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Un baile #40

Capitulo 40

Grace

Un baile

La vida había continuado para todos, pero parecía que Luka siempre estaba estancado en algo. En los últimos días lo habían detenido en varias ocasiones, tal como en las veces anteriores nos encontrábamos a la espera de que sus abogados resolvieran la situación. Todas las veces que lo había detenido se trataba de malentendidos y denuncias falsas en las que lo habían involucrado.

Esto no hacía más que empeorar la situación de la empresa y la prensa no hacía más que presionar. Habían sitios en los que se refería a Luka como un mafioso, un empresario vinculado con la mafia que usaba sus hoteles para blanquear dinero e incluso exportaba armas y drogas. Parecía irreal, pero la gente se lo estaba creyendo y la reputación de la familia se había vuelto prácticamente inrrecuperable.

No había nada que pudiera hacer por el más que cuidar de que no hiciera una burrada, temía que recayera en los antidepresivos o que se protegiera con la bebida. Luka disfrutaba del alcohol de una manera moderada, pues el mismo reconocía que en sus peores momentos le era imposible controlar las cantidad que tomaba y su comportamiento.

El padre de Maritza había sido despedido de la empresa, después de descubrir que estaba vendiendo acciones y una de estas llegó a manos de personas de dudosa reputación, lo que solo empeoraba la situación. Tanto este hombre como su hija habían desaparecido después de que Luka presentará una demanda. El padre de Luka había vuelto a convertirse en un fantasma y no sabía cómo exponer mis pensamientos en cuento a este hombre, creía que estaba vinculado con lo que sucedía, sin embargo, Luka no me dejaba hablar al respecto, el tenía miedo.

Giorgia la madre de Luka se sentó a mi lado, tenía la mirada triste y los hombros caídos.

-Le he hecho mucho mal a mis hijos -dijo ella en un tono lastimoso.

Negué con la cabeza -Luka la quiere mucho.

Ella dejo salir algunas lágrimas que limpio rápidamente -Me case con un hombre que solo amaba el dinero, luego que logré escapar me prometí formar una buena familia para mis hijos y solo me volví igual que el.

-Solo querías protegerlos -intenté calmarla.

Ella cerro los ojos -Es que también tienes que amarlos y enseñarlos a amar. Luka a descuidado toda su vida por mantener una empresa inútil que solo nos ha causado problemas.

Francesco se sentó junto a nosotras -Ya lo liberarán, afuera está la prensa, pero nos ayudarán a salir.

-Cuando volvamos venderemos la empresa y nos iremos lejos de aquí -dijo la mujer levantándose junto a su hijo-. Grace, gracias por estar junto a Luka.

Era primera vez que se alegraba de mi existencia, sin embargo, debido a las circunstancias esto no me alegraba ni en lo más mínimo.

Me levanté y espere con calma a qué saliera Luka, después de una hora este fue liberado, tenía la mirada cansada, los hombros caídos y camisa estrujada. Me acerque a el y me rodeo con su brazo solo para seguir caminando.

-¿Te encuentras bien? -pregunte.

-Solo quiero ir a casa -pidió con los ojos llenos de lágrimas, aunque las ocultara yo podía verlas.

Ya Luka no conducía, había contratado a más guardaespaldas que incluso se quedaban en las noches junto a la puerta, esto debido a las constantes amenazas que ha estado recibiendo, las cuales me incluían también.

Llegamos a casa y este se sentó en el sofá, con la cabeza caída. Ya no tenía vida, la que había inventado incluso se había destruido poco a poco y había vuelto a ser eso que odiaba. Un hombre ocupado con el trabajo, ahora era incluso peor.

Me senté en el suelo entre sus piernas y acaricie sus manos, sus muñecas estaban enrrojecidas por las esposas que le habían colocado. Besé la piel lastimada.

-¿Por qué te quedas aquí? -pregunto con la voz algo débil.

No tenía que pensar mucho en la respuesta -Solo porque te amo.

