Capítulo 3
Sheyla, Peter y yo.
Era bastante tarde, la luz solar empezaba a ser escasa en las calles...
Me sentía aliviado y a la vez preocupado, esto no salió como creí... pero creo que es lo correcto.
Decidí poner música y buscar alguna canción interesante en la radio; siempre me ha gustado ser bastante atento al tipo de música que escucho, y de pronto en una emisora empieza a sonar "Helium". Me gusta la música electrónica y esta canción no es de ese tipo, pero es bastante buena...
***
Después de conducir por un rato llego al lugar que me dirigía.
Me estaciono justo al lado de el auto de Peter -al parecer ya ha llegado-.
Salgo del auto y entro al establecimiento pasando por dos pequeñas puertas que se abren completamente cuando mi cuerpo las empuja.
Apenas entro siento muchas miradas posadas en mí... La mayoría de las personas en este lugar saben quién soy y no es de asombro mi presencia.
Peter está sentado en esos bancos altos que están puestos en frente de la barra de bebidas. Está sosteniéndose con sus codos recostados en la barra; con mi llegada se baja del banco para saludar.
-Qué hay, hermano. -Dice.
-Todo bien, ¿y tú? -Pregunto correspondiendo a su saludo.
Intentando estar sobrio unas horas más.— Y esa fue su genial respuesta.
Un trabajo difícil para ti seguramente. —con una carcajada golpeé su hombro y el chilló mientras se soba la zona del golpe.
Niega con la cabeza y se voltea para dirigirse al barman.
-¡Hey! -Dice en un tono alto de voz para llamar la atención del chico que se encontraba secando unas copas de cristal con un trapo.
-¿En qué les puedo ayudar? -Pregunta el chico llamado Josh amablemente.
-Dos ron con hielo -dice Peter-, ¿o prefieres cerveza?
-El ron está bien. -Le aseguro a mi amigo.
-Entonces solo dos ron con hielo. -Le afirma.
El ambiente del bar es tranquilo, hay muchas personas charlando y bebiendo, algunas otras bailan en el centro del lugar, deben de andar bien ebrios ya aunque no son de los ebrios problemáticos. Vuelvo mi atención al barman que está colocando los cubitos de hielo en dos vasos vacíos, luego destapa una botella de ron y vierte el contenido en los dos vasos frente a él.
Yo tomo mi vaso y Peter el otro, ambos le damos un gran trago de una y siento el típico sabor amargo quemarme la garganta mientras baja. Ambos nos giramos y observamos el bar tomando asiento en esos bancos altos.
-Entonces, ¿cómo te fue? -Pregunta Peter.
-Bastante bien, diría. No lo tomó bien pero tampoco puedo decir que mal. -Le respondo.
-Bueno, creo que ciertamente esperaba una mejor respuesta, pero tratándose de tu tío creo que es algo normal. -Dijo mientras le daba otro sorbo a su bebida, luego imité su acción.
-Hola, guapo, ¿me invitas un trago? -Dice alguien a mi costado tomándome por sorpresa. Ni siquiera nos percatamos de que alguien se había acercado tanto.
Peter y yo la observamos. La chica era muy linda, cabello ondulado de color castaño, ojos color azul muy claro, un cuerpo esbelto enfundado en un vestido tallado que se ajustaba perfectamente a su figura. Sin duda era hermosa.
-Bueno, por qué no -contesta Peter, yo me limitaba a observarla pero después del comentario de mi amigo lo observé, rodé los ojos y él solo se encogió de hombros-. Josh, un trago para la señorita. -Le ordenó al chico de las bebidas.
-Gracias pero le hablaba a él. -Se corrigió la chica, señalándome.
-Él está fuera de tu alcance, muñeca -mencionó Peter, sí que sonaba desesperado-. Por otro lado yo estoy más que dispuesto a cumplir todos tus deseos preciosa. Por cierto, ¿cómo te llamas? -Peter hablaba sin parar.
-Me llamo Melany y tú no me interesas, solo quiero a este niño calladito que parece no tener lengua porque no habla. -Respondió ella en un tono coqueto.
《Auch eso dolió, pensé.》
-Pues yo me llamo Peter y tú te lo pierdes. -Finalizó irritado dándome un golpe en el hombro para que le hablara.
-Oye qué te pasa. -Le reprocho devolviéndole el golpe.
-Al parecer sí hablas. -Comentó mientras me recorría con la mirada de pies a cabeza.
