Si no es contigo no #39
Capítulo 39
Si no es contigo no.
Grace.
Había pasado una semana desde que Luka y yo habíamos arreglado nuestra relación, las cosas no iban estupendamente bien, pero lo intentamos a diario. Habíamos dejado en claro que nuestra relación no terminaría por una tontería como los celos y nos esforzamos para que la confianza que se había derrumbado volviera a nosotros. No era tan fácil como imaginé que podría ser, no era cuestión de pedir perdón y ya, era demostrar que se era capaz.
Por otro lado la empresa aún atravesaba por muchos problemas, le prensa aún acosaba a Luka y la idea de vender todo seguía dando vueltas en su cabeza, pero era algo que ni su madre, ni su hermano aceptaban del todo aún.
No podíamos decir que el mundo había aceptado nuestra relación, no lo hacían, simplemente lo habían dejado pasar por no tener más opciones y si hablábamos de desconfianza también atravesabamos por ese problema con nuestra familia. La madre de Luka no era feliz conmigo, por lo que justo mañana me presentaría como Grace una simple chica de diecinueve años que amaba a su hijo, ya esto ella lo sabía por supuesto, había hablado con mis padres, pero era mejor que aunque sea tarde nosotros remediaramos las cosas.
Mi morsa por supuesto, era un ser amargado al que todo esto lo tenía ya bastante estresado y yo como su fiel novia, psicóloga, secretaria y amante, sabía cómo sacarle todos los problemas de la cabeza.
—Estoy casi segura de que esto no arregla los problemas —solte un gemido cuando lo sentí aún más adentro de mi.
El mordisqueo mi cuello mientras movía las caderas a un ritmo que me hacía temblar.
—Desde que empezamos no hemos discutido —murmuró él antes de atrapar uno de mis pezones con sus labios.
Tenía razón, no era la solución más sana, pero debía confesar que se sentía bien y después de esto le podía perdonar todo, casi todo.
Clave mis uñas en su espalda baja y lo empuje contra mi, su miembro latía en mi interior y el emitió un sonoro gruñido contra mi mejilla que solo me hizo deseas más. Rodamos en la cama hasta terminar sentados, yo encima de el, moví mis caderas buscando comodidad, ahora se sentía mucho más profundo.
Luka tomo mis manos y las sujetó detrás de mi espalda, como resultado yo arqueé mi espalda y seguí con mis suaves y atormentadores movimientos mientras el mordisqueaba mi cuello y mis pechos. Su mano descendió por mi cuerpo y acaricio mi centro húmedo y caliente, no fue gentil, pero esa dureza me encantaba.
—Corri tesoro, così posso renderlo più forte —«correte cariño, para que pueda hacerlo más fuerte,» pidió en italiano contra mi oído.
Mi cuerpo respondía a sus órdenes, mis brazos dolían y mis caderas de movían ya con algo más de desespero, mis ojos se perdieron ahí donde su mano tocaba y se unían nuestros cuerpos, brillante, húmedo y suave. Me contraje y solté un grito de placer cuando todo mi interior fue recorrido por espasmos, Luka me abrazo con fuerza aún duro dentro de mi.
Me dió la vuelta en la cama colocándome boca abajo y sin darme tiempo a recuperarme volvió a entrar en mi levantando mi trasero y sujetandome con fuerza de las caderas. Mi cuerpo aún temblaba y el me movía sin control alguno contra su miembro. Me levanto dejándome de rodillas y sin detenerse comenzó a besarme, robándome el poco aire que me quedaba.
Volví a gritar cuando otro orgasmo recorrió mi cuerpo, este fue mucho más intenso, Luka se apretó contra mi y mordió mi hombro ahogando sus gemidos. Lo sentí caliente y abundante en mi interior y entre mis piernas.
Caímos a la cama agotados, sin apenas poder respirara pero satisfechos.
—¿Por qué era que discutíamos? —pregunto el, con la respiración agitada y los labios rojos.
Era real, ni siquiera me acordaba, eso o estaba demasiado cansada para hacerlo.
Negué con la cabeza —No lo sé, pero de seguro fue tu culpa .
Después de una larga ducha y una abundante merienda nos quedamos en el salón viendo la televisión. Realmente yo revisaba mi teléfono celular y Luka se quejaba de la película que estaba puesta, era todo un amargado en cuanto al cine, ninguna le parecía lo suficientemente buena.
—Se supone que tienes que disfrutar la película, no quejarte por todo —lo regañe, ya cansada de sus constantes quejas.
El soltó un bufido —Esto es lo que tú quieras menos una película, no se porque me haces ver estás cosas.
—¡Pues no las veas! —le grite tirando de la manta que nos cubría a los dos.
El volvió a tirar —¡¿Que hago me meto bajo la cama?!
Rodé los ojos —Le harías un favor al mundo.
Sentí sus dientes en mi hombro, pegue un grito y me gire para morderle la mejilla, pero el fue más rápido y me tomo las manos para empujarme fuera del sofá. Me las pagaría.
Me levanté del suelo enfadada —¡Te aconsejo no dormir está noche!
Era un hombre demasiado grande para poder hacerle algo mientras estaba despierto, pero si algo tenia Luka es que una vez tocaba la cama nada lo podía despertar.
—¿Te vas a quedar aquí está noche? —pregunto tomando mis caderas para sentarme encima de él.
—Por supuesto y ya deberías hacerme la cena —señale la hora en el reloj.
—Te la puedo hacer a diario si te mudas conmigo —propuso el.
Ya empezaba, se había obsesionado con la idea de mudarnos juntos, para mí era muy pronto y sabía que teníamos aún muchos problemas por solucionar para poder llegar a eso.
Abrí mi correo electrónico y pegue un grito —¡Me aceptaron en la academia!
Luka se levantó conmigo en brazos y me beso —Mi preciosa, te lo dije.
No me lo podía creer estaba muy feliz y comencé a escribirle a mis padres y a Greta para informarles de la noticia.
—No me respondiste —menciono el.
Me hice la loca —¿Me llevas mañana? Tengo que entregar algunas cosas para la matrícula.
El hizo una mueca disgustado —Por supuesto te llevaré y de ahí me acompañas a la empresa.
Odiaba la empresa, había ido un par de días y todo el mundo me miraba como si fuera un bicho raro. No había nadie que no supiera quién era yo, quien era Luka y lo que había ocurrido, pensar en que nuestra relación estaba tan expuesta me daba ansiedad. Al menos nos habíamos mantenido en silencio e intentabamos disfrutarnos sin pensar en el resto, pero debía admitir que no pensar en lo que el resto pensará a veces se volvía una tarea difícil. Era inevitable, aunque Luka lo hacía mucho mejor que yo.
—Le avisaré a mis padres —me levanté y camine a la habitación.
Estaba en un plan que le contaba a mis padres todo lo que haría con Luka, ellos no aceptaban del todo la relación y puesto que yo no quería terminar con el, intentaba mantenerlos informados para así volver a recuperar la confianza perdida.
El entro en la habitación cuando termine la llamaba, se sentó en la cama con solo unos pantalones de algodón que me hacían querer hacer muchas cosas y ningúna era sana.
—¿Por qué me evitas cuando te pido que vengas a vivir conmigo? —pregunto el, estaba muy serio.
Me senté a su lado —Discutimos mucho y acabamos de pasar por un momento feo en la relación, me hace sentir insegura el mudarme contigo.
El asintió con la cabeza —¿Solo por eso? Es porque no confías aún en mi y crees que puedo volver a ocultar las cosas.
—Si, pero te amo —asegure—. En un futuro cercano me gustaría hacer todo eso contigo.
No parecía muy feliz con eso, se acostó en la cama y se quedó mirando al techo por unos segundos. Acaricie su abdomen con mis manos y descendi hasta el borde de su pantalón.
—Estoy un poco enfadado, deja de seducirme —pidió el.
Colocándome entre sus piernas acaricie su miembro con mi mejilla por encima del pantalón.
—Esto será entre el soldado y yo —aclare tirando de sus pantalones—. Además me gusta cuando te enfadas.
El disimuló una pequeña sonrisa —Ok, pero estoy enfadado y no haré nada.
Soltó un gruñido cuando lami la punta de su miembro.
—¿Que decías? —volvi a repetir la acción.
—Ti amo, decía que te amo, divieto di sosta —«no pares» pidió en italiano.
