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Capítulo 5

  El camino  y un sueño revelador.

Ni siquiera noté en que momento me quedé dormido.
De pronto la alarma sonó y nos levantamos literalmente corriendo.
Sheyla chilló en protesta,
pero no había nada que hacer, entre al baño, tome una ducha. Salí rápido y luego Sheyla hizo lo mismo. Apenas me ponía los jeans cuándo tocaron a la puerta.

Oye Zyan creí que a las tres salíamos; no que a las tres nos levantabamos, de ser así seguiría durmiendo. -Habló Peter al otro lado de la puerta.-

Ya voy.- grité mientras me dirigía a abrir la puerta.-

Cuándo  abrí puerta, él casi cae por tener la cabeza recostada en ella.

¿Qué crees que haces idiota?. Pregunté casi riendo.-

Casi caerme que no ves tonto.- responde fastidiado.-

Sí lo noté.- dije mientras él se colaba adentro.-

¿Tienes algo de comer?.-Preguntó yendo directo a la nevera.-

Si claro, estás en tu casa entra y comete mi comida. -Hablé con sarcasmo, mientras cerraba la puerta.-

Él sacó unos pedazos de pizza que había guardado, ni siquiera me acordaba hace cuanto están ahí. Los metió en el microondas marcó el tiempo y esperaba impaciente.

Si quieres café lo puedes preparar, en ese frasco está el café y ahí está la cafetera. Y la azúcar debe estar por ahí. -Sugerí mientras señalaba todo.-

Ya vete a terminar de vestir, nos tenemos que ir. -Dijo, notando que sólo cargaba los jeans puestos.-

Negue con la cabeza y me dirigí a la habitación. Sheyla ya estaba vestida. Una blusa con mangas, jeans tallados y sus botines de tacón, como siempre. Secaba su cabello con la secadora.

Ya está aquí Peter. -Hablé mientras buscaba una playera para ponerme.-

Lo noté, sólo él podría llegar a hurgar en la cocina tan temprano. -Dejó la secadora en su lugar y ahora cepillaba su cabello.-

La puerta del baño de la otra habitación se abrió y cerró fuertemente. Creo que la pizza vieja ya hizo efecto.

Sonreí por la idea y terminé de ponerme los zapatos. Cepillamos nuestros dientes, ambos tomamos nuestros móviles con su cargador y en una maleta llevaríamos todo.

Un cambió de ropa completo y algunos utensilios. Ahora buscaba una sudadera y sheyla cargó su abrigo que solía usar. Siempre le decía, que cuando usaba ese abrigo, me daba la idea, que se asimilaba a una bella rubia rusa.

Es hora.—Dijo, mientras cerraba la puerta de la habitación.-

Eché un ojo a todo el lugar antes de cerrar la puerta y se sentía como si abandonaramos para siempre esta habitación. No importaba lo desordenada que quedó, la chica de la limpieza tiene órdenes de dejar esto, como si nunca hubiéramos estado.

Peter salió del baño, con la mano en su estomago. Lo masajeaba, yo simplemente no lo pude evitar y solté una carcajada.

Al parecer asaltar  una nevera ajena no te ha traído buenos resultados e.—Hablé divertido.-

Tenía hambre ¿qué podía hacer?.—se encogió de hombros.-

Además tú, gran idiota, deberías tirar más seguido la comida vieja, de sabe cuántos años que tienes ahí guardada. -Hablaba algo fastidiado. -

Sheyla no decía nada. Sólo observaba y seguía ahí parada, ella estaba ahí pero su mente viajaba lejos de aquí.

¿Estás bien?.-Pregunté llamando su atención, ella parpadeo un par de veces para volver su atención a mí.

Sí, todo bien, es sólo que nunca habíamos abandonado del todo el apartamento y me brotó melancolía, sólo eso. —Suspiró y sonrió sin mostrar los dientes.

¿No van llorar verdad? —Preguntó  Peter,cuateloso, al parecer le parecia divertido lo que veía.-

¿Bien nos vamos? .
—Pregunté a ambos.

Sí.—respondieron al unísono.-

Eché un último vistazo, no es que fuera la primera vez que salíamos de esta manera pero, hoy hay algo diferente, que hace que sea más personal el deshabitarlo.

Bien salgamos de aquí. —El lugar se quedaba sombrío y vacío. Caminamos  a la salida directo al ascensor.

