Capítulo 12: Totoro
CAPÍTULO 12: TOTORO
Por fin era el esperado 14 de febrero. YoonGi no había podido dormir bien debido a los nervios por ver la reacción de TaeHyung, pero afortunadamente no se sentía nada cansado por la mañana de ese día; tal vez era la misma emoción lo que acabó por motivarlo para salir de su cama y arreglarse más bonito de lo que solía hacer, por lo menos según él. Intentó cubrir sus imperfecciones bajo un maquillaje sencillo, pese a no ser tan bueno como otros compañeros; también se puso aquel suéter rosado con el que lo molestaron semanas atrás y trató de alaciar un poco su cabello.
Su mamá no pareció notar nada nuevo en él cuando la despertó para que lo llevara al colegio, aunque no podía culparla. Solo se levantaba de la cama a esa hora para irlo a dejar antes de volver para dormir un rato más y luego prepararse para la hora de tener que alistarse e ir al trabajo. Muy interiormente le alegraba que estuviera algo adormilada esa mañana, pues no quería estar avergonzado por algún cumplido que la mujer pudiera hacer.
La mochila le pesaba un poco más de lo usual debido a las dos bolsas de regalos que cargaba consigo. Sabía que sus compañeros darían paletas o cualquier otro caramelo a todos en el salón, pero él decidió solo darle a sus amigos más cercanos durante la reunión que tendrían por la noche; durante el horario escolar solo daría regalo a HyeJin y TaeHyung. Le parecía lo más razonable para no parecer un grosero desalmado al solo darle a unos cuantos chicos.
Pese a su gran emoción, apenas llegó a su salón para dejar las cosas se había percatado de que más de uno tenían los ojos bien puestos en las bolsas y paquetes que iban llevando, queriendo adivinar quiénes les regalarían. Él sonrió, apenado, ya que no tenía nada para ellos en esa ocasión y se sentó frente al asiento de TaeHyung, el cual no era suyo, sino de NaYeon; se había vuelto una clase de costumbre sentarse ahí antes de que timbrara para el comienzo de clases, ya que charlaba vagamente con Kim.
El moreno implicado parecía no haber llegado aún y hasta cierto punto estaba algo preocupado. A veces solía llegar tan tarde que no lo dejaban pasar, por lo que temía no poder darle su obsequio de una vez; se había estado esforzando por no decirle a gritos debido a la emoción (quizá estaba más entusiasmado de lo que el más alto estaría).
Algunos de sus amigos estaban alrededor del escritorio, como siempre, hablando de los regalos y sus grandes aventuras para conseguirlos. Le gustaba verlos desde lejos cuando estaban felices, era relajante y le hacían sentir afortunado de tener gente como ellos entre su lista de conocidos; pero, siendo honestos, justo en esos momentos solo intentaba no pensar lo tarde que estaría llegando Tae.
Mientras se ponía los audífonos para escuchar algo de música y tranquilizarse, oyó cómo el timbre sonaba a lo lejos debido a la melodía que comenzaba a reproducirse desde su celular. El castaño suspiró, decepcionado, pero justo cuando intentó ponerse de pie para sentarse en su lugar, notó cómo el muchacho que esperaba entró como alma seguida por el diablo. Parecía haber corrido en las escaleras para poder llegar a tiempo.
—Hasta que llegas —Jackson le saludó con una palmada en la espalda. TaeHyung llevaba el uniforme bajo el mismo suéter rosado de antes, pero le pareció más interesante haberlo visto con el mismo modelo y tono que traía puesto JiMin; parecían haberse comprado ropa de mejores amigos, aunque semejaban ser pareja. Era lindo y divertido, sin mencionar que ayudaba a que YoonGi los molestara con el tema de que parecían novios—. ¿Cuándo aprenderás a levantarte más temprano?
—Nunca, ¡pero esta vez ha sido culpa de la maldita alarma! No sonó —pareció jurar, yendo a su sitio. Min fingió no haberlo visto entrar, pegando la vista a la pantalla de su teléfono—. Y para acabar de echar a perder la mañana, ¡no había envuelto el maldito regalo! Apenas llegó ayer por la noche. Estaba tan asustado de que no llegara.
