CAPITULO 28 🦋
‼️🔞 ADVERTENCIA 🔞‼️
EL SIGUIENTE CAPÍTULO CONTIENE REFERENCIAS SOBRE ABUSO SEXUAL, VIOLENCIA FISICA, PSICÓLOGICA Y SUICIDIO.
SI NO TE GUSTA ESE TIPO DE CONTENIDO, TE INVITO A PASAR DE LARGO.
POR NINGÚN MOTIVO, LOS PERSONAJES REFLEJAN LA PERSONALIDAD DE LOS DUEÑOS DE LOS NOMBRES, SE UTILIZO SOLO CON EL FIN DE DARLE ROSTRO AL PERSONAJE.
SI DECIDEN LEER, SON BIENVENIDOS.
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Jeon Jungkook
5 años 8 meses atrás:
Estamos en mi departamento, iríamos a la inauguración de la exposición de pinturas de un amigo. Debo decir que no estoy muy entusiasmado, ya que Eunwoo pidio a Ava ser su modelo. Cosa a la que me negué enseguida, y fue lo correcto al ver los cuadros de pinto de Emma. En especial uno donde está desnuda de espaldas, mi mujer no será una zorra que todos puedan ver, o tal vez ya lo sea.
¡Maldita sea! desde que mi padre me advirtió sobre ella, no puedo estar en paz. Necesito saber dónde está en todo momento. Jamás me engañara y me encargaré de eso.
Seguia sumido en mis pensamientos, cuando la veo salir de la habitación, con un vestido diminuto, que dejaba ver su figura. Sus senos estaban bellamente enmarcados por el escote del vestido, maldita sea, todos los hombres la mirarían, no iba a permitirlo.
-Ava no me gusta ese vestido, ponte otro -la mire de arriba a abajo.
-Pero Kookie, lo acabo de comprar, quiero usarlo para salir contigo -trato de abrazarme, pero eso no le funcionaria está vez.
-Dije que no, pareces una zorra ¿acaso buscas que otro hombre te vea? -en este punto la rabia me consumía, tal vez mi padre tenia razón.
-Estás loco Jeon, usaré mi vestido te guste o no.
-Por última vez, dije no -mi mente se nublo, la tomé por el cuello, cerré mi puño y lo deje impactar la nariz de Ava, estaba cegado por la rabia y las palabras de mi padre hacían eco en mi mente-. Bien ahora ya no podrás usar tu vestido ¿o si? -la dejé tirada, no se burlara de mi, antes la destruiré.
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Actualidad.
-¿A que hora vas a traerla Jimin? estoy impaciente, quiero hacer esto antes de la boda -las lágrimas comienzan a llenar mis ojos, el estómago se me hace un remolino, preguntándome ¿De quién está hablando? acaso de JunSeo
-Tranquilo hermano, ire enseguida por ella -escuche que se aproximaba a la puerta, quiero salir corriendo, pero mis piernas no son capaces de moverse.
Cuando sobrepaso el miedo, y por fin consigo dar un paso para comenzar mi carrera desenfrenada, la puerta se abre dejandome ver lo que tanto temia, Jeon Jungkook parado junto a Jimin.
Comienzo a correr, importandome un bledo la mirada atónita de las personas al verme cruzar el pasillo a gran velocidad.
Subo al ascensor justo antes de cerrar las puertas. Camino en circulos, desesperada, viendo bajar los números de los pisos. Nunca quise llegar a mi auto tan rápido como ahora.
El ascensor por fin se detiene, salgo corriendo, y llego al estacionamiento. Al estar junto a mi auto, veo a Jimin que se dirige hacia mi. Intento sacar las llaves de mi bolso, pero el temblor de mis manos, y la vista nublada por las lágrimas, impiden que las encuentre.
-Mierda, mierda... -digo en voz alta, todo me está fallando, el cuerpo y la mente están hechos trizas, giro la cabeza y es muy tarde.
-¿A dónde crees que vas Ava? -siento como Jimin pega su cuerpo al mío, mientras me rodea la cintura con sus brazos-. Ven, vayamos a platicar un momento -trato de sacarme de su agarre, pero estoy tan desorientada que no puedo hacer nada.
Me lleva casi a rastras de regreso al hotel, subimos al elevador, y me guía hacia la habitación, que minutos antes Jun uso para ponerse su vestido de novia.
-¿Te gusta husmear y entrometerte en mis asuntos preciosa? -entramos, y me empuja hasta quedar en el centro de la suite.
Cierra la puerta con fuerza, lo veo y niego. Él se para frente a mi, su expresión es neutra pero yo estoy a punto de desplo
marme.