Eso me hizo reír. Lo acaricie con mi mano mientras recorría toda la carne con mi lengua, la metía en mi boca rodeandolo con mis labios y chupando levemente. Luka respondía alzando levemente las caderas, el siempre cuidaba de mi en estos momentos. Su mirada oscura estaba encima de mi y de lo que hacía. Mordí sus muslos, sin dejar de masturbarlo y me deje llevar por la delicia de sus gemidos y peticiones. Cuando atrapo mi cabello en un puño y me llevo a dónde quería de la manera en la que quería, supe que ya estaba al límite. Me levanto rápidamente, pero no lo suficiente, lo había sentido en mi boca y me había gustado, relami mis labios y sonríe al ver su miembro temblar sobre su abdomen.
—Estas loca Grace Abbey —murmuro el, con la respiración agitada.
—Me amas así —asegure.
—Por supuesto —me sentó a horcajadas y empujado mi trasero me animo a acercar mi sexo a su boca—. Ahora dame lo que me gusta, por el tiempo que yo quiera.
Mordí mi labio y solté un grito cuando me beso con una pasión que podría derrumbarme, ahí en mi humedad.
Pasamos mucho tiempo dando y recibiendo placer, hasta que ya el cansancio había caído sobre nosotros y después de otra ducha y más comida chatarra a la que Luka ya estaba acostumbrado nos quedamos dormidos. Mañana sería un día largo y no debimos quedarnos dormidos tan tarde, solté una maldición al escuchar el despertador. Quería arreglarme para mí día en la empresa, así que cubriendo a mi gigante morsa me levanté para darme una ducha caliente y vestirme con la mayor calma posible.
Nunca fingia ser otra persona, así que a pesar de que íbamos a la empresa yo solo me coloque unos pantalones rotos y acampanados una camiseta rosa de Månezki que Luka que había comprado, mis botas y una chaqueta, amaba mi estilo y no me importaba que mi novio fuera un amargado amante de las corbatas.
Acomode mi cabello y aplique un poco de maquillaje. Cuando volví a la habitación, Luka se había quitado la manta y estaba dormido desnudo.
—Bonito trasero —murmuré.
Me acerque a el y clave mis dientes en una de sus nalgas.
—¡Grace! —grito el agarrando la sábana con sus puños.
Cuando me separé había dejado una bonita marca de mis dientes en un tono rosado.
—Deberias tatuarte las marcas de mis dientes —le aconsejen, se vería bonito.
El se levantó —¡A ti te voy a tatuar una nalgada!
Sali corriendo de la habitación, si me quedaba moriría. Después de que Luka se vistiera con un elegante traje azul y desayunaramos mi especialidad, cereal con leche, subimos al coche y comenzamos el camino a la academia.
—!Es a la derecha! —señale—. ¿Por qué vas tan lento? ¡A la derecha!
Luka me miró enfadado —¡¿Quien maneja tu o yo?!
Me cruce de brazos, encima que le indico —¡Pues debería manejar yo!
—¡Tu cállate mejor! Manejas tu y estámos muertos —respondió girando a la derecha.
—Imbecil —susurre.
—Estupida —respondió el.
—Animal.
—Gorda.
—Gordo tu culo mordido —respondí.
El hizo una mueca y no dijo más, había ganado están batalla.
Llegamos a la academia quince minutos tarde y todo gracias a qué Luka no siguió al pie de la letra todas las indicaciones que le daba, esperaba que con esto hubiese aprendió a escuchar.
Nos atendieron rápido y logré matrícular, mi trabajo había gustado mucho y estaban encantados de tenerme. Era una gran oportunidad para mí.
—¡Luka! —solto una pelirroja acercándose a nosotros—. ¿Cómo has estado?
Mi mente decía peligro, era muy guapa y Luka parecía sorprendido.
—Susana —el recibió su abrazo con gusto—. Te presento a mi novia, Grace.
Salvado por la campana.
—Hola, Luka me habló mucho de ti, vi tu cuadro y supe que te aceptaron —exclamó la mujer con entusiasmo.
—Muchas gracias ¿También estudias aquí? —pregunte algo curiosa, no sabía nada de ella.
Ella nego con la cabeza —Soy profesora.
Genial, encima me daría clases.
