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La excursión (parte 3)

Anteriormente (otra vez)

"—¡En serio te gusta!

—¡Yo no lo sé!

Hitomi no pudo soportar más la vergüenza y terminó por escapar de ahí, adentrándose en el bosque, y como era de esperarse, Jin fue tras ella."

***

—¡Terano-sensei! Parece que algunos estudiantes se perdieron.

...hubo algunos estudiantes que se ofrecieron como voluntarios para ser un equipo de búsqueda.

—¿M-mike-kun, todos vinieron en nuestro rescate? Estábamos totalmente perdidos.

—¿De qué hablan? ¿Perdidos? Si las cabañas están a unos 300 metros de aquí.

—En realidad quienes están perdidas son las demás chicas"

*En una cueva en la montaña*

La nieve comenzaba a caer más y más, Ranka, Meimei, Yukari y Miyubi no tuvieron más opción que refugiarse en una cueva que encontraron, los ánimos en el grupo seguían por los suelos y por más que lo intentarán Ranka seguía tratando de parecer que no le importaba nada.

—¡Tengo hambre! —se quejó Meimei— De hecho ¡¿Qué hacemos aquí?! Escalamos demasiado, ni siquiera hay un bosque aquí, es como si estuviéramos en otra montaña, ¡Les dije que regresáramos en cuanto tuvimos opción pero nadie me quiso hacer caso! ¡Todo esto es tu culpa Ranka!

—¡Cállate de una vez! —le gritó Ranka.

—Vamos, tranquilícense las dos —intervino Yukari—. No desperdiciemos energía en una discusión sin sentido. La necesitaremos para cuando amanezca en un par de horas. 

«—No lo entiendes Yukari, necesitamos comer algo... o a alguien» —pensó Meimei. «—Y con ese alguien me refiero a Miyubi, ella no lo logrará. ¡No espera! Ella solo necesita comer 5 gramos de su musgo y lo sobrevivirá, es la más resistente de todas, ¿Entonces Yukari?»

La panda volteó a ver a la koala solo para verla comiendo un poco de su comida "especial"

«—¡Eso es trampa!... Pero significa que tengo que comerme a Ranka o que ella me coma. ¡Pero Ranka es una depredadora natural! No tengo oportunidad contra ella. ¡Yo soy la comida!»

—¡No! —gritó con todas su fuerzas— ¡Jin-sama! Aparece rápido y sálvame ¡No quiero ser comida!

*Unos metros más abajo en otra cueva*

Miki luego de haber reunido a todas las ratas-topo desaparecidas estaba por regresar al camino principal cuando la nevada comenzó a caer y no tuvo más opción que buscar refugio, para su fortuna se había encontrado nuevamente con el padre de Ranka quien también estaba buscando resguardarse ambos entraron a una pequeña cueva. 

El lado negativo es que Miki no estaba para nada acostumbrada al clima tan frío del lugar y mucho menos estando en ropa interior, estaba llegando a un punto que sufriría de hipotermia. 

—¡Tenemos que calentar a la kaichou! —decían algunas ratas—. Sí tan solo tuviéramos algo esponjoso y cálido... ¿Esponjoso y cálido?

Las ratas al decir esto se fijaron en el padre de Ranka, su pelaje ciertamente lo protegía más del frío y no tuvieron más opción que rogarle que la calentara, acercándose a ella y abrazándola para cubrirla.

—¡¿Están locos?! —preguntó el padre—. Si alguien nos encuentra en una situación así...

—No le diremos a nadie.

—S-señor —decía Miki con voz débil—. Olvídese de mí... Lle-lleve a mis amigos a las cabañas. S-sálvelos .

«—¿Está poniendo la seguridad de su manada por sobre la suya...? —Pensaba el Sr. Ookami. «—Eso es lo un verdadero jefe hace» 

El padre de Ranka luego de dudarlo unos cuantos segundos más por fin tomó valor y caminó hasta llegar a Miki a quien abrazó y rodeó para con su pelaje darle calor. Luego de ciertas advertencias de las otras ratas sobre que no intentara nada raro se escucharon unos pasos que se aproximaban a la cueva. Esos individuos eran Cal y Romina.

—¿Interrumpimos algo? —preguntó Cal.

—¡¿Señor Ookami, qué está haciendo?! —preguntó Romina.

—¡N-no no es lo que parece! —dijo nervioso el lobo—. Yo tan solo...

—¿Conoces a este pervertido? —interrumpió Cal— ¿Quién es usted? No, olvide eso, hágase para allá que también me estoy congelando. 