—¡A verlo! —Pidió Jackson, sin darse cuenta de que el paliducho seguía frente a ellos, escuchándolos disimuladamente mientras oía música; estaba interesado en si realmente le regalaría Tae o alguien más.
—Aquí lo tengo —Lil meow meow no lo sabía por darle la espalda, pero aseguraba haberlo oído golpear su mochila antes de abrirla y sacar el obsequio—. ¿Apoco no está mamalón el envoltorio?
—Hermano... —La voz de JiMin se unió—. Es una porquería —carcajeó—, parece un caramelo gigante. Me hubieras pedido ayuda a mí o a alguien más.
—Bah —reprochó—, al menos cumplí con traer esta cosa. ¡Es demasiado difícil! Nunca creí que llegaría a complicármela tanto.
—Ya declárate, bro —Jackson rio junto al rubio. El muchacho de enfrente abrió los ojos como platos, sorprendido y con el corazón ahora latiéndole apuradamente, ¿se le confesaría a la persona a quien le daría eso? ¿Le gustaba alguien?
"... Pero solo ha estado interesado en HoSeok, hasta ahora..." Pensó, confundido y llevándose una mano al pecho para intentar que su corazón se calmara un poco; aunque su amigo solía hablar en pasado siempre que mencionaba aquel tema, estaba seguro de que el pelirrojo solo quería evitarlo para que no se sintiera mal y porque tampoco era algo que le importara ya que estaba muy lejos de estar interesado en TaeHyung. El moreno perdía el tiempo en él.
No era un interés genuino, solo mero capricho porque "se hacía el difícil", o eso pensaba Yoon. Sin mencionar que Jung quería seguir soltero, temeroso de tener un noviazgo. Si le preguntaban al castaño, eso era debido a que estaba rodeado de personas que acabaron mal con sus parejas: JungKook y JiMin, YoonGi y Jun, Jackson y su ex (antes de su interés actual, claro), WheeIn y su novio anterior.
Claro, solo era una teoría. Tal vez solo no quería alguien en ese momento.
—Nah —la voz áspera de Kim le hizo volver a sí mismo. ¿Acababa de negar sus sospechas?—. No creo.
Aunque al bajito le hubiera gustado contenerse, no pudo controlar su cuerpo y acabó girando lentamente hacia donde estaba el trío de amigos. Los observó en total silencio, queriendo identificar las intenciones de sus palabras y sin que ellos se dieran cuenta al fingir que veía hacia otra dirección. ¿Por qué su corazón había dado un vuelco en su pecho en ese momento?
Sonrió al pequeño grupo y se levantó de su asiento, tirando suavemente de sus audífonos para retirarlos y acercarse a NaYeon para poder charlar con ella sobre cualquier otra tontería. Al parecer, la profesora de matemáticas les dio el mejor regalo del día de San Valentín: no asistir durante las dos horas que le tocaban a su clase esa mañana.
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Convencer al maestro de inglés para hacer el intercambio fue pan comido para Jackson, siendo el jefe de grupo y tratándose del mejor salón que tenía el colegio debido a que causaban pocos problemas. Todo los compañeros habían decorado el aula y pusieron los regalos sobre el escritorio que solían usar los profesores, adueñándose de la superficie y obligando al único mayor a que se fuera tomar asiento a un banco vacío.
—Que comience Jackson porque fue él quien preparó todo esto —alentaron algunos de los chicos, a lo que no este no se pudo negar entre risas.
Habían ido pasando de uno a uno, entregándose primero el regalo chusco durante esa ronda. Iban intercambiando exclamaciones, bromas y quejas. Algunos regalos eran más creativos que otros, pero en definitiva el que YoonGi obtuvo fue una combinación de desagrado y carcajadas.
—¡Para que no lo olvides!
Mina le había regalado en esa ronda una caja extraña que abrió lentamente. Dentro de ella se halló, con algo de temor, un muñeco del tipo que solían usar las niñas para que fuesen pareja de sus Barbies. Se le quedó mirando atentamente unos segundos, sin comprender las risas de sus amigos, hasta que se fijó en la ropa que llevaba este: se trataba de un conjunto muy parecido al estilo que solía usar Jun, combinado con un maquillaje y peinado que le hacían lucir como él. Asqueado y sorprendido por lo que intentaron hacer, comenzó a reír con algo de nerviosismo.