-¿Por qué estábas con Jeon -las palabras salen con furia y rabia de mis labios-. ¿Sabes que? no me importa, no quiero hablar contigo Jimin, no me interesa saber.
Camino por su lado para salir de la habitación, pero el me toma de nuevo por la espalda, y me lleva a pararme frente a un espejo de cuerpo completo empotrado en la pared del fondo.
-Suéltame Jimin, no quiero que me toques, jamás.
-No Ava, hay un par de cosas que tengo que decirte -sisea las manos por mi cuerpo, hasta llegar a mis pechos. Los apretuja, mientras con su lengua me lame la piel del cuello, desliza de nuevo sus manos sobre mi vientre hasta mis caderas, las toma con fuerza y me pega hacia el.
-Mirate al espejo Ava -cierro los ojos-. ¡Abre los ojos! -niego de nuevo, pero el toma mi mandíbula para hacerme girar la cabeza hacia el frente-. ¡Que abras los ojos y te mires al espejo maldita sea! -me grita al oído con todas sus fuerzas, las lágrimas por fin salen de mis ojos, empapandome el rostro, los abro y miro mi triste reflejo.
-¿De verdad creíste que te amaba? -siento que las fuerzas abandonarme, de momento creo que caeré al suelo, el temblor en mis piernas es evidente, pero los brazos de Jimin me sostienen.
El llanto que sale de mi pecho raspa y corta mi garganta, el dolor es insoportable. Sus palabras taladran mi mente, y debilitan mi cuerpo, esto no puede ser cierto.
-¿De verdad creíste que te haría mi esposa? -deja salir una carcajada, que demuele aún más mi espíritu, el hueco de mi pecho se hace más grande, trato de sacarme de sus brazos pero apenas consigo levantar mis manos. Me siento vulnerable, incapaz de defenderme, el llanto me ahoga mientras veo los hermosos ojos de Jimin mirarme con desprecio.
-¿Por- por qué Jimin? Yo si te amo -en mi mente está mi bebé, quiero salir de aquí. Lo veo hacer un puchero a manera de burla hacia mis palabras, y de pronto se escucha el crujir de la puerta.
Jeon entra en la habitación, y el pánico se apodera de mí, me aferro a los brazos que rodean mi cuerpo. Camina a paso lento y seguro, si no conociera a la bestia despiadada que guarda en su interior, diría que es un ángel bajado del cielo.
Sus hermosas facciones podrían engañar hasta al más sabio. Se para frente a mí con las manos metidas en los bolsillos del pantalón. Estando frente a mi, veo lo imponente que es, sus hermosos ojos oscuros, sus suaves labios, su nariz redonda, su cabello negro intenso peinado hacia atrás.
Pasa su dedo pulgar por su labio inferior, dejando ver los tatuajes de su mano. Me mira divertido, con esa hermosa sonrisa que es capaz de doblegar la voluntad de cualquiera, le encanta verme destruida, llorando y suplicando, verme de rodillas se convirtió en su pasatiempo favorito.
-Desde ahora yo me encargo hermano -Jimin me suelta pero yo me giro y me aferro a su cintura, ocultando mi rostro en su cuello.
-Ya Ava, suéltame, debo irme -lo abrazo con más fuerza al sentir las manos de Jeon rodear mi cuerpo.
-Jimin te lo suplico, no me dejes con el -lo miro con los ojos repletos de lágrimas, no puedo evitar que mi cuerpo tiemble de manera incontrolable, me es imposible ocultar el miedo y el pánico que Jeon causa en mi-. No me dejes, por favor, no te vayas, haré lo que quieras Jimin pero no me dejes con el -me mira con el ceño fruncido y por un segundo toma mis hombros, levanta la vista y ve a Jeon directo a los ojos.
-Kookie, prometiste no lastimarla -Jeon chasquea la lengua y me toma por completo en sus brazos, puedo sentir su aliento en mi cuello, pero sigo aferrando a las solapas del smoking de Jimin.
-Eso ya no es de tu incumbencia mochi, ahora, si nos permites, necesito que Ava me de mi despedida, ¿no es así cielo? -Jimin toma mis manos con fuerza, hasta que lo suelto y sale de la habitación.
En cuanto cruza la puerta mis esperanzas se van con el, si hay un Dios en el cielo, sería un buen momento para manifestarse y ayudarme a salir de esto. Mi mente sigue aturdida, la lógica no me alcanza para saber ¿por qué me hizo esto?
-¿Creiste que el te defendería? -ríe de manera seca-. Esa maldita rata sería capaz de cualquier cosa por poder y dinero, me entrego tan fácil a su hermana y a ti, a cambio de ser gerente en mi compañía en USA, ahora el tendra lo que tanto quiere y yo, te tendré a ti, y a mi dulce Jun como mi esposa -cierro los ojos tan fuerte esperando que sea una maldita pesadilla, Jimin no podría hacerme esto, no puede hacerle eso a Jun.