Cal se acomodó al lado del lobo mientras que abrazaba sus piernas, contrayéndose lo más que podía. Romina comenzó a explica que era lo que estaba pasando y el Señor Ookami rápidamente también quiso aclarar el malentendido.

*De vuelta a la cueva anterior pero unos metros antes de la entrada :v* 

La ventisca había alcanzado su punto más fuerte y la mayoría de los animales habían regresado a las cabañas, se había acordado que continuarían la búsqueda al día siguiente cuando las condiciones fueran mejores, sin embargo Leyi y yo no nos detendríamos, y más porque ya habíamos encontrado su rastro sin embargo:

—¡Resiste ahí compañero! —le dije a Leyi.

—Mike, mis piernas están congeladas —me respondió mientras caía en la nieve— ¡Tendrás que cortármelas con una sierra!

—No Leyi ¡No puedo hacer eso! —le respondí.

—¡¿Por qué no?!

—¡Por que ya me amputé ambos brazos! —grité mientras me daba la vuelta y mostraba las mangas de mi chamarra. 

—¡No! —gritó el lobo. 

Leyi se puso de pie y se limpió toda la nieve que estaba en su uniforme mientras que yo me acomodaba la chamarra, mostrando mis brazos. 

—¡Siempre quise hacer eso! —dijo Leyi mientras reía. 

—Y yo —le respondí, pero luego me puse en un tono más serio—. Pero en verdad, debemos encontrar algún lugar para refugiarnos, así no es imposible seguir.

—Y yo ya me cansé de llevarla —se quejó Leyi.

—Sí, sí. Como acordamos luego de eso será mi turno.

Avanzamos un poco más y Leyi soltó un suspiro mientras se acomodaba la soga que llevaba sobre los hombros. Debido a las condiciones del ambiente y a que el traje de Aby estaba totalmente cubierto con agua ella literalmente se congeló. Y para su mala suerte al principio no tuvimos cuidado así que a ella sí se le había roto un brazo. 

Seguimos caminando un par de segundos más cuando por fin logramos ver a Ranka, Miyubi, Meimei y Yukari. Miyubi caminó fuera de una cueva y como era de esperarse murió casi al instante por las condiciones del clima y luego del clásico grito de Ranka inició un momento sentimental entre las hembras así que decidimos no interrumpir, de hecho ni siquiera habían notado nuestra presencia. 

—Debemos escalar —dijo Ranka con decisión.

—¡Sin Jin aquí no podremos alcanzar la cima! —le reclamó Meimei.

—¡Aún así! —le respondió ella— ¡Quiero volver a ser su jefa! ¡No quiero dejar que la muerte de Miyubi sea en vano! Es por eso que llegaremos a la cima, y necesito que me sigan Yukari, Meimei.

La panda y la koala intercambiaron miradas un segundo, para luego hablar.

—Esta vez sí que sonaste como una jefa. Está bien, iré contigo —dijo Meimei.

—Yo te seguiré incluso a la muerte —dijo Yukari.

—Chicas... —Ranka parecía que iba a llorar de felicidad.

—Ey, ¿Ya terminaron? Podemos irnos —decidí que era momento de meterme en su conversación. 

Las tres nos miraron sorprendidas y tanto Yukari como Meimei saltaron hacía mí.

—¡Mike-san! —dijeron las dos emocionadas— ¡Estamos salvadas!

Qué rápido desecharon a Ranka a la primer oportunidad, pero preferí no decir eso. Pero dejando eso de lado tuvimos que seguir el plan de Ranka, era cierto que si llegábamos a la cima sería más sencillo poder ver el mejor camino hacía las cabañas, que por cierto estaban en la montaña de al lado, ni siquiera entendía como las cuatro habían acabado aquí. De no haber sido por el olfato de Leyi no las hubiéramos encontrado. 

—¡Tengo hambre! —se quejaba Meimei—. Mike-san, dame comida.

No tenía nada de bambú que ella pudiera comer, así que le pasé el brazo congelado de Aby y ella sin siquiera detenerse a revisarlo le dio un par de lengüetazos y una mordida para luego percatarse de lo que era, solo soltó un grito y terminó por desmayarse. 

—¿Aby-san estará bien? —preguntó Yukari nerviosa.

—Cierto es la primera vez que lo ven —dije—, sí no se preocupen, le volverá a crecer. Solo es cuestión de acostumbrarse, es como ustedes que tuvieron que acostumbrarse a las múltiples muertes de Miyubi.

