Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

28.- Habitación.

—¡Ellos nos mataran y luego nos comerán! —Maggie gritaba asustada.

Todos la mirábamos confundidos, ¿Cómo es posible que diga eso?

—¡Ellos nos mataran!, he visto como lo hacen —Ella pasaba sus dedos por el cuello—. Así moriremos.

—¡Por dios! Maggie nos estás asustando —Daniela le dio un abrazo.

***

—¡Ellos nos matarán!, luego nos comerán —Esas palabras, que Maggie nos había dicho votaban en mi cabeza.

Al ver su cuerpo débil, esa sangre cayendo sobre el frasco, esa cara de Juan.

—¿Por qué hiciste eso? —Una lágrima resbalo por mi mejilla.

Juan me miro, luego dejo caer el cuerpo de Maggie al suelo.

Tomo el frasco, el cual contenía sangre de Maggie y le dio un sorbo, en ese segundo todo mi mundo se detuvo.

Maggie tuvo razón estando viva, ellos nos matarían para luego comernos, pero ahora sólo yace en el frío suelo de este sótano.

Daniela llora, la miraba, su mirada esta perdida, llorando.

—¡Todo estará mejor! —Daniel, le comento levemente.

Todos nos mirábamos, Gonzalo estaba inconsciente en los brazos de Yulma, sus manos aún tocaban la herida.

—Ahora que han visto que hacemos, me voy, tenemos que comer —Brenda sonrió.

Brenda salió del lugar, después Juan, Martín y Emilio al final, el arrastraba el cuerpo de Maggie.

—¡Si no quieren terminar como ella!, mejor no se vayan —Emilio sonrió, cerrando la puerta.

Un silencio inundo el lugar, hacía falta un silencio así, sólo que Ortega, lo interrumpió.

—¡Ya saben!, váyanse lejos por la ventana.

El cómo pudo señaló la ventana, nosotros la vimos también.

Unos pasos se escucharon provenir, todos guardamos silencio y volvemos a nuestro lugar.

La puerta se abre fuertemente, por ella entra Juan con la chica que antes estaba en la cocina, ella aún esta inconsciente.

—¡Les traigo una compañera! —Sonrió, para luego colocarla en el suelo.

El rápido salió por la puerta, dejándonos solos de nuevo.

—¿Está muerta? —Preguntó Marisol asustada.

—Lo averiguare no me quedaré con la duda —Dianet se puso de pie.

Camino hacia la joven y se sentó junto a ella, tocó su cuello para luego agregar:

—¡Ella aún está viva!

—No soportaría otra muerte en un día —Pablo agrego.

—¡Chicos váyanse!, ¿Qué esperan? —Gonzalo abre abierto los ojos.

—No queremos dejarlos, ustedes nos han ayudado mucho, nosotros los sacaremos de aquí —Mencione

—Ya no hay tiempo para eso, además recuerden lo que decía Ortega, "Soy el encargado de llevarlos completos a la ciudad"
—Gonzalo sonrió un poco.

Todos lo miramos, asentimos y comenzamos a salir.

Primero salió Daniela, luego Lizuly, Dianet, Yulma, Luis y Paco.

Estaba por salir pero la puerta se abrió fuertemente, Martín, Emilio y Juan entraron por ella.

Caigo al piso después de que Emilio enojado tumbara la silla.

Gonzalo trato de levantarse pero no logro llegar muy lejos, Juan rápido lo regreso al suelo.

—¡No te meterás con ellos!, no harás daño —Gonzalo comento.

Martín se lanzó encima de él, comenzó a estrangularlo, el rostro de Gonzalo literalmente estaba azul, él no tenía las suficientes fuerzas para detenerlo.

Ángel se lanza encima de Martín, el cual soltó a Gonzalo dejándolo respirar.

—¡Despierta a la chica! —Marisol gritó.

Me acerqué a ella, la movía pero no daba resultado.