El sonrió, odiaba esa sonrisa -Habías dicho que una vez que te lastimara te irías, ahora por mi culpa no tienes vida, sales acompañada de cuatro hombres, no ves a tus amigos y rara vez puedes dormir en tu casa. Haces y escuchas todo lo que digo, me sigues a todas partes ¿Por qué sigues conmigo? -las lágrimas empezaron a caer por el rostro de Luka-. No te ofrezco nada bueno.

Suspiré y me levanté del suelo -¿Quieres que te deje?

El soltó un gemido lastimoso y nego con la cabeza -No quiero, pero me da miedo que te quedes mientras estás sufriendo.

Me senté a su lado y lo abrace, Luka escondió el rostro en mi cuello y comenzó a llorar. Acaricie su espalda e intenté calmarlo.

-Sufro más si te veo así -explique-. Si me voy será peor.

El asintió -En este momento eres lo único que tengo -se hizo un ovillo entre mis piernas.

No nos importaba mostrarnos al otro en nuestra faceta más vulnerable, el me consolaba a mi y yo hacía lo mismo por el.

Besé su frente y acaricie su ya abundante barba, sonreí -Apestas y pareces vagabundo ¿Quieres darte un baño?

Quería relajarlo un poco, así que prepare la bañera para los dos Luka se desnudo y entró detrás de mi al agua cálida, se arrecosto sobre mi cuerpo y dejo caer la cabeza en mi pecho. Lo acaricie limpiando en el proceso su piel y su cabello, este se había vuelto más largo de lo normal. Durante los últimos días su aspecto se volvió más descuidado, incluído su dieta, era muy difícil hacerlo comer.

-Te amo -susurre en su oído.

El tomo mi mano y entrelazó nuestros dedos -Grace, eres demasiado buena para mí.

Negué con la cabeza -No lo soy.

Y no lo era, tenía mucho miedo.

Salimos de la bañera, Luka rodeó sus caderas con una toalla y se sentó en el borde de la bañera según le ordene. Pase un poco de espuma por su rostro y tome la cuchilla, lo había visto hacerlo un montón de veces.

-¿Sabes cómo se hace? -pregunto mirándome con miedo.

Sonríe -No te preocupes, las cicatrices son sexis.

El asintió y levanto la barbilla, empecé a pasar con cuidado la cuchilla por su rostro y después de lo que me pareció una eternidad la bonita cara de Luka ya estaba visible.

Besé su piel suave y lo abrace -Me encantas.

Era hora de descansar y este se había vuelto su momento favorito en el día, prepare unos sandwiches para el, bastante variados con la intensión de que alguno le diera apetito.

-No tengo Hambre -fue lo primero que dijo cuando me vio entrando a la habitación con el plato.

Me senté a su lado en la cama dejando el plato entre nosotros -Has bajado de peso.

-Estoy bien -mintió.

Negué con la cabeza y acerque uno a su boca -Solo uno.

El suspiro -Luego me darán náuseas

El estrés había provocado que cada vez que comía algo empezaba con las náuseas, así que casi todo lo que se llevaba a la boca le caía mal.

Negué con la cabeza y sonreír -No te dejaré pensar en eso.

Me senté a horcajadas sobre el y le acerque uno a la boca, mirándome fijamente a los ojos le dió una mordida y luego lo tomo de mi mano para seguir. Comencé a hablar con el, sobre cualquier tema que alejara su mente de los problemas y este en un dos por tres se había terminado todo el plato.

Sonreí satisfecha -Necesito que te pongas bien para mí.

El asintió -Por supuesto, yo soy perfecto.

Empecé a reír a carcajadas -Esa es mi línea.

Luka acaricio mis piernas y tomando la toalla que aún llevaba envuelta en el cuerpo, la abrió. Sentí mi cuerpo vibrar, hacia una semana que no teníamos sexo de ningún tipo y para nosotros eso ya era mucho. Me miro por unos segundos que se me hicieron muy largos, llevo la mano a uno de mis pechos y comenzó a tocarlo, suave, amasando la carne con su mano para luego acercar su boca y tirar de mis pezones con sus labios.

Solté un gemido cuando sentí su creciente erección contra mi pierna. El me acostó a su lado y me hizo rodearlo con la pierna para seguir mimando mis pechos mientras su miembro se hacia cada vez más grande y deseoso. Estaba yendo despacio y yo lo dejaba, también quería disfrutarlo.

