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Cuando los clubes se encuentran

Ya saben cómo era la rutina, ¿No? Clases, tratar de no morir en la cafetería con todos los carnívoros, más clases, fin de clases e ir al club. Se había vuelto rutinario. Abrí la puerta del salón.

—¡Esos furros! —saludé como de costumbre.

Pero no recibí ninguna respuesta.... Quizás era porque el salón estaba completamente vacío.

—Mmm, esto es extraño.

La piscina de Aby estaba con su agua estancada ¡Qué asco! Los lugares de Cal y Leyi estaban llenos de pelo como de costumbre. Me agaché para ver la madriguera de Romina.

—¡Mira! —grité—. Con que aquí estaban mis calzoncillos. Cuando la vea tendré que hablar seriamente con ella.

Pero bueno, sin ellos aquí era bastante tranquilo. Pero no tenía razón para estar ahí solo así que salí y caminé por los pasillos hasta que escuché ruidos provenientes del club de cocina. Así que me acerqué para ver qué pedo.

—¡Vamos! —gritó una voz femenina— ¡Únanse a mi manada!

—¡Perro tonto! —dijo otra voz—. Tengo suficiente contigo, no quiero a otros dos perros tontos.

—¡Ey! ¿A quién llamas perro? —gritó alguien— ¡Te crees muy vergas porque eres un chimpancé desarrollado!

¡Momento! Esa era la voz de Cal. Abrí la puerta entonces. Efectivamente dentro estaban todos, Cal peleaba contra el otro humano, Jin. Leyi y Ranka estaban ¿oliéndose? En un rincón estaban dos burros y una cebra jugando algún juego de cartas, no los recuerdo de la vez que nos presentamos pero tampoco nos prestaban atención. Y por otra parte estaban todas las demás hembras junto con Aby y Romina hablando tranquilamente.

—¡Jefe! —dijo Cal apenas me vio—. Permiso para morderlo.

Cal enseñó sus colmillos y Jin parecía molesto.

—¡Ey tú! —me señaló—. Controla a tu perro.

—Cal, no soy tu jefe. Si lo quieres morder o no, no es asunto mío. —dije—. Pero no seas tan tonto para hacerlo. Tu Leyi, deja de olerla. Y ustedes dos ¿Me pueden explicar qué están haciendo aquí?

—¡Oh! Yo. Yo —Aby alzó la mano—. Todo empezó cuando estaba en mi antiguo colegio... Estaba tranquila disfrutando del agua cuando me mandaron a llamar y el director dijo algo como "Oh soy viejo y feo para estas cosas, bla, bla. Aby has sido seleccionada y te vas a Japón". Después de eso subí a un avión, llegué aquí aunque los detalles son un poco confusos, pero recuerdo que me inscribí aquí, en mi primer día encontré un estanque para poder refrescarme y fue entonces cuando ustedes aparecieron y los conocí.

Todos se quedaron callados.

—¿Qué? —pregunté confundido.

—Tú quisiste saber qué hacíamos aquí —respondió ella.

—No, yo me refiero a... Olvídalo —me froté las sienes. A Aby a veces era mejor ignorarla.

—Luego de que salimos de clases nos topamos por los pasillos —empezó a habla Romina—. Entonces llegó la panda nos saludó. Cal la miró con indiferencia y ella dijo "¡Oh, qué directo ere". Después llegó Ranka, le dijo a Cal y a Leyi que se unieran a su manada, desde luego que iban a rechazar la invitación pero ella nos trajo aquí y...

—Demasiado largo —la interrumpí— ¿Alguien tiene la versión corta?

—Estábamos caminando de camino al club cuando Memei siguió a Cal. Él la rechazo. Ranka nos trajo aquí. Llegaste tú y bla bla bla... —dijo Leyi.

Sentí una mano en mi hombro. Era Jin quien se veía hasta algo feliz.

—Entiendo por lo que debes pasar amigo —dijo con su pulgar levantado—. Como humanos debemos compartir la carga de lidiar con todos estos estúpidos animales.

Ranka saltó y Jin la atrapó. Ella estaba tratando de lamerle la cara.

—¿Qué hace? —pregunté confundido.

—Reafirmo mi autoridad como líder —dijo ella—. Es muy común que el líder y sus miembros se laman para estrechar lazos.

Miré a Cal y a Leyi que estaban detrás de mí.

—¡Ni siquiera lo pienses wey! —dijo Cal molesto.

