En Carretera (KSJ)
💜 Distruta
La peli rosa miraba con enojo al chico que conducía, ¿quien le dio el derecho de sacarla de la fiesta en la que estaba?¿quien lo hizo dueño de ella?
Apenas era el hermano molesto de su compañera de casa en la universidad, ni siquiera habían intercambiado palabras más allá de los insultos y desdén que se profesaban, pero al parecer eso fue suficiente para que el de pelo negro creyera que sería buena idea tomarla de la mano de la forma más brusca posible y sacarla de entre los brazos del chico que planeaba tirarse esa noche.
Esta no tenía novio, y no quería tenerlo, pero le encantaban los acostones ocasionales, más aún si sabía que no volvería a ver al hombre.
Frunció el ceño por cuarta vez en lo que va de camino, ella no entendía.
No entendía como es que no le preocupo dejar a su hermana en la misma fiesta para llevársela a ella como si fuera una vaca de corral.
No lo vió pasado de copas, incluso lo vio besuquear a una morena media hora antes, pero lo rojo del rostro de su acompañante y la mandíbula y dedos tensos le hicieron pensar que hizo algo mal.
Quizás su hermana le dijo algo que lo hizo enfadar
No es posible, ella era amable con su amiga, ni siquiera habían discutido nunca en los dos años que llevan viviendo juntas.
Se hartó.
Quitó el seguro del auto y trató de abrir la puerta, ¿que si estaba loca?, un poco si.
El pelinegro se sobresaltó en su lugar y tomó la mano de la loca que lo acompañaba, porque ¿como era posible que alguien intentara algo como eso?
-¡¿Estás loca?!
Esta golpeó su mano para alejarlo y comenzaron a forzajear, SeokJin suspiró aún más enojado de lo que estaba, colocó seguro en las puertas y ventanillas y mantuvo su mano en el muslo de su acompañante.
¿Porque?
Buscaba calmarse
De lo contrario cometería la peor de las locuras.
Debía llevarla a casa y luego volver por su hermana a quien dejó al cuidado de Hoseok.
La ola de calor que se apoderó del cuerpo de la más baja hizo que llegaran corrientes desde sus piernas hasta el centro de estas, sus pezones se errectaron casi instintivamente y le picaban las manos.
Que subiera un poco más la mano, pedía en su ardiente cabecita.
Siempre lo deseó y he ahí el porque respondía a sus provocaciones cuando este iba a visitar a su hermana, pero no podía hacer eso, no podía meterse con él.
Respiró profundo mientras temblaba.
Debía correr, si no lo hacía no sería capaz de contenerse, este se detuvo en una intersección y la miró con enojo notando lo que intentaba.
-No te moverás hasta que te lleve a casa, juro por lo que más quieras, que si mueves un solo pelo para escaparte acabarás amordazada en el asiento trasero. Maldición ¿en que mierda pensabas? ¿Conocías al sujeto siquiera?
-No lo llevaría a la casa, ¿cual es tu problema?
La tensión podía respirarse en el aire, está uno más molesto que el otro y de esa manera no llegarían a ningún lado.
-¿Que pasa si apareces muerta en un Motel de mala muerte por andar de braga fácil?
En ese momento esta quiso golpearlo, pero el auto comenzó a andar nuevamente y prefirió destilar veneno, de eso era una experta.
-Debe ser incómodo lo se, pero no porque tú tengas disfunción erectil significa que los demás no podemos disfrutar. Siempre te lo he dicho, ve al médico, morirás Virgen.
El pelinegro apretó los dientes con enojo, en la universidad circulaba un rumor sobre que este sufría de tal padecimiento, cosa totalmente inventada por la loca cabeza de la ex novia de este.
Cuando SeokJin la dejó esta hizo saber a todos que ella lo había hecho porque este tenía tal condición, eso le costó al estudiante algunas conquistas y su magnífica reputación como rompecorazones. Y como la malvada peli rosa sabía lo mucho que le afectaba el hecho lo atacó de esa forma, él la llamó braga fácil, así que solo se defendió.
El camino se hizo aún más oscuro y se notó extrañada por el lugar al que se dirigían, se había desviado.
Primero pensó en la idea de que este la lanzaría al río Han para deshacerse de ella, pero luego se vio reprendiendo se a su misma por la tontería que había llegado a su mente.
-Si me ibas a secuestrar al menos debiste ser más discreto a la hora de raptarme- dijo haciendo alusión a que todos en la fiesta los vieron salir, bueno, lo vieron salir a él, arrastrándola a ella como energúmeno.
No dijo nada.
