Somos fuertes #36
Capítulo 36
Somos fuertes
Grace
Luka tenía razón en algo, si el resto supiera cuánto nos amábamos nos dejarían de ver cómo algo prohibido. Fue algo que empezó con un juego, algo que no debería existir, pero aquí estaba y era feliz con esto. No había nada que pudiera decirme que estar hoy junto al hombre que amaba era malo ¿Por qué lo sería?
La mirada de Luka se paseaba por mi cuerpo, mientras sus manos recorrían cada parte de este y sus labios susurraban palabras tranquilizadoras en mi oído.
Había recibido un mensaje de mi madre, pues me habían descubierto o mejor dicho habían descubierto a Greta con mi vestido besando a Bianca en mi habitación. Más tarde mataría a Greta por eso, ahora solo quería disfrutar del hombre al que amaba, cuando llegara a casa me esperaría una buena.
—Dime algo malo de ti —pedí besando su pecho.
El se lo pensó en poco —Creo que todo lo conoces cariño.
Sonreí escondiéndome en el hueco de su cuello, me gustaba conocer todo de el. Saber que era mío y yo suya.
—Dime algo que desees ahora mismo —volví a pedir sentándome a horcajadas sobre su vientre.
El me tomo de las caderas —En estos momentos solo te deseo a ti —miró a la ventana—. Ya está amaneciendo.
Luka se sentó conmigo encima, acaricio mi espalda y me abrazo dejando algunos besos en mi hombro.
—¿Me amas? — pregunté.
El mostró una sonrisa —Mucho, eres mi mujer.
Su mujer, amaba escuchar eso, salir de su boca en ese tono seguro y fuerte. Acaricie su cabello un poco más largo que desde el día en que lo conocí y su barba que raspaba mi piel con cada beso que me daba.
Había tanto que debíamos hacer para poder despertar a su lado sin sentir esa molestia en el pecho, para poder amarlo sin prisas. Quería conocer mejor de lo que ya lo hacía, cada parte de su cuerpo, cada marca de su piel e incluso cada hebra de cabello. Ansiaba conocer lo malo y lo bueno, crear nuevos momentos con el.
Había tanto que hacer, que se volvía agotador, pero al vernos así sabía que valía la pena.
—Hoy le rompí la nariz a Marcello —anuncie en voz baja.
Luka sonrió y pellizco mi seno antes de hablar —Buena chica.
—Maritza y el estaban trabajando juntos para conseguir las fotos —explique, Luka se detuvo—, la vi pagarle, de hecho tome el dinero y lo rompí, era mucho.
Luka arrugó el ceño —¿Estás segura de que fue ella?
—Lo estoy —afirmé—. No tengo ni idea de porque lo hacía, pero tienes que sacarla de la empresa.
Luka asintió —Ese es el problema, ya lo hice. Maritza fue despedida hace una semana, por lo que tampoco entiendo, quizás solo fue venganza por ser despedida.
—Pero nos tomaron fotos desde hace mucho —recordé.
El suspiro —Tienes razón, investigaré mejor esto, tu no te preocupes.
Hice una mueca, odiaba cuando el solito se quería hacer cargo de las cosas, pero supongo que en este caso yo no podría hacer mucho. Me levanté para ir al armario a por algo de ropa, Luka me siguió y también empezó a vestirse con unos pantalones de algodón oscuros.
—Toma —me pasó un suéter de el que acompañe con mi short de pijama.
Amaba su ropa, tenía su olor y me fascina sentirlo. Aunque el odiaba que mi cuerpo se quedará con su olor y por eso todos los productos que había comprado para mí eran los mismos que yo suelo usar en casa, seguía siendo todo un psicópata.
Fuimos a la cocina y juntos empezamos a preparar el desayuno. Yo me encargué de cortar un poco de fruta, era lo más seguro para mí, al menos no quemaría nada.
—¿Que ha sucedido con tu padre? —pregunte, metiéndome una fresa a la boca.
Luka robó una para el también —Desapareció, es como si hubiésemos visto a un fantasma.
Le di un golpe en el brazo —No digas esas cosas, me aterran.
El hizo una mueca —He pensado en vender la empresa y la exportadora, de hecho ya me han hecho algunas ofertas, aunque ninguna es buena, pero supongo que con la reputación que tiene la empresa no puedo esperar mucho.
—No puedes hacer eso —lo interrumpí—. Se están aprovechando de todo lo que sucede para comprar la empresa, tu di que no.
El mostró una sonrisa y me silencio acunando mi mejilla y dándome un beso en los labios.
—¿No quieres que lo haga? —pregunto.
Negué con la cabeza —Es tu vida y la de tu familia, tu padre el que te amo y te crío trabajo mucho y te dejo a cargo a ti. Tienes que enseñarles a esos hijos de puta quién es Luka Caruso.