—¡Salgan de aquí!, nosotros los defenderemos —Ortega grito, Dulce lo había soltado.

Marisol, Dulce, Ángel, Pablo, Karen, Daniel y yo salimos por la puerta rápidamente.

Brenda se acercaba hacia nosotros, Ángel y Karen la empujaron y ella rodo por las escaleras.

—¡Rápido hacia la puerta!, rápido —Grite emocionado.

Al llegar, Marisol trata de abrir la puerta pero esta no abre, esta atracada de alguna manera.

—¿Qué haremos? —Pregunta Pablo confundido.

—¡Déjame pensar!, no logro pensar.

Susurraba despacio, miraba a todas partes.

—No sé ¿Qué hacer?, no lo sé —Agregue nervioso.

—Tranquilo, nosotros haremos algo —Karen miraba a los demás.

La puerta del sótano se abrió, Karen nos empujó hacia las escaleras, esto de escondernos en este lugar no es divertido.

—¡En aquella puerta!, rápido —Karen señalaba la puerta.

Recordé rápidamente esa habitación, es ahí dónde está el cuerpo de Pedro, ya no quiero verlo.

—¡Entren rápido!

Mire a Marisol, ella si se acordaba de esta habitación, ella solo respiro profundo y todos entramos.

Dulce cerró la puerta cuando todos entraron. El cuerpo de Pedro ya no estaba.

—¡No está! —Marisol menciono sorprendida.

—No está ¿Qué? —Ángel pregunto, mirando a Marisol.

Me acerque a él y señale la mesita que se encontraba ahí.

—En ese lugar se encontraba el cuerpo de Pedro, esos malditos lo robaron de la cascada, quien sabe qué cosas harán con el de Maggie —Agregue.

—¡No es obvio!, ellos se lo comerán, eso mismo hicieron con Pedro y eso harán con nosotros —Karen estaba asustada.

—¡Ya por favor!, deja de decir cosas sin sentido, lo que nos dijo Maggie, pudo ser falso —Daniel comento.

El no creía que Brenda, Martín, Emilio y Juan son caníbales.

—Te dice algo la sangre que bebió Juan, era sangre de Maggie, si lo recuerdo perfectamente —Pablo se había colocado frente a Daniel.

Yo me acerqué a la puerta y la abrí un poco, los pasos de ellos buscándonos se escuchaban, al parecer están demasiado cerca.

—¡Chicos!, he pensado, ¿Qué pasará con Gonzalo, si nos vamos?

Dulce preguntó, ella solo se movía de un lado a otro, sin detenerse.

—Ahora que lo dices, no lo sé, él está herido será difícil sacarlo de aquí, necesitaríamos ayuda —Susurre.

—Otra cosa, ¿Alguien conoce a la chica que estaba ahí? —Marisol nos miró a todos.

Todos guardaron silencio cuando los pasos de Brenda y Emilio se escucharon.

Solo nos miramos, a mí me parece un poco gracioso, solo nos miramos sin decir nada.

—Dulce, ¿Dónde estás? —La voz de Brenda se escuchó.

—Carlos ¡Sal ya! —Ahora, era la voz de Emilio.

—Marisol, quieres ir con tu amigo el muerto, te he guardado unos deditos con salsa —Nuevamente era la voz de Brenda.

Yo les indicaba a mis amigos que guardarán silencio, Marisol hizo una cara de disgusto al escuchar eso.

—¡Tengo un arma! —Ángel la saco de su bolsillo.

—¡Por dios! Pudiste haberlo dicho antes —Pablo comento sorprendido.

—Yo no la usaré, he disparado una vez, no me gusto —Ángel trato darle el arma a Pablo, pero este la rechazo.

—¡Saldremos!, si es necesario disparar, lo haremos, solo ten buena puntería —Tome los hombres de Ángel.

Luego me acerque a la puerta y la volví abrir, nadie se miraba, ni se escuchaban los insultos de Brenda y Emilio.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro