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42

Glorioso fin de semana, era sábado a las diez de la mañana y Yoongi no daba señales de despertar pronto. Era su día e iba a disfrutarlo a como diera lugar.

—Yoon — Llamó Seokjin —Yoonie.

El menor se removió entre sus sábanas y soltó un pequeño quejido.

—Déjame dormir — Pidió con voz adormilada.

—Yoon, ya vamos a desayunar, después de eso puedes seguir durmiendo, lo juro. — Solo así, su hermanito se levantó. —No tardes, gatito.

Min menor arrugó la nariz ante el apodo, pero no dijo nada, sabía que su hermano amaba llamarlo así.

Se levantó de su cama y se estiró, algunos de sus huesos tronaron y se sintió mejor cuando varios dolores desaparecieron. Entró al baño para acomodar su cabello un poco y no lucir tan desaliñado, aunque daba igual porque volvería a dormir después. Bajó las escaleras de su casa y llegó al comedor para reunirse con su familia.

—Buenos días Yoon — Saludó su madre, él intentó sonreír, pero tenía tanto sueño que solo hizo una mueca.

Jin trató de aguantar la risa, pero no pudo, así como también terminó por escupir su café.

—Seokjin, más te vale que limpies eso — Ordenó su madre, él solo asintió mientras su característica risa seguía sonando.

—Vamos a ir a ver a su abuela — Avisó su padre.

—¿Está bien? — Preguntó Jin una vez que dejó de reír.

—Está enferma y saben cómo es, no quiere ir al doctor — Su madre servía su café.

Yoongi observaba la escena sin entender nada, sintió una tristeza invadirlo, ni siquiera sabía que tenía una abuela.

—¿Dónde vive ella? — Preguntó bajando la mirada.

Todos se miraron entre sí, Jin no sabía si decirle; podía ir y recordar todo lo que sucedió o tener una crisis en el intento. Su madre no pensó ni dos veces más en decirle.

—En Daegu — Sonrió de manera cariñosa.

—¿Quieres venir con nosotros? — Su padre le miró atento.

Yoongi se quedó mirando a un punto fijo, ¿podía? ¿debería?
Negó con la cabeza; él estaba, de alguna manera, enfermo. No podía ir y ser una carga también para sus padres.

—No, solo díganle que la quiero mucho y que le mando mis saludos — Suspiró.

Seokjin sintió como si le hubieran quitado un peso de encima, le gustaría que su hermano visitara el lugar donde había pasado la mayoría de sus recuerdos, pero cuando ya estuviera mejor y no tuviera crisis al tratar de recordar.

Cuando su desayuno terminó, Yoongi subió a su habitación, quería dormir más. Se escuchó como llamaron a su puerta.

—Yoon — Su madre abrió poco a poco.

—¿Qué pasó mamá? — Se volvió hacia ella.

—Ya nos vamos amor, cualquier cosa le avisas a Jinie, estará en su pieza, ¿sí? — Acarició su cabello —Regresamos mañana.

Él asintió y les deseó que les fuera bien, una vez que sus padres abandonaron la casa él decidió dormir por más tiempo.

La puerta de la entrada principal se escuchó, Yoongi se quitó los audífonos y dejó de dibujar, salió de su pieza y bajó a la sala.

—Hola Yoon — Saludó Namjoon.

—Hola Nam, pensé que no vendrías

—Si, Jin me invitó, aunque me hubiera gustado que tus papás estuvieran aquí. — Sonrió.

—Fueron a ver a la abuela. — Kim asintió con la cabeza.

—Por cierto Yoon, Jinie me dijo lo que hablaste con tus padres y... — Rascó su nuca nervioso. —Te agradezco mucho.

Él frunció el ceño. —¿Por qué?

—Ni él ni yo teníamos el valor suficiente para decirles a tus padres lo que pasaba entre nosotros, quisimos esperar — Se acercó a él —Pero tú lo hiciste, tuviste el valor necesario para enfrentarte a ellos.

