"Por cada lágrima derramada, la vida te premiará con un motivo para ser feliz..."

...🦋...

Ver los profundos ojos de Min, mirandome fijamente, me erizaba los poros de la piel. Su sola compañía estaba sanando mi roto corazón. Había días que me sentía tan vacía, desecha, pero el me hizo sonreír de nuevo.

Al tenerlo cerca, sentia un ligero cosquilleo que me hacía feliz. Creo que estoy llegando a un punto dónde no hay vuelta atras. Pero, a pesar de tenerlo cerca, había un hueco en mi corazón, un vacío que el no podía llenar, tal vez no lo había visto, no sabía nada de él, pero Nam nunca ha abandonado mi mente.

La culpa y el arrepentimiento carcomen mi corazón. El tenía tantos planes para los dos, pero las horribles cosas que le dije hacen eco en mi mente: "no te quiero". Es la mentira más grande que le he dicho, y fue lo último que escucho de mis labios. Lo deje de lado por seguir a un farsante, por alguien que no dudo un segundo, en cambiarme como mercancía barata.

De cierta manera merecía lo que me estaba pasando, era la forma de la vida de hacerme entender que me dió amor a manos llenas, y me deje cegar por unos hermosos ojos color miel y por un montón de palabras vacías.

-Bien Ava déjame hacer el papeleo y nos iremos cuanto antes -sus ojos brillaban de una manera especial y yo comenzaba a sentirme miserable, ahí estaba de nuevo, dependiendo de alguien para ser feliz, pero mi vida siempre ha sido así.

Si bien me gustaba disfrutar, con el hombre que me encontrara por enfrente también, es cierto que mi lugar seguro era Emma. Pasaba de un chico a otro porqué ella estaba a mi lado, pero ahora.

No puedo depender de Jun, porqué ella depende de mi para ser fuerte. Además, está mi bebé, estar del otro lado de la moneda, me ha hecho entender muchas cosas, la principal, que yo no dejaría a JunSeo, por ningún motivo, cosa que Emma hizo sin pensar.

-¿Te parece bien? -la pregunta de Min se quedó en el aire por un par de segundos, me miro divertido mientras me tomaba de las manos para ayudarme a levantar-. Vamos, te llevaré al departamento y luego ire al hospital, a comenzar los trámites de mis vacaciones -asenti feliz, saldría de la maldita cuidad, que ahora siento que me sofoca y lo mejor de todo lo haría con él.

-Gracias por hacer esto conmigo Yoongi -me tomo de las manos, las beso y emprendimos el camino de regreso a su auto.

Pasamos frente a la florería y vimos que Jun estaba saliendo de ella. Ya no había rastro de policías y mucho menos de los Jeon, golpee mi frente por haberla olvidado.

-¡Jun! -al escucharme giro su cabeza y atravesó la calle hasta llegar con nosotros-. Lo siento tanto, olvide por completo que vendrías -ella me abrazo tan fuerte que me hizo trastabillar.

-Sun-hyo me dijo todo Ava, iré a casa, esto debe terminar de una vez por todas -negué enérgicamente.

-No Jun, por favor, si vas a ir a tu casa que no sea por mi, olvídalo ¿si? -chasqueo la lengua mientras apartaba los rizos de mi cara.

-¿Cuando entenderás que quiero que vivas en paz y que haré lo imposible hasta lograrlo? Bien ahora sí me disculpan, se me hace tarde -beso mi mejilla, luego se despidió de Min y camino hasta su auto. Cada paso que daba encogía mi corazón, no era justo para ella confrontar a su familia, no de nuevo.

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Seis semanas atrás.

JunSeo.

Espere hasta que la ambulancia llego por Ava. Llame a SeokJin para que se fuera con ella, y la acompañara hasta el hospital. Yo debía quedarme a confrontar a mi estúpido hermano y al malnacido de mi ex novio.

-Jin jamás terminaré de agradecerte esto -los paramédicos estaban estabilizando a Ava. Él y yo permanecimos en un rincón de la suite.

-No agradezcas, esto que pasó es horrible, apenas puedo creerlo -me abrazo con fuerza y beso mi frente-. ¿Estás segura que puedes sola con esto Jun? -asenti.

