Chupala (MYG)
Disfruta tu pedido hermosa paisana 🇩🇴 @annelipeña
-Solo resta esta y podrás descansar- dijo su representante pero el pálido estaba ya harto de escucharlo.
Esa semana había tenido 3 peleas, todas ganadas por el, pero deseaba ese descanso y sabía que por lo ajetreado de su agenda no se lo podría permitir.
Luego de esas palabras se puso de pie y subió nuevamente al ring, era el peleador de boxeo número 1 en todo Korea, tenía dinero y fama, la mujer que deseara, pero nada de eso le continuó importando luego de los primeros 6 meses, ahora solo una botella de cerveza en su cuarto le alegraba el día.
Cuando se acercó al otro peleador todo pasó tan rápido que apenas notó cuando este cayó al suelo bañando el ring de su sangre.
Su mano fue alzada en señal de victoria y en su mano restante fue colocado el cinturón de oro que estaba en juego.
Apenas logró ir a su vestidor se adentró a la ducha y un fuerte dolor en la mano derecha comenzó a dejarse notar.
La adrenalina no lo dejó notar en ese momento que se había fracturado el cuarto y tercer nudillo más el dedo anular, su muñeca también dolía.
Decidió avisar a su entrenador porque en efecto sus manos eran su arma de pelea y pasó horas en emergencias para ser atendido.
Se le colocaron algunas vendas pero se le avisó que debía ir a un especialista para comenzar con las terapias la semana siguiente a esa, puesto que si no lo hacía podía perder agilidad en pelea.
A pesar de todo agradeció el hecho de que haya pasado ya que ahora si se le permitió, más bien se le exigió descansar.
Lo malo era que por las pastillas no podía beber alcohol. Así que esa tan merecida y deseada cerveza perdió protagonismo.
...
Se vistió y acomodó según la mano le permitió puesto que era la derecha y este con la izquierda era un fiasco para vestirse, comer o peinarse. Solo sabía golpear con ella aunque con la derecha era aún mejor.
Los días pasados se los pasó dentro del lujoso apartamento del que es poseedor y apenas salía para recibir sus almuerzos y luego regresaba.
-Puede pasar señor Min- dijo la joven secretaria cuando se acercó a él por el largo pasillo.
Este la siguió y tomó asiento como se le indicó para esperar a la fisioterapeuta. Era mujer por petición del entrenador puesto que estas poseían la mano más delicada y era menos probable atrofiar aún más el nervio.
-Señor Min- dijo la emocionada mujer, de nada le servía tratar de ocultar que era fanática suya cuando tenía una libreta en uno de sus cajones lista para un autógrafo.
En el momento en que se le dijo que el representante de Min Yoongi el boxeador número 1 de Korea había tomado una Cita para el, los nervios comenzaron a salir a la luz.
-Buenas- saludó el más pálido.
-Primero comenzaremos con algunas preguntas para saber cómo fue su lesión.- dijo esta y entonces notó la fría mirada del hombre sobre ella.
Este notó lo abultado de su busto apenas había entrado al consultorio y ahora no podía desviar la mirada de ese maravilloso y poco cubierto par.
-Ví sus radiografías, las viejas y las nuevas. El progreso es bueno así que hoy lo haremos lento- dijo esta y un pequeño amago de sonrisa atravesó el rostro del mayor ya que esta frase le hizo volar la cabeza. -¿Que tipo de golpe empleó en el momento de la fractura?¿lo recuerda?
-La verdad no, lo noté dándome la ducha así que hasta ese momento no sabía siquiera que lo tenía.
-Creo que fue cuando le dio el golpe doble en la mandíbula, con el primero este giró su rostro de manera perpendicular lo que le hizo a usted también girar de manera abrupta su muñeca para lograr el segundo golpe- explicó como si nada.
-¿Vio los videos?- dijo este sorprendido que que notara el golpe puesto que había sido tan rápido que muy pocos lo notaron.
-Estuve ahí. Soy un poco fan, pero eso no afecta mi trabajo- se excusó rápidamente creyendo que eso lo molestaría. Negó
-No se preocupe- de pronto deseo que esta fuera tan osada como para pedirle un autógrafo en ese majestuoso par.
Continuaron con las preguntas y este no supo si la mujer coqueteaba con el adrede o solo fueron ideas de su cabeza pero ahí estaba él mirándola de más y deseando que esta dejara alguna pista sobre si le gustaba.
-Túmbese sobre la camilla por favor- este lo hizo luego de deshacerse de su chaqueta de cuero. -Quítese la camisa también por favor- pidió esta colocándose los guantes al otro lado del consultorio.
El pálido a pesar de no tener nada debajo de esta lo hizo, porque no le avergonzaba su cuerpo, más bien lo consideraba un muy agradable atributo. Luego también encontró beneficioso tal hecho para así de alguna forma mostrarle lo que se podría comer si así lo deseara.
Luego sonrió por el sonrojo de la mujer, porque en efecto esta no esperaba que el pálido quedara con el torso totalmente al descubierto.
