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Capítulo 2: Audífonos

CAPÍTULO 2: AUDÍFONOS

Hablar con Jung y Solar había sido un proceso de desintoxicación y gran satisfacción para YoonGi ese fin de semana pues, tras haber acabado lo pendiente de sus trabajos para esos días, había tenido tiempo para procesar exactamente lo que había ocurrido. Ellos habían estado para él durante todo el verano, temporada en la cual Jun y él habían decidido darse un tiempo porque no se sentía cómodo a su lado tras la discusión del autismo y otros problemas que sufrió su ex (cosas familiares en las cuales intentó apoyarlo lo mejor que pudo, pero que no recibió ni siquiera un agradecimiento de su parte); sus amigos no se daban por vencidos, lo oían durante minutos charlar de eso para que se deshiciera de todo el coraje que tenía y, claramente, lo empujaban a hacer cosas nuevas. Le animaron a retomar la escritura de sus historias, a salir un poco más y a bailar de nuevo durante las tardes.

En esa ocasión, no fue la excepción, aunque Solar no podía hacer mucho porque no iban a la misma escuela; sin embargo, ajeno a la situación, se veía como una oportunidad para retomar su amistad con HoSeok de una mejor forma.

Para el lunes siguiente, él lo llevó en su auto a la escuela y se despidieron para dirigirse hacia sus respectivos salones; Yoon formaba parte del "B" (el mejor de la generación, según él). Al llegar, tomó asiento en su lugar habitual. Aún no llegaba ni la mitad de sus compañeros porque preferían llegar justo después del timbre, pero habían algunos ya: TaeHyung, NamJoon, NaYeon y otros cuantos a los cuales no era tan apegado.

No tenía nada que hacer por el momento, pues había acabado de leer un libro días atrás y selló la tarea apenas ingresó al colegio; así que estaba dispuesto a escuchar música hasta que TaeHyung se acercó, él se sentaba a su lado en la fila vecina. Habían comenzado a hablar más el semestre anterior. 

—YoonGi —el clásico aroma de su perfume combinado con el de tabaco le invadió sus fosas nasales haciéndole fruncir la nariz—, ¿en verdad huelo a cigarro? NamJoon no deja de decirme que apesto.

—Apestas en diferentes sentidos —se burló NaYeon, quien estaba sentada frente a él y revisaba si había hecho toda su tarea—. Y sí, hueles mal.

—A ti no te dije —protestó, regresando la mirada a Min—. ¿Y bien?

—La verdad... Sí. No es muy fuerte, pero te recomiendo que te quites la chaqueta —confesó, dándose por vencido de que no oiría música esa mañana. Guardó su celular y se puso de pie cuando vio a NamJoon aproximarse a donde estaban ellos, apoyando su gran brazo bronceado en su escuálido hombro—. Buenos días.

—Hola —le saludó—. Ya lo oíste, Tae. Quítate eso antes de que los maestros piensen que hacemos otras cosas cuando no están.

—Bah —exclamó—. Solo fue uno antes de entrar y me bañé en colonia, ¿cómo sigo oliendo mal? ¿Apoco no tiene al menos un poco de aroma fresco? —Sin vergüenza, como de costumbre, se acerca al más bajo del grupo para que olfateara su pecho y él, indeciso, lo hace antes de darle la razón—. ¿Lo ven?

—No quiero estar a un lado de alguien que huele así, de todos modos —el pálido habló, viendo llegar a JinYoung y saludándolo con un asentimiento. Él era quien se sentaba enfrente suyo—. Solo guarda la chaqueta, igual no hace tanto frío. No seas ridículo.

—Ya lo oíste. Andando —NaYeon se burló, robándole un suspiro a YoonGi. Nunca iban a cambiar.

Los días en la escuela eran como los de cualquier estudiante, solo que de forma un poco más aburrida cuando se hablaba de celebraciones por el hecho de estar arraigados a la religión y tener una pésima organización de eventos (culpa de los trabajadores de la unidad principal que estaba en otra ciudad, según su directora). Esas semanas eran complicadas por la gran cantidad de tareas y proyectos en equipos que tenían pendientes, eso último al menos hacía el trabajo más ameno. Yoon era muy estricto consigo mismo a la hora de presentar esa clase de trabajos, pero trabajaba muy bien con sus amigos.

