El festival (parte 3)
*En el concurso de Miss Hembra*
—Finalmente estoy tan cerca de ti, hembra humana —murmuró la Baiji— Ahora, sólo tengo que hayar una forma de llevarla conmigo para...
—Bien, ahora escuchemos lo que nuestras participantes tienen por decir —habló el castor a través del micrófono—, preséntate con entusiasmo.
—¡Silencio! Estoy haciendo un monólogo que...
La delfín miró a la multitud que la veía expectante. No pudo evitar sentirse incómoda ante todas esas miradas y terminó por ceder.
—S-soy Yangyang.
—¡Un aplauso para Yangyang-chan!
Toda la multitud empezó a aplaudir y a vitorear a Yangyang. Lo mismo hicieron con todas las demás participantes. El concurso se estaba realizando con naturalidad, las participantes realizaban lo que el maestro de ceremonias les pedía, y tanto los jueces como los mismos alumnos votaban para saber quien era su favorita entre las competidoras, de momento las posiciones iban:
1°lugar: Meimei
2° lugar: Hitomi
3° lugar: Yangyang
La competencia de twister era la próxima, todas las participantes competían en pareja, la primera en caerse quedaba eliminada. La ronda entre la delfín y Hitomi avanzaba con intensidad, ambas chicas se encontraban en una posición bastante enredada, Yangyang ya no pudo completar su movimiento y cayó.
—¿A caso perdí contra una humana? ¡Nunca pensé que experimentaría una humillación de este estilo! —pensó la delfín.
Hitomi le ofreció la mano, para ayudarla a ponerse de pie.
—¿Estás bien? —le preguntó.
Pero Yangyang simplemente la rechazó. Recordando que su objetivo era capturar a Hitomi.
—Solamente estoy participando en un evento tan vulgar como este para poder cumplir con las ordenes de la jefa. Sin embargo no puedo soportar la humillación de perder contra ella, de lo contrario le traería vergüenza a toda mi especie.
—¡Para nuestro siguiente evento, las competidoras nos mostrarán sus talentos ocultos! —dijo el castor.
Yangyang fue la primera en hacerlo, su talento consistía en canta bajo el agua.
Una característica de los delfines es que pueden vibrar sus cráneos emitiendo sonidos, los cuales se transmiten bien por debajo del agua.
Mientras la delfín cantaba Hitomi por fin pudo ver a Anne entre la multitud, ella se estaba retirando y rápidamente quiso ir a alcanzarla abandonando la competencia. Para cuando la miembro del Equipo Ex había terminado su espectáculo Hitomi ya había desaparecido.
—¡Significa que he ganado! —dijo Yangyang cubriéndose con su abanico.
Las demás participantes siguieron con la competencia.
—Y por último, en colaboración con el club de cocina. Es hora del concurso de comida.
Yukari aparecía en escena llevando consigo un carro lleno de platos de dudosa procedencia. Absolutamente todos parecían dudar debido a su apariencia y olor. La prueba ya había comenzado pero nadie se atrevía a probar bocado.
Los animales pueden saber si algo es comestible o con tan solo oler.
Por unos momentos todos se quedaban en silencio pero la multitud empezó a animar a las participantes para comer, únicamente Meimei sabía lo que era, sin embargo la otra chica por su parte no tenía sentido del olfato como cualquier otro delfín, así que ella fue la primera en probarlo.
Su mirada era de asombro, le había gustado. Yangyang empezó a comer descontroladamente ganando la competencia por devorar casi todo.
—Ah, la vida premia a mi cuerpo extinto de nuevo, me siento tan realizada, tan llena de vida. Debo agradecer a la cocinera por recordarme el placer de comer algo tan delicioso —pensó Yangyang.
Cuando el evento finalizó ella se acercó a Yukari, quien estaba con algunos conejos más.
—¿Qué fue lo que usaste para la comida? —le preguntó.
—**** —respondió Yukari feliz—, todos mis amigos conejos nos ayudaron.
—¡Yangyang-chan! —dijeron ellos— es la primera vez que alguien además de Yukari disfruta de nuestros placeres ¡Nos sentimos tan felices!
Por un momento ella quedó en shock, y a los pocos segundos cayó al suelo totalmente derrotada por comer cantidades industriales de ****.
*Mientras tanto con Hitomi y Anne*
—¡Anne-chan! —llamo Hitomi a su amiga.
Anne se sorprendió tanto de ver a Hitomi en bikini que cayó al suelo con una hemorragia nasal, pero se recuperó a los pocos segundos, con su sacó le cubrió la parte superior de su cuerpo.
—Me preocupé por ti, Anne-chan, porque no pude verte ¿Anne-chan, pasa algo?
Pero la voz de la jefa de Anne resonaba por su cabeza.
—"¿Qué pasa Anne? Captúrala ahora que están solas"
—No quiero —dijo Anne.
—¿No quieres? —preguntó Hitomi.
—"¿Por qué? No me digas que es tu amiga, recuerda que los humanos nos llevaron a la extinción, no podemos ser sus amigos. Ella solo te aprecia porque piensa que eres humana ¿realmente piensas que cuando descubra que la engañaste querrá seguir siendo tu amiga?
—¿Anne-chan? —preguntó Hitomi al ver la mirada perdida de su amiga—. Ven, vamos por Yena-kun y así los tres podremos divertirnos.
—Lo siento —dijo Anne.
Sin darle tiempo para responder a Hitomi, Anne le dio un golpe en la nuca que la dejó inconsciente al instante. Ella evitó que cayera directamente al suelo, y mientras la cargaba Yena apareció, viendo toda la escena.
—¡Yena!
—Anne...
—¡Ey! ¿Por qué no me llevas a mí también? —dijo Yena—, se supone que somos amigas ¿No? Déjame cargar a Hitomi.
Yena extendió su mano para alcanzarlas, pero Anne le sostuvo la muñeca.
—Esta fuerza —dijo Yena sonriendo— justo como pensé. No eres humana, ¿cierto?
—No te metas en mi camino —le advirtió Anne.
Anne, colocó a Hitomi en un árbol, para después arrancar una rama y atar una piedra que había golpeado de forma rápida dando como resultado una lanza. Y así empezaron a pelear.
—No me asustas Yena-kun —le dijo Anne—, de donde vengo peleo con hienas más grandes.
A pesar de la fuerza en la mandíbula de Yena, los movimientos de Anne con la lanza eran superiores, era prácticamente una extensión de su brazo, por más rápida que fuera Yena no había posibilidad de acercarse a Anne.
En las luchas contra bestias en la época de la antigüedad, los humanos tenían más posibilidades de ganar si usaban herramientas aunque se estuvieran enfrentando a leones u osos por ejemplo.
—Escucha Yena-kun, no quiero lastimarte —dijo Anne— déjame ir, te puedo asegurar que a Hitomi no le sucederá nada.
—No puedo permitirlo —dijo Yena—, ¡No te dejaré ir!
—Como desees.
*Minutos después*
—¡Por aquí!
—¿Seguros? —preguntamos Aby, Jin y yo.
—Estoy de acuerdo con Ranka —dijo Leyi—, puedo oler el aroma de Hitomi.
—Eso no es todo, Anne y Yena están con ella —dijo Cal.
Los tres perros seguían olfateando el suelo, era bueno que pudieran distinguir varios aromas. Jin y yo habíamos regresado al concurso para ver si estaba ahí, pero Aby dijo que se había ido a la mitad de la competencia.
Después de varios minutos de correr las encontramos en la parte más alejada de toda la escuela, Yena estaba peleando contra Anne, e iba perdiendo. Hitomi estaba inconsciente.
—Perro tonto. Ve con ella —ordenó Jin— Mike-san, vamos.
Yena estuvo apunto de caer pero Jin corrió para atraparla.
—¿Qué es lo que pasa? —preguntó Jin.
