22.- Desaparecidas.
Después de escuchar las declaraciones de Daniel y Daniela, sabíamos que ahora no estamos seguros.
—¿Quiénes son? —Pregunte confundido.
Todos me miraron por breves segundos, nadie contestaba, ni Daniel ni Daniela.
—Dime, ¿Quiénes son? —Vuelvo a preguntar.
—No lo sabemos, tememos que nos encuentren —Comentó Daniel, sin despegar la mirada de mí.
Me quede sin moverme por algunos segundos, ¿Quiénes podrán ser? Acaso son amigos de Juan, esto cada vez se pone más horrible.
—¡Tenemos que escondernos aquí!, es mejor que le avisemos a Gonzalo —Lizuly se disponía a dirigirse a la puerta.
—¡Yulma y Dulce están solas! —Comento Karen asustada
Recordé rápidamente, que Yulma está dormida en la cabaña, Dulce cuida de ella.
Todos corremos a la puerta, salimos por ella y rápido nos dirigimos a la cabaña.
—¡Yulma! ¡Dulce! —Gritaba mientras nos acercamos.
Karen llego más rápido y abrió la puerta, no había nadie dentro.
—¡No debimos dejarlas solas! —Susurro Dianet.
—¿Ahora qué? —Pablo preguntaba, junto a mí.
Luis, Karen y Ángel se alejaron, los tres buscaban a Dulce o Yulma en cualquier cabaña.
—¿Quiénes son ellas? —Daniela se colocaba junto a mí.
—Son dos de nuestras amigas, ahora por su culpa las atraparon a ellas —Lizuly se colocó frente a Daniela, su rostro reflejaba enojo—. Anda, dinos ¿Dónde los podemos encontrar?
—¡Yo si se!, si quieren los llevo, sabes bien que debemos salvar a nuestros amigos —Daniel miraba a Daniela.
—No sé, sigo pensando que ya murieron —Comento Daniela.
Ellos dos siguieron hablando, me aleje ya que Karen se acercaba con Gonzalo.
—¿Dónde estabas? —Pregunte mirándolo.
Gonzalo me mostro las manos, en ellas tenía algunas frutas.
—Ya me dijo Karen lo que paso, ya verás qué las encontraremos —Gonzalo camino hacia donde estaban los demás, Karen y yo lo seguimos.
El comenzó a repartir una fruta a cada uno.
—¿Ellos, son? —Gonzalo se quedó sorprendido al ver a Daniela y Daniel.
—Los encontramos dentro del aeropuerto, ellos nos contaron que los querían atrapar, ¿Sabes de quién hablan? —Miraba a Gonzalo, esperando una respuesta.
—¡No!, cambiando de tema, Karen dice que Yulma y Dulce estaban aquí, ¿Cierto?
Todos asentimos con nuestras cabezas a las preguntas que el hacía.
—No, ninguna de las dos, está por aquí —Luis se acercaba hacia nosotros—. Tenemos que comenzar a buscarlas.
—¡Ya lo decidimos!, los llevaremos a la gran cabaña —Daniel comenta, tiene su miraba hacia el piso.
—¡En una gran cabaña!, nunca creí que existiera una de esas —Comente sonriendo.
—Entre más rápido, mejor —Daniela tomaba rumbo.
Ángel regreso, el salía del aeropuerto, tal vez ahí buscaba él.
—¡Ángel rápido!, tenemos que irnos —Lizuly gritó, mientras entrábamos a la selva.
El clima cambio rápidamente, tenía un poco de frio, todos caminan rápido.
—¿Qué pasó en ese lugar? —Preguntó Marisol, tomando el hombro de Daniela.
Daniela la miro por unos breves segundos, suspiro profundamente y agrego:
—Todos nos escondíamos de los animales, ese fue el principal problema. Cuándo nos alejamos demasiado, ellos nos encontraron y nos encerraron en el sótano de esa enorme cabaña, hace algunas horas logramos escapar.
—Lamentamos mucho ser los culpables de que secuestraran a sus amigas, nunca creímos que alguien llegaría ahí —Daniel nos miró brevemente.
—No te preocupes, ustedes no tienen la culpa, Lizuly solo habla puras imprudencias —Agrego Pablo sonriendo.
Gonzalo nos hizo una seña de silencio, nosotros solo nos detuvimos. Mirábamos hacia delante, solo lograban ver a Gonzalo, apuntar con el arma a alguien o algo.
—¿Qué es? —Marisol, que se encontraba más cerca de Gonzalo preguntó.
—¡Ya se fue!, solo era un animal, nada de qué preocuparse —Gonzalo volvió a caminar.
***
Ya habíamos cruzado el río, ya era costumbre meternos ahí y nadar hacia el otro lado.
Todo sea por encontrar a Dulce y Yulma.
—Ya falta poco, es mejor descansar —Daniela susurro.
—¡Esta vez tienes razón!, debemos descansar, es muy cansado caminar desde lejos.
Me senté en el piso, por unos cuantos segundos, hasta que Gonzalo dijo:
—La cabaña está cerca, tal vez Juan ya no esté ahí.
—En lo personal no quiero ir ahí, vamos directo a la gran cabaña, ayudamos a Yulma y Dulce, después sólo tratemos de alejarnos de ellos —Pablo comento.
—Tal vez si deberíamos ir, así la noche llegará y podremos entrar sin ser vistos —Mencione poniéndome de pie.
Minutos después decidimos votar, ¿Ir o no ir?, obviamente gano ir, tal vez porque todos estamos cansados, hemos caminaba mucho.
Otra vez nos encontrábamos caminando, necesitamos saber si Juan está ahí, o si se cansó y fue a buscarnos.
Ahora lo entiendo, el cuerpo de Pedro desapareció, nosotros creíamos que fue Juan tratando de hacer alguna venganza, pero fueron esos, hombres que por suerte no he tenido el placer de conocer.
—¡Juan no está! —Dianet gritó emocionada.
Una gran sonrisa se formó en mi rostro, después de tantas desgracias, ahora estábamos siendo premiados, Juan abandonó la cabaña, podremos descansar al menos hasta que anochezca.
—¡Disfrutemos mientras podemos! —Ángel estaba a punto de abrir la puerta.
—¡Jovencito espera!, primero tengo que revisar que no haya ningún animal o el mismísimo Juan ahí dentro —Gonzalo empujo la puerta, la cual abrió como de costumbre.
El caminaba lento, de pronto cae al piso, Juan se encontraba golpeándolo.
—¡Oh por dios! Es Juan, esto es una trampa —Grite dando la vuelta.
Mientras Gonzalo era golpeado por Juan, nosotros éramos acorralados por animales.
—Hagan algo, nunca he sido atacada por uno de estos —Daniela gritó colocándose detrás de Pablo.
Mirábamos como los animales, se acercaban más y más, ahora no teníamos con que defendernos, Lizuly no tenía su lanza.
—¡Todos detrás de mí!, ¡Ahora! —Ángel gritó sacando un arma de su mochila.
Ángel comenzó a dispararle a los animales, estos huían rápidamente o caían al piso llorando.
Es malo maltratar animales, pero no creo que cuente en éste lugar, donde los animales son los que tratan de comernos.
—¡Chicos acá! —Gonzalo decía una y otra vez. Juan lo estaba golpeando muy fuerte, Juan ahora sacaba su arma.
—Nunca debiste meterte conmigo, me oyes Gonzalito —Juan dijo enojado.
Juan cargaba el arma, a mi ver no sabía muy bien usarla y eso creo es bueno, ya que Gonzalo tenía ventaja.
Lizuly trato de correr a ayudar, pero fue detenida por Daniel que lo impidió.
Gonzalo empujo a Juan. Ahora Gonzalo golpeaba a Juan, nosotros solo éramos testigos de tal escena.
—¡Hazlo! —Susurre mirando a Ángel.
Ángel me miró, él ya sabía qué hacer. Él tomó el arma, rápido la cargo y disparo sin pensarlo.
El disparo salió dándole a...
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