-Tocaré su hombro- avisó tomando asiento aún lado suyo.
Esta comenzó con los masajes desde su hombro hasta su muñeca de forma suave y relajada.
Los dedos y nudillos los dejaría para la siguiente sesión.
El rostro concentrado de la mujer lo encendió aún más de lo que estaba y abrió los ojos en demasía al notar el porque de su miembro comenzar a doler, se había puesto duro.
Se avergonzó porque de esta darse cuenta quedaría como pervertido con ella y esa fama entre todas las que tenía no la quería.
...
El masaje terapéutico había acabado y este aún se encontraba tumbado sobre la camilla por el simple hecho de haberse quedado dormido.
Esta como no tenía mas citas para ese día lo dejó dormir mientras disfrutaba de llenar algunas fichas médicas.
Aunque la mayor parte del tiempo lo pasaba mirando el rostro sereno del boxeador, se deshizo de esos molestos zapatos y cuando sintió el frío suelo besar sus pies suspiró con tranquilidad.
Volvió a sus fichas luego levantó la mirada encontrando al boxeador sentado en la camilla con mirada perdida.
-Hola- dijo está tratando de robar la atención de este de la pared.
-¿Me dormí?- asintió -Lo lamento, seguro quería irse- la vió negar nuevamente -Debería irme, disculpe de nuevo- se puso de pie para buscar su camisa.
-De hecho, espero no molestarlo. Pero quisiera un, si no le molesta me gustaría un auto..- sus palabras fueron cortadas por el hecho de tenerlo frente a ella con el torso al descubierto.
-Claro- dijo este en entendiendo lo que quería decirle.
Este firmó y luego se lo tendió mientras hablaba. -Me gustaría salir con usted, quiero que me acepte una cita- fue directo, esta negó
-Lo siento, es mi paciente. No puedo hacer eso.
-Solo porque soy su paciente- asintió -Recomiéndeme algún colega, y salga conmigo- la vio reír.
-Es más osado de lo que dicen que es, aunque deje de tratarlo sigue siendo mi paciente- aclaró.
-Ya veo, entonces le mira el pack descaradamente a todos su pacientes- meditó puesto que la había notado viéndolo justo ahora.
Esta se puso roja de la pena pero este se inclinó sobre el escritorio para quedar aún más cerca de esta, -¿No me aceptará esa cita?- negó y este se puso de pie para dirigirse a la puerta, colocó el seguro y volvió a la ahora boquiabierta mujer. -No puede decir que no le gustan las fresas si nunca las a probado. Yo en lo personal soy partidario de darle una probada a las cosas antes de rechazarlas- dijo esté dirigiéndose donde esta estaba sentada.
La tomó de la mano y delicadamente la guió hasta la ventanilla que se encontraba al lado izquierdo. -Las vistas son maravillosas aquí- halagó.
Esta se estremecía completa al escucharlo hablar contra su oído mientras sus manos sujetaban su cintura con apego. -Si las mujeres supieran lo mucho que nos ponen estas faldas de tubo a los hombres las usarán más a menudo ¿o ya lo saben?- esta asintió -Son unas traviesas,- dijo deslizando su mano lo suficiente como para dejarlas al final de esta y comenzar a adentrar la mano izquierda y correr la falda hacia arriba. -Me encanta romper estas cosas- dijo este cuando tocó el encaje que la cubría, lo siguiente en suceder fue sus dedos izquierdos hacerla pedazos sin el más mínimo esfuerzo.
-¿Aún me negará la salida?- preguntó adentrando sin el más mínimo cuidado dos dedos en su interior, esta estaba bastante húmeda y apenas la había tocado.
-No, si iré- dijo entre jadeos, este no se detenía.
-Qué buena chica- dijo y reprimió una malévola sonrisa cuando liberó su mano de su entrada, la hizo probarse colocando sus dedos en su boca y luego cuando estos estuvieron lo suficientemente limpios rompió los botones de su camisa dejando esos maravillosos pechos al aire. -Solo es una mano ¿y ya estás gimiendo?¿Te imaginas con esta?- dijo frotándose contra ella. Está asintió frenéticamente. -¿La quieres?- asintió -Chupala.
La mujer giró su cuerpo pero luego fue estampada nuevamente contra el ventanal. -No ahora preciosa, primero déjala que escurra.- dijo este para luego terminar de bajar lo suficiente su pantalón y golpetear su trasero con su dura polla. -¿Las abres para mi?
En apenas segundos esta ya había abierto las piernas y el pálido había entrado en ella sin una pizca de delicadeza, con cada embestida su cuerpo se apegaba más y más al ventanal de cristal mientras a los lejos veían los autos pasar.
El cuello de la mujer fue tomado evitando que se desplace lejos de él, este apretó con tal fuerza el pecho izquierdo de la mujer que el hecho de haber experimentado tanto dolor y placer al mismo tiempo la hizo acabar violentamente.
Salió del interior de la mujer y la giró, esta se arrodilló frente a él -Muéstrame que sabe hacer esa boquita.
Beban mucha agüita porque a donde vamos no hay🙃
.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro