
Bajó por las escaleras contra incendios y se adentró al coche que la esperaba, el chico que conducía tenia no más de 20, la repasó con la mirada y luego volteó hacia el volante con nerviosismo. Seguro se preguntaba cómo una chica con rostro tan angelical era capaz de hacer tanto mal sin siquiera inmutarse.
El camino fue silencioso y tranquilo, esta aprovechó para desarmar su rifle de tiro, no la pequeña que llevaba en su tobillo, esa la tendría ahí hasta llegar por si algún policía o payaso se aparecía en su camino, o quizás si el niño bonito que conducía la miraba más de la cuenta; cuando hubo llegado a la base en la que se encontraban sus compañeros de "trabajo" se adentró a su cuarto.
Quitó cada prenda de su cuerpo dejando su curvilíneo cuerpo al desnudo y tomó una ducha, reía mientras recordaba el rostro de pavor de la prostituta mientras caía frente a ella el cuerpo desnudo y sin vida el viejo verde que la contrató.
-Tienes un nuevo trabajo- rodó los ojos ante la intromisión.
-Me estoy dando una ducha Kim, si ver mi cuerpo desnudo es lo que quieres solo debes pedirlo grandote- Kim Namjoon se encargaba de la planificación de las misiones, misión planeada por el, misión exitosa.
Alto, inteligente, fuerte y rudo, ¿su único defecto?, no había caído bajo las garras de la viuda negra como él la llamaba, ya que pocos eran los casos de hombres con los que esta se acostaba que los dejaba con vida.
Era como un juego para ella.
Si no le antojaba repetir los mataba, así que sus aliados no se le metían entre las bragas para no acabar con un tiro en la frente por haber eyaculado antes que ella.
El de pelo castaño sonrió dejando unos adorables hoyuelos a la vista, recorrió a esta con la mirada, apretó su entrepierna mientras se mordía el labio y arrojó la carpeta sobre el inodoro, era un juego para el provocarla y que esta supiera que no lo tendría.
-Para hoy viuda negra- dijo y se marchó triunfante por la puerta.
La pelinegra bufó, tomó la toalla y los documentos para leer el contenido.
Era simple
Debía matar el jefe de policía de el distrito 2 en Seúl, Jeon Jungkook 30 años, soltero, sin hijos, gatos o perros
¿Para que vivía? Se preguntó esta.
Miró las fotos, fuerte, atractivo y sexy
Incluso había una sin camisa mientras entrenaba, el brazo derecho repleto de tatuajes y espalda con enormes músculos, su pelo negro caía húmedo sobre la frente y su abdomen la hizo imaginar pasar la lengua por este saciando la sed con su sudor.
No sabía si era por las ganas que traía, por las provocaciones de Kim Namjoon o porque en realidad su próxima víctima estaba para comérselo a mordiscos, pero ahí estaba llevando sus dedos a su coño mientras veía las fotos de quien asesinaría en unas horas.
...
Se vistió y arregló, no llevaría armas, no si quería tirarse a semejante semental, además no las necesitaba para matarlo, lo haría parecer un tono, lo tenía decidido, ¿porque desperdiciar al bombón?
Primero se lo tiraba y luego lo mataba, ganar ganar.
Salió del lugar y se llevó uno de los autos de Namjoon, si no lograba joderlo cómo quería al menos le jodería la existencia a más no poder, se detuvo frente a su sección de apartamentos y cuando la lluvia comenzó a caer cambió de planes.
Salió del auto y se empapó con la lluvia, luego se adentró a este y tocó la puerta del pelinegro, este abrió vistiendo solo un pantalón de chándal gris y en sus manos una taza de café humeante, encontrando frente a él a una chica joven de algunos 25 más o menos, empapada, la recorrió con la mirada y cuando esta le pidió entrar porque una amiga la cual vivía al lado no se encontraba, la dejó entrar.
Luego fue por unas cobijas o toallas para que se secara dejando a la pelinegra en la sala con la taza de café que este tomaba en ese momento, sonrió.
Le servía todo en bandeja.
Sacó la pastilla que había hecho polvo antes de salir y la disolvió en su café, tomó un poquito para aguantarle el ritmo y esperó.
Sin duda esa noche mataría dos pájaros de un tiro.
Cuando este regresó entregándole ropa seca y toallas e indicándole dónde estaba el baño para cambiarse, aprovechó para pedirle un poco de café.
Así que este inconscientemente recordó el suyo sobre la mesa y lo tomó para beberlo mientras preparaba el de su ahora invitada.
Fue al baño, quitó su vestido y se secó un poco la piel y el pelo, se mordisqueó los labios para que quedaran más rojos, no se colocó la ropa que él había traído, sino que se quedó con solo la ropa interior y los tacones y salió del baño.
