¿Cómo sería salir con...?
*En la habitación de Cal y Mike*
—¡Ey,¿pero qué pasa?! ¿Todo bien, todo correcto? —preguntó Leyi apenas entró.
—Y yo que no me alegro —respondí—. Si tuviera más opciones preferiría estar con alguien más.
—A veces puedes ser algo cruel con tu bro, Cal —me dijo.
—No somos bros, "hermano". En fin, ¿Qué te puedo ofrecer? ¿Té? ¿Agua? ¿Unas patadas en la cola?
—Con el té basta —me respondió mientras se sentaba en el suelo.
Había invitado a Leyi a jugar con la consola de Mike, era fin de semana y el bastardo se había ido a una cita con su novia y no tenía nada mejor que hacer que esto. Le serví el té al lobo y seguimos jugando un par de horas.
—¿Cómo crees que le esté yendo a Mike? —pregunté sin dejar de mirar la pantalla.
—Supongo que bien, espero... Oí que Miki violó a Mike cuando estaba en celo.
—¿Te lo puedes imaginar? —pregunté—. Siempre he visto a la presi como alguien tímida, pura y recatada... Se me hace difícil creer que ella hizo algo así, y de haber sucedido apuesto que fue el jefe quien se sobrepasó con ella.
—Sí, a veces Mike puede ser algo pervertido, es lo opuesto a Miki... ¿Cómo será salir con ella?
*En la mente de Leyi /Cita con Miki*
Estaba ansioso de veras, sería mi primera cita con Miki Hadano, presidenta del consejo estudiantil, la persona más poderosa en toda la Academia Seton...
—¡Leyi-kun! —gritaba Miki.
Mientras corría podía ver su pechonalidad subiendo y bajando con cada paso que daba. Miki portaba un vestido largo blanco pero bastante fresco con un sombrero que la cubría de los rayos del Sol.
—¡Perdón por llegar tarde Leyi-kun! —se disculpó ella cuando estuvo frente a mí.
—No te disculpes por eso —le respondí mientras la tomaba del mentón y la forzaba a mirarme a los ojos.
—Leyi-kun... dijo sonrojada.
—¡Discúlpate por ese vestido! —dije—. Esa combinación te queda fatal, deberías usar un color más oscuro y menos holgado que haga lucir tu figura, y con ese sombrero te vendrían muy bien unos lentes de sol para darte un look más casual.
Miki me miró en silencio y sin expresión alguna en su rostro. Como si de verdad hubiera matado el ambiente.
—P-pero esto es todo lo que tengo ¿En serio no te gusta?
—¡Pues no mi ciela! —le respondí mientras le daba vueltas una y otra vez para terminar de apreciar su estilo—. ¡Olvida todo esto, iremos a comprarte algo de ropa que te quedará di-vi-na!
—¿Y qué hay de nuestra cita?
—Ya habrá tiempo para eso después. Está es una emergencia de moda ¡Urgente! ¡Vamos!
La tomé de la mano y comencé a correr a la tienda de ropa más cercana.
*Fin de la alucinación*
—Tienes que estar bromeando... —dije.
—¡Oh jojo! Estoy hablando muy en serio —río— ¿Y qué hay de ti? ¿Cómo piensas que sería tener una cita?
—¿Con la presi? —dije mirando al techo—. Honestamente no es mi tipo, no puedo imaginármelo.
—Bien, ¿Qué otras hembras conocemos? Mmm... ¿Qué tal Meimei?
*En la mente de Cal / cita con Meimei*
A: Cal no está consciente que Meimei es una masoquista, su cerebro no le da para más xD así que piensa que las acciones que normalmente la excitarían en realidad le aterran, le lastiman o cosas así.
—Llegas tarde peluche. —dije apenas la veo.
—¡Ah Cal-kun! —dijo Meimei— ¡Eres muy malo conmigo!
Y a pesar de esto se lanzó directo a abrazarme y se colgó de mi cuello.
—Veo que no le temes a resultar herida —le dije mientras la atrapaba entre mis brazos y me acercaba a su cuello—, luces apetitosa.
—¿Luzco apetitosa? ¿Quieres comerme? —dijo aterrada.
—Apetitosa e indefensa. Me sería muy fácil morderte y alimentarme de tu carne —dije babeando—. Pero no sería divertido después.