Bajamos por el ascensor y al llegar al lobby, Ramón tranquilamente se puso de pie, ya sabía de lo que se trataba. Le entregué las llaves y el gustoso las recibió.

Volveremos en 5 días.- avisé y el asintió.-
Que tengan buen viaje.- fue lo único que mencionó.-

Gracias. — Respondimos los tres.-

Salimos del edificio y se sentía un frío leve, aún estaba oscuro y la calle la iluminaban los faroles del alumbrado público. Y ahí estaba mi bello auto estacionado a un lado de la calle, y al lado se encontraba un auto cuatro puertas gris es un lindo BMW. Había un chico junto a éste, al vernos acercarnos nos ofreció las llaves, las tomé y al mismo tiempo le entregué las llaves que más me ha costado soltar y son las de mi bello camaro. Lo dude varias veces hasta que por fin decidí dárselas.

Sabes dónde dejarlo ¿cierto?.—Pregunté amenazante.-

Sí señor, Math me dio todos los detalles, lo cuidaré más que a mi vida así dijo él que lo hiciera.— Afirmó el chico convencido.-

Se acercó al auto, cuándo recordé que guardaba algo atrás del asiento del conductor.

¡Espera!.- le grité y él enseguida volvió la mirada hacía dónde me encontraba, y me encamine hacía el auto.

Él presiono el botón que le quitaba la alarma al auto abrí la puerta y saque la pequeña cajita de madera que siempre guardaba ahí. En ella se contraba la única fotografía que tenía de mis padres y yo juntos, junto con la medalla que me dió el padre de Sheyla y que ella aún no sabe que poseo.

Ahora sí, puedes irte. —El asintió e introdujo al vehículo, arrancó y se marchó.

Nunca me había separado de él, pero debo esconderlo.

Y allá va la muerte roja e. —Habló Peter, con algunas palmadas en mi hombro, me daba ánimos.

Tranquilo cariño pronto volverás a quemar neumáticos por las calles con el.—Habló Sheyla, estando a un costado del otro auto.

Bien vámonos, ya saben que será un largo viaje.—Peter me arrebató las llaves de la mano y tomó el lugar del piloto. Colocamos las maletas en el baúl  del auto.
Sheyla y yo tomamos los asientos traseros.

Duerman un poco, luego me toca a mí. — Decía Peter
encendiendo el auto y poniendolo en marcha.

No fue difícil quedar dormidos, supongo que no dormir casi nada influyó en eso.

El tiempo avanzó rápido poco a poco abrí los ojos, los arboles y arbustos aparecían y desaparecían rápidamente.

Peter pronto notó que estaba despierto.

¿Qué hora es? —pregunté bostezando y estirando mis brazos un poco.

Casi las 11. -Respondió .-

Vi hacía donde se encontraba Sheyla. Dormía profundamente recostada en la ventana del auto.

Se veía jodidamente tierna en ese estado, tan tranquila.

Y pensar que nunca te atrevías a hablarle porque siempre te trataba de lo peor y ahora no te separas de ella. —Habló Peter, observando por el retrovisor.-

Sí, sabes que nunca he sido bueno expresando mis sentimientos. —No dejaba de observarla.-

Antes de que despierte quiero que me prometas algo.—Me levanté y con esfuerzo de no despertarla, logré pasarme al asiento de copiloto.

Mientras no me pidas hacer una estupidez, claro. —Habló con su atención puesta en la carretera.

Prometeme, que sí en algún momento, mi vida y la de sheyla corren peligro, eligiras la de ella siempre. Y si me pasa algo, la cuidarás de la misma forma que yo la he cuidado.—Lo miré fijamente y él me observaba por segundos y veía también hacía el asiento dónde se encontraba Sheyla.-

No puedo prometer eso.—contestó triste-

No me pidas eso hermano. —Cerró lo ojos y apretó fuerte el volante.-

Hemos sido hermanos siempre y necesitó que me prometas eso. Por favor, si algo he amado en la vida ha sido a mis padres y a esa mujer —señale a Sheyla.-
Mis padres ya no están conmigo,  no pude defenderlos, por eso, si yo no puedo, quiero que tu lo hagas, eres más que mi amigo eres mi hermano y no podría confíar en nadie más para que guarde mi tesoro más grande que la vida me regaló. -tragué duro.-

Él lo medito un poco. Estaba indeciso, y creo que nunca lo había puesto en esta clase de situación.

