63.- Muerte.
Emilio apareció con un tigre, creo que esto no podría salir peor.
—¡No hagas esto Emilio!, ¿Acaso quieres terminar como Raúl? —Pregunté, señalando el cuerpo de Raúl.
Él nos miraba con una gran sonrisa que formaba su cara. Nosotros tan sólo nos alejamos de él y su gran tigre.
—¡Tengo un tigre!, las cosas serán distintas ahora.
Él se agachó junto al tigre, le continuó acariciando el lomo y luego agrega.
—Anda chico, ve por ellos.
Emilio se puso de pie y el tigre empezó a avanzar hacia nosotros. Nosotros nos alejamos tanto como podemos. No tenemos escapatoria, sería una mala idea correr.
—¡Dawn!, haz algo —Dulce tomo mi mano.
Yo la volteo a ver, su rostro refleja miedo. Al verla recuerdo que debo llevarla con vida al aeropuerto, no puedo morir aquí.
—¡Disparen! —Mencionó Morales.
Matt le apuntó, pero al parecer el tigre se enojó y se le lanzó.
—¡Ayuda! Quítenmelo —Gritaba asustado.
Vi como Emilio y Rubí corrieron lejos, quiero imaginar que se han rendido. Tomó la mano de Dulce y la hago correr, es inútil quedarse a ver como despedazan a Matt.
—¡Vamos! No podemos hacer nada.
Les gritó para que Dylan y Morales me oigan y corran detrás de mí. Mientras Dylan caminaba, veía como el tigre se comía el cuerpo de Matt.
Morales, Dylan, Dulce y yo comenzamos a correr lejos del tigre. Volteo hacia atrás y no logro ver a Emilio o a Raúl.
—¡El doctor te ayudará! —Comenta Dylan.
Morales al parecer estaba en estado de shock. Sólo caminaba.
—Morales, ¿Está bien? —Le pregunto asustada.
—Sí, sólo pienso, esto es lo que unos jóvenes tuvieron que vivir, creo que yo no lo hubiera logrado.
Morales se seguía tocando el brazo, al cual casi no le salía sangre.
—Ni se imagina por lo que hemos pasado aquí, creo que nunca lo olvidaré —Dulce comentó.
***
Narra Carlos.
En las últimas horas Susan ha empeorado, el doctor dice que tal vez no pase de esta noche. Karen y yo nos encontrábamos sentados junto a Susan.
—¿No le ha dicho a Marcos? —Karen me preguntó.
—No, no quiere preocuparlo más de lo que ya está.
Mire a Susan, se miraba tan mal, si tan sólo diera una señal de que se pondrá bien.
—¡Ya no puedo mirar a Marcos!, sabiendo que ni siquiera sabe cómo está su hermana.
—Sólo miente, una mentira no le hace mal a nadie, y menos en estos casos —Susurré mirándola.
La puerta se abrió y por ella entró Marcos, al parecer había escuchado toda la conversación. Karen y yo nos ponemos rápidamente de pie.
—Quieren mentirme, ¿Que iban a hacer cuando Susan muriera? Ocultar su cuerpo.
Él nos miraba con odio, no tardó ni minutos en acercarse a mí y tratar de sacarme a la fuerza.
—Yo sé que tienes derecho a saber, pero era por tu bien, no necesitas otra preocupación más.
El seguía empujándome hasta que me sacó de la cabaña, ahora era el turno de Karen.
—¡Espera! Susan ha despertado, ella despertó —Gritó Karen.
Me emocioné rápidamente al escuchar eso, pero un enojado Marcos nos cerró la puerta en la cara.
—¡Ya se le pasará!, vamos con los demás.
Karen comentó comenzando a caminar. Marisol, Pablo, Rosa y Daniela estaban sentados en el piso, junto a Cielo esperando la llegada de Dawn.
—Tomen fruta, la gente dice que están por llegar —Cielo sonrió.
Nos mostró una cubeta junto a ella, en ella había fruta y más fruta.
—¡Creo que ahora si no tengo hambre!, sólo estoy preocupado.
Me senté junto a Rosa, ella si estaba comiendo una fruta. Miro hacia la puerta de una cabaña, Ángel junto al Lic. Alberto sé acercaba hacia nosotros.
—Jóvenes, Carlos y Rosa, ¿Puedo hablar con ustedes? —El Lic. Preguntó.
—Claro, sólo denos un minuto.
Rosa fue la que respondió, yo tan sólo los observaba.
—¡Han vuelto! —Gritó Cinthia, la joven que me entrevistó.
Todos volteamos a ver a la selva, por ahí sale primeramente Dylan quien sostenía a Morales, después Dawn junto a Dulce.
Todos corremos a saludarlos, al parecer nadie se había dado cuenta que el otro hombre no regresó.
—¡Carlos!
—¡Dulce! Sabía que Dawn te encontraba —Le doy un gran abrazo, ahora si estamos listos para irnos.
El doctor sale de la cabaña donde se encontraba Susan. Se acerca a Morales y a Dawn.
—La joven está empeorando, no creo que pase la noche —Agregó el.
—Tengo que verla, lléveme con ella.
Dawn empieza a caminar hacia la cabaña, yo me voy detrás de ella, para ver si logro entrar. Marcos estaba ahí junto a ella, aún. Dawn se acerca, yo también y logró ver que ella esta despierta.
—¿Qué haces aquí? —Me pregunta Marcos enojado.
—Yo sólo, vengo a verla.
Me acerco un poco hasta que veo de cercas a Susan.
—¡Carlos! ¿Estás aquí?
Ella susurra, me imagino que ya no tiene demasiadas fuerzas. Una lágrima resbala por mi mejilla y yo rápido la limpió.
—Aquí estoy, estarás bien.
Tomo su mano, noto que está muy fría.
—No, no estaré bien, me duele todo el cuerpo.
—¡Lo siento tanto! —Dawn toma su otra mano.
—¡Me alegro que ustedes si puedan salvarse!, estoy realmente feliz por eso.
Una lágrima resbaló por su mejilla, Marcos la limpio con un trozo de papel higiénico que tenía en las manos.
—Los dejo para que se despidan.
Dawn se dispone a salir de la cabaña.
—Ya lo hicimos, puedes quedarte —Marcos comentó.
Dawn regresó y volvió a tomar la mano de Susan, ella seguía llorando.
—¡Yo sólo quería ayudar!, quería salir de esa situación, pero creo fue un gran error, mi mas grande error —Ella suspiro, para luego cerrar los ojos.
—¿Susan? ¡Susan! —Moví sus manos, pero ella ya no respondía.
Marcos se acerca a ella y le da un abrazo, un último abrazo. Yo me dirijo a la puerta, abro la puerta y nuevamente hay personas esperando de una respuesta, una respuesta que yo no quiero dar.
—¿Qué pasó? —Pregunto Lucy junto a Adam.
—¡Ella murió!
Las personas que escucharon la respuesta, sólo taparon su boca sin poder creerlo. Dylan entra a la cabaña para sacar el cuerpo de Susan. Adam y Morales habían cavado un pozo. Todos nos encontrábamos alrededor del pozo despidiéndonos de Susan.
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¡Últimos capítulos!
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