—¡Yo misma lo hice! —Presumió muy orgullosa la muchacha, dándole una palmada a su espalda. Agradeció, sin saber si estaba encantado con la broma o incómodo por tener a un pequeño ex novio entre sus manos. ¿Y si se salía de su caja durante las noches y le hacía daño? ¿Eso contaba como un muñeco vudú?
Indeciso, lo dejó en su banco y regresó a la parte de enfrente para llamar a HyeJin y darle su obsequio. Con aquel todos estallaron en risas, al ver los artículos de bebés dentro de la bolsa. La implicada no dejaba de reír y maldecirle por su descaro, pero no parecía nada molesta; al contrario, continuó el juego con una gran sonrisa mientras Min volvía a su asiento.
Las rondas siguieron de la misma forma hasta que Jackson volvió al frente del aula para comenzar la segunda vuelta que le darían al salón y por fin dar los regalos más esperados. En esa ocasión, el trayecto fue un poco más lento debido a la emoción que tenían todos. Estaban entretenidos con la música de fondo, los gritos que soltaban algunos y las risitas nerviosas que salían de la mayoría mientras intentaba abrir sus paquetes. El profesor era el que parecía más encantado con todo eso, carcajeando de vez en cuando y haciendo comentarios tontos.
En un parpadear, casi todos habían recibido algo, menos Yoon y otros pocos, por lo que se sintió algo nervioso. Eso quería decir que ya casi sería su turno, ¿no es así? Solo esperaba no recibir un patético dulce de último minuto, como lo obtuvo otro de sus compañeros; no sabía cómo pudo fingir su entusiasmo por recibir un simple dulce de la cafetería.
TaeHyung pasó debido a que el ciclo se había cerrado de repente y todavía faltaban personas, así que él abriría uno nuevo. Parecía motivado y con toda la confianza de que todo saldría bien, por lo que el castaño no pudo evitar entornar los ojos y recostar la cabeza en la mesa de su asiento. No quería decepcionarse si no oía su nombre y solo buscaba que su corazón se calmara.
—Bueno, a mí me tocó una persona que aprecio mucho... —Oh, no era él—. Hemos estado hablando más este semestre y debo admitir que gracias a esta persona he podido salir bien en los exámenes —todos rieron. Yoon sospechó que se refería a JinYoung, pero cuando se percató de que su amigo ya tenía su respectivo regalo sobre las piernas, no tuvo el tiempo suficiente para procesar porque escuchó lo que tanto quería—. Me refiero a Lil meow meow.
El castaño parpadeó, sorprendido y de pronto avergonzado, mientras se levantaba lentamente de su asiento. No sabía desde cuándo comenzó a creer que más bien le tocó a alguien más y que él solo le ayudaba de forma activa.
—¡Feliz día de la amistad! —Estaba congelado junto a él, muy apenas pudo abrazarle un poco para la foto del recuerdo que Jackson tomó—. ¡Ábrelo! Fue más difícil hallar algo que te gustara de lo que imaginé. Tienes gustos muy caros y entré en pánico, hasta que tus amigos me ayudaron.
—¡Fui yo! —JinYoung anunció mientras el pobre bajito intentaba quitar el mal envoltorio que puso el moreno con las manos temblorosas; no tuvo cabeza para pensar que aquel chico les ayudó a ambos para el regalo del otro. Sentía que se iba a desmayar y no creía que fuese una buena señal. Por primera vez se sintió pequeño junto a Kim.
—No puedo... Eh... Abrirlo —¿Había sido ese un balbuceo? Debajo del feo papel, había una cubierta de plástico alrededor y no podía quitarlo.
—¡No dejaba de preguntar para saber qué darte! —Jackson repitió lo que le dijo la noche anterior por mensaje, a lo que Yoon soltó una risita nerviosa para ocultar su estado de ánimo mientras que TaeHyung con un simple y fuerte tirón rompía el plástico que imposibilitaba ver el interior.
—Andaaa, ¡ojalá así de fuerte fueras para las mordidas! Pero ahí andas llorando por una en el dedo —Mina se burló del más alto mientras que Min desdoblaba lo que el chico le brindó: era un suéter gris con un estampado de Totoro, un personaje de una película, que si bien no era su favorita la mercancía le encantaba.
