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Capítulo 17: "¿Te gustaría unirte a un rol?"

CAPÍTULO 17: "¿TE GUSTARÍA UNIRTE A UN ROL?"

La cuarentena no fue lo que esperaba ninguno de los jóvenes. Los días iban pasando y, pese a que algunos salían debido a la inconsciencia, el panorama era realmente deprimente: había poca gente en las calles, muchos locales habían cerrado y la comunicación se había reducido en su mayoría por medio electrónicos; las clases presenciales se cancelaron, los trabajos tomaron ciertas medidas de protección en donde mantenían alejados a los vulnerables y muchas reuniones fueron aplazadas para otro momento o, simplemente, eliminadas.

A la familia Min le daba algo de risa la situación por la cual estaba pasando el menor de la casa, ya que por fin había comenzado a disfrutar de sus salidas con diferentes amigos y ya no podría salir. Las medidas de su hogar fueron un poco más firmes que las de sus amigos (a excepción de la familia Jung, la cual hizo exactamente lo mismo que ellos debido a tener condiciones similares), pues tenía a sus abuelos en casa y su mamá ya corría mucho riesgo en ir y venir de su trabajo. 

Concluir el mes de marzo así no fue exactamente lo que esperaban todos, pero la gente comenzó  a afrontar la realidad poco a poco y de diferentes maneras. YoonGi en especial había iniciado con gran positivismo porque, pese a tener montañas de tareas innecesarias y ridículas por parte de sus profesores, tenía tiempo para escribir y bailar un poco. Había perdido la pasión de ambas debido a los deberes escolares, el montón de proyectos en equipos que debía de hacer y las salidas con sus amigos; ahora podría retomar sus gustos y eso le entusiasmaba mucho.

—¿Y para qué haces eso? —EunHa se rio un día durante una llamada en donde estaban ella, Jackson y él. Les estaba platicando que había comenzado a practicar una nueva coreografía un poco complicada para su cuerpo delgaducho, a lo cual sus amigos se habían reído por la idea de imaginarlo bailando, ¡él era un palo tieso en las fiestas! Solo lo hacía estando en soledad o si se metía a algo para puntos extras en el colegio.

—¡Porque quiero mantenerme activo! Además de que es bonita la canción —señaló. A ellos dos no les interesaba para nada la música que escuchaba, ni las películas, libros o series que veía o leía; así que no se esforzó en explicarles el contexto. Siempre creía que lo oían o leían por compromiso y no porque realmente quisieran darle la atención que él les daba en cada uno de sus asuntos.

—Si tú lo dices... —Jackson susurró del otro lado de la línea, no del todo convencido y mientras trataba de que su hermano menor se fuera a su habitación—. ¡He adoptado un erizo! Ojalá se lleve muy bien con Bodoque —se refería a su conejito café, al cual el castaño había nombrado como "el novio de Nina", su coneja blanca; pese a que ella estaba muy lejos de tener interés en un macho, por alguna razón. Suponían que era porque el patio de los Min tenía su aroma más fuerte que el del "invasor".

—¡Apuesto mi paleta de sombras de James Charles a que tendrás un zoológico al acabar la cuarentena! —Rio la muchacha. El restante hizo lo mismo mientras intentaba arreglarse el cabello como se lo hizo su amiga durante la primera reunión en casa de sus bisabuelos—. ¿No te has quemado, Suga? —Acabaron por ponerle ese apodo debido a que presentían que acabaría más pálido de lo que ya era debido a las reglas que le puso su abuela a la hora de las salidas (nulas hasta el momento). Era una forma de llamarle "azúcar" en inglés, pero sin la última letra debido a que NaYeon la pronunciaba de cierta forma que les daba un ataque de risa.

—¿Quemado en qué sentido? —Preguntó, antes de guiar la mirada a la pantalla a su celular para ver a lo que se refería la chica—. ¿Por el ondulador? No, hasta ahora no... —Volvió a verse en el espejo. No le quedó igual que aquella vez, pero lucía bonito—. ¡Debería de aprovechar para buscar un estilo mejor!

—Yo ya he comprado mil cosas por Internet —Jackson admitió entre risas.

—¡Yo igual! —EunHa secundó, pero no hubo la misma respuesta por parte del otro. Él no pedía ropa por Internet porque nunca sabía cómo le quedaría y no quería gastar dinero a lo estúpido—. Ni sé para qué quiero tanto, si ya cerraron todos los centro comerciales y restaurantes a los que iba. ¡Hasta los callejeros! 