—Amo a Jin, tu eres un buen chico que ha cuidado de mi hermano, apoyarlos es lo menos que puedo hacer. — Sonrió.

Él le devolvió el gesto, después se escuchó que alguien entraba a la sala.

—Pensé que seguías dormido Yoonie. — Seokjin entró.

—Solo fue un rato, voy a seguir en mi habitación, nos vemos Nam — Se despidió.

El pelinegro subió a su pieza de nuevo, se volvió a colocar los audífonos y continuó con su dibujo. Pensó que sería bueno presentar a Jimin algún día, tal vez cuando llevaran un poco más de tiempo saliendo, sabía que sus padres lo aceptarían, era alguien adorable.

Sin querer su lápiz cayó al suelo, maldijo en bajo por ser tan torpe, para su mala suerte había caído debajo de su escritorio, genial, pensó. Tuvo que agacharse y meter su mano bajo en mueble, mediante al tanteo pudo encontrarlo y lo tomó.

—Yoongi — Escuchó a sus espaldas en cuanto se levantó, se volvió, pero no había nadie, pensó que tal vez fue Jin o Nam quiénes le habían llamado, abrió la puerta de su habitación, pero no se escuchó nada de movimiento en la sala, se acercó a la pieza de su hermano, abrió la puerta y estaban jugando xbox muy cómodos, tanto que ni siquiera se dieron cuenta de su presencia.

El pelinegro frunció el ceño y volvió a su cuarto, miró al espejo y entonces lo vio: una sombra que desapareció en cuanto esté la notó, con miedo volvió su mirada al lugar en donde estaba, pero no había nada. Respiró hondo tratando de calmarse, no quería regresar su mirada al espejo, pero debía hacerlo.

기억하려고 노력하다

Trata de recordar, era lo que decía.

—¿Qué mierda? Se acercó, pero en vez de llamar a su hermano decidió ir por su cuaderno y escribir lo que decía, era la segunda vez que veía un mensaje en el espejo.

Poco a poco el mensaje desapareció, no tenía ningún tipo de dolor en la cabeza ni molestia, pero si mucha confusión. ¿qué significaba? ¿qué era lo que quería decir? Obviamente, todos los días de su vida trataba de recordar, pero no lo lograba.

Arrojó sus audífonos lejos, no quería seguir pensando, se dejó caer en su cama y decidió dormir, al menos así podía aclarar su mente, aunque sea solo un poco.

—¡Yoongi! Escóndete  La voz de ese hombre de nuevo.

—Vamos a iniciar la caza, pequeño durmiente — Siwon, sabía que era él.

De nuevo, el escenario de la escuela, Yoongi sentía que se sofocaba, no había nadie, estaba él solamente.

—Corre. — Y él estuvo a punto de correr, pero algo pasó por su mente ¿qué pasaba si no lo hacía?

Eligió quedarse en su lugar, pero todo se volvió oscuro, todo el lugar se volvió negro y él comenzó al caer al vacío. Alguien lo miraba caer, más no hacía nada, solo veía como poco a poco se hundía en esa profunda oscuridad.

Min despertó sudando, no sabía cuánto tiempo había dormido, solo sabía que el cielo estaba teñido con los tintes naranjas del atardecer, su cabeza dolía, necesitaba los medicamentos.

—¡Jin! — Gritó —¡Seokjin! — Todo le daba vueltas, sentía su estómago revolverse, sentía las arcadas venir. —¡Mierda, Seokjin! ¡Namjoon!

La puerta de su habitación se abrió con brusquedad, dejando ver a los mayores, rápido Jin tomó una aguja en sus manos y lo inyectó.

—Tranquilo Yoonie, estarás bien — Trataba de animarlo.

—E–El espejo... — Señaló a su cuaderno antes de caer dormido de nuevo.

Ahora si ya vienen las respuestas jsjsj, por cierto ¡Nuevo banner!

Hoy son los Grammy, y les prometí capítulo, pues aquí lo tienen. Al rato voy a estar muerta y voy a llorar demasiado, en fin, disfruten los premios :3

Nos leemos en la siguiente 🌚

Mare †

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