Él me abrazó por la espalda —Necesitaré tu ayuda, mi pequeña calabaza.
Me di vuelta y poniéndome firme, respondí: —A tus servicios, señor Caruso.
El empezó a reír, me dio un último beso antes de continuar haciendo el desayuno conmigo. Nos quedaron unas tortitas deliciosas, bueno le quedaron Luka, su fruta y su batido cochino no pudieron faltar. Mantuvimos una charla agradable, incluso hice el intento de compartir mis tortitas con el, pero salió mal, la enorme boca de Luka se llevaba más de lo que le ofrecía y terminé mordiéndolo a el.
Después de desayunar y de recoger el apartamento decidimos descansar un poco más, aún era muy temprano y tenía tiempo.
Me vestí con la ropa que tenía aquí, tanto la que el me había comprado como la que poco a poco se había quedado. Me gustaba ver algunas de mis cosas por su apartamento, podría ser un poco tóxica, pero era mío.
—Te tengo una sorpresa —anuncio sentándose a mi lado en el sofá.
—A ver — tomé el sobre que me pasaba y lo abrí.
Era una solicitud con mi nombre para una academia de arte.
—Se que te gusta el arte, tienes muchos dibujos en tu habitación y solo había que ver tu mirada en el museo —explico el.
Negué con la cabeza —No creo que pueda hacer esto, además no sería justo.
El tomo mis manos —Tendrías que hacer una prueba y se que tienes talento, le envié el cuadro de Lucia a la pintora original y le encantó, está dispuesta a hacerte la prueba.
Esto era demasiada información, había pasado de no saber que hacer con mi vida, a empezar a ver el arte como parte de mi futuro. Si es cierto que la amaba, pasaba horas dibujando y sí, me fascinaban las obras de arte y saber la historia que había detrás de cada cuadro. Creo que para pintar hay que sentir, tiene que ser real, para qué trasmitía algo y yo amaba eso, amaba los colores y lo que se podría crear con ellos.
—¿Puedo pensármelo? —pedí algo avergonzada.
—Vale, yo me encargaré de solicitar una cita una vez estés decidida —respondió el dejando un beso en mi mejilla—. Cómo sea estoy orgulloso de ti.
Sonreí —No quiero que me ayudes en mis logros, se que tienes el poder para hacerlo, pero no quiero ese tipo de ayuda —explique.
El suspiro —No me involucraré, lo que suceda dependerá de ti, lo prometo.
Me levanté de sofá, dejando la solicitud a un lado y ofreciéndole mi mano —¿Bailamos? No bailaste en mi cumpleaños.
Luka se levantó y puso algo de música suave para bailar. Con una sonrisa se acercó a mi y colocando sus manos en mi cadera comenzó a moverse al ritmo de la música. Acaricie su mandíbula y me perdí por un rato, en la sensación, en su mirada oscura y en el color de sus labios.
—Serás una esposita preciosa —me susurro el al oído.
Mordí mi labio —¿Me dirás así cuando estemos casados?
El me beso y se puso de rodillas en el suelo conmigo, siguió besándome hasta que me tuvo acostada debajo de el.
—Te diré de muchas maneras.
Tire de su camiseta para sacarla por encima de su cabeza, pero ambos nos detuvimos al escuchar ese grito: —¡Luka!
—¡Grace! —me grito mamá.
Debía estar soñando aún, mis padres y la madre de Luka no podrían estar en el salón. Luka se colocó la camiseta y me ayudó a levantarme del suelo, agradecí que al menos nos había dado por vestirnos y no andábamos desnudos por el apartamento como muchas veces habíamos hecho antes.
La pregunta era ¿Qué hacen aquí y juntos?
Luka fue el primero en hablar —¿Qué hacen aquí?
—Por nuestra hija, ¡Grace vámonos! —exigió mamá.
Ya esto era demasiado, negué con la cabeza —Lo siento, pero no, se que puedes estar enfadada por mentir, pero esta es mi decisión y me quedaré con el.
—¡Es tu profesor! —me grito papá.
Luka tomó mi mano —Estamos juntos y se que lo que hicimos estuvo mal, pero ya basta, queremos intentar ser felices, no merecemos que nos condenen.
—¡Mintieron! —nos interrumpió la madre de Luka—. La noticia está en todas partes, Luka Caruso sale con una estudiante, tienen que acabar con esto ya.
—De que serviría, igual ya ocurrió —respondió Luka.
—¡Grace, vámonos! —me grito mamá.
—¡Nos queremos casar! —dijo Luka.