-Si Jin, tu ve con ella y cuidala, yo estaré bien.

Los paramédicos salieron con Ava en la camilla y Jin detrás de ellos. Las personas miraban la escena curiosas, pues yo estaba parada en la puerta de la suite. Tenía el vestido manchado de la sangre, mi maquillaje estaba tan corrido, que parecía salida de una película de terror.

El manager del hotel estaba respondiendo a los policías, pedí dar mi declaración en el hospital más tarde, junto con Ava, por ahora tenía que hacer algo que no podía esperar.

Subi al ascensor, sorbi la nariz y limpie mis lágrimas.

-Esto no se va a quedar así -dije para mí misma, mientras me armaba de valor, las manos me temblaban, mi respiración era tan irregular que pensé que me desmayaría en cualquier momento, pero yo solo tenia algo en mente, y era Ava.

Sonó el timbre, salí del elevador y mire a los invitados a mi boda. Me miraban alarmados, trataron de ayudarme pero, me abri paso entre ellos hasta llegar donde estaba mi familia, junto con Jung y sus padres.

Al verme el rostro de todos se descompuso, mi madre corrió a mi lado, pero ver la cara de Jimin y Jungkook fue una poesía. Se miraban el uno al otro, ví como le costó tragar saliva a mi hermano.

Es increíble que semejante monstruo, lleve la misma sangre que yo. Verlos lleno de furia mi mente, no pude contener más el odio que sentía por ambos, mi pecho ya no pudo más y deje salir las palabras que tanto me ahogaban.

-Los haré pagar, asqueroso par de monstruos, no descansaré hasta verlos suplicar perdón de rodillas por lo que le hicieron a Ava -los señale, mi cuerpo temblaba de rabia, Jung trato de tomarme de las manos.

-Cariño, pero ¿de que estás hablado? ¿que es lo que te paso? Ven vamos a sentarnos, llamaré a una ambulancia para que te revisen -manote para evitar que me tocará, las lágrimas comenzaron a salir de nuevo.

-¿Cómo te atreves? ¡Eres un cobarde hijo de puta! ¿!Cómo puedes estar como si nada!? ¿Ehh? Dime cómo eres capaz de estar esperando por mi, para casarnos sabiendo que dejaste a Ava tan lastimada -débil y sollozando impacte su rostro con todas mis fuerzas, la mano me ardía, pero era más grande mi dolor en el pecho-. No quiero imaginar las aberrantes cosas que le hiciste.

-Jun por favor, no es lugar para esto -Jimin trato de tomar mi brazo.

-¿No es el lugar? ¡Oh pero cuánto lo siento! ¿Dónde será prudente Jimin? ¿Dónde podemos hablar de lo poco hombre que eres? ¿Dónde podemos ir para decirte que me avergüenza que seas mi hermano? Desde este día estás muerto para mí -Papa me tomo de los hombros y se interpuso entre Jimin y yo.

-Muchacha malcriada e imprudente, discúlpate inmediatamente con tu prometido y tu hermano -deje salir una carcajada que resonó por todo el salón.

-En tu miserable vida vas a escuchar que yo me disculpe con este par de imbéciles, dime papá ¿acaso sabes la clase de mierda que tienes por hijo? ¿O la clase de mierda que es Jungkook? ¡Ja! No olvídalo ¡son igual a ti!

Mi padre me dió una bofetada, y fui a dar el bruces al suelo. Me quemaba la mejilla, pero junte el coraje que nunca he tenido, el valor enfrentar a mi padre. Me levante para encararlo nuevamente.

-Vaya, como te duele que ofenda a tu hijo, pero si está bien arreglarme una boda con un hijo de puta, que le encanta golpear mujeres y después violarlas -Papá se disponía a golpearme de nuevo pero mamá sostuvo su mano.

-¡No vuelvas a tocar a mi hija! Te lo advierto Park -pase de largo en medio de todos, me dirigi hasta el altar, tome el micrófono.