—Sí, lo siento Mike —se disculpó Leyi—. Pero no eres mucho mi tipo.

—Puedes lamerme a mí —me dijo Aby—. Es obvio que soy un miembro fundamental de este grupo y si es necesario que me lamas para que no me vaya y los abandone, haré este sacrificio.

—Como "alfa" —dije—. Quiero establecer un política de No Lamidas. En fin, vámonos alv.

—Espera —dijo Hitomi, sí es a la única que recuerdo bien. Quizá por su atuendo durante la pelea de box—. Mike-kun ¿cierto? ¿No quisieran quedarse y preparar comida?

Ella dijo esto con una sonrisa muy linda, pero sentí la mirada asesina de Jin a mis espaldas.

—¡Ah no hermano! —me susurró—. Consíguete a la tuya.

—Creí que tenías Ranka.

Jin me dio un golpe en la cabeza.

—Sí claro ¿Quién quisiera a ese perro tonto?

Discutimos un poco más pero terminamos cocinando con todos, terminamos en buenos términos la final.

Jin y Hitomi eran agradables, aunque raros... Ambos decían que no habían visto a ningún humano antes, que no fuera de su familia.

Rana y Leyi se llevaron bastante bien, después de todo eran lobos. Cal por otra parte seguía rechazando a todos. Sus instintos de coyote seguían alejándolo de casi todos. Y eso por alguna razón prendía a Meimei quien cada que se intentaba acercar a Cal éste la rechazaba.

Yukari y Romina comían **** era realmente asqueroso. Miyubi estaba muerta. Los burros y la cebra eran agradables pero decían que no pertenecían al club, principalmente porque esa tal Kuroe se llevaba mal con Jin pero era bastante obvio que ambos tenían esa especie de relación amor-odio. Y al final llegó una gata llamada Kurumi que apenas nos vio nos gruñó y salió por la ventana.

—¿Es normal que haga eso? —pregunté.

—Sí... No suele llevarse bien con los extraños —dijo Ranka.

—Bah, tampoco que es que me gusten mucho los gatos —dijo Cal—. Aunque se ve apetitosa. No como esta acosadora de aquí.

—¿A quién llamas acosadora? —preguntó Meimei.

—¡A ti! —gritó Cal—. Eres molesta para mí, sino estuviéramos en esta escuela ya te habría comido.

Meimei se sonrojó y puso las manos en sus mejillas para tirarse al suelo.

—¡Eres tan malo Cal-kun! —dijo notablemente excitada—. Deberías visitarme más seguido.

Él iba a decir algo pero un panda rojo que se presentó como el representante de Meimei apareció y amenazó a Cal.

—¡No puedes hablarle así a Meimei! —advirtió—. Te pueden ejecutar.

Cal lo sacó volando de una patada y se detuvo en la puerta.

—¿Ya nos vamos o qué? —preguntó molesto.

—Es otra especie de Jin —dijeron las chicas del club de cocina—. No entiendo como ustedes dos no se pueden llevar bien.

—¡Es un perro tonto!

—¡Es un chimpancé arrogante!

Ambos se habían insultado a la vez y chocaron miradas.

—Creo que serán buenos amigos —dijo Ranka—. Mike, si alguna vez quieren probar más comida deliciosa siempre pueden venir aquí. Y quizá podamos juntar nuestras manadas y formar la más grande de toda la academia. Aunque te tendría que retar para ser la jefa.

—Lo siento —respondí—. Pero no los considero a ellos como una manada, sino como compas de mi club y...

—No empieces con tus sentimentalismos —dijo Cal con sarcasmo—. Me harás llorar.

—Idiota —le respondí—. Pero, bueno, vámonos.

Todos salimos del club y nos dirigimos al nuestro.

—Sigo diciéndolo: Son raros —dijo Cal.

—Un poco —respondí.

—A mí ya me cayeron bien —dijo Aby. Aunque para ella era fácil hacerse amiga de quien fuera.

—Por dos —respondió Romina.

—¿Es cierto que Ranka y Jin son pareja? —preguntó Leyi—. Ese humano no es bueno para ella.

Todos lo vimos y él se sonrojo de inmediato.

—Digo, digo. Como lobo ella debería tener orgullo y no conformarse con menos.

Todos se cagaron de risa por lo que decía. Pobre Leyi, de por sí era aquien más molestaban en el grupo, ahora con esos obvios sentimientos por Rankalo molestaríamos más.

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