La chica a su lado comenzaba a asustarse, luego se dijo a si misma que él no le haría nada, que era el hermano mayor de su amiga, quien les cambiaba las bombillas y les llenaba la despensa.
Él detuvo el auto, no había nada alrededor más que paredes oscuras, estaban en una especie de calle estrecha que no dejaba ver nada por la oscuridad que los arropó cuando el mayor apagó el vehículo.
Pensó en disculparse, pero lo que salió de la boca del joven la hizo enrojecer de enojo.
-Si tan urgida por sexo estás ven aquí y comprueba que tanto puedo satisfacer una mujer.
Lo dijo en un tono burlón que la hizo enojar, ¿quizás había notado que le gustaba y jugaba con ella?
Maldijo por lo bajo
-¿Te comió la lengua el imbecil con el que estabas?- ahí estaba otra vez, ese tono demandante.
Lo golpeó, la cachetada retumbó en todo el auto y esta se bajó cuando este se quedó estático por la acción, definitivamente no lo esperaba.
Salió del auto y la siguió atrapándola justo al lado, esos altos y finos tacones no le ayudaban a su andar, la cargó sobre sus anchos hombros y golpeó su trasero cuando intentó patear.
Esta chilló con enojo y la presión en su cadera se ensanchó aún más.
Se dejaría llevar, lo haría. Dejaría de pensar en las consecuencias sobre lo que pasaría por meterse con la amiga de su hermanita.
La bajó frente a su puerta y sostuvo sus manos cuando intentó volver a golpearlo. Pegó su frente a auto aprisionandola así entre el vehículo y su cuerpo, se mantuvo ahí tratando de calmar su cuerpo, picaba por tocarla. Por hacerla suya.
Esta se tensó pero se mantuvo en silencio, le hormigueaban las manos y sentía sus labios picar, ¿se podía exitar y enojar a partes iguales por este haberle golpeado el trasero?
Sintió la dura entrepierna del mayor sobre su estómago y las respiraciones profundas, sintió una de sus manos deslizarse hasta su hombro y acariciarle el brazo con delicadeza, luego se aferró a su cintura.
-Lo siento, no debí ofenderte- se disculpó el mayor
Esta trató de responder pero juraba que si abría la boca se le escaparía un suspiro por la conmoción que le creaba tener a tan maravíllalo hombre tan cerca suspirandole justo al oído.
Se acercó aún más a ella y gruñó por lo bajo -Te llevaré a tu casa- dijo para luego separarse.
Ella no lo dejaría, estaba exitada y el día siguiente sería un buen momento para pensar en la tontería que había hecho, hoy no.
Hoy quería sucumbir a los deseos que tenía hacía el hombre de hombros anchos y labios gruesos.
Los mordió
Tal fue la urgencia con la que tomó sus labios que sus dientes lo atraparon instintivamente para que no se le escapara.
Se sorprendió porque fue correspondida con la misma intensidad, no porque no creyera que esté la deseada, sino porque sabía que portaba de autocontrol, cosa que la menor no tenía.
La forma en la que este tomó los labios de la menor no le dieron cabida a que se escaparan suspiros, este los atrapaba con su boca y le los devolvía con su lengua.
Delineaba su lengua contra el labio de la más joven y gruñó cuando esta se trepó a su cadera, el pequeño vestido que la cubría subió a su cadera y dejó cabida a que él mayor tocara su poco cubierto trasero.
El beso se rompió cuando el aire había abandonado sus pulmones. Los labios hinchados de ambos y el largo y abundante cabello rosa de la chica pegado por el sudor a su rostro dejaban notar el calor que recorrían ambos cuerpos.
El la miraba dudoso y ella lo notó
No se detendría ahora, no ahora que había probado sus besos, arremetió contra los labios del molesto hermano de su amiga e introdujo su mano por su camisa para tocar ese firme pecho.
Gimió
Gimió con tal intensidad que cualquiera que la escuchara pensaría que había llegado al extasis, pero eso era Seokjin un extasis ante los ojos de la menor.
Cerró los ojos y no sentía nada más que sus labios y su cuerpo sobre el suyo, no hasta que se sintió recostada, cuando abrió los ojos se encontró dentro del auto en la parte trasera y el cuerpo de Seokjin sobre el suyo besando su cuello.
Jadeó
Luego volvió a besarla y desvió sus dedos por la unión de sus sexos, estaba húmeda, la exitacion que tenía era tal, que con el pobre roce que provocaban sus dedos contra las bragas se creía capaz de llegar al orgasmo.
Este se alejó y miró los ojos de la peli teñida buscando algún indicio de duda y cuando esta se negó a dejarlo apartase se estiró a la guantera y sacó un condon.