Mis pensamientos se ven interrumpidos cuando comienzo a sentir sus manos recorrer mi cuerpo.
-Pero por ahora me encargaré de ti mi pequeña mariposa -escuchar el apodo que me dió con devoción, y cariño la primera vez que me entregué a el eriza mi piel. Me recorre completa un escalofrío que me sacude el cuerpo.
El nudo de mi pecho es tan grande, que me impide respirar. Mantengo los ojos cerrados fuertemente, y sigo deseando con todas mis fuerzas que esto no esté pasando, tal vez me caí y me golpe la cabeza, y esto es solo producto de la contusión que tengo.
Pero salgo de mi pequeña burbuja de esperanza, cuando siento como acaricia mi rostro con la yema de sus dedos.
-Oh mi dulce Ava, por tu culpa tuve que irme de corea, la vergüenza que trajiste a mi familia con tu estúpida orden de restricción, jamás te la perdónare -me giro para quedar frente a el, lo veo levantar la mano, que va a azotar una fuerte bofetada en mi rostro.
Me desestabilizó por completo, mi vista se nubla, y un pitido en mi oído, me causan un mareo que me hace caer en el duro suelo. Sentia el cuerpo adormecido, era incapaz de moverme, vi como alguien entro a la habitación, eleve la mirada, y ví a Jimin que pasaba las manos sobre su cabello.
Al verme tirada incapaz de hacer algo por mi misma, intento hacercarse, pude sentir sus manos sobre mis brazos, y un pequeño rayo de esperanza encendió mi pecho. El me ayudara, claro que lo hará, no puede dejarme aquí, en estás condiciones.
-¿Ava? Por Dios Kookie, me prometiste que...
-Lárgate Jimin, o le diré a tus padres porqué se suicido tu última secretaria, de seguro les encantara saber que iban a ser abuelos pero obligaste a Laila a abortar, y su debil mente no lo soporto y termino pegándose un tiro, frente a ti.
-No la golpees Kook, apuesto que ella cooperara.
-Ya largate cuñado -extiendo mi mano tratando de alcanzar a Jimin pero de nuevo lo veo salir de la habitación.
Dejo caer mi brazo y cierro los ojos, no puedo evitar esto, Jeon es mucho más fuerte que yo. Pero hay algo más que me llena de terror, el pensar que pueda hacerle lo mismo a Jun. La sola idea de pensar que él pueda llegar a lastimarla, me revuelve el estómago.
Siento las arcadas hacer acto de presencia, el caliente líquido sube por mi esófago, haciéndome vomitar. Vacío todo el contenido de mi estómago, pero debo hacer algo, no puedo permitir que ocurra otra desgracia.
-Dios Ava ¿acaso estás ebria? menudo desastre -me mira asqueado. Reuno el coraje que guardo por mi bebé y mi dulce cuñada para hablar.
-No permitiré que te cases con Jun maldito loco -con las pocas fuerzas que me quedan me levanto, me mira desde lo alto y cuando me logro poner de rodillas, la punta de su fino zapato de suela roja se impacta contra mi vientre, haciendome caer de nuevo al suelo-. No lo permitiré Jeon, no tocaras a Jun -logro decirle entre sollozos, lo escucho reír y tomarme entre sus brazos.
-Vamos linda a ella solo le tocaron los lujos, Jun no es como tu, ella si es valiosa, vale varios millones de dólares de hecho, pero tu... -se ríe mientas me acomoda entre sus manos-. Vamos a asearte un poco, no te follare en ese estado.
Me recostó en la cama, entro al baño, y en ese instante pensé en salir corriendo, pero seguía con la mente nublada, y el dolor ahora también en mi estómago tenían mi cuerpo al límite. No fui capaz de moverme, después de unos segundos salió del baño con una toalla húmeda en las manos. Comenzó a limpiarme, los hilos de saliva y sangre alojados en mis mejillas, brazos y pecho.
-Bien, ahora serás buena y tomarás un trago de whisky, no quiero restos de la saliva de Jimin en tu boca -acerco la botella a mis labios y vacío un poco del contenido en mi boca, lo trague cuando sus dedos pinzaron mi nariz para obligarme a tragar el líquido, que quemó mi garganta al deslizarse por ella-. Eso es, eres tan linda cuando obedeces... Ojalá no fueras tan zorra y obstinada Ava, porqué ¿sabes algo? -tomo los tirantes de mi vestido, los bajo, dejando mi pecho al descubierto.
Acaricio con lentitud la piel de mis pechos, se acercó a mí y beso uno de mis pezones, el llanto volvió a salir de mi garganta.
