capítulo 4
Puse el auto en marcha y nos dirigimos al edificio.
Unas calles antes de llegar, me detuve a comprar algo de comer; un poco de pollo y papas fritas sería nuestra cena.
Estacioné el auto y Sheyla salió adelante, me ayudaba a abrir las puertas. Saludamos al chico que atendía en el lobby, subimos por el ascensor. Al abrirse las puertas, Sheyla tomó las llaves y abrió la puerta del apartamento.
Al entrar dejé las bolsas que llevaba en la mano en la mesa de la cocina. Ambos nos lavamos las manos. Sheyla buscó unos platos, cada uno apartó sus piezas y nos dispusimos a comer.
Que ninguno hablara era algo extraño. Casi no había podido comer, apenas y le he dado unos mordiscos a mi pollo y he comido unas cuantas papitas. Sheyla, por otro lado ha devorado todo lo que tenía en el plato.
—Rio en forma de burla ¿no te vas a acabar eso? —Pregunta señalando mi plato.
—No, casi no tengo hambre. —Deslicé el plato hacia el centro de la mesa.
—Zyan, ¿qué demonios pasa? —Pregunta, imitando lo que hice con el plato.
—No me apetece comer. —Suspiré pesadamente.
Ella frunció el ceño.
—Desde que regresaste de los baños del bar, no eres tú al que tengo al frente. Me estás preocupando. Por favor, dime qué pasa. —Estiró su mano y atrapó la mía dando suaves apretones.
—Es solo que estoy harto de que todo lo que hago tenga que ver con mi tío y sus negocios. Es decir, no puedo salir de esta mierda sin que algo me obligue a regresar. —Me "sinceré".
No era eso lo que me preocupaba pero debo intentar cubrir mi verdadero pesar.
—Tranquilo —habló con voz serena—, saldremos de esta situación tan complicada. Elegimos mal al dejarnos llevar por la venganza, sin embargo hemos hecho un bien a este mundo librándolo de tanta gente basura y créeme, esos tipos por los cuales iremos, no son más que otra escoria de nuestra vida. De hecho, es la última que eliminaremos por nuestra cuenta. —Hablaba tranquila, en ningún momento aparto su mirada de la mía.
—Pero eso será cuándo lleguemos a Colorado. Hoy tenemos que descansar un poco. —Bajó la vista a la mesa y luego volvió a verme.
—No te dejaré caer. Si tú caes yo también caeré. Saldremos juntos de esta. —Sonrió levemente.
—Sheyla… —Hablé serio.
—Dime. —ella aparentaba poner atención a lo que diría.
—Quiero que me prometas algo. —Abrió mucho los ojos asombrada por lo que escuchaba.
—Depende, ¿qué quieres que prometa? —Pestañeó rápido conforme hablaba
— Te escucho. —Me invitó a continuar.
Puse mi mano sobre la de ella.
—Quiero que me prometas que si algo me llega a pasar, tú continuarás con tu vida, retomarás la universidad y llegarás a ser la gran abogada que siempre has soñado. —Las lágrimas se empezaban a acumular en mis ojos.
Se suponía que aquí debía ser el fuerte, pero algo no estaba del todo bien esta noche, habían sentimientos brotando, sin saber si había un motivo real al cual temer.
—Me estás asustando, Zyan. —Quitó rápidamente sus manos. Se levantó y me miraba de pie.
Acomodó un mechón de cabello atrás de su oreja. Yo no podía hacer nada más que mirarla.
—No me pidas que te prometa algo así. —Se cruzó de brazos.
Me levanté y me encaminé hasta dónde ella estaba. La abracé por la espalda y recoste mi cabeza en su hombro y cerré mis ojos, disfrutando de su aroma. Se giró y me abrazó con fuerza. Besé su cabeza con ternura y correspondí a su abrazo.
Ella cerró los ojos y apretaba su mandíbula con fuerza, intentaba no llorar.
—Mi papá dijo lo mismo el día en que lo perdí. Y tú me lo estás diciendo con sus exactas palabras. —Soltó de pronto.
—Yo no me iré, estaré aquí. Cuidándote y amándote. —Le aseguré sin abrir los ojos.
Estaba absorbiendo el momento como si fuera el último en el que estaríamos juntos. Besé su frente mientras con mis manos frotaba lentamente su espalda.
—No puedo saber lo que ocurrirá mañana, pero mientras sea hoy, te amaré con todas mis fuerzas, con todo mi corazón y con toda mi alma. Porque sin ti, no hay más nada. —Le susurré al oído y sentí cómo ella sollozó. Se estaba rompiendo, creo que recordaba lo que pasó con Richard, su padre
— Shhh, tranquila, cariño, debes soltar ese pasado y tratar de no compararlo con lo presente. Yo te voy a cuidar, no te dejaré sola. —Intentaba consolarla.
