Historia original de "flailinginlove", yo solo lo traduzco y publico en Wattpad. Historia original: https://archiveofourown.org/works/13036983/chapters/29861988#workskin

Todos los personajes pertenecen a Kishimoto, el el dueño de Naruto y del resto de personajes yo solo soy una persona más en este mundo.

Iruka no tardó mucho en darse cuenta de que a Kakashi le gustaban los libros, las novelas en particular, pero cualquier cosa serviría. Lo había descubierto en el momento en que llevó a Kakashi fuera del taller a su casa. No había mucha distancia entre los dos edificios, pero Kakashi lo había convertido en una aventura, no quería quitarle las manos de encima a Iruka ni dejar que ninguno de los dos permaneciera vestido el tiempo suficiente para conservar la reputación de Iruka como el mago responsable y educado de al lado. Si alguno de sus vecinos había estado observando, definitivamente lo habían visto.

Kakashi se había sentido instantáneamente atraído por las estanterías de la sala de estar, una de las pocas veces que había dejado ir voluntariamente a Iruka durante sus primeros días juntos. Iruka no podía poner en palabras lo que había sentido en ese momento, mirando a Kakashi mirando fascinado las filas de libros, pasando sus dedos por los lomos y sacando algunos para hojearlos. Iruka tuvo la impresión de que no había novelas en el mundo de los demonios, solo libros de hechizos.

Había dejado los estantes, pero solo después de que Iruka le dijo que podía llevar algunos al dormitorio. Cada libro en la casa de Iruka había sido leído en las primeras semanas.

Llevar a Kakashi a la librería del pueblo por primera vez había valido la pena el golpe al monedero de Iruka solo por lo mucho que brillaba su ojo visible.

Iruka no podía pretender estar sorprendido por la sección hacia la que Kakashi se había inclinado, pero eso no había hecho que pagar un montón de erótica fuera menos mortificante. Sin embargo, Kakashi lo había compensado después de que llegaron a casa.

La otra cosa de la que no tardó mucho en darse cuenta fue que, independientemente de cómo Kakashi los hubiera conectado, no funcionaba de la misma manera que un hechizo vinculante normal. Iruka era como un ancla para Kakashi, permitiéndole viajar fácilmente entre los mundos humano y demoníaco, pero no podía controlar a Kakashi o su magia de la forma en que hubiera podido si hubiera atado a Kakashi por medios más estándar.

Kakashi lo ayudaba con hechizos cuando quería, pero su ayuda generalmente terminaba en tiempo de trabajo perdido. Incluso cuando Iruka pudo convencerlo de que mantuviera sus manos quietas, su magia frecuentemente tenía otras ideas que eran difíciles de ignorar por mucho tiempo. No es que Iruka se quejara de eso. Kakashi usó la magia sin esfuerzo. Podía hacer más en el corto período de tiempo que tenían antes de que la distracción se hiciera cargo de lo que Iruka podía hacer en todo un día por su cuenta. En general, fue un trato bastante bueno. Podía entender por qué los demonios superiores eran tan buscados como invocaciones.

Había investigado, investigando profundamente en libros antiguos, solo para encontrar los más vagos rumores sobre métodos más antiguos, tan diferentes de los hechizos modernos que otorgaban a los magos un control absoluto. Pero solo eran cuentos de hadas desvaídos incluidos como ocurrencias tardías en notas al pie, como si los autores no creyeran que fuera posible pero se sintieron obligados a mencionarlo de todos modos.

Lo más cercano que pudo encontrar a lo que había entre ellos estaba en los libros basura que a Kakashi le gustaba leer, historias de amor prohibido entre demonios y magos escritas por personas que nunca habían lanzado un hechizo en su vida. Lanzaron palabras como unión del alma y destino de una manera que habría hecho que Iruka pusiera los ojos en blanco antes de conocer la sensación de toda la magia en su cuerpo retorciéndose de placer mientras el pulgar de Kakashi acariciaba la parte posterior de su cuello, arrastrando la marca que los conectaba.

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Hubo momentos en que Iruka pensó que realmente había convocado a un cachorro relámpago. Uno grande, bien musculoso, completamente pervertido. El cabello de Kakashi definitivamente era gris y esponjoso, emitía electricidad cuando lo acariciaban, y cuando no estaba tratando de sacar a Iruka de su túnica, tenía momentos de irracionalmente adorable. También estaba el hecho de que parecía pensar que el regazo de Iruka era su almohada personal. Iruka estaba bastante seguro de que había perros falderos que merecían la designación menos que Kakashi.

Iruka pasó una mano por el cabello de Kakashi, de vez en cuando recibía pequeños rayos. Le hacían cosquillas, como si su magia estuviera jugando.