-Estoy jodidamente enamorado de ti, eres mi sueño, desde que me déjaste no he dejado de pensar en ti, ni todas las putas del mundo se comparan contigo -lo ví quitarse el saco, desabotonar su camisa, retirar su pantalón y su ropa interior-. Voy a disfrutar tanto esto, no tienes idea de las noches que soñé que te hacía mía de nuevo, eres la mujer perfecta para mí, pero lastima que no valgas nada.
Ver este tonificado cuerpo, digno de un Dios, acomodarse entre mis piernas, mientras sus manos y su lengua recorrían mi piel, solo me daba náuseas, asco y respulsion era lo único que sentia.
Cerré los ojos, y solté mi cuerpo. De nada me serviría gritar, luchar o tratar de salir. Deje que Jeon tomara posesión de mi, lo escuché jadear y gruñir, gemir mi nombre, senti sus caricias sobre mi piel, pero no sé sentia real. No podía estar pasando esto, ¿debía de ser tan miserable mi existencia para que ahora el destino permita que esto me suceda?
Jimin jugó conmigo, me alejo del hombre que en verdad amo y mi amiga para destrozarme, y dejarme en las garras de Jeon. Lo que no logre entender fue la manera tan estúpida en que le creí, nunca ví en él una pizca de mentira, la forma en la que me hacía el amor me egaño por completo, menuda idiota eres Ava.
Tal vez lo merezca, por no haber escuchado a Emma.
Tal vez lo merezca por haber dejado a Nam.
Tal vez lo merezca por haber creído que podía ser feliz, cuando la vida se había encargado de gritarme que no en la cara.
Desde el momento en el que mi madre no quiso ni mirarme cuando nací. Debí haber escuchado, debi haber puesto atención, debí haber sospechado pero no lo hice.
Me deje llevar por un par de ojos color miel, me cautivo su forma de tratarme y de hablarme. Debí haber hecho tantas cosas pero no lo hice. Deje que me llevara y me arrastrara a dónde le diera la gana, por desgracia termine dónde comenzó el calvario de mi vida, en las manos de Jeon.
Cuando por fin termino, abrí los ojos, lo mire limpiarse, y comenzar a vestirse. Con los ojos llenos de lágrimas, tome la sábana y me cubrí el cuerpo, abrace mi rodillas, tratando de aminorar el sentimiento de perdida que crecía en mi interior. Esta no era mi vida, y esta definitivamente no era yo, trataba de convencer a mi mente de que solo era un mal sueño.
-Vaya Ava ni un solo beso me has dado -se acercó a mi, tomo mi rostro en sus manos, dispuesto a besarme pero lo que recibió de mi fue un escupitajo que fue a parar justo sobre sus labios, se limpio con la sábana e impacto su mano con furia sobre mi rostro, descolocando mi mente de nuevo.
Me tomo en sus brazos, para besarme de manera desenfrenada, mordiendo mis labios hasta hacerlos sangrar.
-Hasta nunca pequeña -tomo su saco se lo puso, y acaricio mi cabello-. Se que eres inteligente Ava y no harás nada en mi contra, no me gustaría hacerle lo mismo a Jun -asenti, derrotada, no permitiría que él le hiciera algo, acomodo su moño, me sonrio y salió de la habitación.
Impotente y sin fuerzas, mi cuerpo yace sobre la cama, los sollozos se han hecho más quedos, los zumbidos en mis oídos y el fuerte dolor en mi vientre, me alertan que algo no está bien.
Pero no puedo ni ponerme de pie, menos pedir ayuda, en mi mente solo ronda la idea de evitar que Jun se case y se vaya con Jeon. Y en este momento mi débil cuerpo no me responde. Cierro los ojos esperando que un milagro suceda, pero parece que el destino y el universo se han olvidado de mi.
Dios ha dejado a la pequeña huerfana pelirroja llena de pecas, sola en el mundo de nuevo. Mientras me lamentaba, sumida en la miseria, de pronto siento como el colchón de hunde a mi lado, alguien remueve el cabello sobre mi rostro, no soy capaz ni de abrir los ojos.
-Por favor, no -digo en su susurro apenas audible, y ahogo las palabras entre llanto-. No me toques Jeon, te lo suplico, ya no puedo.
-Tra- tranquila Ava, te- te llevaré a un hospital -la dulce voz de JunSeo inunda mis oídos, abro los ojos y la veo junto a mi con el celular en la mano y el rostro empapado en llanto, su delineador negro se ha regado hasta la comisura de sus labios-. ¿Si, emergencias? Necesito una ambulancia -es lo último que escucho sumirme en un sueño profundo.
Respiro tranquila, Jun está conmigo.
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