Asintió con un movimiento de cabeza. Se giró y tenía los ojos cristalizados, con rastros de lágrimas por sus mejillas. Me partía el corazón verla así de rota y vulnerable.
Limpié sus lágrimas con mis pulgares mientras acariciaba su mejilla, la atraje hacía mí y terminé uniendo nuestros labios en un cálido beso. Sus labios sabían a sal por las lágrimas.
—Te amo.—Dijo para luego intensificar el beso.
—Y yo a ti.—eso bastó antes de corresponder al beso.
Mis manos ahora acariciaban su espalda, bajando un poco más hasta llegar a rozar su trasero. Al llegar la atraje más a mí, ella pronto rodeó mi cintura con sus piernas. El beso se volvía más desesperado, empezaban a convertirse en jadeos y gruñidos nuestras respiraciones.
Sabía dónde terminaría esto y a pesar de que mañana tendremos que levantarnos temprano, esta noche la haré mía y ella me hará suyo.
Devoraba sus labios, mi lengua jugaba al compás de la suya. Mis manos sostenían sus piernas. Me encaminé torpemente con ella en esa posición hasta la habitación, donde la dejé caer de forma delicada sobre la cama. Mis manos se deslizaban por sus piernas hasta llegar a su trasero, donde daba leves apretones; mientras la besaba recorría su cuerpo, aún cubierto por un lindo vestido.
Me retiré, tome su mano y tiré de ella; Sheyla estaba de pie y mis manos fueron a sus hombros donde los tirantes del vestido lo mantenían en su cuerpo, los removí y este cayó al suelo, dejándola únicamente en una linda lencería de encaje.
La admiré y ella me veía con deseo, en su mirada como apuesto que pasa en la mía se podan palpar los deseos en este momento.Entonces tomó mi playera y con mi ayuda la sacó por encima de mi cabeza. Mi cinturón y Jeans también salieron de mi cuerpo quedando solo en boxer. Ella me observaba y mordía la esquina de su labio inferior.
Me deseaba, tanto como yo a ella. La barrera invisible que había surgido por quitar la poca ropa que quedaba desapareció. Me encontraba desnudo. Y sin más, poco a poco, nos dejamos caer de nuevo sobre la cama. Empecé a recorrer su cuerpo con mi boca, saboreando cada parte de su cuerpo, dejando rastros leves de mi recorrido. Daba besos y mordiscos por toda su figura haciendo paradas en sus lindos pechos; chupaba y mordisqueaba sus pezones y estos se endurecían en respuesta. Ella jadeaba y halaba de mi cabello.
Bajé lentamente un poco más, hasta quedar entre sus piernas donde saboreé su húmedos pliegues, humedeciendolos más. Ella intentaba cerrar las piernas con insistencia pero yo se lo impedía. Lamía, mordía y soboreba toda su feminidad. Sheyla gemía y chillaba en varias ocasiones; lo hacía de placer. Tenía los ojos cerrados, no la veía, pero sabía que así era.
De pronto regresé de nuevo a su boca dejando un rastro de besos por todo su cuerpo, quizá eso sería poco higiénico pero que más daba, nadie se pone a pensar en esas cosas mientras consume el acto. Mi erección estaba cada vez más dura y ya no aguante más, tenía que saciar mi necesidad, en la posición correcta me introduje en ella arrancando un gemido en el acto, mientras tomaban ritmo mis penetraciones.
—Más rápido. —Pedía Sheyla entre jadeos.
Me hacía gruñir y aumentaba mi ritmo. Cambiando de posiciones, íbamos de una a otra con lentas paradas, no sabría decir cuanto duraba aquel momento pero se hacía tan difícil separar mi cuerpo del suyo, era como si estar literalmente pegados, fuera un requisito en nuestro sistema.
De pronto todo su cuerpo se estremeció con un devastador orgasmo que llevó al mío, cada uno a su tiempo. Me dejé caer suavemente sobre ella, luego
me posicioné a su lado, ella terminó acomodandose sobre mi pecho.
—Tú deberías ser poeta, lo versos que pronuncias son demasiado hermosos. - Mencionó y así rompía el silencio mientras que nuestras respiraciones se normalizaban.
—Es una buena opción, pero prefiero que mis palabras se guarden para ti. —Le respondí, acomodandome y poniendo mi brazo tras mi cabeza.
—Qué cursi. —Habló divertida.
—Dejemos los versos para los poemas y para las canciones románticas, las cuales no son lo mío. —Comenté de forma dramática.
Ella lo meditó y sonrió. ¡Dios, cómo amo esa sonrisa!