-Sí hablo, me llamo Zyan y no me interesa entablar una conversación con una chica que se expresa de esa manera con mi amigo. -Le corté el rollo rápido y ella solo me observaba. Ambos bajamos de los asientos y ahí estábamos, expuestos a cualquier situación incómoda,
la cuál ya veía venir.
-Zyan es un nombre sexy. -Saboreó mi nombre con su voz mientras se mordía el labio inferior.
Creo que mi nombre fue lo único que entendió. Se acercó más y colocó su mano en mi hombro para deslizarla hasta mi mano, que quité rápidamente. Peter solo me observaba de reojo y casi apostaba a que se iba a echar a reír.
-¿Qué te pasa? ¿Tienes miedo? -Preguntó Melany divertida por mi reacción.
-No me das miedo... Solo creo que te meterás en problemas, querida. -Respondí, encogiéndome de hombros.
Se acercó más a mí.
-Creo que tienes miedo de mí. Tranquilo, no muerdo... Bueno, no lo haré a menos que no quieras. -Mencionó casi susurrando, podía escuchar su voz muy cerca mío.
De nuevo intentó tomar mi mano con la suya.
-Si no quieres que mande esa mano a tus familiares por correspondencia entonces es mejor que la quites de ahí, zorra. -Gruñó Sheyla a escasos metros de donde nos encontrábamos.
Melany volteó a verme a mí como esperando a que dijera algo para defenderla, pero yo ni siquiera me inmuté. A Peter le parecía divertido todo esto, lo podía notar por la sonrisa que esbozaba.
-Te dije que te meterías en problemas. —deslice mis palabras un poco lento, y ella solo podía observarme.
-Sin duda te lo advirtió, querida. -Comentó Peter con una enorme sonrisa.
Melany no se movió y Sheyla se paró frente a ella, retándola con la mirada. Estaban a la misma altura ya que ambas estaban usando zapatos con un tacón enorme.
-¿Y bien, zorrita? Si quieres llegar en una pieza a tu casa, más te vale que te alejes de ese chico. -Amenazó Sheyla.
-¿Y tú quién te crees para decirme lo que debo hacer? -Preguntó la chica en un tono superior. Grave error.
Sheyla está a punto de golpearla, eso es seguro; sus uñas se clavan en las palmas de sus manos cada vez más por la fuerza en que está cerrando sus manos en puños.
Peter solo observaba y yo no podía permitir que esto estalle, con unos pocos movimientos me encontraba justo al medio de dos depredadores que quieren luchar por su territorio, para su mala suerte uno ya perdió sin siquiera empezar la lucha, era necesario para bien de las dos chicas que ya se están golpeando con la mirada.
-Ya basta de esta escenita -corté, ahora ambas me observan con atención-. Melany ya se iba, ¿no es verdad? -Afirmé dirigiéndome a la chica a mi costado.
Ella solo dio un pisotón a modo de berrinche y se retiró, con Sheyla siguiéndola con la mirada con una sonrisa burlona en su rostro y justo cuando ella voltea para dar un un último vistazo, Sheyla aprovecha. De pronto me besa, tomándome desprevenido.
Marcando su territorio.
A lo lejos se oye a Melany chillar furiosa mientras sale del bar. Sheyla y yo la vemos desaparecer y ahora ella fija su atención en mí.
Peter aplaude.
-¡Qué gran show! Pero quería ver sangre. -Bromea, ambos lo vemos y Sheyla sonríe.
-Eres un idiota -digo-, y si quieres ver sangre, ¿por qué no te la saco a ti de esa linda nariz? Así aprendes a no meterla donde no te incumbe. -Peter me observa asombrado por lo que acabo de decir.
-Oye, tranquilo amigo, yo solo quería ver algo de acción y trato de alivianar este momento tan tenso, casi se podría cortar con un cuchillo. -Se defiende levantando ambas manos en señal de rendición.
-Ya dejemos todo esto y hablemos de lo que en verdad importa. -Hablé, ambos asintieron.
-Vi una mesa vacía por allá. -Comenta Sheyla señalando a sus espaldas.
-Bien, ¿y dónde está Math? -Le pregunto a Peter que va a mi lado mientras Sheyla nos guía hacia la mesa vacía.
-Debe estar por llegar. -Contesta corriendo un poco para alcanzarme- Melany no disfrutó su bebida y no se puede desperdiciar. -Se excusó levantando el vaso y vaciando su contenido de un trago.
Yo solo niego la cabeza y sigo a la bella rubia delante de mí; llegamos a la mesa y los tres nos sentamos esperando a Math.