-Te deseo -murmuró contra mi boca.

-¿Te sientes bien? -pregunte, ya que llevaba unos días muy malos.

El me dió una nalgada -Señorita el soldado y yo la extrañamos.

Y ahí estaba mi idiota favorito. Lo besé con ansias y desesperación, mientras recorría mi cuerpo con sus manos y yo creaba con mis uñas un camino por su torso hasta llegar a su miembro endurecido y guiarlo a su lugar. Con un movimiento de caderas lento me penetró.

Gemí contra su boca -Yo también te extrañe.

Fue un asaltó largo y muy lento, en el que permanecimos acostados y abrazados, besándonos y tocandonos hasta alcanzar el placer. Luka se encajo en mi una última vez y yo lo apreté con mis piernas recibiendo sus temblores y mis espasmos.

El sonrió y acaricio mi mejilla colocando un mechón de mi cabello detrás de mi oreja.

-Lo arreglaré todo -aseguro el, besando la palma de mi mano.

Suspire -Solo no te lastimes en el proceso -le pedí, tanto trabajo le hacía daño.

-Solo tuve una mala semana, pero gracias por estar conmigo -expreso el abrazándome y ocultando su rostro en mi cuello.

¿Que más podría hacer por el? Luka me animaba siempre a mejorar, me consolaba, me hacía reír y a pesar de estar muy ocupado siempre sacaba tiempo para estar conmigo. Sabía que todo esto lo hacía para no repetir los errores del pasado, lo mínimo que podía hacer yo era estar junto a el incluso en los peores momentos, no soltaría su mano.

A la mañana siguiente desayunamos juntos, el ya estaba revisando su horario y las muchas reuniones que tendría hoy.

-¿Ya tienes un vestido para esta noche? -pregunto el.

Deje el fregado y me gire confundida -¿Que sucede está noche?

El me miró como si fuera idiota y yo saqué mis cálculos mentales, no cumplíamos un mes de novios, no era su cumpleaños ni el de ningún familiar, yo había visto su horario y no había ninguna actividad de la empresa a la que tuviera que acompañarlo.

-No me puedo creer que olvidaste tu fiesta de graduación, Greta te ha estado hablando sobre eso toda la semana y es muy importante para ustedes las chicas -dijo el disgustado con mi mala memoria.

Rodé los ojos, de eso se trataba. Pensaba que era algo más importante y ya me estaba dando un infarto.

-No voy a ir, no es que tenga una buena reputación como para aparecerme no creo que nadie espera que lo haga -explique-. Además no tengo pareja para ir.

El hizo una mueca -Puedes ir con Bianca y Greta.

Negué con la cabeza -Tendremos nuestra propia fiesta está noche.

El me miró algo triste, se venía algo malo.

-No quiero arrebatarte ese momento, yo me quedaré con mi madre, tenemos mucho de que hablar con respecto a la empresa -anuncio el.

Hice un puchero y lo abracé -No quiero ir sola, hubiese querido estar contigo.

El se separó de mi y beso la punta de mi nariz -Lo siento cariño -tomo una tarjeta de su chaqueta y la dejo en la encimera-. Compra un vestido bonito.

Me cruce de brazos -No voy a usar tu dinero.

Me negaba a eso, me habían tachado de interesada por estar con un hombre mayor que yo y que encima era mi profesor. Aceptaba sus regalos siempre y cuando estos no fueran tan caros o al menos no me pareciera a mi que lo eran, pues tenía la ligera sospecha que el anillo que llevaba en mi dedo costaba incluso más que las botas blancas y los vestidos amarillos. Luka siempre me había hecho muchos regalos, ya sea el detalle de una flor, hasta algo muy caro, pero se me hacía demasiado tomar su dinero y comprar algo por mi misma.

-Seria un regalo, acéptalo -insistio el.

Negué con la cabeza -Es un regalo si me lo compras tu, además me has comprado mucha ropa y hay cosas que no me he puesto -señale.