—¡Me dejaste los dientes marcados! —Se quejó antes de volverse a su amigo—. ¿Te gusta? —Asintió. Era suave y delgada—. ¡Tiene orejitas y todo! Casi no llegaba.
"Lo sé," pensó al recordar lo que escuchó durante la mañana.
—Bueno, me voy a sentar —se despidió una sonrisa, encaminándose a su asiento y dejándolo frente a los ojos de todos los demás.
—¿A quién le darás tú? —HyeJin preguntó, haciéndole parpadear nuevamente con incredulidad.
Oh, ¿era su turno ahora? Pero... Tae se acababa de ir, se veía tan lejano pese a que los separaba tan solo un metro. ¿Debía llamarlo? No hallaba su voz. ¿Por qué no podía hablar? Nunca se había congelado frente a la gente, pese a ser alguien un poco penoso. El corazón parecía querer salírsele del pecho y probablemente estaba tan pálido como un fantasma, más de lo que usualmente era.
—Yo... Ah... —Otro balbuceo. Tomó aire con dificultad y sus ojos se fijaron en Kim, quien se había girado un poco para hablar con su mejor amigo—. Yo... Quien me tocó... —Quiso decir que a quien le regalaría sería la persona que le acababa de regalar, pero solo logró una penosa oración— es quien me dio.
¿Estaba bien formulado lo que dijo? No lo sabía, pero fue lo suficientemente claro para que HyeJin comprendiera y soltara una exclamación de ternura antes de llamar a gritos a TaeHyung, quien no sabía qué pasaba y de todos modos regresó.
—¿Te toqué yo? —Se señaló antes de reír y recibir el regalo que el bajito le tendía. En una bolsa de cartón muy original yacía la figura de colección junto a las dos barras de chocolate que le compró días atrás y, por un segundo, a YoonGi le pareció haber visto cierto brillo de emoción en el moreno—. ¡No puede ser! ¡Era el que quería!
JinYoung carcajeó, orgulloso de participar y contemplando cómo a los pocos segundos de procesar lo que tenía entre las manos TaeHyung comenzó a saltar como un niño pequeño animado.
—¡Hasta has comprado mi chocolate favorito! —Se refería al chocolate oscuro, o eso intentaba descifrar antes de acabar entre los brazos del chico para la fotografía. En esa ocasión, el abrazo pareció más fuerte y en su interior Yoon quiso desmayarse de una vez por todas—. ¡Gracias!
—Te he comprado chocolate para que me compartas, así que estaré esperando a que lo abras —dijo, hallando por fin su voz y mirándole con una sonrisa mientras ambos volvían a sus asientos. Tae le observó con suspicacia antes de abrir la otra barra de chocolate que no era su favorita, tal y como todo un tacaño, pero el otro no dijo nada y disfrutó en silencio del dulce sabor del pedazo que le dio.
—Gracias —le habló de nuevo, haciendo que sonría otra vez antes de que sus amigos lo rodearan para ver de cerca la figura coleccionable. Aparentemente a muchos le gustaba esa caricatura o algo así.
—¡Está con madre!
—¡Deseo!
—¿Lo ves? Si andas con él siempre tendrás regalos así.
—¡Bah!
Oyó unas cuantas voces conocidas molestando y coreando al chico junto a él, pero decidió no prestarle atención tras el tercer comentario porque no quería ponerse nervioso otra vez. Por el contrario, se levantó aún con las piernas algo temblorosas y miró cómo JiMin salía lentamente del aula con una pequeña cajita decorada con un moño e iba en dirección al salón vecino bajo el permiso del profesor.
De igual forma, él caminó a la salida cuando el hombre se percató de que los pocos que faltaban en hacer el intercambio terminaron y ya podían salir al segundo receso. Con la velocidad que sus piernas se lo permitieron, el joven trotó hasta llegar a donde estaba HoSeok comiendo una paleta y le abrazó con fuerza.
—¿Qué traes, bro?
—¡Me regaló un suéter!
—¿Quién?
—¡TaeHyung!
La primera parte del día había pasado, pero faltaba la realmente importante: la reunión de Jackson.
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