—¡Los abrirán pronto, hay que ser positivos! —Wang alentó, pese a que ni él se lo creía. Su amigo lo observó unos breves instantes, preguntándose si tenía razón, ya que quería verlos, pero estaba muy cómodo en su casa: se despertaba tarde, dormía hasta entrada la madrugada por hacer llamadas con HoSeok mientras realizaban la tarea y escribía después de comer.

Lástima que pronto se registraría como una pandemia oficialmente y la cuarentena se alargara más de lo esperado. YoonGi no tuvo su festejo con sus amigos y mucho menos volvieron a la escuela, pero eso no detuvo a los maestros en dejar kilos y kilos de deberes que a todos les parecían ridículos. Ni siquiera sabían por dónde comenzar porque, por donde sea, significaba pasar horas y horas sentado frente a la computadora. Lo único bueno era que faltaba muy poco para el fin de año y, tomando en cuenta que daban dos semanas para todos los trabajos, el resto del semestre sería "pan comido".

—¡Desearía ser tan cumplido, como YoonGi o JinYoung! —TaeHyung se quejaba en un audio por WhatsApp—. Esos dos hacen las tareas al instante y las acaban en menos de dos días.

Claro, el moreno no sabía exactamente el truco que tenía Suga para hacer todo rápido: sus armas secretas eran Jung HoSeok, Kim NamJoon e Im NaYeon. Habían aprovechado las primeras semanas para repartirse todo entre los tres lo mejor que podían: problemas de física y redacciones era lo que hacía Min; traducciones a inglés e investigaciones, Jung; educación física e historia, Im. En general, un trío que servía muy bien.

Las materias de especialidad, las cuales se dividieron entre HoSeok, NamJoon y él, dependiendo de quién tenía más tiempo libre; pero las más tardadas fueron, sin duda alguna, biología y matemáticas. No eran difíciles, sino una vil estupidez. Transcribir todo de tal a tal página en la segunda, a computadora, con fórmulas y ejemplos que ni sabían cómo copiar a máquina; y la asignatura restante era hacer resumen de todos los temas que quedaban, igualmente en un documento de Word.

—¡Esto se me hace una vil estupidez! Si antes me dolía la espalda todo el tiempo, ¡ahora el dolor me anda matando! —HoSeok se quejó durante otra llamada. Ambos se desvelaban juntos haciéndolas—. ¿Por qué demonios debemos de hacer esto en matemáticas? Nos pide los ejemplos del libro, que inventemos otros dos y que escribamos todo esto, ¡que no joda! —Exclamó, enojadísimo. El libro era tan gordo que pesaba, por lo cual era entendible su molestia.

Bro, la verdad sí se pasó con sus tareas. ¡Y luego ni nos responde los mensajes! —Se quejó Min. Era la tarea más extensa que habían tenido hasta el momento, pues era la tercera noche en la que estaba sentado frente al ordenador.

—¡Y cuando lo hace es en mayúsculas! Siento que todo el tiempo está enojada o no sé —se quejó JiMin, el cual no sabía exactamente por qué estaba en esa llamada, pero no lo reprochaba. Era agradable—. Me duele el culo.

—Al menos tú tienes culo —Hobie lloriqueó y se oyó cómo se tiró a su cama por el rechinar de las patas—. ¿¡De dónde diablos quiere que hagamos todas esas operaciones en la computadora!? No sé en dónde están todas esas funciones, mi laptop es una mierda y mis hermanos no se callan en todo el maldito día.

—La neta, qué bien que soy hijo único —suspiró Yoon, pero eso era lo único bueno que había. Apenas llevaban unas semanas, pero la espalda comenzaba a hacérsele añicos. Dormía hasta las seis de la mañana haciendo la tarea, se despertaba a la hora de la comida, bailaba, escribía (más tiempo frente la computadora), se duchaba y continuaba con los trabajos—. ¿Es normal valer verga tan joven? Siento que me quedaré más ciego de lo que ya estaba.

—Quisiera comérmela, antes de valer verga —JiMin dijo, haciendo reír a los otros dos.

—Ya lo haces, ¿no? —HoSeok bromeó, lo cual YoonGi no comprendió en su totalidad aunque volvió a reír con ellos—. ¿Creen que la maestra nos regañe si le tomamos fotos a las fórmulas y esas cosas? ¡Ya no aguanto el dolor!

—Me quiero dar de baja en la vida —el castaño lloriqueó, haciendo girar su incómoda silla un par de veces, a lo cual sus amigos concordaron cuando estuvo a punto de caer de la misma por el mareo—. No creo que sea una mala idea hacerlo, ¿sabes? Ella específicamente dice que utilicemos las herramientas que tengamos a la mano para hacerlo, ¡y tenemos la cámara del celular! De seguro unos ni lo harán, para comenzar. Me caga esa bola de irresponsables.