—Es cierto, tú sólo escuchas esos ruidos extraños que hacen los DJs —Mencionó.
—No son ruidos extraños, es como cualquier música. Y es el tipo de música con el cual yo le encuentro ritmo a la vida. —Estaba defendiendo mis gustos musicales por así decirlo.
Se reacomodó, ahora su mejilla estaba recostada en mi pecho y mi brazo rodeaba su espalda.
—Debemos dormir. —Recordé.
—Lo sé. —contestó— Pero no tengo sueño.
—Ni yo tampoco. —Agregué—
Silencio
Sheyla, tú, si yo no hubiera estado en esto… ¿Crees que te hubieras fijado en uno de los chicos?
—Lo dudo, cariño —sonaba desinteresada, como si eso no hubiera sido posible ni en otra vida, las razones son claras—.
Los únicos más cercanos son Peter y Math. Y a decir verdad Peter es bueno con los autos y sus motores y eso, pero su cerebro con las chicas no funciona muy bien. De Math, pues qué te puedo decir... Es atractivo y todo, pero es muy callado y serio. Y como que eso no va conmigo. Todos son idiotas.
—Ah, ¿y eso me incluye a mí? —fingí estar ofendido.
—Síp, pero tú eres mi idiota favorito: Eres gracioso, sabes tratar a las chicas y me encantas. —Decía fascinada, escuchar eso provocaba que sentiera una sensación rara en el estómago. Quizá eran las tontas mariposas, me parece como un dejavu cada vez que lo digo en voz alta. Rayos, mi hombría está sepultada con esta chica.
—Pero mira, Peter es un chico atractivo. Rubio, alto, ojos azules; un perfil favorable. Y Math, chico alto, cabello castaño ojos similares a los tuyos, con un modo muy profesional. Creo que son partidos perfectos.
Ella me dio un leve golpecito en el pecho con su mano.
—No hagas eso. —Reprochó.
—¿Hacer qué? —No estaba entendiendo a qué se refería.
—Estás ofreciendo a tus amigos como si tú ya no quisieras estar conmigo. —Sonaba dolida, y quizá tenía un poco de razón, pero no todo.
—Por favor, primero mato a mis amigos antes que dejar que ellos se acerquen en ese plan contigo. —Hablé firme.
—No digas estupideces. —Dijo en forma regaño.
—Es la verdad —me encogí de hombros—. Sabes lo posesivo que soy y tú, cariño, eres mía. Me costó mucho tenerte como para soltarte tan fácil.
—Ella se levantó y me miró fijamente a los ojos. A veces me pregunto qué piensa cuando me ve así. Me analiza con la mirada.
Sin decir nada se levantó, tomó su ropa del suelo. De nuevo se puso sus bragas y sostén, tomó mi playera y salió al balcón. En ropa interior y con mi playera. Yo sólo observé como se alejaba, cuando ya no la tenía a la vista, la llamé y no contestó. Me levanté de la cama rápidamente, tomé mi boxer y jeans y me los puse rápidamente. Ni siquiera me moleste en ponerme zapatos. Salí así tras ella.
—Sheyla. —La llamé y no contestó.
—SHEYLA—...
—SHEYLAAAAA...—
Dios, hace mucho que no hace esto.
Salí al balcón y no estaba ahí. Subí las escaleras que estaban al costado del edificio. Subí tres pisos corriendo, descalzo y sin playera. Entonces la ví y algo que había dejado en el momento que salí deprisa regreso a mi cuerpo enseguida... La tranquilidad.
Estaba de espaldas observando la ciudad. Todo era silencio y una suave brisa soplaba.
Caminé hacía ella y la abracé por la espalda; ahora yo veía a la lejanía todas las luces que se dejeban observar. Entre luces de edificios, autos y alumbrado público se iluminaba la ciudad.
—¿Recuerdas cuántas veces intenté lanzarme desde aquí? —Preguntó triste.
—Bueno, fueron varias, al igual que las veces que me gritaste lo mucho que me odiabas y que era un idiota, un imbécil y un sin fin de insultos más.— Todo era cierto. Amm según ella y justamente en ese momento—.
—Siento mucho eso… Extraño mucho a papá y siento haber salido así. —Confesó melancólica.
Y no puedo imaginar cuánto podrías extrañar a tus padres tú —continuó—. Hace tres años perdí a mi padre y hace tres años estoy contigo. Hace quince años tú perdiste a tus padres. —no sé porqué hacia eso pero comparaba los años, intentando restar los daños.
—No hagas esto —le pedí—.