La habitación quedó en silencio por unos segundos, si la idea de que fuéramos novios no les había gustado era normal, que la idea de que nos casaríamos sería espantosa para ellos. No es que lo hubiésemos hablado mucho, sabíamos que queríamos estar juntos y que gradualmente podríamos llegar a eso, pero no me aterraba la idea, todo lo contrario se me hacía atractiva. Lógicamente, ninguno de los dos daría el paso tan pronto, pero era bueno dejar claro frente a nuestros padres cuáles eran nuestras intenciones, así que tome su mano y me quedé en silencio a su lado.
Mi padre fue el primero en hablar —Esto es ridículo.
—Lo haremos en un futuro, por lo que no nos vamos a separar —deje en claro.
—Pero queremos que estén en nuestros momentos, que formen parte de esto —pidió Luka.
Mamá negó con la cabeza y salió del apartamento, me dolía que no dijera ni una sola palabra.
Mi padre me miró con decepción —No sabes lo que haces.
La madre de Luka fue la última en marcharse —Lo que haces puede afectar al resto Luka.
La puerta se cerró con un fuerte golpe y volvimos a quedarnos solos, las lágrimas no tardaron en salir. Me sentía cansada y terminé llorando en los brazos de Luka, este que también estaba bastante lastimando por las duras palabras de su madre, me abrazo y me consoló.
Me separé para limpiar sus lágrimas y darle un pequeño beso en los labios, sintiendo el sabor salado de estas. El acunó mis mejillas y forzó una sonrisa.
—Sabíamos que sería difícil —menciono.
Asentí con la cabeza, sí que lo era —¿Cuándo terminara?
El se encogió de hombros —Terminará.
Tenía un principio, así que como todo, también tenía un final. Algún día ellos lo aceptarían.
—¿Me amas, Grace? —pregunto el.
Por supuesto que lo amaba —Mucho y le voy a demostrar a todos que te amo.
No volví a casa esa mañana, no sabía si quería hacerlo. Me había quedado en el apartamento con Luka y le había enseñado lo importante que era tener helado y galletas para pasar una depresión, después de comprar lo que necesitábamos nos quedamos en el sofá viendo «Los juegos del hambre»
Luka miraba algo confundido a la pantalla y hacía preguntas sobre cada escena.
—No entiendo nada ¿De quién está enamorada esa niña? —pregunto con la boca llena de helado—. ¿Por qué simplemente no lo dejan?
—Luka, cariño cállate —lo miré mal, estaba arruinado mi película favorita—. Se supone que tiene que tener trama.
El soltó un bufido —¿Esto tiene libro?
—Si
El golpeó el cojín —¡Teníamos que leer el libro primero! Con razón no entiendo nada.
Me hice un ovillo en el sofá, a veces no lo aportaba.
La alarma empezó a sonar —Tenemos que ir ante el consejo escolar hoy.
¡Mierda lo había olvidado! Cubrí mi cara con un cojín, ya había pasado por suficiente drama, por hoy no necesitaba a más personas juzgando nuestra relación, además mis padres también entrarían y acabamos de discutir hace solo unas horas.
Suspire —¿Y si escapamos a China?
El me pegó una palmada en la nalga —Vamos Grace, arreglemos todo.
Ese era el problema, teníamos dos opciones, arreglar todo o hundirnos en más problemas.
Luka terminó eligiendo algo para mi, como no había más que amarillo, terminen con un vestido largo y de tirantes, era cómodo, pero el color muy alegre para la ocasión.
Luka se puso unos pantalones negros, camisa blanca remangada y sin corbata, se veía lindo y aún más luciendo mi pulsera de colores.
—¿Iremos juntos? — pregunté bajando en el ascensor con el.
—Si no lo van a aceptar, se tendrán que acostumbrar a la fuerza —respondió el.
¡Ese era mi hombre! Tome su cara y le plante un enorme beso en los labios.
Llegamos al instituto bastante temprano y ya mis padres se encontraban sentados frente a la oficina del decano. Reconozco que sentí el impulso de soltar la mano de Luka cuando los vi, pero ya con todo lo que ha pasado no me escondería nunca más.
—Buenas tardes —saludo Luka.
La directora abrió la puerta para nosotros —Ya pueden pasar.
Estaba nerviosa y el también, lo supe en su mirada. Estábamos frente a la junta escolar y frente a mis padres, no era una escena muy atractiva y nunca imaginé vernos en esta situación.
Después de una charla sobre las normas escolares comenzaron a volar las preguntas.
—¿Cuando comenzó todo? —preguntaron.
Yo y Luka nos miramos, ninguno de los dos lo sabía.
Decidí responder yo —Solo sucedió y por un tiempo nos negamos a ello.
—¿Hubo algún interés en especial? —pregunto la directora—. ¿Algún acuerdo que favorecía a alguno de ustedes?
Negamos con la cabeza —Este hombre me ponía mala nota sin importar que.