Luego de seguir caminando por fin llegamos, aunque Ranka resbaló y estuvo apunto de caer con todo y Miyubi de no haber sido porque alguien pasó corriendo entre nosotros y la salvó, ese alguien era Jin. Lo malo, el peso de ambas hembras impedía que Jin pudiera subirlas; Lo bueno, es que Ferril también apareció de la nada y ayudo a levantar a los tres, luego arrojó a Jin y se puso a lamer a Ranka mientras le pedía disculpas.

—¿Cómo es que nos encontraste Jin? —le pregunté mientras lo ayudaba a ponerse de pie.

—Supuse que el perro estúpido trataría de alcanzar la cima por alguna razón —respondió limpiándose la nieve—, así que solamente fue cuestión de llegar aquí. 

Ranka llamó a Jin y ambos intercambiaron miradas.

Jin simplemente dio media vuelta y comenzó a caminar. Ranka bajó la mirada con tristeza.

—Estúpido perro —la llamó Jin— ¿Qué esperas? Apúrate y volvamos a las cabañas. 

Ranka movió la cola feliz y corrió hasta llegar al lado de Jin.

—Bueno, lo que empieza bien termina bien... supongo —dijo Leyi.

—¡Espera! —gritó Yukari— ¿Eso es todo? ¡¿Después de todo lo que nos hicieron pasar simplemente actuarán como si nada hubiera pasado?!

—Bueno —le acaricié la cabeza para reconfortarla—. Siempre podrás decir que al menos lograste escalar una montaña.

—Sí, creo que tienes razón.

—Y hablando de eso, ¡Jin! —le llamé— ¿Cómo llegaste aquí tan rápido?

—Por teleférico. 

Jin apuntó hacia una dirección y pudimos ver la estación del teleférico, de hecho Hitomi estaba ahí, esperándonos. Ella nos saludó cuando notó que la estábamos viendo. 

—¡Ah! —suspiró Yukari y luego habló con una voz muerta—. Siento que mi mayor logro en la vida se está escapando de mis manos, dejando solamente el recuerdo de estar perdida en medio de una ventisca.

Justo cuando terminó de decir esto, el Sol comenzó a salir, dándole un toque más poético a su frase.

Sin decir más los miembros del club de cocina subieron a una cabina, mientras que Leyi, Aby, Ferril por su tamaño y yo tuvimos que subirnos a otra.

—Que puedo decir... vaya nochesita —dije mientras sacaba un largo suspiro.

—Escalaste una montaña, encontraste a las chicas y de no haber sido por Jin te hubieras llevado el crédito, pero lo hiciste bien —me dijo Leyi—, creo que ha sido el mayor logro en tu vida.

—Nada mal chimpancé —dijo Ferril.

—¿Oigan que es eso? —dije mientras veía por la ventana de la cabina.

Un agujero en la nieve se abría y de él salían varias ratas, Cal, Romina, el lobo desnudo y Miki; y ella por alguna razón se acercó a ese lobo y lo abrazó profundamente ¡¿Por qué lo hacía?!

Cal y Romina nos vieron desde el suelo, luego vieron la escena y volvieron a vernos con cara de sorpresa. El lobo también primero vio a la cabina en la que estaban los del club de cocina, luego su mirada se clavo en Ferril y tuvo una expresión de incredulidad, Miki por su parte era la única que se veía que disfrutaba del abrazo.

—¡¿Qué se supone que está haciendo el Señor Ookami?! —preguntó Leyi.

—¿Por qué mi padre está abrazándola mientras ambos están tan poco vestidos? —se preguntó Ferril.

"¿Señor Ookami?" "¡Padre!" ¿Todo este tiempo se trató del padre de Ranka y Ferril?

—¡Ah! —suspiré y luego hablé con una voz muerta—. Y es así que mi mayor logro en la vida se está escapando de mis manos, dejando solamente el recuerdo de cómo mi novia me engaña con el padre de una amiga.

*****

Bueno, hasta aquí este mini-arco. Espero que lo hayan disfrutado. Y como siempre muchas gracias por leer. 

Ya saben que si les gustó o no pueden hacermelo saber por medio de sus votos y/o comentarios.

Ahora sí que se acabó el relleno y ya iniciaré el segundo año la siguiente semana con la posible doble actualización que mencioné la semana pasada, pero eso depende de si tengo tiempo. Así que no se hagan muchas ilusiones :v

Sin más por decir: Nos vemos en el siguiente capítulo :)

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