La mitad del armario de Luka estaba ocupado con cosas que el me había comprado, no era necesario agregar un vestido de graduación cuando aún tenía vestidos que nunca había tocado.

-Bien, al menos enviame una foto en la fiesta con el vestido que te pongas -menciono el guardando la tarjeta nuevamente.

Suspire, tendría que ir si o si -Lo haré, pero solo estaré un par de horas.

El sintió y se levantó tomado su chaqueta -Lo que tú digas cariño, ten un buen día y recuerda empezar a planificar la mudanza.

Me dió una nalgada en el trasero antes de irse. Resultaba que al final tendría que mudarme de casa de mis padres para estar más cerca de la academia, había conseguido un trabajo cerca de esta en una cafetería, Luka se había molestado mucho con esto, así que para llegar a un punto medio tal como nos había aconsejado hacer la psicóloga acepte mudarme con el a un nuevo sitio siempre y cuando me permitiera llevar algunos gastos.

Habíamos encontrado un apartamento en el centro que se salía de mi presupuesto, pero que a él le había encantado pues era un sitio seguro. El se encargaría de esos gastos y yo ocuparía otros. Estaba satisfecha con eso y me entusiasmaba la idea de empezar una nueva vida junto al hombre que amaba.

-Al final mi momento era perfecto -me dije caminando por el apartamento.

En la tarde ya tenía algunas cosas en cajas que había traído de casa. El resto lo recogería mañana, pues estaba evitando déjarlo para última hora.

Tocaron a la puerta y abrí sabiendo que tendrían que ser los guardaespaldas. El chico al que yo llamaba gruñón mostró un paquete.

-El señor Caruso envío este paquete -me informo.

Miedo me daba viniendo de Luka, había terminado de hablar con el hace unos minutos y no mencionó nada de un paquete.

Abrí la caja y me encontré con un hermoso vestido azul oscuro. Escote en uve para mostrar mi pecho plano, una cinta ancha que rodeaba la cintura y luego se abría de una manera muy hermosa, la espalda también estaba al descubierto.

Tome la tarjeta escrita por Luka «No me podía quedar así, elegí este vestido personalmente para ti, estás obligada a usarlo o te castigare señorita Abbey.»

¡Amaba a este hombre! Era lindo, no lo podía negar.

Caída la noche me coloque el vestido, peiné mis rizos incontrolables y aplique un poco de maquillaje. Llegue al sitio donde ya se encontraban Greta, Bianca y mis padres.

-¡Estás guapísima cariño! -solto mamá besando mis mejillas y con lágrimas en los ojos.

-No llores mujer -la regaño papá-. Felicidades pequeña.

Bianca llevaba un vestido verde y Greta usaba un hermoso vestido rosa con mucho brillo y escote corazón.

Abrí los brazos y las abrace a las dos -Hoy ambas serán mi pareja -les informe.

-No tengo problema con eso -respondió Bianca.

-De baile -aclare, solo por si acaso.

Greta me dió un golpe en el brazo -¡Que no queremos hacer un trío contigo!

-Es que soy inevitable, solo lo aclaro.

Me gustaba enfadarla desde que tenía novia, en cuanto a Greta, ella y Bianca se mudarian juntas a otra ciudad, la echaría muchísimo de menos, pero sabía que nunca estaría sola. Estás dos mujeres eran una y se amaban.

¡Ahora éramos cuñadas!

Marcello también se encontraba en el lugar, a este no le había ido del todo bien. Después de que el consejo escolar descubriera que fue el quien publicó las fotografías tomaron medidas severas, por lo que para el próximo año se mudarian con su padre y trabajaría en su taller, algo que el odiaba debido a que había sido mimado por su madre toda la vida.

Baile durante un rato con las chicas, bebimos, reímos y nos tomamos infinidades de fotos que fueron enviadas a Luka. Después de todo me sentía agitada y algo triste por no tenerlo. Sali a la terraza a por algo de aire y empecé a escribirle un nuevo mensaje.

-¿Entrego la tarea a tiempo señorita Abbey?

Me gire y lo encontré con un traje negro y un ramo de girasoles.