Esa mañana, mientras explicaban algunas cosas en la materia de matemáticas, TaeHyung volvió a hablarle mediante un murmuro.

—¿Puedes ayudarme? No entiendo nada —habían sido sus palabras, las cuales le hicieron reír un poco e ir a pedir permiso para acercar su asiento al de él. Nunca se callaba cuando estaban juntos, lo cual agradecía: no pensaba en JunMyeon de esa manera.

Sentarse con Tae implicaba dos cosas: estar más cerca de sus otros amigos y concentrarse más en ellos que en la clase en sí.

Si bien las dos horas de matemáticas prosiguieron con normalidad, fue hasta el cambio de asignatura cuando todo comenzó. El profesor de física entró, un hombre bajito y con la clásica camisa a cuadros, aplicándoles al instante una serie de ejercicios relacionados a la última clase que tuvieron y que podrían hacer en equipos mientras oían música con sus audífonos (era de las mejores clases, definitivamente, aunque no fuesen sus temas favoritos). Yoon supo en ese momento que ahí mismo se quedaría, así que solo acercó su mochila y acomodó el asiento de JinYoung para que se uniera a NaYeon, TaeHyung y él.

—Obviamente Tae hará las dos últimas porque son las más difíciles —rio Jin. Como solía ser el integrante que menos trabajaba en algunas ocasiones, a él le tocaba hacer lo complicado; mientras tanto, los otros tres se repartían mayor cantidad de problemas, pero más sencillos. Era una estrategia para que estuviera listo para el examen y porque a Min no le gustaba que actuara como un bueno para nada, pues era un buen estudiante, solo que flojo.

—Yoon, préstame tu formulario... ¿Traes otra calculadora...? Gracias. ¡Verán cómo acabo todo antes que ustedes!

—Presume cuando acabes —indicó el mencionado. Por alguna razón, siempre le sacaba una sonrisa pese a no hacer gran cosa; transmitía un buen soporte para su estilo de vida introvertido—. No pongas lejos el formulario porque debo ver yo también —en sí, casi nunca había espacio entre ellos y, aunque a YoonGi no le gustara tanto el afecto, nunca lo apartaba.

—Deberías de hacer otro formulario para él también —NaYeon interrumpió, sarcástica. Él acostumbraba llevar dos cosas en su mochila: una para sí mismo y otra por si acaso... Tae se volvió el "por si acaso"—. Jin, tú haces del uno al tres, yo los siguientes tres y Lil meow meow los de casi al final.

Trabajar en equipo era divertido, principalmente para ellos. Siempre eran los primeros en acabar y tenían tiempo de sobra para platicar de cualquier tema: sexualidad, intereses románticos, canciones, debates de series, jugar al uno o caricachupas, dibujarse cualquier tontería en las manos o generar discusiones entre ellos mismos que acababan haciéndoles reír.

—¡Tus manos son muy suaves! —Exclama sorprendido el moreno, mirando con detalle la delgada mano de Yoon sobre la suya—. De seguro no lavas ni un plato o tallas ropa, ¿verdad?

—¡Claro que lo hago...! A veces.

—Te pones crema, entonces.

—No.

—Ya están coqueteando de nuevo —se quejó NaYeon con las manos extendidas sobre las de sus compañeros. Justo estaban en medio de una ronda de caricachupas cuando todo comenzó.

"De nuevo", repitió instantáneamente la cabeza del castaño con algo de incredulidad. ¿En verdad la gente pensaba que coqueteaba con su compañero? ¡Apenas habían comenzado a ser cercanos ese semestre y él estuvo en una relación durante gran parte de ese tiempo!

Avergonzado, apartó la mirada. Él no había visto sus conductas como un mal acto, solo intentaba ser más cercano a la gente que lo rodeaba. ¿Jugar con las manos de otra persona era malo? ¿Había sido infiel inconscientemente todo ese tiempo?

—Oye esto —ajeno a las palabras de la chica, TaeHyung le pasó un audífono para que escuchara la canción que sonaba. No sabía con exactitud cuál era, pero se trataba de la inigualable voz de The Weeknd.

—¿Podemos continuar con el juego? —JinYoung se quejó, dispuesto a decir la siguiente categoría de la partida.

