8.- Lanza.
No puedo creer todo lo que sucedió en un día. Esas imágenes de todos los jóvenes corriendo de un lado a otro aparecían en mi mente.
—¡Ahora que hare! —Comente en voz baja.
Nadie me escuchaba, yo hablaba conmigo mismo, todo esto que está pasando es por mi culpa, nunca debí venir a este gran viaje.
Los miraba a todos, ellos tuvieron que dormir en cualquier lugar que este hombre gentilmente nos ofreció.
—¡Tengo que dormir! —Pensé.
No, no puedo dormir, Yulma esta pérdida, no me gustaría pensar que algo malo le paso.
Lizuly, mi única amiga en este lugar, también perdida o eso creo.
Mire mi celular, el reloj marcaba las tres y media de la madrugada. Sin señal. Como es posible que en un lugar así no haya señal para teléfonos.
La puerta se abrió, el Señor desconocido entro por ella, en su mano sostenía una lanza.
—¡Joven!, tiene que dormir, al amanecer será un largo día —Menciono mientras se sentaba junto a mí.
—Dígame, ¿Cómo le hago? Yo traje a mis amigos a este viaje, uno de ellos se perdió y los demás están asustados.
Lo miré, luego mire a todos, que se encontraban dormidos, incluso Ortega y ese Piloto que aún no despierta.
—¡Mira a tus amigos!, ellos duermen a pesar de todo.
El Señor agrego, yo me puse de pie y camine hasta un lado de Dianet. Ahí había una pequeña manta.
Me acomode y rápidamente tome el sueño.
***
Abrí mis ojos, miraba todo a mí alrededor solo para recordar la triste verdad.
—¿Crees que estará bien?
Escuche a alguien preguntar, me puse de pie y vi a Dulce observar al Piloto.
—No lo sé, por si no sabes, no tengo un título en medicina —Sonrió Ortega.
Pedro, Manuel y Pablo aún estaban dormidos, los demás comían un poco de fruta.
—Les recuerdo que tenemos que buscar a Yulma —Agregue
Ahora que observo, el Señor no está, recuerdo que anoche llego con una lanza.
—¿Dónde está el Señor? —Pregunte acercándome a la cama.
Encima de ella estaba el piloto, su rostro tenía muchos raspones y un poco de sangre que Ortega le limpiaba con un trozo de tela.
—¿El Señor? Debe estar buscando fruta o algo —Ortega seguía con lo que hacía.
Me acerque a la puerta, junto a ella había lanzas, específicamente para cada uno.
—¡Iremos por Yulma! —Tome una y luego abrí la puerta.
—¿Qué hay de ellos? —Pregunto Dianet.
Observe y mire a Pedro, Manuel y Pablo dormidos y el Piloto aún inconsciente encima de la cama.
—Entonces será más tarde —Anuncie nuevamente cerrando la puerta.
Me acerque y desperté a los tres, luego me senté y comí un poco de fruta.
El día pasaba, el Piloto ya había despertado, inclusive se miraba en excelentes condiciones.
Les expliqué que si queríamos sobrevivir necesitábamos defendernos. Así fue como le entregue a cada uno, una lanza y nos preparamos para salir.
Primero salió Ortega, luego Pedro, Manuel, Pablo, Dulce, Dianet, Marisol, yo y al final el Piloto.
—Nos mantendremos así hasta que la encontremos —Comento Ortega y comenzamos a caminar.
Si antes este lugar me causaba un poco de suspenso, que era lo que encontraría en cada lugar pequeño y oscuro. Ahora sabiendo de la existencia de los animales salvajes, este lugar me causa terror.
Tomaba bien la lanza, no sabía en qué momento la usaría.
—Soy el único, que está temblando del miedo —Agrego Pablo
—Yo también, no puedo dejar de ver cada lugar, cuándo otro ya me está llamando la atención.
Pedro decía mientras miraba todo a mí alrededor.
Minutos después de ir caminando en la misma posición, protegiéndonos los unos a los otros.
Un animal desconocido para mí, apareció enfrente de todos, gruñendo.
—Nadie se mueva, creo que es un Jaguar.
Ortega se quedó inmóvil, ese Jaguar se acercaba ferozmente a Ortega.
Un movimiento en los arbustos junto a nosotros, ocasiono que el Jaguar se abalanzara contra Ortega pero alguien salto de los arbustos y con una lanza, mato al Jaguar.
—¡Tu!, nos has salvado la vida, en especial a mí —Ortega grito para luego darle un gran abrazo a Lizuly.
Lizuly había salvado nuestras vidas, ella acabo con el Jaguar que intentaba comernos o lo que hagan ellos.
—¿Están todos bien?
Lizuly nos miró sorprendida para rápido preguntar nuevamente—. ¿Dónde ésta Yulma?
—Después de que salimos de ese avión, ella corrió a buscarte, al parecer no lo logro —Comente suspirando.
Note como sus ojos se empezaron a cristalizar, yo solo le di un abrazo.
—¡La encontraremos! —Dulce toco mi hombro.
Volteo a verla, indicando con mi cabeza que sí, eso es lo que haremos.
—Jóvenes vámonos —Grito Ortega volviendo a retomar el camino.
—Está chica es nuestro ángel guardián —Agrego el piloto sonriendo.
—No, solo es una simple chica que llego en el momento adecuado a la hora adecuada, así es como los salve.
Todos sonreímos pero nadie percato cuando un animal se arrojó contra el piloto.
—¡Ayuda! ¡Quítenmelo! —Gritaba una y otra vez.
Veía cómo ese animal lo mordía. Claro que Lizuly trato de ayudarlo pero no obtuvimos resultados.
—¡Hagan algo!, lo está matando —Marisol solo cerraba sus ojos abrazando a Pedro.
Más y más gruñidos se escucharon a nuestro alrededor.
—¡Váyanse! —Logre escuchar en sollozos al Piloto.
Ortega nos señaló que nos moviéramos, ya que se acercaban más.
Miraba hacia atrás y miraba como más y más animales llegaban para acabar con la vida de ese pobre hombre.
—¡Él no tiene la culpa!
Me dije a mi mismo, el solo era un Piloto de avión. Pero desgraciadamente su vida llego a su fin.
***
No dejábamos de correr, ése temor que sentí al ver lo que le pasaba al Piloto también lo sentían los demás, con solo ver sus rostros, podía descifrarlo.
—Todo acabo, ¿Todos moriremos como él? —Pablo se tiraba al piso.
Camine un poco y lo levante.
—Esto no acaba aquí, vamos a luchar por nuestras vidas. Saldremos de aquí todos juntos. Hallaremos a Yulma —Mencione mientras recogía la lanza de Pablo.
—Creo que hoy, en este instante es cuando prefiero estar en casa de la abuela.
Pablo logro sonreír un poco, al igual que él, sentí como mis labios se movían formando una sonrisa, no importaba que tan pequeña era lo importante es que aun podía hacerla.
—¡Carlos tiene razón!, levanten sus lanzas y luchemos por nuestras vidas —Grito Ortega.
Todos levantamos nuestras lanzas, nos veíamos ridículos haciendo esto pero todos sabíamos nuestro objetivo.
Ahora lo que importa es salvar nuestras vidas, luchar con estas lanzas y encontrar a Yulma.
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