-Buenas tardes amigos, familiares y socios, lamento que hayan venido hasta aquí el día de hoy, pero me temo que la boda se cancela, y es que mi querido novio decidió abusar de mi cuñada, la novia de mi hermano, pero no sé preocupen, ustedes pueden disfrutar de la fiesta, los Jeon pagaron por todo. Bravo, gran fiesta por cierto. Ahora sí me disculpan iré al hospital a ver cómo se encuentra Ava, disfruten mientras puedan Jimin y Jungkook.

Arroje el micrófono al suelo y me encamine hasta el elevador. En medio del barullo pude ver cómo los accionistas rodeaban a los Jeon, a mi padre y a Jimin. Con los brazos rodee mi cuerpo tratando de sentir alivio el dolor que sentia.

Me dirigí de nuevo a la suite, cambie mi ropa, lave mi rostro y salí a toda prisa hasta el hospital.

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Actualidad.

Mientras aparcaba el auto en la entrada de la casa, pude ver el auto de Jeon y el auto de Jimin. Genial, tendría que ver al par de idiotas también. Tome aire, salí del auto y entre a la casa, los gritos combinados con llanto de Jung retumbaban en las paredes, la sangre se me helo al escucharlo hablar.

-¡Mi vida es una mierda papá y es tu culpa! ¿No puedes entender que Ava es la única mujer que he amado? Que te costaba dejarme ser feliz -el cuerpo se me estremeció y las náuseas me atacaron ¿cómo puede llegar a pensar que lo que siente es amor? debo cortar todo lazo con ellos, deben desaparecer mi vida y de la vida de Ava, y sobre todo se la vida del bebé.

Entre a la sala de estar, todos me miraron fijamente y el silencio reyno en el lugar.

-Jun -Jimin quiso abrazarme pero lo disuadi dando un paso hacia atrás.

-No vine a reconciliarnos, vine a exigirles que dejen en paz a Ava, sobretodo tu -señale a Jung, quien estaba hecho una mierda, su aspecto era deplorable-. Alejate de ella, déjala rehacer su vida, ya quitó la denuncia, ¿que más quieres de ella? Solo dejala en paz.

-JunSeo no, tu no entiendes, ella y yo... -levanté la mano frente a su rostro.

-No hay ella y tu, no vuelvas a decirlo -volví la mirada hacia los demás, mi padre también tenía un aspecto horrible, estas semanas habían hecho estragos en el.

Los surcos marcados de su rostro y las grandes ojeras, lo hacían ver aún más viejo de lo que era. Y esque desde que mamá decidió dejarlo y regresar a vivir con la abuela a Daegu no la ha pasado bien.

-Solo una cosa te pediré papá, dejanos en paz, te lo ruego, haz tu último acto de empatía hacia mi.

No espere respuesta de mi padre, di media vuelta y me encamine hacia la puerta, necesitaba salir de ahí. Estar en casa me sofocaba, pero justo antes de cruzar el umbral tomaron fuertemente mi brazo. Gire mi rostro y me encontre con el rostro desencajado de Jungkook. Se veía realmente mal, tenía los ojos inflamados, que junto con las oscuras ojeras bajo estos le daban un fatal aspecto.

-Jun por favor -me solté de su agarre, no quería escucharlo, es un cerdo y un manipulador de primera.

-No vuelvas a tocarme, te lo advierto -paso las manos por su cabello y asintió.

-Lo siento Jun, solo por favor necesito hablar con Ava, pero no quiero que esté presente Yoongi, solo ella y yo -retrocedi dos pasos, apenas podía creer su cinismo.

-¿De verdad eres tan imbécil? ¿Crees que soy igual de mierda que Jimin y la dejaré en tus manos? -di media vuelta y volvió a tomarme del brazo.

-Jun...

-¡Basta Jungkook! ¡Deja de decir mi nombre y el nombre de Ava! ¡Déjanos en paz! -grite con furia-. Ya hiciste suficiente.

-¿Así será? Ok, dile a Ava que si ella no quiere hablar conmigo, encontrare la manera de que lo haga -se marchó en su auto, arrancó rechinando las llantas, por un minuto olvide respirar ¿de que está hablando? de verdad nunca dejaría a Ava en paz.