-Bien, ahora me explican quién era esa perra con la que charlaban tan a gusto. -Dice Sheyla en un tono y expresión neutral, es muy difícil saber qué piensa cuando se pone así.
-¿A gusto? Pero si me ignoró por completo. -Se queja Peter formando un corazón con sus dedos y luego separando las mitades, imitando un corazón roto.
Casi suelto una carcajada al ver la manera tan exagerada en la que mi amigo plantea las cosas.
Sheyla sigue con su misma expresión indescifrable y mi sonrisa se esfuma de golpe cuando me doy cuenta que la atención de la chica está en mí, esperando una respuesta.
-Ella llegó -comencé-, quería que le invitáramos un trago y yo no dije nada, Peter le ofreció uno y ella lo despreció. Luego quería que le hablara y dijo su nombre, y bueno, ella también quería que le coqueteara pero yo no hice más que decirle mi nombre y advertirle que se metería en problemas si seguía hablándome, no hizo caso y llegaste tú. Y eso es todo. -Finalicé encogiéndome de hombros.
Ella suavizó su expresión, parecía más relajada.
-Que buenos chicos. -Nos dijo a ambos.
Peter y yo la observamos, luego cruzamos miradas y negamos con la cabeza. Luego Math entró al establecimiento y recorrió el bar con la mirada hasta que dio con nosotros y caminó en nuestra dirección.
-¡Hey! Hola chicos. -Saludó chocando nudillos con Peter y conmigo, y con Sheyla de un beso en la mejilla. Luego tomó asiento en una silla vacía en nuestra mesa. Nos analizó con la mirada a los tres-: Iré directo al grano -dijo con seriedad-, hay un problema con el trabajo que teníamos planeado para mañana.
Dejó salir una bocanada de aire con lentitud y bajó la mirada, luego nos observó y los tres teníamos en ceño fruncido.
-¿Los encontraste o no? -Preguntó Peter.
-¿Cuál es el problema? -Preguntó Sheyla, yo simplemente guardé silencio y esperé la respuesta.
-Sí los encontré -aclaró Math- y sé dónde se encuentran, pero...
-¿Pero qué? -Pregunta Peter, exasperado.
-Oye, tranquilo. -Le digo a Peter tratando de calmarlo.
-Hombre, mira -explica mi amigo-, yo te dije que los teníamos y creí que sería algo que cambiaría tu vida... Yo solo hablé sin saber. -Finalizó con tristeza.
-Tranquilo viejo, llevo quince años esperando por esto, seguro puedo esperar más. -Le aliento dando suaves golpes en su hombro.
Sheyla no dice nada, solo sonríe con los labios cerrados, lo que descubrí que es su forma de decir "bien hecho".
Math nos analiza y se aclara la garganta, llamando nuevamente nuestra atención.
-Bien, ahora que ya dejaron el drama -rodó los ojos- el caso es -entrelazó sus dedos-: sé todo, su ubicación y qué haremos... Pero el problema es que están lejos, muy lejos. -Aprieta sus labios en un gesto de disculpa.
-¿Qué tan lejos? -Pregunté yo.
-Estamos en Nueva York y ellos en las afueras del Estado de Colorado, en avión sería poco tiempo, pero... -ahí va el «pero» de nuevo, pensé- tendrán que ir en auto y eso sería unas veinticuatro a veinticinco horas conduciendo.
-¿Y en avión por qué no? -Pregunta Sheyla analizando la situación.
-Sí, ¿por qué no? -Apoya Peter acomodándose en la silla.
-Quieren tener armas, ¿no? -Pregunta Math.
-Sí. -Contestamos los tres al mismo tiempo.
-Pues podría conseguirlas allá, pero las personas que me las podrían conseguir trabajan con tu tío. -Soltó de una.
-¡Carajo! -Solté al darme cuenta lo que significaba eso. Quiero hacer esta movida por mi parte y si Math nos consigue las armas mi tío se enterará de todo.
-Pues esas son muchas horas con el trasero pegado al asiento del auto. -Dramatiza Peter viendo hacia atrás y Sheyla se ríe. Yo casi lo hago pero por el momento no siento ganas de reír por lo que estamos pasando.
-Bueno, ese sería el problema... Podemos hacerlo así ahora o esperar a que se muevan a un lugar más cercano. -Trata de explicar Math.
-No pasará eso, eso bastardos no se esfumarán de nuevo. -Golpeo mi puño contra la mesa y todos me observan.
