Boo (KSJ)
Disfruta Victoria 💜 bienvenida al harem del pecado 😌
Victoria una joven que nada tenía que estar haciendo ahí mordió sus labios por tercera vez en los últimos 2 minutos, a ese paso acabaría herida. Pero ¿como se le ocurre aceptar ese trabajo?
Esta es presentadora, y se le fue asignada una supuesta casa embrujada, el problema venía en que esta era demasiado miedosa y el camarógrafo que se le asignó era su crush de toda la facultad de periodismo.
Kim Seokjin
Apenas vio entrar a clases esos hermosos y anchos hombros y ese rostro angelical cayó rendida, era tímida en ese entonces así que como este siempre estaba rodeado de chicas esta nunca tuvo una oportunidad. Tres años después comenzaron sus prácticas en la misma empresa de entretenimiento pero no hablaron más que simples saludos, esta era la primera vez que trabajaban juntos y esta temblaba porque en efecto lo arruinaría.
Las horas pasaban y nada pasó. Esta se relajó en cuando marcó la hora en la que debían irse y luego de grabar una última toma comenzaron a recoger el equipo.
No notando que fuera de esta llovía a cántaros.
-Es mejor si dejamos el equipo aquí hasta mañana y salimos al vehículo- dijo este pensando en que no quería verla desmayarse del miedo como hasta hace poco se encontraba.
-Nos mojaremos- se limitó a decir deseando que insistiera más porque en efecto no quería quedarse ahí, no habían lámparas o linternas
-Solo un poco, aunque pensándolo bien, creo que me quitaré el abrigo, es mejor llevarnos el equipo- dijo el apuesto camarógrafo.
-Es cierto, lo podrían robar- esta en solidaridad también se despojó del suyo y cubrió los micrófonos y cables, mientras que el más alto llevaba la cámara.
Cuando dejaron la casa la puerta fue azotada fuertemente como si deseara echarlos y esta no supo cómo ni de dónde sacó tal rapidez pero cuando se vio ya estaba sobre el asiento del conductor.
-¿Estas bien?- dijo esté entrando tras ella pero en el asiento de al lado.
Esta miraba la ahora alejada casa y el rostro del hombre frente a ella -No pasó nada, solo fue la brisa ¿si?- dijo calmándola y era cierto.
Esta aún estaba algo incrédula pero aligeró los hombros cuando este comenzó a reír estrepitosamente.
-No te rías, moría de miedo- dijo cubriendo su rostro apenada.
-Lo siento, no es de ti. Es solo que nunca en mi vida vi a alguien correr tan deprisa.- admitió. -Vamos a llevarte a casa, podrías enfermarte- dijo y entonces notó que tenía la ropa pegada al cuerpo de tanta humedad.
Luego miró el torso del mayor, su blanca camisa prácticamente transparentaba y sus pezoncillos estaban duros contra la tela.
-Claro- dijo eso y no notó que ella estaba en su lugar hasta que esperó por más de un minuto a que encendiera el coche. -¿Te molesta si te paso por arriba?- esta no veía prudente volver a salir, además de que aún tenía algo de miedo por la casa ahora cerrada.
Lo vio negar con una mirada llena de sorpresa puesto que para el esta era bastante tímida, luego el mayor recordó que como era tímida quizás también era inocente y que no mal pensó la idea de prácticamente sentarse sobre su regazo.
Cuando esta pasó el primer pie para el lado contrario una sombra acercarse al vehículo la hizo sentarse de golpe sobre el hombre buscando refugio. -¿Viste eso?- este negó porque en realidad no había visto nada.
Comenzó a pensar que estaba algo paranoica pero luego cuando los húmedos cabellos de la mujer le permitieron ver más allá notó un hombre acercarse a la camioneta.
-Solo es una persona sin hogar, se irá dentro de poco- dijo este pero esta no se movió esperando que así lo hiciera.
Lo que su miedo no notó fue el hecho de que el mayor comenzaba a tensarse bajo su cuerpo.
Cuando estuvo más tranquila entonces notó donde estaba y avergonzada se hizo a un lado, este batalló un poco para ir a su lado por lo largo de sus piernas pero al intentar encender el vehículo este ni siquiera encendió las luces, al parecer la batería se había descargado.
Intentaron llamar a la grúa y sus teléfonos no tenían cobertura, parecía la viva imagen de una película de terror.
-Lamento no tener con qué secarnos- dijo este cuando la vio tiritar por aún las prendas húmedas sobre su cuerpo.
-Descuida- le restó importancia.