Ya se encontraba algo acalorada por el pequeño sorbo, pero sabía que a él le haría aún más efecto, ya que la cantidad era mayor, además de que a los hombres esa sustancia los afectaba más.
Se adentró a la cocina siendo recibida por un arma sobre su frente.
El cuerpo se le enfrió del susto en ese momento pero se calentaba aún más por la excitacion. Nunca había tenido sexo mientras la apuntaban, y la idea la prendió aún más.
-¿Quien eres?¿que hiciste?
Estaba rojo y esta llevó su vista a su entrepierna, enorme y dura se encontraba bajo el pantalón de chándal que llevaba.
Mordió su labio por las ganas, era tan degenerada que se excitó aún más por el arma que amputaba justo en su cien.
Llebó su mano derecha a su entrepierna y comenzó a rozar sus dedos por su hendidura bajo la atenta mirada de quien la apuntaba, jadeó y pasó su lengua por su labio inferior.
La ereccion del policía se sacudió bajo su pantalón y deseó ser él quien tocará tan tierna piel.
Deslizó su arma por su pómulo, cuello y pechos dejándole sentir el frío metal. Su estómago fue su siguiente paso, luego posó el arma por sobre la tela húmeda de las bragas, estás no solo tenían agua en ellas y eso lo rojo del rostro frente a él se lo dejaban claro.
Frotó más de una vez el arma por el lugar y esta llevó sus manos a su sostén para quitarlo que su cuerpo, el pelinegro apretó los dientes y gruñó como perro por las vistas.
Frente a él estaban un par de maravillosas tetas, grandes y rosadas, se le hizo agua la boca por tales vistas. Se imaginó a sí mismo apretándolas hasta dejarlas rojas y mordiendo las hasta hacerlas doler.
Tomó su cuello con la descomunal fuerza que lo caracteriza y la acercó tanto a él que sus sexos se tocaban, luego la giró y se colocó tras su cuerpo para tirarla sobre la mesa.
Aprovechó lo aturdida que estaba por el golpe que le dió con la mesa y arrancó las bragas de su camino, el frío metal del arma fue lo siguiente que la asesina sintió sobre sus mejilla, luego los dedos de este pasearse por su hendidura para entonces ser llevados a su boca y probarla.
Enterró la polla entre su coño con tal rudeza que esta gritó, no porque le dolía, no, la maldita estaba tan húmeda que dolerle era lo que monos hacía.
Lo frío de la mesa de mármol, el frío metal del arma sobre su mejilla y el ardiente cuerpo tras el suyo era una combinación que hacía que su degenerado y pervertido coño goteara de tal manera que el sonido de agua chapoteando cuando engullía dentro de esta cada centímetro era lo que se escuchaba por debajo de los gemidos de perra callejera que soltaba.
Deslizó el arma un poco más y la llevó hasta sus labios, la muy zorra en lugar de asustarse abrió la boca y la chupó como si fuera una polla, eso encendió aún más al semental que tenía detrás.
Dejó caer el arma cuando esta estalló en placer para penetrarla con más fuerza.
¿Dejarla recuperarse?
Para nada.
Embistió una y otra vez contra el sensible coño de la mujer hasta que se sintió acabar. Salió de ella y la tomó del cuello y arrodilló frente a él para arrojar su semilla en su cara.
La mantuvo ahí, no la dejaría escapar aunque estuviera casi convulsionando de placer, esta limpió su rostro con sus dedos y los chupó haciendo un pop y mirando al hombre frente a ella con fingida inocencia.
Sonrió luego de eso, se había puesto duro nuevamente.
Sin duda esa pequeña pastilla le daría al menos tres polvos antes de hacerlo caer rendido.
La llevó a la pared y entró en ella, las piernas aún calzadas con los tacones de aguja se encontraban a cada lado de esas piernas capaces de ahorcar a cualquiera.
La mirada furiosa y lujuriosa que ambos se otorgaban era aún más perturbador que el hecho que el jefe del distrito 2 se esté cojiendo a una asesina a sueldo en su casa o que el hecho de que aún sin la pastilla habría sido capaz de hundir su hombría en ella.
La perra gimió y se retorció de placer en más de una ocasión mientras que el hombre que la penetraba buscaba su propia liberación.
...
-¿Porque no lo mataste viuda?- Namjoon se acercó a ella apenas entró a la guarida.
¿Porque no lo había matado?
Quería descubrir si sería capaz de darle ese mismo placer sin ese pequeño impulso de por medio, para eso lo necesitaba vivo, así que contrario a todas las reglas que rigen su mundo, dejó sobre la mesa los datos de quién lo había mandado a matar, para que así este resolviera ese inconveniente y ella poder volver a cabalgar tan hermoso semental.
Beban agüita
Sus pedidos aquí 😏
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