—¿Cómo va todo entre ustedes? —pregunto sonriente.
Tome el brazo de Luka y mostré mi anillo —Nos vamos a casar.
La mujer se mostró muy feliz y Luka sorprendido. Después de despedirnos subimos al coche para ir a la empresa.
—¿Ya decidiste una fecha o fue tu manera de marcar territorio? —pregunto Luka.
—La segunda —confesé mirando el esmalte dañado de mis uñas.
—¿Estás celosa de Susana? —pregunto el.
Yo mostré una amplia sonrisa —No, para nada —mentí.
El sonrió —Era amiga de Lucia y la pintora del cuadro que reparaste. Creo que te hable de ella.
—No dijiste su nombre, ni que era joven y guapa —mencioné.
Estaba siendo muy infantil lo admito.
Luka suspiró —Porque no era importante y yo solo te veo guapa a ti, puedes dejar los celos.
—No es tan sencillo.
Después de lo que había pasado con Maritza me había vuelto muy celosa en parte era culpa de que ahora me costaba más confiar en el.
—No dejaremos pasar las cosas si sigues enfocada en lo que pasó —menciono el, estaba enfadado y de notaba en su tono de voz.
—Lo estoy intentando —asegure sin mirarlo.
El soltó un suspiro —Pues bien.
Después de esa pequeña discusión no dijimos más nada hasta llegar a la empresa. Cómo había hecho la última vez que estuve aquí me quedé en la oficina de Luka a su lado mientras el revisaba algunos documentos. Me gustaba verlo trabajar y lo ayudaba a el en todo lo que podía, no es que hiciera gran cosa aquí, pero Luka trabajaba demasiado y no se alimentaba bien, así que yo me enfocaba en mantenerlo alimentado e hidratado.
Termine de acomodar unos papeles cuando lo vi restregar sus ojos.
—¿Quieres que te traiga un café? —ofreci.
El bostezo —Que sean tres, por favor y después quiero cinco besos.
Me acerque a el y le di no cinco sino diez besos —Que sean diez ahora y diez más tarde.
Aunque Luka y yo estuviéramos enfadados no significaba que no nos cuidemos o fueramos cariñosos, eso nunca dejaba de suceder entre nosotros.
Llegue a la cafetería y pedí café para mí y para el, yo también estaba agotada.
—Grace Abbey —menciono un chico a mi lado.
Era lindo, rubio, de ojos castaños y bonita sonrisa. Estaba vestido con un traje gris, muy elegante.
—¿Te conozco? —pregunte.
El nego con la cabeza —No, pero aquí todos te conocen.
Alce una ceja —Ya imagino.
El asintió —Es fácil reconocerte, la chica colorida. Me gusta Månezki —señalo.
Tuve que sonreír, al menos me diferenciaba en algo —Gracias, regalo de mi novio.
—Oh si el señor Caruso, es genial desde que están saliendo, al menos viene más —expreso el chico.
Ambos recibimos nuestro pedido y caminamos juntos de regreso a la oficina.
—¿Trabajas aquí ahora? —preguntó.
Negué con la cabeza —Solo estoy cuidando a Luka, trabaja mucho.
El sonrió —Si y también nos hace trabajar.
—¡Grace! —grito Luka caminando hacia nosotros.
Todas las miradas iban dirigidas a el, siempre sucedía cuando decidía salir de su oficina. No sé mostraba mucho así que cuando lo hacía llamaba la atención.
—Buenos días señor Caruso, adiós Grace —se despidió el chico, entrando al ascensor.
Luka tomo el café —¿Por qué te llama Grace y no por tu apellido?
Me cruce de brazos —Porque no soy su jefa y claramente soy más joven que el.
Luka nego con la cabeza —Eres mi mujer, te llamarán Caruso en algún momento y hasta que ese momento llegué te tienen que llamar Abbey.
Rodé los ojos, era insoportable —Mi nombre es Grace y siempre será Grace no soporto que me llamen por mi apellido es tonto.
—Mejor no salgas de la oficina, nada más sales y ya se te lanza —expreso molesto.
—Asi que de eso se trata —me detuve en medio del living—. Estás celoso de un hombre que ni siquiera conozco.
—Yo también puedo estar celoso —respondió el.