Luego recordó que en la guantera tenía una camiseta que le habían dado en la compañía y que este se negó a usar, así que al menos podría ofrecerle algo seco, la camioneta solo tenía un compartimento por lo que estaban algo apretados con el equipo bajo los pies de la más baja.
Este se la tendió y luego de haberse enfrascado en una discusión sobre quién debería usarla cedió, se deshizo de su blusa y se colocó la camiseta para luego deshacerse del húmedo pantalón.
El mayor a pesar de evitar mirar no pasó de ser percibido el tatuaje que esta tenía entre los pechos, la creía muy santurrona como para que tuviera uno.
-Me lo hice hace un año- dijo entendiendo que se moría por preguntar.
-Lamentó haberlo visto- la hizo reír
-Descuida, está ahí para eso.- este imitó su acción, de pronto la tensión entre ambos había tomado partido.
-No te creí tan osada, siempre eras callada en la facultad de periodismo.
-Es que iba a estudiar- bromeó -Tu por el contrario siempre estabas rodeados de chicas, seguro la pasaste muy bien- negó.
-No tuve nada con ellas. Nunca- aclaró
-No parecía eso- dijo mirando esos penetrantes ojos. -Ademas eran muy lindas todas- se animó a halagarlas.
-Lo eran, pero había una que me gustaba y nunca me permitió acercarme- admitió.
-Qué feo caso. ¿Como es posible eso?¿También los guapos son rechazados?- dijo con notoria sorpresa.
-No diría que rechazado, más bien ignorado- dejó a decir.
-Qué pena- dijo con sinceridad
-¿De verdad nunca notaste mis miradas hacia ti o solo no te importaba?- dijo el alto ya que esta parecía no captar que las indirectas eran hacia ella. -Me gustabas tu- dijo cuando esta abrió tanto los ojos que parecía iban a salirse. -Parece que no lo sabías- dijo notando que en efecto parecía a punto de tener un paro cardíaco.
-Qué idiota la verdad- dijo esta.
-¿Yo?
-Si ¿quien más? Si te gusta una chica se lo dices porque puede que ella también guste de ti. Hay que ser muy imbecil- agregó y este estaba atónico por escucharla hablar de esa manera, por lo general esta era bastante calma y dócil.
-Tienes razón- dijo al fin- Me gustas
-Ya no sirve si pasó tanto tiempo.
-Lo digo porque aún me gustas. Pedí las prácticas en la empresa por ti pero ahí también me ignoraste
-Qué no te ignoro, que solo me intimidas un poco- agregó con rabia.
-¿Intimidar de miedo o porque te gusto?- quiso saber.
No respondió, más la mirada que ambos compartieron acabó en la más baja siendo halada por SeokJin para sentarla sobre su regazo y comerle la boca con comodidad y destreza.
-¿Como es que ya estás duro?- dijo esta pues apenas había detenido el beso para tomar su cuello y sentía lo duro que estaba entre sus piernas.
-¿No lo notaste cuando te subiste sobre mi?- negó -Frótate un poco. No me hagas sufrir- dijo necesitado.
Esta se deshizo de la prenda que la cubría y luego fue con su sostén, el alto de hombros anchos y labios gruesos negó -No tienes que quitártelo, luego no podré contenerme- era cierto, apenas había visto un poco y se sentía frenético.
-Te quiero dentro, justo aquí- tomó las mano del mayor y la colocó sobre su intimidad.
Apenas esto pasó cuando este volvió a comerle la boca con tal fuerza que la hizo tocar el volante con la espalda.
Acomodo el asiento cuestión de quedar lo más alejados posible del volante y esta con rapidez y deseo liberó el goteante miembro del alto.
Hizo su ropa interior a un lado y se sentó sobre la dura y palpitante polla del mayor. Había calculado mal la forma en la que se sentó.
Por la posición en la que estaban no notó lo grande que era y ahora que estaba toda dentro ni siquiera podía moverse.
-Por golosa- se burló, luego tomó su cadera y comenzó a desplazarla frotándola contra él hasta hacerla acostumbrarse y entonces ahí esta fue capaz de montarlo como era debido.
El vehículo se movía de un lado al otro y los oscuros cristales se empañaban por el calor de ambos cuerpos.
Cuando la sintió acabar sobre él clavó sus dedos en su cadera para moverla con más fuerza hasta que ambos acabaron tan exhaustos como satisfechos.
-De lo que te perdías por lento.
¿Quien quiere ir a esa casa embrujada?
Yo conozco un par de Jin Bias que quieren vivir ahí.
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