¿Nos arriesgaremos a llevarlas desde acá entonces?, es lo que estás dando a entender, cierto? —La pregunta de Peter ya está por más que contestada.
Asiento, todos lo captan.
-Bien -dice Math-, entonces yo me voy de una vez hoy y busco a los chicos que nos ayudarán, ya los tengo contratados desde que me hablaron de esto, solo hace falta explicarles unos detalles y listo. Ustedes pueden salir mañana y yo los espero allá; todos concuerdan con esto, ¿verdad? -Pregunta, todos asentimos- Bien, entonces yo debo irme ya. Mañana a primera hora llegará el auto con todo listo, hoy confirmo lo de las armas y cómo las llevarán en el auto. Estén atentos.
Dicho esto se levantó, se despidió de nosotros de la misma manera a cuando nos saludó y se fue. Los chicos observaban cómo Math se marchaba pero yo me fijé en otra cosa.
Al fondo, en una mesa solitaria, un chico de piel morena con una camisa a cuadros y una chaqueta negra -parecía un motociclista estilo película retro- nos observaba muy fijamente.
Con un movimiento de cabeza me indica que lo siga hacia los baños.
Yo me levanto, llamando así la atención de Peter y Sheyla.
-Ahora vengo, voy al baño. -Digo y ellos asienten.
Recuerdo haber visto a este chico antes, pero no sé dónde. Al llegar a su lado se puso de pie y caminó frente a mí; pasamos por un reducido corredor y se detuvo frente al baño de chicos. Observó hacia mis espaldas, supongo que es cauteloso y no quiere que nadie nos escuche, bueno, si hablar es lo que quiere, claro.
-¿Quién eres y qué quieres?. -Solté ambas preguntas con firmeza.
-Quién soy no importa ni tampoco lo que quiero, pues solo te devuelvo un favor. -Responde.
-¿Cuál es tu misterio? -Mi ceño está fruncido por lo que respondió.
-Solo escucha, no debería estar haciendo esto pero creo que es necesario que te advierta. Sea lo que sea que pienses hacer, cuídate las espaldas, y mucho más importante, cuídala a ella. -Señaló hacia la mesa donde se encontraba Sheyla.
-Me sé cuidar perfectamente, y créeme que si alguien se mete con ella correrá la misma suerte que tú si no me dices quién eres y por qué mierda vienes a mí y a mi chica, imbécil. -Gruñí mientras lo tomaba por el cuello de su chaqueta.
Él alzó sus manos al aire en un gesto de rendición.
-Yo solo soy un mensajero y no te estoy amenazando, tranquilo, amigo. -Explicó- Solo te advierto que tu tío no está contento con tu decisión y tomará cartas en el asunto -como si hubiera leído mi mente, se anticipó a hablar- y no, no me envió él si eso es lo que crees. Yo solo soy un fiel seguidor a tu causa. -Dijo mientras lo liberaba y se arreglaba la chaqueta que había arrugado por la presión de mis manos en ella- Yo ya cumplí. -Finalizó pasando al lado mío dispuesto a salir, pero lo tomé del brazo.
Él se giró observando mi mano que aún sujetaba su brazo y luego me miró directo a los ojos.
-¿Qué es lo que sabes, y cómo conoces tal información? -Pregunté a aquel sujeto misterioso.
-Créeme, si te digo más yo ya estaré muerto. -Lo solté de golpe al escuchar eso, él se removió y se giró otra vez.
-Suerte, la necesitarás. -Se despidió dándome la espalda y siguiendo su camino hacia la salida.
-No la necesitaré, créeme. -Comenté y él se detuvo, me vio de reojo y sonrió de medio lado.
Continuó su camino y lo seguí con la mirada hasta que cruzó por un grupo de personas que se levantaban para marcharse del bar y lo perdí de vista.
Me quedé un momento en ese pasillo tratando de asimilar la información que acababa de recibir, mi mente estaba jugando conmigo en ese momento.
¿Qué planea el idiota de mi tío? Me pregunté a mi mismo. Sea lo que sea, no le tengo miedo.
Sacudí mi cabeza y traté de dirigirme con la mayor naturalidad posible hacia la mesa donde parecía que Peter discutía con Sheyla.
-No es justo -escuché que decía Peter-, ustedes dos irán como pareja y yo no tengo a nadie que me acompañe en este viaje.
-No es un viaje de turismo, y quizá tendrías pareja si fueras igual de bueno con las chicas como lo eres con los autos. -Refutó ella mientras ponía los ojos en blanco.