Entre cerré mis ojos —¡No, no puedes!
Luka miró a nuestro alrededor —Dame una razón.
—Pues porque no —esa era la razón.
—Sabes que, solo hay una manera de solucionar esto y está claro que los dos somos muy inmaduros para seguir así —expreso el tomado mi brazo y caminando a la salida.
—¿Me estás dejando pedazo de animal? —si se atrevía a hacerlo lo colgaría del piso mas alto.
—No digas tonterías —respondió el—. Sube al coche.
Luka me llevo a un lugar que ya conocía, aquí vivía su psicóloga. Toco a la puerta y la señora nos abrió con una enorme sonrisa.
—¿A qué debo su visita? Espero que nada malo —nos invitó a pasar.
—En realidad sucede que necesitamos terapia de pareja —explico Luka.
—¿El que? —solte sorprendida, me había traído por terapia de pareja.
Después de cinco minutos me encontraba haciendo terapia, jamás imaginé que me vería en una terapia de pareja, mucho menos cuando mi relación acababa de empezar.
—Entonces lo que sucede es que no hay confianza entre ustedes —finalizó la señora.
—No, no —corrigio Luka—. Yo confío en ella, pero no deja pasar las cosas.
—¿Por qué debería? Has ocultado muchas cosas —exprese—. Además doctora, hoy me monto una escena de celos.
El rodo los ojos —No fue del todo así.
—¿Como fue? Vamos señor perfecto, explícate —pedí cruzando mis brazos.
—Es que tú desconfianza me hace desconfiar —respondió el.
—¡¿Pero que estás contando?!
Luka me miró enfadado —¡Es que eres insoportable!
—¡Pues tu más!
La mujer nos miró con los ojos muy abiertos. Ambos nos giramos hacia ella, ignorandonos y a la espera de una solución.
Ella dejo de apuntar y unió sus manos —Creo que lo mejor para ambos es que terminen está relación.
—¡Está loca! —solte alarmada
—¿Que tipo de psicóloga aconseja eso? Por supuesto que no —respondio Luka.
La mujer empezó a reír —Bueno está claro que tan insoportable no es, de ser así no les disgustaría tanto la idea de terminar. Lo que les está pasando es bastante normal, han dejado atrás la parte del enamoramiento y ahora estaba viviendo lo que es el verdadero amor, pero hay detalles que pulir, ambos son unos infantiles.
Nos miramos —¿Gracias? —dijimos a la vez.
—Tienen que ser un equipo y no solucionar los problemas a base de gritos, pónganse en el lugar del otro —menciono la mujer. Señaló a Luka—. Tu tienes que entender que la confianza no se gana en unos días, así que deja de precionar y disfruta el proceso. Grace date cuenta que las personas que reconocen sus errores lo menos que quieren es que se lo recuerden constantemente, así que si decidiste perdonarlo deja de tratarlo como si fuera un prófugo de la justicia que volvería a cometer un crimen de tener la oportunidad.
Tenía sentido todo lo que decía, después de una charla y algunos consejos regresamos a casa ya caída la noche. Me dezcalce y me senté en mi sofá verde junto a Luka.
Suspire —Lamento mi carácter y mis celos, confío en que no me volverás a ocultar las cosas y que para ti, ni Susana, ni Maritza significan nada.
El tomo mi mano y beso mis nudillos —Entiendo tu desconfianza y lo lamento, no te precionare nunca más para que te mudes conmigo.
Sentía las lágrimas acumularse en mis ojos.
Lo besé y el me respondió —Te amo morsa.
—Yo a ti más calabaza —respondió el.
—Genial, ahora llévame a la cama y representa a tu país como mejor sabes hacerlo —pedí mordisqueando su cuello.
Luka empezó a reír —Tu lo pediste.
¿Que opinan de este capítulo?
Han sucedido muchas cosas y las han "solucionando" o al menos eso creen, todo tiene un motivo y muy pronto lo conocerán.
Si te gusto comenta y vota por la historia. Actualizaré el miércoles si quieren que actualice la historia mañana me pondré como meta llegar a los 100 votos en este cap. Apóyame dejando ti voto y comentando
No sean fantasmas, besos, paz y amor
Disfruten la fruta
@paloma_escritora en Instagram
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