Bien, lo prometo.—Soltó con dificultad.-

Pero sólo si no hay otra opción. —Agregó.-

Esperemos que no toque llegar a eso.—Suspire.—Él asintió.

Buscaba una buena canción en alguna emisora y me topé con una que se adaptó justo al momento.
"Wake me up"
suena por las bocinas del auto y Peter como yo empezamos a cantarla, de pronto escucho la voz de Sheyla unirse al coro y solo sonreí por la idea, son momentos únicos en los cuales concordamos en algo y cantar la misma canción es muy bello.

Sí, lo sé. Soy un chico pero eso no me impide amar estos pequeños momentos con personas con las que no comparto sangre, pero, son las personas  más  valiosas de mi vida. No creo que por John pueda decir lo mismo inclusive sabiendo que, con él sí comparto mi sangre.

El resto del camino fue de recuerdos y malos chistes, todo se centraba en la vida amorosa de Peter y como le iba mal con las chicas. Hablabamos de todo y nada a la vez.

No tuve oportunidad de compartir con mis padre o tío, pero tengo a mi pequeña familia que no cambiaría por nada. Llegamos a una ciudad  que aún nos recordaba que se encontraba lejos nuestro destino. Nos detenemos para comer, después de ordenar nos sentamos a esperar. Muy cansados de llevar tanto tiempo en auto, llevando 12 horas de camino  y de no ser por algunas botanas que Peter compro horas atrás estaríamos hambrientos.  
Algunas hamburguesas papas y sodas se convirtieron en nuestro combustible para continuar.

Sentados aún, algo llamó mi atención. Alguien nos observaba desde afuera, no estaban muy concentrados en su trabajo ya que uno estaba dentro del auto y el otro estaba afuera viendo su cel y echando una que otra mirada hacía dónde nos encontrábamos nosotros.

Tenemos compañía- hablé por lo bajo. Sheyla de inmediato lo notó y Peter no podía ver ya que le daba la espalda a su ubicación.
Miré hacía otro lugar, habían notado algo y ahora ambos tenían la atención en nosotros.

¿Qué hacemos?- Preguntó Peter. 
—Vamos a emboscarlos, ya saben que hacer. Somos tres y ellos dos tenemos la ventaja a nuestro favor.
—Esa es mi respuesta a tu pregunta.
Ambos asintieron disimuladamente.

Yo pagaré la cuenta, Sheyla tú vas por atrás. El baño queda a un costado y noté que tiene ventanas grandes Peter tú sales por ahí. Vamos a flanquearlos, yo voy al frente. —Estaba dándoles las indicaciones, esto sería sencillo no se notaba que fueran muy profesionales.

Era hora de ejecutar el plan, cada uno tomó su camino y los polizones se pusieron alerta. El sujeto que estaba en el auto salió de el cuando vio que los chicos se movían al interior del establecimiento.
Yo salí y fingía no verlos, cada uno cargo su arma sin ser muy cautelosos. Estábamos jugando con sus mentes y eso era genial sería fácil neutralizarlos.
Ellos me veían de reojo y yo a ellos.

Me metí en le auto y actuaba como si estuviera esperando a que los demás salieran. Saqué mi arma del portapapeles debía ser muy sutil e hice como si se me hubiera caído algo, cargue el arma y estaba listo. Bocine y dí una señal que los chicos sabrían como interpretar. Uno de ellos movió la cabeza y el otro entendió que debía entrar al lugar a revisar. Lo cuál me confirmaba lo que pensaba. Iban por ellos no por mi. Entonces en el momento que el sujeto entro al comedor yo salí del auto. Caminé hacia algunos arbustos que estaban en la parte de atrás del auto de ellos. Caminaba y hacía que ese hombre se pusiera más nervioso.
En el momento que estaba al costado de él se escucharon disparos en la parte de atrás y se puso alerta,sacó su arma, se disponía a salir corriendo.

Yo no haría eso si fuera tú— me dirigí a él con tono sereno. Él frenó de golpe y puso su atención en mi.
Sonreí y lo miré fijamente,
él ahora me apuntaba con su arma. Levanté las manos en señal de rendición o al menos eso debía aparentar.