La bajé y la llevé a un restaurante a comer. En ocasiones Meimei me compartía de su comida pero el bambú no era nada apetitoso y no tuve más opción que rechazarla. Después la llevé a ver una película de terror para divertirme escuchando sus gritos y ver su cara aterrada.
*Fin de la cita*
—Es sorprendentemente romántico y seductor viniendo de ti —dijo Leyi.
Le di un golpe en la cabeza por ese comentario.
—¿Qué clase de monstruo si corazón crees que soy? Aunque tratándose de esa panda sí que prefiero ser rudo y molestarla, estoy seguro que así dejará de molestarme y de pegarse a mí en cada ocasión que pueda... Bien, tú turno, tu pareja esta vez será Aby.
—Mmm, me la dejaste difícil —respondió.
*En la mente de Leyi/ Cita con Aby*
—¿Y qué quieres hacer tú —le pregunté a Aby.
—No lo sé, ¿qué quieres hacer tú? —me respondió
—No lo sé, ¿qué quieres hacer tú? —volví a insistir.
Llevábamos un par de minutos caminando en círculos preguntándolos el uno al otros, Aby al ser ella realmente no salía mucho y más bien no se esforzaba en moverse. Y nuestras únicas opciones eran ir a cualquier lugar con agua para que ella pudiera disfrutar.
—¿Quieres ir a nadar? —sugerí.
—¡Andando! —gritó ella con emoción.
Al llegar a una piscina pública ella no tardo ni dos segundos en quitarse toda su ropa mostrando su traje de baño que siempre usa en lugar de ropa interior y saltar directo al agua para empezar a nadar de una forma artística que embobaba a todos.
*Fin :v *
—¿Y ya? —pregunté.
—Pues wey, al menos podrías disfrutar de las vistas del cuerpo de Aby... Y claro, el arte de sus movimientos al nadar.
—¿Siempre tienes que salir con algo que arruine la frase anterior?
—Tu turno, ¿Qué tal Miyubi? —sugirió.
*Mente de Cal/cita con Miyubi*
—Sabía que era lenta, pero ya lleva cinco horas de retraso —dije para mí mismo mirando mi reloj.
La gente pasaba y me miraba con cara de "A este pobre pendejo ya lo dejaron plantado". Aunque sé que no es así me pregunto si habrá muerto un par de veces en el camino ¿Murió mientras cruzaba la calle y la atropellaron? ¿Siquiera pudo llegar a la calle?
—Cal-san, lamento la tardanza —dijo finalmente una voz sacándome de mis pensamientos.
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—Descuida, ahora que lo pienso hubiera sido mejor que yo fuera a buscarte —dije rascándome la cabeza— En fin, lamento decirte que nuestra reservación en el restaurante ya venció.
—Sabía que algo así podía pasar, así que preparé esta comida ¿Qué te parece si vamos a un parque y la comemos ahí? —sugirió.
—Está bien, andando.
Le di la espalda un momento y me agaché hasta quedar casi de rodillas.
—¿Cal-san, qué haces? —preguntó.
—Lo obvio, te cargaré para llegar hasta allá. No seas tímida, sube.
Ella asintió y sentí su pecho tocando mi espalda y mis manos tocaban su trasero para sostenerla bien. ¡Bien Cal, usa tu voluntad de hierro y evita ese sangrado de nariz!
—Cal-san, tu espalda es más cómoda que la de Jin —Miyubi habló en mi oído—. Quisiera que fueras tú quien me cargara todos los días.
No lo evite más y la sangre salía a cataratas, por la misma pérdida de sangre no tuve más fuerzas y ambos caímos al suelo.
Ambos ¡se murieron!
*Fin de la cita*
—Sí, creo que eso sería lo que arruinaría el ambiente romántico de la situación —dije.
—Sí dejases tus impulsos sexuales a un lado y te fijases más en su personalidad estoy seguro que la última parte de eso se podría evitar, creando una atmósfera digna de cualquier Manga Shoujo que pudieras leer.
—No me pidas que deje de ser macho —le dije.
Entonces las puertas de la habitación se abrieron y entraron Aby y Romina.
—¿Qué hacen? —preguntó Aby.
—Más bien ¿Qué haces tú? —le preguntó Leyi.