—Anne la quiso capturar, dijo que eran ordenes de su jefa. ¡No es humana Jin!
—Entonces es cierto Anne, ¡Realmente eres una neandertal! —dije.
A decir verdad ya tenía una sospecha, luego de que ella tuviera especial atención en ellos me puse a investigar y ella coincidía con las características físicas, por ejemplo en el color del cabello. Siempre hubo más neandertales pelirrojos y de piel clara que sapiens así.
Anne corrió hacia mí, se podía ver que no quería lastimar a nadie, aun así levantó la lanza que llevaba en sus manos, apenas y pude detenerla con mis manos, aunque la piedra en la punta sí que tenía filo.
—¡Cal, Leyi! —grité.
Ellos simplemente la rodearon, pero Anne logró zafarse de mi agarré y dio un salto hacia atrás.
—Ustedes los humanos siempre necesitaron de la ayuda de sus lobos para poder sobrevivir —dijo Anne—, gracias a ustedes nuestras presas escasearon.
Hay una teoría que dice que gracias a que los sapiens domesticaron a los lobos pudieron incrementar su eficiencia en la caza. Como resultado los sapiens cazaban más y los neandertales se quedaban sin comida.
—Anne, no tienes porque pelear, somos amigos ¡Podemos hablarlo! —le dije.
Ella no dijo nada pero con su lanza barrió a los dos perros.
—¡Aby, usa chorro de agua! —dije.
—Seas mamón Mike, no soy de esa clase de cosas. ¿Y por qué estás posando?
—¡Sólo hazlo! —ordené sin dejar de hacer mi pose.
Aby solamente se quitó el casco y le escupió el agua del mismo al rostro.
Cal y Leyi aprovecharon la distracción para morder las piernas de Anne e inmovilizarlas.
—Si realmente eres una neandertal, te has estado conteniendo Anne —le dije—. Tu especie cazaba presas de más del doble del tamaño que todos nosotros.
—No deseo lastimarlos —dijo ella— pero no voy a fallar.
Con la parte trasera de su lanza golpeó la cabeza de Leyi dejándolo aturdido y lo lanzó contra Aby. Lo mismo hizo con Cal.
—Ustedes también vendrán conmigo Jin-san, Mike-kun.
—Anne-chan, detente —dijo Jin—, el problema es con nosotros ¿cierto?
Él corrió hasta quedar a la par conmigo.
—¡Los humanos son mis enemigos! —gritó Anne— ¡Nunca podremos ser amigos!
Anne trató de picarnos con su lanza, pero Jin logró tomarla, aunque le logró hacer un corte en el brazo.
—No seas tonta —le dijo Jin— Mike-san ya nos había informado que posiblemente no fueras humana hace días. A Hitomi-chan nunca le importó eso, sí se sorprendió porque al final nunca pudo tener otra amiga humana, pero dijo que mientras tú fueras su amiga eso ya no importaba.
Jin logró hacer que Anne soltara la lanza y la arrojó lejos de ella.
—Y si Hitomi-chan está de acuerdo con eso —continuó Jin—, supongo que tú también eres mi amiga.
Obviando la vergüenza que Jin trataba de esconder, Anne estaba totalmente sorprendida por lo que le acababan de decir. Me acerqué a ella y la tomé por el hombro.
—Oye, tú también eres mi amiga. Eres amiga de todos los miembros de mi club, de hecho.
Anne seguía sin decir nada.
—¿Qué pasa? —le pregunté.
Pero Anne simplemente nos tiró al suelo mientras nos abrazaba y unas lágrimas salían de sus ojos.
—Y una vez todo está bajo control gracias a ¡Los clubes! Sí, nada más podrá arruinar este bello momento.
Pero el suelo comenzó a temblar.
—¿Tenías que decir ese tipo de frase, jefe? —dijo Cal.
—¿Qué está pasando? —preguntó Jin.
—¡Es la jefa! —dijo Anne.
Y el suelo se partió.
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