16.- Arma.
—¿Escuchan eso? —Preguntó Marisol viendo por la ventana.
Me acerque a ella rápido, miro por la ventana y no logro ver nada.
—¿Qué? —Pregunte confundido.
—Yo también lo escuche, parece ser Karen —Diana entraba corriendo.
Todos se acercan a la ventana, todos aplastados veíamos por esta.
—¡No logro ver nada! —Pedro abrió la puerta.
—¡Es peligroso! —Lizuly susurro
—Karen puede estar en peligro —Diana abrió la puerta y salió.
Todos miramos a Lizuly y decidimos salir.
Uno por uno salía de la cabaña, Diana que ya estaba fuera solo miraba sus alrededores.
—¡Chicos!
Mire hacia delante de mí y ahí en ese lugar estaba Karen, pero detrás de ella, Juan.
Frote mis ojos y si, efectivamente Karen y Juan estaban delante de nosotros.
—¡Karen!, ven —Luis se acercó un poco a ella.
Juan la empuja hacia atrás y saca una pistola.
—Miren lo que me dio su amiguito del helicóptero —Juan sonreía, mientras nos mostraba el arma.
—¡Juan!, suelta eso, alguien puede salir herido —Yulma hablo.
—Claro que alguien saldrá herido, la pregunta es ¿Quién?
Juan colocó el arma en la cabeza de Karen.
—¡Váyanse! Él no les hará daño —Mencionó Karen llorando.
—¡No te dejaré!
Dije y di unos cuantos pasos hacia delante. Pero nuevamente Juan hacía a Karen lejos.
—Quédese con la cabaña, nosotros nos iremos, lejos —Diana, avanzaba más y más.
Dianet trató de sostenerla del brazo pero ella lo impidió.
—¡Karen! ¡Karen! —Diana susurro, acercándose hacia Karen.
—¡Diana! ¡No! —Grito Luis, empujándola al piso.
Juan arrojó a Karen al suelo y le dio un golpe con el arma a Luis, rápido cayó al piso.
Lizuly corre hacia Juan pero este también la golpea, Yulma se acerca y la ayuda a levantarse.
Diana estaba junto a Luis, que aún estaba en el piso inconsciente.
—¡Por favor!, ¡Déjala ir! —Agregue angustiado.
El negaba con la cabeza, luego comenzó a reír sin parar.
Diana sin pensarlo se pone de pie y comienza a forcejear con Juan.
Solo veía como el arma apuntaba para un lado y luego a otro. Así por más de cinco minutos.
Karen arrastrándose se acerca a mí, rápido la ayudó a ponerse de pie.
Un disparo se escucha, volteo hacia Juan y Diana, los dos tenían un rostro de sorpresa.
—¿Quién ha sido? —Logro escuchar que Pablo pregunta.
Volteo y veo a mis amigos, Karen gritaba. Lizuly entró a la cabaña corriendo.
Diana comienza a resbalarse de los brazos de Juan hacia el piso. Ahora se quien está herido.
Una lágrima resbala por mi mejilla, tome un poco de cariño hacia ella en estos días.
Lizuly salió con la lanza, estaba dispuesta a darle a Juan pero este grito.
—¡Si hacen algo!, ella muere.
Veía él arma de Juan, ahora estaba en la frente de Diana. Ella estaba sentada en el suelo con sus manos en el estómago.
—¡Dijiste que nadie saldría herido! —Karen gritaba fuertemente.
—Tranquila Karen, estoy bien —Dijo Diana, sangre salía por su boca.
—¡No digas eso!, sabes que no es verdad —Karen susurro y luego me abrazo.
Sentía un poco de tristeza. Ver a Diana herida frente a todos y no poder hacer nada por ella.
Ése arma en la frente de Diana, causaba que temblara con el hecho de tan solo verla.
—¡Pero miren se ven tan bien así!, calladitos y sin hacer nada —Juan comenzaba a reír.
