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Capítulo 7: Atracción

CAPÍTULO 7: ATRACCIÓN

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El estar en casa un lunes por la tarde era sumamente estresante para cualquier estudiante que cursaba la especialidad de higiene y salud en el instituto de Min. Los maestros aprovechaban para encargarles diapositivas de los temas (como si fuera el trabajo del alumno impartir las clases y explicar todo lo del temario), ponían quién sabe cuántos resúmenes de lo que verían los siguientes días y, si andaban de buenas, les encargaban hacer algún proyecto extraño, como ese en el que se vio en la necesidad de bailar una estúpida canción acerca del sistema digestivo con JinYoung, HoSeok y HyungWon. Habían sacado la letra de la canción, pero Jung y él tuvieron que cantarla porque los otros dos integrantes no quisieron hacerlo, luego hicieron el ridículo porque Jin olvidó sus pasos en la presentación y todo fue grabado por los de último año y NamJoon, quienes no dejaban de molestar con el tema.

YoonGi odiaba a los de último año. Era esa clase de gente que le generaban ganas de querer golpearlos porque, simplemente, eran unos estúpidos buenos para nada. No hacían nada más que burlarse de la gente, no respetaban a los profesores, mucho menos a alguien diferente. Junto a JiMin, él pudo haber sido uno de los blancos de las burlas debido a lo "delicado" que lucía para ser un hombre, pequeño, paliducho y delgado; hubo incontables veces en las que escuchó cosas sobre ellos dos, pero nunca les hicieron caso. Claro, la gota que derramó el vaso fue cuando la mismísima prefecta lo único que supo hacer (tan inútil e ignorante, como esos estudiantes) fue decirle que dejara de ser como era para evitar que las miradas cayeran sobre él. ¿Y qué diablos se suponía que debía de hacer entonces? ¿Meterse esteroides para estar igual de fuerte que esos brabucones y ponerse a ver vídeos inapropiados en medio de las clases? ¿Hacerle burla a los compañeros más jóvenes y meter bebidas alcohólicas, como esas chicas sin cerebro? En fin, era la generación más asquerosa y patética que había visto en toda su vida... Entre ellos, muchos de los profesores que había en el plantel y con los que supuestamente debía de sentirse cómodo.

Por lo menos lo de la otra especialidad (algo relacionado a la comunicación y administración) no la tenían tan mal, pero sus maestros eran peores que los de Min, respecto a formación educacional. Descuidados, sería la palabra. No les dejaban tareas, les daban las respuestas del examen en cuestionarios de veinte preguntas, sacaban los conceptos más patéticos que hallaban en Google y, para que aún quedaran como mayores ridículos, los alumnos sabían más que ellos. Siempre era entretenido oír a Mina y a NaYeon quejarse de las peleas que tenían los mayores.

Para ese punto de la tarde, por suerte, Yoon casi había acabado con sus deberes porque había comenzado a hacerlos entre clases para descansar más tiempo en casa. ¿Cómo le haría para graduarse de la universidad, si ya se quejaba de casi todo lo que tenía la preparatoria...? Bueno, ¡ni siquiera sabía qué estudiar! Letras era, según todos, para morirse de hambre y él ingenuamente tenía la creencia que estudiando eso podría escribir mejores historias.

Cuando comenzó a hablar con sus amigos por Messenger, no imaginó que leería aquella pregunta por parte de NaYeon, mucho menos de forma tan directa y sin pena. Había sido tan desconcertante y apresurado que se había dado varios minutos para procesar su posible respuesta. Quizá pensó más de lo esperado, pero al final de cuentas logró responder con las mejillas calientes y algo rosadas el mensaje.

Su corazón algo apurado latía con fuerza en su pecho, lo sentía vibrar en cada rincón de su cuerpo y había sufrido una pequeña escena de pánico al tan siquiera imaginar un escenario en donde eso fuera posible. ¿Le gustaba Kim TaeHyung? Por supuesto que no.

¿... O sí?

Yoon negó con la cabeza cuando esa escena mental pasó por su cabeza, pues estaba aturdido. ¿Cómo iba a ser posible que le gustara alguien como Kim? Era guapo y divertido, sí, también sabía que era inteligente bajo su esencia algo arrogante y presentía que sería un buen chico, pero a la vez había muchos factores en su contra, cosas que a él no le gustaban para nada. El alcohol, el tabaco, su forma de expresarse cuando veía una mujer guapa, su desinterés en ciertos temas que a él sí le importaban... Ni siquiera sabía si era bisexual, como él.

Solo le atraía, sí.

Es decir, ¿por qué no sentirse atraído por alguien como Tae? Aspiraba un aura intrigante para alguien introvertido, como lo era el castaño. Parecía alguien fácil de relacionarse y salir de su zona de confort. Sentirse atraído no significaba que le gustara, y mucho menos que anduvieran, ¿no es así? Claro, si se iban a los extremos de la simple pregunta.

Sentía que aún faltaba un largo camino para conocerse, quería seguir explorando sus facetas e ir aprendiendo mucho más con el tiempo. Aún creía que había ciertas barreras en él que debía de romper para conocerlo a profundidad y, ¿quién sabe? Quizá realmente enamorarse de su persona. Tal vez sus pequeños disgustos solo eran imaginaciones suyas, exageraciones de su cerebro y nada más. Muchos de sus amigos fumaban y bebían también, ¿por qué a ellos no los excluía de esa forma, como lo hacía con TaeHyung? Todavía necesitaba conocerlo mejor y conocerse a sí mismo después de esa relación fallida, dejar a un lado sus prejuicios.

A lo mejor sería una nueva e interesante fase de su vida.

[ 🌹 • 🍒 • 🌈 ]

Durante los días siguientes asistió a la escuela con un solo propósito: averiguar cómo se sentía junto a TaeHyung, excluyendo lo máximo posible las burlas que sus amigos podían llegar a ser, pues no quería confundirse (o al menos no tanto). No actuó de una forma diferente mientras estaba con él, sino que se comportó con tanta naturalidad que su único objetivo se le olvidaba en algunas ocasiones (eso era bueno); estaba orgulloso de sí mismo por la forma tan profesional con la que, según su punto de vista, actuaba.

Le siguió ayudando con los trabajos, le recordaba algunas tareas, hacían equipos, iniciaban ciertos debates sobre lo que sea en donde no estuvieran de acuerdo y rayaban las manos o cuadernos del otro, lo mejor que habían comenzado a hacer para YoonGi. Le gustaba la cercanía sin dobles intenciones.

—¿Ya los viste? —Oyó murmurar a NaYeon el miércoles durante la clase de biología, pero no le hizo mucho caso. Justo en ese momento estaba escribiendo algo en el torso de la mano de Kim, una secuencia de tatuajes que tenía su artista favorito; no era excelente haciendo eso, para ello estaban Mina y Jackson. Eran buenísimos a la hora de dibujar.

—Parecen novios —Mina continuó, probablemente jugando con un mechón rubio de su cabello—. Les tomaré una foto antes de que se quiten.

—Están hablando de nosotros, ¿no? —Tae susurró de igual manera, aunque solo para el bajito con aspecto gatuno. Lo había visto tensarse un poco con los comentarios de sus amigos, pero supuso que era solo porque a veces se ponía algo nervioso. Quién sabe, en realidad. Lil meow meow también era un misterio para el guapo moreno.

—Supongo —respondió, apurándose para terminar el dibujo en su dedo anular. Había tomado un marcador permanente como venganza por haberle puesto un feo pene en uno de sus trabajos, aunque el falso tatuaje no le duraría ni tres días—. Ya casi termino, no te preocupes. Luego les pediré que las borren y...

—Oye, te va a quedar feo —le escuchó quejarse, interrumpiéndolo y haciendo que alzara la mirada, incrédulo por no verlo molesto o incómodo—. No me importa lo que hagan, solo termina esto bien, por lo menos. Ni siquiera sé qué significa.

—Es el nombre del grupo de fanáticos —le contestó, volviendo lentamente a su trabajo tras haber hecho contacto visual durante unos segundos. Nunca podía sostenerle la mirada de manera consciente porque le daba pena.

—Lo que sea —masculló—. Solo no te preocupes por lo que dicen los otros. Sé que son bromas, aunque en algunas ocasiones sí me de dan ganas de darles un buen golpe por el coraje. Solo somos amigos.

—Te entiendo.

Y es que hasta cierto punto lo hacía, solo que se llevó una pequeña decepción por sus palabras. ¿Tan difícil era cerrar la boca por unos segundos? En fin, debía de ser por su signo zodiacal... Sí. Capricornio...

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Para esa tarde, cuando llegó la hora de salida, el castaño estaba esperando a que HoSeok acabara de rechazar a un pretendiente mientras estaba sentado junto a JungKook. Los llevaría a casa, así que estaban charlando entre ellos con la mayor naturalidad posible. No eran muy cercanos, pero Jeon tenía una facilidad asombrosa para encajar en todas partes; guapo, carismático y sincero, todo lo necesario para sentirse cómodo en una conversación.

—He oído sobre tu ruptura con Mimi —comentó Min, jugando con la correa de su mochila. Tenía muy en claro que quería saber qué fue lo que ocurrió durante esa relación, ¿eso era ser muy entrometido? Le parecía curioso cómo casi nadie preguntaba acerca de eso, como si todos supieran menos él (aunque sabía que no era así).

—Oh —rio el contrario suavemente y echó la cabeza hacia atrás—, creo que todos lo han oído. No lo hemos hablado públicamente, pero es muy obvio.

—¿Cómo te sientes al respecto?

—Mal —respondió casi al instante, completamente honesto y sin mirarlo a los ojos por quedarse viendo hacia el triste horizonte que tenían: la calle llena de autos que iban por otros estudiantes y uno que otro perro callejero que iba pasando. El aire estaba helado, pero nada intolerable—. Sé que JiMin está igual. No terminamos exactamente por un error que cometió alguno de nosotros, ¿sabes? Al menos no lo siento así.

—Entonces, ¿por qué terminaron? ¡Eran una pareja adorable! Se notaba que eran muy felices.

—Lo éramos —confirmó—, por lo menos en las sombras.

—¿Las sombras? ¿A qué te refieres? —Quiso indagar más, curioso y con los ojos bien atentos en el bonito perfil del más alto. Actuaba como si no supiera lo que supuestamente ocurrió.

—Supongo que puedo hablar contigo. Eres amigo de Hobie y me das buena espina —oh, Jeon JungKook tenía la sonrisa más adorable e inocente que había visto Min en su corta vida—. Mis padres no son los mejores. Ambos son unos adictos y, sumado a ello, mi papá es un homofóbico de mierda —bueno, su vocabulario no era tan lindo como él aparentaba, aunque no lo juzgaba—. Por otro lado, están los Park que son tan...

—¿Intensos? —Había oído que eran doctores, por lo que fue fácil creer que eso era cierto.

—No —susurró y volvió a sonreír—. Me querían, me cuidaban como uno de sus hijos. Ellos son tan lindos... Mimi solo quería un noviazgo normal, el cual yo no podía ofrecerle. Era difícil salir a escondidas —por unos segundos guardó silencio, apartando la mirada de nuevo. Su rostro estaba pálido mientras frotaba uno de sus brazos sobre el suéter que tenía para cubrirse del frío—. Decidimos terminar bajo la condición de hacer creer que fue porque él insistía demasiado.

"¿Hacer creer...?" Pensó, frunciendo los labios. Eso quería decir que había más historia por contar.

—Eso afecta su imagen...

—Lo sé —se apuró a decir—. Yo le dije que no era necesario, pero él se ofreció; yo ya no quería que saliera más lastimado. Solo TaeTae sabe lo que pasó realmente porque estuvo cerca cuando lo discutimos —al parecer, ni siquiera HoSeok lo sabía y Yoon sabía cuándo detenerse—. Pensé que era lo correcto porque no podía arrastrarlo conmigo, aún cuando quería apoyarme, y ahora lo echo de menos. Él era tan paciente y lindo, yo no podía darle lo que merecía.

—Si estaban destinados a estar juntos, estoy seguro de que podrán regresar de nuevo —fue lo único que agregó para animarlo. El azabache le sonrió otra vez, en esa ocasión mostrándole esos dientes de conejo que tanto lo caracterizaban.

De nuevo, la idea de que parecían dos lobos inquietos por volver a aullar juntos atravesó su cabeza. Un miembro de la manada pasando un mal momento afectaba al resto. 

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