No te tortures con el pasado así, solo déjalo ir. Hace mucho que ya no pienso en la muerte de mis padres porque me lastima hacerlo. Los extraño, sí, pero sé que están en un lugar mejor. Libres de este mundo tan desastroso que vivimos. Prometí frente a sus tumbas hacer pagar a los responsables de la muerte tan horrible que tuvieron que pasar. Y, sin embargo, muy por encima de todo, esos tres años que he pasado contigo han sido una cura a todo el odio que sentía en mí, por todo y todos — estaba siendo sincero, creo que no había llegado a mencionar todo eso antes y ahora estaba abierto para decir lo que realmente siento.—.
—Tú sufriste mucho, pero has sido más fuerte de lo que yo he llegado a ser. Tú me has visto romperme incontables veces y aun así sigues aquí, tratando de unir mis pedazos rotos… —Mis ojos se cristalizaron por los sentimientos que me brotaban—
No soy fuerte, Sheyla, nunca lo he sido. Si no fuera por ti, hace mucho hubiera caído allá abajo. —Hice una seña hacía abajo del edificio.
Estoy tan agradecido por haberte conocido y te salvaría una y mil veces si fuera necesario, poniendo por encima de mi vida la tuya. —Afirmé mi agarre y ella solo se dejaba llevar.
—No lo permitiría, tu vida no vale menos que la mía, y si alguien daría su vida por la tuya, esa sería yo. —Decía mientras sorbía su nariz.
Eran como las once de la noche y seguíamos sin dormir. Seguro Peter manejaría todo el camino a este paso… ¡Eso sí acaso él ya duerme!
—¿Y si vamos a dormir un poco? —Sugerí a medio bostezo.
—Sería buena idea, pero quiero estar un momento más aquí, contigo. —Su voz sonaba muy decaída.
—Bien, aquí me tienes, tranquila. —La consolaba e intentaba que el sueño no me ganara.
—No te vayas nunca. —Pidió suplicante.
—Shhh, no lo haré. Ahora volvamos a la cama, no quiero que te vayas a enfermar. —Ella asintió.
Bajamos y nos adentramos a la habitación. Puse mi móvil a cargar y dejé alarma a las tres de la mañana. Suspiré con pesadez al notar que decía que sólo faltaban tres horas y veinte minutos.
Sin más, juntos, bajo las sábanas, quedamos completamente dormidos.
***
—¡SHEYLAAAA! —Gritaba y veía como unos sujetos la arrastraban lejos de mí.
Unas enormes cadenas me ataban y halaban de mí, hacía un agujero oscuro.
«Prometiste que nunca te irías…»
Escuché la voz de Sheyla quebrada por el llanto. De pronto vi a mis padres y estaban frente a mí. Papá negaba con la cabeza y mamá lloraba. Yo por más que intentaba acercarme no podía. Luego vi hacía dónde me halaban las cadenas y vi a mi tío sujetarlas, de un extremo estaba él y del otro Snake, sonriendo maléficamente.
—Suéltenme. —Pedía y ellos se reían más fuerte…
—¡Zyan, despierta! Por favor, depierta. Es una pesadilla, amor. —escuché la voz de Sheyla y de pronto abrí los ojos; ella tomaba mi rostro y me veía. Parpadeé un par de veces y me senté en la cama.
Mi respiración estaba agitada, mi corazón latía a mil. Sheyla me abrazó y me empezaba a calmar. Atrajo mi cabeza hacía su pecho, acariciaba mi cabello, yo tragaba saliva con dificultad.
—Tranquilo, shhh. —Ella con su voz serena decía—: Aquí estoy, solo fue una pesadilla, tranquilo. Solo escucha mi voz. —Aún estaba agitado mi corazón, pero mi respiración se normalizaba.
—Yo-o los vi, a mis padres. Ellos estaban decepcionados de mí. —Dije mientras mi voz se rompía.
—Tranquilo solo fue una pesadilla. Ellos te amaban y estarían orgullosos del hombre en el que te has convertido. Solo calma tu mente. —Intentó tranquilizarme.
Tragué duro y me aferraba a Sheyla con fuerza. Ella evitaba que me rompiera.
Poco a poco mi calma regresaba, juntos nos volvimos a acostar. Aún faltaba para la hora acordada. Sheyla se quedó dormida sobre mi pecho; la escuchaba respirar, la sentía sobre mí y en cierto modo, me tranquilizaba sentirla tan cerca.
Así, mis ojos poco a poco se cerraron hasta quedar profundamente dormido...
Continuará...
Hola, de nuevo, hasta aquí llega este capítulo, cargado de tantos sentimientos. Me encantan estos chicos son una pareja muy tierna y cursi, a decir verdad xd.
Pero... ¿Qué pasará de aquí en adelante?. Bueno, eso es un misterio y pronto lo sabremos.
No se olviden de votar y dejar sus comentarios. ^_^❣️
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