Miraba la mano de Juan, su dedo estaba en el gatillo, un solo movimiento y Diana muere.
Miraba a todos lados, ¿Qué puedo mirar cuándo una vida está en riesgo?
Regreso mi vista a Diana y Juan. Desde aquí puedo ver las lágrimas que resbalan por las mejillas de Diana, sus manos llenas de sangre y esos labios con poca sangre.
Un ruido proveniente del arma me aturde, cerré mis ojos de la impresión.
Al abrirlos, veo que Diana está en el suelo.
Karen grita fuertemente mientras corre a ver a Diana.
Regreso mi vista a Juan, está cayendo al piso pero ¿Cómo?
Un chico se encontraba detrás de él—. ¡Este hombre nos ha causado tanto daño!
El joven caminaba hacia nosotros, sin mirar el cuerpo de Diana tendido sobre el suelo.
—¡Diana! ¡Diana! ¡No! —Karen no dejaba de gritar.
Mire hacia atrás, necesito ver al joven que se dirigía a la cabaña.
—¡Ángel! ¿Eres tú? —Lizuly corrió a darle un fuerte abrazo.
Todos caminaban a ver el cuerpo de Diana. Pedro ayudaba a Luis.
—¿Que ha pasado? —Pregunto Luis, viendo a Juan en el suelo.
—¡No mires amigo!, es por tu bien —Pedro le impedía que volteara a ver a Diana.
Los gritos de Karen, ocasionaron que varios animales se acercarán.
Lizuly los espantaba con la lanza, camine hacia Diana y Karen.
Su rostro lleno de sangre, sus ojos cerrados, sus manos que jamás volvieran a moverse.
Luis se suelta de Pedro y corre a abrazar a Karen.
***
Con ayuda de una pala cavamos un pozo. Diana merecía un último adiós.
Karen aún lloraba, Luis la abrazaba.
Ángel es el compañero de Lizuly, se había separado, pero ya están juntos.
Juan ahora se encontraba amarrado a un árbol detrás de la cabaña. Ahí no nos molestara.
Cuando Pedro terminó el pozo, colocamos a Diana dentro enredada en una sábana.
—¡Dos de mis amigos!, he perdido a dos de mis amigos, ¿Cuántos faltan? —Preguntaba Karen abrazando a Luis.
Uno por uno, fue colocando un poco de tierra en la tumba de Diana.
Era triste presenciar una pérdida, aún más cuando era cercana a mí.
Nos quedamos un momento parados junto a la tumba, podía escuchar el lamento de Karen.
—¡Chicos!, no me siento bien —Dulce comenzaba a tambalearse.
Marisol rápido la detiene para que no caiga al piso de golpe.
—¿Estas bien? —Pregunta Dianet mirándola.
—Estoy un poco mareada y siento ardor en la mordida —Susurro, cerrando los ojos.
—¡Tranquila!, revisare.
Con ayuda de Pablo y mía, levantamos a Dulce y entramos a la cabaña. La colocamos sobre la cama.
Quito las vendas de la pierna su herida se ve algo mal, creo que está infectada.
—En mi cabaña tengo analgésicos y pomada para heridas —Comentó Ángel.
—¡Oh es cierto!, Jorge nos entregó eso al llegar aquí —Lizuly agregó.
—Alguien tendrá que ir por esas cosas. Puedo ir yo —Menciono Ángel.
—Yo iré contigo.
Pablo se acercaba a nosotros.
—Está bien iremos, Pablo, ellas, Lizuly y yo —Ángel señaló a Marisol y Karen.
—Por mi está bien, no quiero perder otra amiga —Karen se acercó a la puerta.
Ángel, Marisol, Pablo, Lizuly y Karen salieron por la puerta.
—¡Esperen lleven esto!, pueden necesitarlo —Comente, mientras les entregaba el arma de Juan.
—¡Suerte!
Dianet grito mientras los cinco se alejaban de la cabaña.
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