Aby había entrado como si fuera su propia casa y se acostó en la cama de Mike mientras de debajo sacaba una bolsa de frituras.
—Es día libre, así que es obvio que en relajo, tonto —respondió Aby.
—Por cierto ¿Dónde está Mike? —preguntó Romina.
—En este momento debe estar apareándose con la presi —respondí.
Ella empezó a rechinar sus dientes y su aura cambiaba a una de enojo total.
—Me sorprende que Mike ya esté tan avanzado —dijo Aby.
—¿A qué te refieres? —preguntamos.
—Duh, justo como en estos manuales Mike ya está gozando la fase de popularidad en la que vive feliz a lado de su pareja, mientras que Romina se da cuenta que lo puede perder, y decide desafiar a la señorita presidenta por su amor, mientras que inesperadamente surgen un par de rivales más. —dijo Aby mientras levantaba un par de mangas.
—¿Desde cuándo lees mangas? —preguntó Leyi.
—Más bien ¿Sabes leer? —pregunté.
—Están en japonés, así que solo miró los dibujos, pero siguiendo la historia del harem es momento de que todas las posibles parejas de Mike se desafíen de una forma amistosa para ver quién lo va a conseguir al final.
—Aby —Romina se aclaró la garganta—. Esto no es una de tus comedias románticas, nada de eso pasará. Mike no cumple los requisitos de un protagonista de harem.
—Pues te tiene a ti, tiene a la señorita presidenta y a esas pequeñas de la sección de primaría. Podría incluso competir para ganarse a cualquiera del club de cocina. Además es un pervertido certificado, y está todo tonto, sólo le falta conseguirse a otra Senpai, y una kohai para encajar en este perfil.
—No, no, no. Eso es imposible —dijimos todos— Obviamente no pasará.
*En la mente de Romina*
Mike caminaba de manera despreocupada en los pasillos hasta que por fin logre alcanzarlo y lo tomé de su manga para llamar su atención.
—¿Qué tal? —preguntó.
—M-mike —le respondí— ¿Estás ocupado después de clase?
—Realmente no —dijo mirando al techo— ¿Por qué la pregunta?
—¿Quisieras... quisieras ir al cine conmigo? —pregunté mientras le mostraba un par de boletos.
—¡Claro Romina! —dijo mientras tocaba mi cabeza con su mano.
—¡Mike-kun! —lo llamó la presidenta—. No pierdas tu tiempo con ella, ya me tienes a mí.
—Yo... eh.
—¡Mike-kun! —llegó Hitomi— ¿No preferirías a una humana? Por ti dejaría a Jin a un lado.
—Mike...-san —entró Miyubi a escena— Prometiste... que... te quedarías... a mí lado.
—¡Ey aléjense de Mike! —gritaba Ranka— ¡Lo lamí hace poco, es mío por derecho!
—Mike-kun, todos sabemos que quieres a alguien fuerte capaz de tratarte como el princeso que eres —decía Anne, mientras apartaba a todas con su lanza—. Sé mi humano y juntos revivamos a mi especie.
Y así hembra tras hembra reclamaba su derecho de estar junto al lado de Mike.
¡NOOOOOOO!
*Volviendo a la realidad*
—¡No! —gritaba Romina.
—¿Qué te pasa? —pregunté— ¿Por qué gritas tan de repente?
—Nada, nada —decía con a risa nerviosa— Es, sólo que pensaba en lo que dijo Aby.
—Ah, ya te asustó lo del harem, ¿verdad? —decía mientras reía.
—¿Qué hacen todos aquí? —preguntó Mike.
Él por fin había llegado.
—¿Qué tal tu cita, jefe? —le pregunté.
—Meh, estuvo bien creo —se encogió de hombros—. Pero tratándose de Miki estuvo incómoda por tener que salir con ropa puesta, por lo demás fue como una salida de amigos realmente. Pero estoy cansado, necesito mi ración de frituras.
—Oh sí, Leyi se las comió —dijo Aby mientras tiraba la bolsa vacía por la ventana.
—¡¿Cómo?! —preguntaron Leyi y Mike.
—Sí, yo lo vi —le seguí la corriente.
—Romina, ¿es cierto?
—A mi no me metas —dijo desviando la mirada.
Mike empezó a golpear a Leyi y a reclamarle por sus frituras.
—Ah, amistades chidas —suspiré.
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