Siseó una maldición cuando la brusquedad del hombre rompió su vestido y luego se embelesó cuando este quitó su camisa quedando solo con sus pantalones.
Su lengua delineó el pezon de la más baja y está se abrió aún más de piernas para que este hiciera con ella lo que ambos tanto deseaban.
Mordió su labio inferior cuando lo vio sacar su hombría frente a ella para colocarse el condon, luego suspiró cuando el firme cuerpo del mayor se cernió sobre el suyo.
Era grande
Quizás con esto comprobaba que esas enormes manos y pies tenían algo que ver con la semejanza al miembro que portaba el hombre.
Acercó su rostro al de la menor y está creyó que la besaría, no fue así. Se dedicó a mirarla mientras se adentraba en ella con lentitud tortuosa.
Los anchos hombros del hombre fueron el refugio de sus inquietas manos mientras que la dura hombría del mayor se abría paso en su interior.
Salió de ella con la misma lentitud con la que entró y luego se arrodilló sobre el asiento, tomó las piernas de su compañera y la corrió hasta arriba, dejando solo la parte superior de sus espalda y cabeza sobre el asiento.
Arremetió contra ella
Esta chilló por lo delicioso que se sentía y llevó sus manos sobre su cabeza para evitar que su cuerpo se deslizara por tan abruptos movimientos.
La miraba desde arriba, lujuria, deseo, enojo. Cualquier cosa que le habría provocado hacerla suya con tal intensidad debía repetirse, se dijo para ella misma. Sin duda nadie se la había cojido como este lo hacía.
Tomó su cintura y se sentó con ella sobre su regazo aún en su interior, está comenzó a saltar sobre sus largas y fibrosas piernas mientras se sostenía del asiento.
Las manos del mayor fueron a su redondo trasero y la hicieron caer de golpe sobre el, era rudo, brusco, y demandante.
Le deseaba aún más.
Llevó sus manos detrás de su espalda y la sujetó envolviéndola con su brazo desde un lado de su cintura hasta el contrario, atrapando así sus manos en el proceso.
El brazo hacía fuerza contra su cuerpo y la hacía subir y bajar con fuerza sobre su ereccion, su otra mano fue hasta su cuello y tomó sus labios con deseo.
Dejó de comerle la boca cuando sintió la entrada de la menor palpitar de placer para así ver el rostro satisfecho frente a él.
La dejó caer sobre su pecho y alejó la maraña de cabello de su desnuda espalda, esta levantó la mirada pasó su pie derecho frente a los ojos del mayor y de esta forma se colocó de espaldas a él.
Dejándolo embobado por tal hazaña, ya que su hombría aún se encontraba en su interior.
Comenzó a moverse de adelante hacia atrás una y otra vez, este no se contuvo y sujetó sus senos desde atrás, luego levantó la cadera para recibir su trasero mejor sobre sus regazo y la apretó contra sus cuerpo cuando se sintió acabar.
Gruñó con fuerza mientras terminaba dentro del condon, más no la soltó o apartó, al contrario, la llevó con el hasta el final del asiento aún en el interior de la más chica.
Un teléfono sonó.
Eran las 3 de la madrugada, solo podía ser Jiun para saber de él.
Se estiró tomando su pantalón y sacó el teléfono luego de dejar a la más delgada a su lado. Era alto y fuerte y por la forma en la que manejaba su cuerpo parecía que se tratara de una muñeca.
Colocó el teléfono en altavoz para hablar mientras se despojaba del condon y respondió
-Oppa, todo bien? Hobi me trajo a casa pero ustedes aún no llegan, ¿pasó algo con Rose?- la más pequeña estaba claramente preocupada.
-Descuida, todo bien. Solo que la borracha de tu amiga se durmió y no encontré sus lleves así que la traje a mi departamento, mañana iré a llevarla. Cierra bien la casa- dijo mirando a la delgada peli teñida a su lado .
Cuando hubo cerrado la llamada le tendió su camisa para que la colocara sobre sus desnudo cuerpo -Duerme mientras llegamos si quieres, dudo que lo hagas después- dijo con malicia para luego morder los labios ajenos y salir de la parte trasera para conducir.
Shin Rose comprendió dos cosas ese día
La primera: Kim Seokjin no tenía disfunción erectil
La segunda: la mañana siguiente necesitaría hielo para su sobre estimulada intimidad.
El Jin de la historia en la imagen (miren las imágenes siempre dejó regalos para ustedes)🥰
Recuerden pedir pescadorxs, 😉(no hay pedido, no hay pecado) ese es el juego.😏
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