Al llegar me senté junto a Sheyla.
-¿Todo bien? -Me pregunta ella.
-Pareciera que viste a snake en esos baños, amigo, . -Bromea Peter ganándose una mala mirada de Sheyla.
-No, no pasa nada, solo tengo un ligero dolor de cabeza. -Mentí sonriendo ligeramente.
Ambos me ven, no muy convencidos, y Peter levanta la mano llamando la atención del barman, quien se acerca.
-¿Sí? -Pregunta.
-Trae tres cervezas, Josh. -Ordena Peter y el chico se marcha.
Al poco tiempo vuelve con tres botellas de vidrio en una bandeja y las deja sobre la mesa. Peter nos entrega las cervezas pero antes de empezar a beberlas:
-Un brindis por una nueva vida. -Pide Peter levantando su botella y Sheyla y yo lo imitamos, levantamos nuestras botellas y las chocamos.
-¡Por una nueva vida! -Exclamamos al unísono.
Bebo un sorbo y siento ese sabor amargo bajando por mi garganta, pero hoy se siente más amargo que de costumbre.
A veces planeamos un futuro sin saber qué pueda pasar en el presente.
-Es hora de irnos, mañana será un largo viaje en compañía de nuestro queridísimo amigo Peter, que por todo se queja... -Bromea Sheyla.
Peter pone una mano en su pecho dramatizando que le dolió el comentario de la rubia,
-Que le agregues "queridísimo" a tu crítica no hace más suave el golpe, mujer. -Se defiende mi amigo.
-No, pero igual es cierto. -Responde Sheyla encogiéndose de hombros y haciéndome reír.
Los tres le damos un último sorbo a nuestras cervezas.
-Ya vengo. -Anuncia Peter mientras se levanta en dirección a la barra. Intercambia un par de palabras con el chico llamado Josh, luego saca su billetera y paga por las bebidas.
Yo estoy viendo a mi amigo, luego dirijo mi mirada a Sheyla y me topo con que ella me estaba observando, analizándome con la mirada.
Levanta una ceja como pidiendo una explicación, su semblante es serio y frío.
-Hablaremos luego. -Respondí a su obvia pregunta.
Ella se levantó y me tendió la mano para que la acompañara; Peter ya estaba de regreso.
-Bien, ¿nos vamos?
Le tomé la mano a Sheyla y seguimos a Peter. Al llegar al auto percibí el ambiente del exterior muy silencioso, una leve brisa golpeaba mi rostro y hacía volar algunos cabellos rubios de Sheyla.
-Bien, mañana nos vemos a las tres AM, ¿no? -Pregunta ella.
-Si es que aún pueden caminar... Digo, es que ustedes le dan duro a eso del amor en la cama. -Comenta Peter divertido.
-Sigues siendo un idiota, amigo y sí, a las tres AM si es que logras despertar a tiempo. -Respondí.
La brisa se hacía más fría y golpeaba mis mejillas, podía sentir la mirada de Sheyla sobre mí.
Realmente no sé cómo hacer para ocultarle lo que me dijo ese chico.
No quiero preocuparla y mucho menos asustarla con algo que hasta por donde sé, podría ser una maldita broma. Estoy muy preocupado ante esto, pero no permitiré que nada le llegue a pasar.
Peter se sube a su auto y se marcha, yo me quedo solo con la rubia que observaba cómo el auto de Peter desaparecía.
Yo no me muevo y mejor decido caminar y sentarme en la parte delantera de mi auto, ella me sigue sin decir nada. Ahora ambos estamos aquí, en silencio, con personas entrando y saliendo del bar.
Algunos sujetos ni caminar pueden y sus amigos los ayudan, espero no conduzcan como caminan.
Sentí el brazo de Sheyla rodear mi cintura, yo correspondí rodeándola por atrás de su cuello y se acurrucó junto a mí.
-Tengo frío. -Habló.
-Entremos al auto. -Sugerí, ella asintió.
Nos separamos y entramos al auto, donde encendí y coloqué el calefactor; pronto ella dejó de castañear los dientes y se recostó más cómoda en el asiento.
Puse el auto en marcha y nos dirigimos al apartamento.
*****
¡Nuevo capítulo!
Vaya vaya, el juego se va poner feo, lo que el chico le confesó a Zyan, ¡tiene que ser por algo!.
¿Qué planea hacer John Colth?
✨Pronto lo sabremos...✨
🍃No se olviden de comentar y votar, hasta pronto...🍃
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