Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 23














Pov Magnus.













(*ω*) Viernes. Cuarto día de castigo. (*ω*)















- ¡Quiero verlo! ¡Quiero verlo! ¡Quiero verlo!

-Él no quiere verte, ¿no viste cómo reaccionó ayer cuando te vio?

- ¡Estaba celoso! Te quiere, por favor Magnus, invítalo a salir... pero primero arréglate la manicura, está terrible, ¿qué te pasó?

-Gracias por traerme Imasu, ahora tengo que ir a ver a Alexander... y a trabajar.

- ¿Crees que pueda ayudarte? –Preguntó entusiasmado.

- ¿No tienes nada mejor que hacer?

-No, en realidad no, mis clases empiezan el lunes, estoy aburrido sin ti, por favor...

- ¡Qué no!

-Por favor...

-Adiós Imasu –musité tan pronto como el chico aparcó en el estacionamiento de la escuela; bajé de mi auto y cerré la puerta de golpe–. Qué molesto eres.

- ¡Me amas! Yo lo sé –dijo bajándose también del auto.

-Espera, ¿qué? ¿A dónde vas?

-A acompañarte.

-Imasu quieto.

-Por favor Magnus –el moreno hizo un puchero–. Déjame ayudarte.

-Consigue amigos Imasu.

-No, cuando estuve acá sólo te tenía a ti, igual que ahora, estoy aburrido.

-Tu vida social es patética –espeté rodando los ojos mientras me dirigía hacia el edificio; suspiré irritado cuando noté que el moreno me seguía.

-La tuya es peor, estás siendo rechazado por todo el instituto y tus dos mejores amigos son unos marginados.

- ¡No te metas con Raphael y Ragnor! Son geniales.

-Yo los recuerdo como dos chicos enjaulados en sí mismos.

-Son geniales, simplemente... odian a las personas.

-Eso se oye tenebroso.

Imasu soltó una risita y me tomó del brazo.

- ¿Qué demonios haces? –Pregunté frunciendo el ceño.

-Vamos, vamos, vamos, quiero conocer a tu chico.

-Imasu... –antes de que pudiera decir algo, el chico me arrastró dentro del edificio y me hizo guiarlo hacia el salón donde ya me esperaba Alexander.

-Magnus... –su rostro se iluminó al verme, pero tan pronto como su mirada se dirigió hacia el chico que estaba a mi lado, soltó un gruñido–. ¿Qué hace él aquí? No me vas a decir que no ha entrado a clases y ya está castigado.

Imasu soltó una risita y negó.

-Por supuesto que no, probablemente lo esté después del lunes.

Yo simplemente me limité a rodar los ojos.

-Imasu ya se iba...

- ¡Claro que no! Así que, ¿es él? –Preguntó acercándose a Alexander, el cual arqueó una ceja mientras retrocedía un par de pasos hasta chocar contra una mesa.

- ¡Aléjate de mí!

Imasu se inclinó peligrosamente hacia Alexander.

- ¡Pero si es que estoy viendo el chico más lindo de todos! Su piel es perfecta, ¿cómo hace para mantenerla así? Estos neoyorquinos tienen una suerte inmensa, mira esos bellos ojos, ay Magnus, tú y tu fetiche de cabello negro y ojos azules –Imasu soltó una risita–. Que cuerpo tan sexy, seguro que es buen deportista, ya lo entiendo, cualquiera se "haría gay" por este chico, incluso yo.

-Imasu, tú naciste gay.

-Lo sé, pero creo que al verlo me vuelto aún más gay.

Yo simplemente solté un bufido y tomé del brazo a Imasu para alejarlo de Alexander.

-Quítate de encima, él es mío.

-Espera, ¿qué? –Preguntó Alexander ahora confundido; sus mejillas estaban totalmente rojas.

- ¿Si ves? ¡Lo hiciste sonrojar!

- ¿Y qué con eso? –Inquirió Imasu confundido.

- ¡Es algo que sólo yo debo hacer! –tomé una regla que estaba en el escritorio de Robert y golpeé a Imasu con ella–. Aléjate de él.