Hubo momentos en los que todavía no creía del todo que esto fuera real, o pensó que Kakashi podría desaparecer algún día, pero era real y Kakashi nunca lo hizo. A veces se iba por unos días, pero siempre le decía a Iruka que se iba y él siempre volvía.

Kakashi trató el departamento de Iruka como si fuera su hogar, e Iruka no lo querría de otra manera. Se recostó en el sofá de Iruka, usó la cocina más de lo que Iruka nunca había hecho y lo folló en ocasiones frecuentes cuando Naruto estaba fuera, ya que la única regla infalible de Iruka era que nunca podían tener relaciones sexuales cuando Naruto estaba allí. Kakashi hizo un puchero al respecto, pero no insistió. Al menos no demasiado.

Desafortunadamente para Kakashi, Naruto estaba allí mucho.

A Iruka le gustaba el sexo, pero disfrutaba los momentos tranquilos como este, la cabeza de Kakashi en su regazo, ambos leyendo, aunque libros muy diferentes.

Kakashi podía ser demasiado directo y, con frecuencia, no tenía idea de cómo funcionaban las emociones o normas humanas básicas, pero también era inteligente e ingenioso, ya Iruka le gustaba su compañía más de lo que hubiera creído posible. Las comidas sabían mejor cuando se cocinaban juntas, se preocupaba un poco menos por Naruto cuando tenía a alguien con quien hablar sobre las locuras que había hecho o la próxima locura que podría hacer. Incluso la limpieza no parecía una tarea tan pesada cuando lo hacía con Kakashi, aunque estaba prácticamente garantizado que Kakashi entraría en modo de distracción total para salir de eso.

Ninguna cantidad de magia lograría que Iruka admitiera exactamente cuánto disfrutaba el modo de distracción total. Si alguna vez lo hiciera, Kakashi nunca dejaría de usarlo a su favor. No es que Iruka quisiera que se detuviera.

Como si la magia de Kakashi estuviera leyendo su mente, recibió un shock particularmente fuerte la próxima vez que pasó sus dedos por el cabello de Kakashi. Kakashi lo miró, cerrando su libro, una cosa de color naranja basura que Iruka podría jurar que ya había leído diez veces.

"¿No te alegras de no haber terminado con una bola de pelusa?" preguntó Kakashi, sonriendo.

"Eres un sustituto lo suficientemente esponjoso, supongo", dijo Iruka, tratando de sonar casual mientras continuaba pasando sus dedos por el cabello de Kakashi.

Kakashi fingió estar ofendido, pero Iruka lo conocía demasiado bien para creerlo.

"Sin embargo, son un poco más del tamaño de un regazo", bromeó Iruka.

Kakashi le dio una mirada poco impresionada.

"Realmente no te gustan, ¿verdad?"

"Están tan necesitados "

"¿Siempre quieren estar en tu regazo, siendo acariciados?"

Kakashi lo miró sin comprender.

"Pensé que sería divertido tener uno. Casi como tener un perro", admitió Iruka después de un momento.

"Tengo ocho"

"¿Cachorros relámpago?"

Kakashi hizo una mueca "No. Perros del Infierno"

Iruka parpadeó, no había escuchado nada de esto antes.

Kakashi se sentó, las manos moviéndose rápidamente. Dos segundos después, Iruka se encontró casi ahogándose en una pila de perros del infierno que se movían. Entre narices mojadas, colas que se meneaban y quejas de que Kakashi no los había convocado antes, vislumbró a Kakashi sonriéndole. Iruka no pudo evitar devolverle la sonrisa.

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"IRUKA", gritó Naruto desde la sala de estar "TU DEMONIO DEL RAYO PERVERTIDO Y SUS PERROS ESTÁN TOMANDO TODOS LOS ASIENTOS DE NUEVO"

"Sabuesos" Iruka escuchó corregir a Kakashi.

Iruka le respondió a gritos que Naruto necesitaba moverlos él mismo o buscar otro lugar para sentarse.

Cuando regresó de la cocina, con una taza de té en la mano, Naruto estaba sentado en una silla, oscurecido casi por completo por los perros del infierno que intentaban acurrucarse y cubrirse con él al mismo tiempo. Las otras dos sillas de la habitación estaban vacías.

Pakkun le guiñó un ojo a Iruka desde donde estaba sobre la cabeza de Naruto e Iruka tuvo que contener la risa. Naruto estaba tratando de parecer molesto, pero no estaba engañando a nadie.

Kakashi miraba divertido, tirado a lo largo del sofá, aunque levantó la cabeza para que Iruka pudiera deslizarse debajo de él y sentarse en el sofá también.

En momentos como este, con la cabeza de Kakashi en su regazo, Naruto y los sabuesos con ellos en la habitación, Iruka no podía pensar en nada más que pudiera desear en el mundo.

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