Subí a mi auto y me aleje del lugar, debemos ser muy cuidadosas, no se hasta donde sea capaz de llegar Jung, está obsesionado con ella.

...🦋...

Tres semanas después.

-¡Jun deberías venir! -tomaba sus manos mientras Yoongi bajaba las maletas del auto-. Te hace falta un viaje también ¡Vamos! ¿Si?

Había tratado de convencerla para viajar con nosotros a Madrid, pero fue tarea imposible. Sabía que ahora era un adulto responsable pero jamás imagine a qué grado, por ninguna razón quiso dejar su empleo nuevo.

-No Ava, esperaré para diciembre y así iremos con mama pasar las fiestas -la abrace fuerte, mi Jun ya no era la niña mimada que solía ser, la habían hecho madurar de una manera horrible, pero me sentía orgullosa, por fin salió a flote la mujer fuerte, que se escondía debajo de su espesa cortina de cabello y esos holgados vestidos-. Diviértanse, y Min por favor te lo ruego, que no se borre ni un instante la sonrisa de su rostro y cuiden bien de mi sobrino.

Tomamos las maletas y nos despedimos de ella. Me remordia el corazón dejarla pero de verdad necesito alejarme de todo.

A cada paso que daba me sentía más libre, saber que estaría en un lugar, donde no tendría que preocuparme por toparme en la esquina a Kook o Jimin, era todo lo que necesitaba.

Yoongi recibio una llamada, la atendió mientras yo registraba las maletas. Camine hacia la sala de espera, a mirar los escaparates de las tiendas. En una joyería, llamo mi atención, un hermoso par de arracadas de oro blanco con corte diamantado, sin pensarlo entre y las compré, se las daría a Min en alguna ocasión especial.

Al salír lo ví aproximarse hacia mi a toda prisa.

-¡Ava! -lo ví suspirar aliviado, me abrazo fuertemente-. Vámonos, se hace tarde.

-¿Pero que pasa Yoongi? -entorno los ojos y mordió ligeramente sus labios, habíamos pasado suficiente tiempo juntos, como para saber que eso significaba que algo le preocupaba, tome su rostro en mis manos-. Vamos Min, dime -resoplo frustrado, poso sus manos sobre mis hombros.

-Me llamó Jungkook -rodé los ojos, ya nada me sorprende de el-. Quería saber si estábamos juntos.

-¿No le dijiste que iremos a Madrid, o si? -abrio los ojos.

-Vamos linda, por supuesto que no, le dije que no era de su incumbencia, y que aparte hacía días que no te veía, obviamente no me creyó, ya que me preguntó cuánto tiempo llevamos saliendo.

-Vaya... Jeon es como un grano en el trasero, un chismoso grano en el trasero -reímos, y Yoongi me tomo por la cintura.

-Le dije que llevamos saliendo unas cuantas semanas, no respondío y corto la llamada -deslize mis dedos entre las finas hebras del cabello de Yoongi.

-Gracias por estar aquí -mis ojos se engancharon de la mirada de Min, esa que tanta paz me traía, moría por besarlo, pero me mordí la lengua, no puedo hacerle eso, debía estar segura de mis sentimientos, acaricie sus mejillas y me separé un poco.

Caminamos tomados de la mano, hasta llegar a la lujosa sala de espera, Yoongi rogó por pagar el viaje en su totalidad, pero no iba a aceptarlo. Yo lo había invitado, así que acordamos que el pagaría los boletos de avión y la comida y yo la estadía en el hotel, por lo cual compro boletos de avión en la sección VIP del vuelo, cosa que agradecía.

Me senté en uno de los sofás con Min al lado, no podía pedir más, tenerlo junto a mi lleno mi vida de luz. En mis oscuros días, sin mucho esfuerzo me hizo sonreír, sin duda alguna tiene un don especial para hacerme levantar el rostro y seguir adelante.

Y ni hablar del bebé, se había ocupado de cuidar desde mi alimentación. Pero seguia impaciente, esperando por algo que tal vez jamás llegue, solo rogaba al universo una señal y una última oportunidad, todo lo que anhelo es ser feliz.