Sonríe -Me quedé dormida, ya sabe tengo que dormir ocho horas para seguir siendo hermosa.

El se acercó a mi y me rodeo por la cintura -Entonces la castigare con un baile y luego la llevaré a la cama -susurro contra mis labios.

-¿A la cama?

El asintió -Un trabajo de anatomía.

Tome su mano y lo acompañe nuevamente al salón conciente de que nos miraban. Deje los hermosos girasoles en las manos de Greta que sonreía con la escena y baile junto a mi novio.

-Pense que estarías ocupado -mencioné besando su mandíbula.

-En mi vida tu eres lo más importante, así que siempre estaré para ti en tus mejores y peores momentos.

Eso era el amor, momentos, pero no siempre las personas se quedaban en todos los momentos que conformaban este sentimiento. Yo y Luka habíamos elegido intentarlo.

Una semana después:

Camine de un lado a otro por la oficina de Luka.

-¡Me estás poniendo de los nervios! -me regaño Luka.

-¡¿Cómo puedes estar tranquilo?! -le grite.

El se inclino en su silla -Me entusiasma la idea de ser papá -respondió el.

Se me había olvidado la pastilla un par de veces, tenía mucho en mi cabeza y Luka no colaboraba.

Miramos el test sobre la mesa esperando a que esté mostrará el resultado.

-¡Una rayita no estoy embarazada! -salte felíz.

-¡Maldicione! -se quejo el-. Ya había pensado en nombres.

Me senté en sus piernas riendo -Si quieres adoptamos un perrito.

El hizo una mueca, pero no dijo más nada pues las puertas se abrieron y una risueña Maritza entro en la oficina. Guarde rápidamente la prueba y me quedé en las piernas de Luka, bastante confundida.

¡¿Que hacía esa hija de puta aquí?!

Por la cara de Luka el tampoco lo sabía.

-Maritza retirate o llamaré a seguridad -pidió Luka

¡Ese es mi chico!

Ella se sentó frente a nosotros -Solo vengo por negocios.

-¿Ya le puedo arrancar la cabeza? -pregunte, cruzando mis brazos.

Luka me rodeo la cintura con su brazo -¿Que quieres?

Ella agitó su mano y mostró su anillo de casada -Estoy casada.

-Pobre hombre -solté.

Maritza hizo una mueca -El punto es que mi marido está interesado en comprar está cadena de hoteles y la exportadora, ofrece cinco millones.

¡Joder cinco millones! Eso era mucho.

Luka empezó a reír -Muy poco.

Parece que no era mucho, me faltaba mucho por entender en esto de los negocios, se lo dejaría a el mejor.

-Si esperas un poco más no valdrá nada, es una buena oferta teniendo en cuenta que este lugar está cada vez peor -respondió Maritza.

Luka se lo pensó y yo me levanté de encima de él -¡No se vende! -afirme.

El entrelazó sus dedos y me miró con una pequeña sonrisa -Explícate.

-Tus hoteles son los mejores, a las personas les encanta y ellos lo saben, además por más que te investiguen no encontrarán nada, lo único que tienes que hacer es mantener tranquilos a los inversionistas y demostrar que este sitio seguirá dando resultados pase lo que pase -explique.

El entre cerro los ojos -Estamos en la cuerda floja.

-Y la cruzaremos ¿Por qué crees que ellos la quieren? -señale a Maritza que me miraba con odió.

Luka suspiró y estiró la mano para tomar la mía.

-Como ha dicho mi mujere, cruzaremos esto y no venderemos -finalizó el.

Quería pegar saltos de alegría.

Maritza se levantó enfadada -Pues bien, un poco más y no tendré que pagar tanto por esto.

Ella se marchó, cerrando de un portazo. Luka me volvió a sentar en sus piernas y beso mis labios.

-Si no funciona tendrás que darme gemelos.

-Y si funciona llenaremos la casa de niños -asegure.

-Affare fatto -«trato hecho.»

Llegamos a las 40k lecturas GRACIAS
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Actualizo cuando este cap llegué a los 100 votos y 100 cometarios.

Ya estamos a un paso del desenlace final ¡La que se avecina!

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