Luka me miró mal —Nunca existió un acuerdo, solo sucedió —respondió el.
Quería dejar en claro que nunca empecé una relación con Luka por conseguir algún favor de el.
—¿Se sintió presionada por el señor Caruso para tener relaciones? —preguntaron.
¡Suficiente ya se pasaron!
—¿Qué carajos insinuó? —le pregunté a la pelirroja con enormes gafas.
—¡Grace! —me regañaron mis padres y Luka a la vez.
—¿Le parezco enfadada por estar junto a este hombre defendiendo nuestra relación?
—Evaluaremos la situación, pueden salir —me interrumpió la directora.
Luka se levantó y tiro de mi a la salida. Me había ofendido esa pregunta, el no se detuvo hasta entrar en uno de los sanitarios y una vez ahí me soltó y empezó con sus regaños.
—¡Básicamente, pregunto si te aprovechaste de mi! —le solté enfadada.
El tomo mis hombros y me detuvo —Son cosas que han sucedió y ellos no son adivinos, es normal que hagan la pregunta.
Lo sabía, pero me sentía enfadada y ofendida. Abrace a Luka y dejé salir algunas lágrimas.
—Mis padres me odian — murmuré.
El negó con la cabeza —¿Cómo van a odiarte? Eres preciosa, carismática, caótica.
Lo interrumpí —Caótica no es bueno.
El me rodeo con el brazo y salió del baño conmigo, para volver con mis padres.
—Pues a mí me gusta —respondió.
Me senté junto a Luka y mis padres, estos no decían ni una sola palabra, apoye mi cabeza en su hombro y el tomó mi mano para llevarla a su boca y besar mis nudillos. Estaba cansada, así que me quedé dormida rápidamente hasta que después de una hora nos volvieron a llamar.
Esperaba también hubieran solucionando algún problema mundial en ese tiempo. Era ridículo tanto drama para algo que se solucionaba con un par de palabras.
—Hemos tomado una decisión para ambos señor Caruso, no puede continua en nuestro centro...
—¡El renuncia! —dije antes de que terminara de hablar.
La directora me lanzó una mirada molesta y Luka me dio un apretón en la mano.
—Bien, en ese caso, teniendo en cuenta que la relación no fue algo planeado por ninguno de ustedes y que ni hubo una segunda intensión, dejaremos que Grace termine el último año —finalizó la mujer.
Pues ya quedaba casi un mes, no dejarme terminar, ya sería de muy mala gente.
—Gracias —respondieron Luka y mis padres.
—Pero —los interrumpió ella—. A pesar de que sus notas han tenido una mejoría, esto no será tomado en cuenta, usted señorita Grace no será recomendable a ninguna institución.
Bien, tenía claro que después de esto mi expediente tendría una enorme mancha. Quizás debería tomarme en cuenta la academia de arte o pensar en otra manera de hacer algo en mi futuro.
Me levanté —Muchísimas gracias, señora —dije muy calmada—. ¿Nos vamos cariño?
Luka se levantó conmigo y junto salimos de aquel lugar. No soy invencible y una vez estuvimos juntos a su coche tenía que reconocer que me había roto, empecé a llorar como una niña pequeña mientras el me abrazaba e intentaba consolarme. Había sido difícil, un recordatorio que siempre tendríamos de lo mal que había empezado nuestra relación.
—Tranquila, ya pasó —me dijo el.
Ni siquiera sabía animarme, por supuesto que había pasado. El había terminado perdiendo un trabajo que amaba y quizás después de esto y todo el escándalo no pueda volver a ser profesor en su vida.
Mis padres se acercaron a nosotros —¿Podemos hablar con usted? —pidió mi padre.
—Claro —respondió el abriendo la puerta del coche para mí.
—¿Yo no? — pregunté.
—Tu entra al coche —respondió Luka empujándome dentro.
Me quedé como una idiota mirando como se alejaban, estuvieron hablando por unos minutos y Luka parecía muy calmado a pesar de que era visible que estaban discutiendo, al menos se fueron calmando después de unos minutos. Debía aprender a leer los labios o algo, porque era horrible no saber que se decían.
Luka regresó al coche y se sentó a mi lado, me quedé esperando a que diera algo, pero este solo encendió el coche y empezó a conducir.
—¡¿Que te dijeron?! —le grite desesperada—. Cariño mío.
El alzo una ceja y suspiro —Después de algunos insultos en los que quedaron demostrando que eres una copia de tu madre, me invitaron a charlar y a cenar esta noche en casa.
Abrí la boca asombrada —¿Cómo es posible eso?
—Obvio quieren conocer al encanto con el que sale su hija —respondió el, todo orgulloso.
Sí que era un encanto.
Hello
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Besos
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