—¡Música de encueramiento! —Tan imprudente como siempre, le hizo carcajear y asentir con cierto aire de desinterés. Estaba haciendo un intento patético de cantar la letra, formando expresiones extrañas para llamar su atención y el ademán de quitarse la camisa del uniforme—. Para cuando quieras estar a solas con JunMyeon, ¿qué tal?

Todos sabían de su relación con aquel muchacho, pero casi nadie sabía de su ruptura; así que solo detuvo su risa de forma considerada y decidió proseguir con lo que hacían antes, sin quitarse el audífono. En algunas ocasiones, Tae se detenía unos segundos para preguntarle sus gustos para que no fuera el único en disfrutar, pero no sabía que Yoon ya estaba disfrutando el momento, tan solo dejándose llevar por las buenas emociones que no había tenido durante tanto tiempo.

—¡Deja de dibujarme penes! —Se quejó en clase de literatura, lloriqueando por su trabajo arruinado y oyendo la escandalosa risa del moreno.

—¡Tú deja de escribir mi nombre con el de JiMin en todos mis apuntes!

—O sea —se cruzó de brazos, viendo a lo que se refería y luego echando un vistazo al rubio que estaba detrás suyo. Él también parecía divertido por la situación—, es diferente. Lo de ustedes es algo bonito.

—Prefiero los penes.

—Eres un sucio. Por eso Hobie te rechazó la última vez —señaló, nombrando a HoSeok por uno de sus apodos.

—Eso fue porque él no sabe lo que quiere. Ya lo superé. Le dije thank you next.

—Sabe que no te quiere a ti —se burló, dándose cuenta de que atinó a un punto sensible de su orgullo por la forma en la que se le quedó mirando unos breves instantes antes de regresar su mirada al cuaderno para continuar con su trabajo.

—Tú ganas —murmuró, haciéndole sentir satisfecho por oír eso. Adoraba dejarlo sin palabras.

Kim TaeHyung era un joven confuso para cualquiera que lo quisiera descifrar. Era muy guapo, con la tez morena, un par de lunares, manos grandes, alto y delgado; tenía un sentido del humor agrio y sencillo a la vez, era un poco desordenado y así de fácil como era hacerlo reír, también era hacerlo enojar y desesperar cuando andaba de malas; no dudaba en hablar cuando algo le molestaba, solía sacar buenas notas incluso para haber estudiado cinco minutos antes del examen junto a Yoon y Jin, toleraba todas las opiniones y gustos, le gustaba demasiado el chisme y pasar tiempo con sus amigos (principalmente con Park JiMin). En fin, alguien común del cual fácilmente muchos podrían interesarse, pero el principal defecto que veía Lil meow meow era que, según él, Tae no podía y no quería pasar desapercibido porque siempre usaba el argumento de "probar cosas nuevas"; desde la perspectiva de unos, principalmente de Min, era esa clase de muchacho que llevaba alcohol y cigarrillos a donde sea que iba, como si no pudieran tener una fiesta sin depender de ellos.

Su amistad comenzó cuando los pusieron juntos a inicio de semestre. Antes no lo soportaba, pues era demasiado extrovertido y ruidoso (incluso algo coqueto), pero comenzaron a hablar más debido a un proyecto en donde debían realizar un cortometraje para un libro. 

YoonGi no supo cuándo comenzó a perderse mirándolo atentamente durante largos segundos, preguntándose qué pasaba por su cabeza. Le fascinaba conocer poco a poco una faceta suya, como la comparación de Shrek sobre los ogros y las cebollas: Kim era como las cebollas, capa tras capa había algo nuevo y él quería saber qué había hasta el fondo.

Era intrigante.

Nos encontramos,
Yo te ayudé a salir de un lugar destrozado.
Tú me diste consuelo,
Pero enamorarme de ti fue error mío.

Yo te coloqué en lo alto, yo te coloqué en lo alto,
Me apropié de ti con tanto orgullo y abiertamente,
Y cuando los tiempos fueron duros,
Cuando los tiempos fueron duros,
Me aseguré de tenerte cerca de mí.

Así que di mi nombre,
Di mi nombre cuando te beso con tanto cuidado.
Quiero que te quedes.
Quiero que te quedes, aunque tú no me quieras.

Chica, ¿por qué no puedes esperar?
¿Por qué no puedes esperar, cariño?
Chica, ¿por qué no puedes esperar a que me desenamore?
¿No dirás mi nombre?
Chica, di mi nombre,
Y yo iré de camino,
Yo iré...

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