—¿Como TaeHyung? —JiMin se burló y suspiró, generando un sonido extraño por su respiración contra el micrófono. Hobie se rio del chiste, ya que no lo había hecho con otro sentido más que hacer referencia a que su amigo era un flojo la mayoría del tiempo; ni siquiera sabía cómo reaccionó YoonGi, pero este (probablemente) estaría teniendo una crisis del otro lado de la llamada, o así lo veía en su cabeza—. Me desespera porque soy el único que trabaja en ese grupito desde que comenzó esta asquerosa pandemia. Adóptenme.

—Estamos bien así como estamos, gracias.

—¡Eso es cruel!

—Pídele ayuda a ya sabes quién, estoy seguro de que te echará una mano —claro que Min seguía sin entender a quién se refería su amigo, por lo que comenzó a hacer suposiciones.

La apuesta más obvia era que se referían a Jeon JungKook, debido al par que compartía el secreto. El adorable joven había conseguido un trabajo en una cadena de tiendas de conveniencia como cajero, por lo que solía estar ocupado durante las tardes y hacía las tareas en las noches y mañanas; conseguía más dinero que con los dulces, sin mencionar que los fines de semana comenzó a vender galletas y pastelitos con Lisa bajo la promesa de no bajar su calificación. Tal vez sus papás pensaban que eran novios.

Jeon y Park se habían quedado sin excusas para verse, como lo era el buscar trabajo del castaño y las clases de baile del rubio; pero el más bajito siempre lograba ir a verlo unos minutos al pequeño local cuando necesitaban comprar algo de último minuto para la comida, con las medidas adecuadas y sin tener tanto contacto físico. Los señores Park, como doctores, se lo tenían muy restringido y fueron de los padres que más cuidados tomaron, aparte de las señoras Min y Jung.

—No le daré más presión, pero lo pensaré si realmente no puedo con esto... Al contrario, yo soy quien le echa la mano de vez en cuando. Estas tareas son las que más le quitan el tiempo —suspiró. Las sospechas de YoonGi fueron casi confirmadas, por lo que no pudo evitar sonreír un poco; los lobos, al fin, estaban juntos.

—¡Bueno! —Interrumpió la conversación—, yo me tengo que ir. Necesito corregir el último capítulo que escribí de mi historia y luego subirlo a los grupos para darle promoción. Si necesitan algo, me hablan.

—¡Hasta luegooo! —HoSeok se oía muy cansado.

—Suerte —oyó por parte de Park antes de colgar.

A decir verdad, agradecía un poco al exceso de trabajo debido a que había dejado de pensar en si le dolía o no el haber sido rechazado por TaeHyung, habían pasado las semanas y seguía algo tenso el ambiente entre ellos; pero le pasaba las tareas que necesitaba porque, bueno, no quería que un amigo reprobara. Kim pasaba por una racha de desánimo, como muchos otros, debido a que era de los tipos que solían andar en la calle hasta altas horas de la noche y el haber restringido todo le cayó un poco mal.

Cuando acabó de revistar por segunda vez su escrito, lo público en Wattpad, la famosa aplicación de logo anaranjado en donde se subían historias de todo tipo; después se dirigió a los grupos de Facebook donde solía avisar que había hecho el siguiente capítulo para que más gente lo leyera y esperó con paciencia las notificaciones mientras se escribía con sus amigos de los roles, los cuales dejó temporalmente de lado porque no podría dedicarse a ellos hasta que acabaran las clases. 

Le gustaba mucho cuando le dejaban comentarios de todo tipo sus historias, ya fuesen positivos o negativos, ya que le ayudaban a crecer como escritor.

—Qué raro —susurró cuando, de pronto, una notificación de Messenger saltó en la pantalla, señalando que tenía un mensaje de texto nuevo de alguien que no tenía agregado en su perfil de Facebook.

Su perfil se hallaba en privado, por lo que mandarle mensajes siempre implicaba esperar a que aceptara la solicitud del mismo y, justo en ese instante, ahí yacía alguien que nunca antes había visto: Kim SeokJin. Curioso, exploró la página principal de aquel joven antes de saber si aceptaba o no la solicitud y tan solo descubrió que vivía en Japón, que les gustaba el mismo grupo musical y que también tenía el rostro más bonito que había visto en su vida: mejillas rechonchas, labios rosados y gruesos, unos ojos oscuros y el cabello teñido de rosado.

—Bueno, no hace daño responderle...

YoonGi no era muy exclusivo con la gente que agregaba de Internet, menos si tenían publicaciones interesantes de su banda favorita. No podía negarlo, ¡quizá era el destino! "Siempre llegaba algo mejor", o eso pensaban por ahí. 

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