Oye, yo no soy el peligro aquí.— seguía distrayéndolo, el estaba a punto de colapsar. Su compañero no volvía y estaba a mí merced, aún cuando él era el que tenía el arma en la mano.
Peter apareció a un costado del lugar y traía arrastrando al otro sujeto. Él perdió el control y apuntó hacia dónde estaba Peter y fueron segundos para que ocurriera algo inesperado. Se escuchó un disparo y el hombre frente a mí se desplomó. Correcto una bala que nunca vió venir.

Fué Sheyla obviamente. Ni siquiera yo la ví, se había vuelto muy buena en esto.
El chico cayó y su arma quedó a mi alcance. Saqué mi arma y le apuntaba ya que el disparo no fue letal. Es más fue en el hombro lo único que necesitábamos era desarmarlo.
Se retorcía en el suelo e intentó llegar a su arma pero cuando su mano acarició la cacha, esta se encontraba bajo mi zapato.
El otro sujeto seguía inconsciente seguro Peter le pegó duro.
Sheyla apareció de entre algunos arbustos, ¿Cómo rayos llegó a ahí?
Ahora eran nuestros o eso creíamos, en las cercanías de escucharon las sirenas… 

¡LA POLICÍA!– Gritó Sheyla–. De una patada dejé inconsciente al otro tipo. Observé que un hombre del comedor nos observaba sin hacer nada. Que bueno que ese lugar se encontraba bastante vacío.

Suban al auto ahora.– Ordené y ambos corrieron. Me dirigí a este otro sujeto y le tendí el arma y cinco billetes de cien dólares. El me observo perplejo.

Entonces... Ellos intentaron asaltar el restaurante y usted los detuvo ¿de acuerdo?
Correcto– aceptó tomando arma y billetes al mismo tiempo. Él  arma es de uno de los asaltantes.

Espero y esa historia  sea creíble.

Corrí y adentré al auto casi saltando. A los segundos después, la policía pasó al lado y seguimos adelante.

Ahora sheyla iba al volante, ahora puedes dormir, Peter. Nosotros continuaremos alerta el resto del camino.

Entendido capitán, hizo la señal de un saludo militar y se acurruco con su chaqueta como almohada.

Vaya gesto infantil, me causaba gracia pero también me hacía pensar que es un tarado.

Me quedé observando el arma que le habían quitado al otro sujeto y noté  algo extraño en ella.

Tenía un pequeño grabado con forma de una serpiente. Esto nunca lo había visto.

Que crees que significa esto.— Le mostré a sheyla.

Seguro pertenece a cierta banda de delincuentes que opera por esos rumbos— Lo meditó  un poco y continuó, puede ser que pensaran que estábamos invadiendo su territorio y por eso querían actuar. Es lo que pienso yo.

Bueno seguramente así es, tus intuiciones nunca fallan. Tomé  su mano y besé el dorso de ella.

Ella sonrió tranquila, nadie imaginaría que una chica que luce tan linda e inocente, haya tenido la capacidad de dispararle a alguien y lucir tan serena luego de ello. Esto es en lo que la convertí.

El resto del camino se hizo silencioso pero era un silencio cómodo, excepto por los ronquidos de Peter en los asientos de atrás.

Parecía un cerdito.—Pensé.

Pero volviendo  a lo anterior, esta vida nos cambió a muchos, el deseo de venganza hace estragos en todos los que lo buscan.

***

Cuando por fin llegamos a un hotel de la ciudad, ya era de noche. Es decir de madrugada. Había sido un largo viaje y estábamos agotados, nos registramos e inmediatamente subimos a nuestra habitación. Moriríamos un poco antes de ir en busca de nuestro objetivo.

Cuando el reloj iba dar las 5 desperté, pero, este no es el hotel donde nos hospedamos.
¡Pero que rayos pasó! 
¡CORRE ZAYN ES UNA TRAMPA!
Sheyla estaba de rodillas llorando y mi tío le apuntaba justo a la cabeza y yo estaba petrificado, no podía moverme ni siquiera mi voz salía de mi boca, se quedaba en mi garganta.
¡NO-O-O-O!.—grité cuando John halo  del gatillo. Sheyla calló inerte al piso. Y la sangre se esparcía hacia mí, y maldición  no podía moverme. —John Sonrió de forma maléfica y triunfal. Mientras la sangre de sheyla adornaba el piso blanco de aquella habitación.  Luego a mi espalda una enorme serpiente empezó a enrollarse y subir por mi pierna hasta que llegó a mi pecho y luego ascendió  a mi cuello, dónde apretó muy fuerte, sentía que mi cabeza iba a explotar, no podía respirar y todo intento por moverme era en vano. Luego la cabeza de la serpiente apareció en mi visión y se lanzó hacia mis ojos y ya no vi nada más, todo fue negro, silencio y ausencia.

Lloraba aunque  no veía nada, mis lágrimas hacían eco al caer. De pronto una susurro empezó a resonar... Era mamá me llamaba.

"Ethan-n...Ethan-n...Ethan-nnnn." — sólo ella me llamaba así.
Despierta, esto no es real. "Debes ser más fuerte que tus miedos".— Ella hablaba y mis lágrimas se empezaron a iluminar, hacían un camino de luz en medio de la nada. Empecé  a dar paso por paso, luego estaba corriendo. Seguía  el camino, al final de este había una niña acurrucada haciendo una bolita con su propio cuerpo, en un rincón, era tan linda:quiza de unos 6 o 7 años, cabello castaño, ojos color miel, de piel pálida  como la escarcha de la nieve, carita refinada;  estaba sollozando y repitiendo algo que no lograba escuchar con claridad, conforme me acercaba su voz empezaba a hacerse más audible, cuando estuve al pie de ella, guardó silencio, sorbio  su nariz y me miró fijamente a los ojos y los suyos estaban cristalinos por las lágrimas. Unas bajaban aún, y entonces  ella sonrió. Yo me quedé con cara de confusión, ¿ella me conocía?... Entonces, ella con su dulce voz, habló: ¡Volviste por mí pequeño Ethan.!

¿Quién eres tú.— pregunté confundido. ¿Te conozco? ¿Dónde estoy?— Iba de una pregunta a otra sin parar. Luego ella sonrió y punto con su pequeño dedo a mi a algo o alguien a mi espalda, por instinto gire mi cabeza para ver que era aquello que señalaba...
¡Vaya sorpresa!, ¡ERA YO!  de pequeño junto a mamá  y papá, ellos estaban sonriendo mientras me abrazaban, no podía creer lo que veía.

Esta estaba fuera de mi control y empecé a llorar de nuevo y ahora lo hacía de felicidad, no recordaba aquel momento  pero sabía  que había sucedido. Lo podía sentir.

Entonces  ellos se pusieron de pie y me veían, sonreían  amablemente. El pequeño (que resultaba ser yo) también me veía.
Pero, en realidad ¿era a mí?. Entonces la chiquilla que estaba a mi espalda corrió hacia ellos, pasando me al lado y antes de llegar donde de encontrabam se detuvo se giró y me vio fijamente, ella si me veía  a mí.

Y termino de llegar, mi pequeño yo la recibió en sus brazos y mamá  y papá  imitaron su acción, se pusieron  a su altura y ambos besaron la pequeña cabeza de la niña. Todo aquello lo presenciaba con tanta fascinación.

Yo sonreí  y me giré para seguir mi camino al hacerlo me topé de frente con la imagen de sheyla,

¡ELLA ESTABA AHÍ!

Me balance hacía ella y la abracé  muy fuerte,correspondió  a mi abrazo y ella solo susurro en mi oído: "Despierta  mi amor, no me dejes sola tanto tiempo".

Entonces poco a poco la claridad   inundó el lugar. Poco a poco abrí  los ojos y noté que seguía  en la misma habitación en la que me había dormido. El reloj, marcaba las 4:15 am y pude observa a sheyla  profundamente dormida. Estaba de ahí acostada a mi lado, se veía tan frágil, tan pura, tan hermosa. Estire mi mano para acariciar su mejilla, mis dedos rozaron su suave piel y ella se removió al contacto y sonrió  para si misma.

Comprendí que lo anterior fue un sueño, pero me dejó  muy inquieto. Me resultaba familiar  aquella niña, se sintió  demasiado cercana. Espero  dar con el significado de eso...




Ammm bueno creo que es un poquito largo este capitulo pero cuando lo empecé  a escribir  no pude parar hasta ahorita, jajajaja, es la primera vez que narro un sueño tan detallado  o al menos así  lo veo. Bueno esto sería lo que tengo hasta el momento pero intentaré subir un cap diario. "Énfasis  en intentaré". Esta historia  apenas está comenzando a tomar forma, falta mucho por descubrir.

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