Imasu soltó un quejido pero antes de que pudiera decir algo, Robert apareció cruzado de brazos en la puerta.

- ¿Por qué está aquí?

-Yo también quiero saber eso –dijo Alexander irritado.

- ¡Quiero ayudar! –Musitó mi amigo–. Estoy aburrido, Magnus es mi único amigo y el idiota ha hecho que lo castiguen –señaló como un niño pequeño.

- ¿Y eso qué? Tú no estás castigado –refunfuñó Alexander.

-Eso es cierto, pero... –Robert me lanzó una mirada de advertencia–. Siempre se necesitan más manos, así que hoy les toca podar la cancha de fútbol y regarla.

- ¡Yo la riego! –Gritó Imasu antes de salir emocionado del salón; Alexander me miró extrañado.

-Él es un poco...

-Raro, sí, lo sé.

-Iba a decir entusiasta, pero supongo que raro también sirve.

Yo solté una risita y lo tomé del brazo.

-Bueno, vamos a por ello.

Alexander suspiró pero increíblemente no soltó mi brazo; Robert nos miró completamente orgulloso.




















Pov Alec.






















Lentamente pero en silencio, Magnus y yo nos dirigimos hacia la cancha, cuando llegamos, Imasu ya se encontraba jugando con el agua que salía de la manguera.

¿Pero qué demonios pasaba con éste chico?

- ¡Imasu Morales! –Gritó Magnus soltándose de mi brazo para caminar hacia él; tuve que controlar el impulso de abrazarlo y no dejarlo ir–. ¡Si vas a quedarte, ponte a trabajar, idiota!

Pasaron cinco minutos antes de que Magnus ya se encontrara podando el césped e Imasu se acercara a mi completamente empapado y con un puchero en el rostro.

- ¡Alexander! –me llamó–. Tu novio es malo conmigo.

¿Cómo no? Mis mejillas tomaron un profundo color manzana.

-No es mi novio –musité para mi pesar; Imasu ladeó levemente la cabeza mirándome con curiosidad.

- ¿Por qué no? Magnus es lindo, ¿no te gusta?

- ¿Y a ti? –Imasu inmediatamente hizo una cara de asco y fingió vomitar; yo solo pude verlo confundido–. ¿Qué pasa?

-No, qué asco, claro que no, Magnus no podía ser más como mi hermano, jamás podría verlo así –Oh... maldición, mi papá tenía razón, como siempre–. Así que no tienes por qué estar celoso.

- ¿Qué? –Mis sentidos se pusieron alerta inmediatamente–. No estoy celoso.

-Pero por supuesto que lo estás, estás tan enamorado de Magnus que no quieres que nadie se acerque a él, es muy dulce de tu parte –señaló Imasu mirándome sonriente–. Muchas gracias Alexander.

- ¿Por qué me agradeces? –Inquirí curioso.

-Porque gracias a ti Magnus se dio cuenta que amar no está mal.

- ¿Te refieres a que Magnus se burló de la población gay? –Pregunté frunciendo el ceño.

- ¿Sabes? No estuve de acuerdo con que fingiera serlo, pero aun así lo apoyé, es mi mejor amigo, ¿qué más podía hacer? No creo que se quisiera burlar, solo quería ser aceptado... yo lo entiendo. Él se mudaba cada vez que su papá deseaba, por fin se estableció en un lugar, quería ser parte de algo... me pasó lo mismo, era el nuevo, el niño raro latino homosexual que nadie entendía –Imasu soltó una risita–. En todos los viajes de su padre Magnus aprendió a hablar español, fue mi único amigo. Magnus empezó a fingir ser gay y gracias a él la escuela aceptó que nosotros no somos tan malos. Sí, él cometió errores, no lo negaré, pero también hizo un gran cambio –el chico me dio una sonrisa de revista–. No lo juzgues tan duro, él te ama.

- ¿De verdad lo crees?

- ¡Estoy seguro! –Dijo el chico entusiasmado–. Te lo digo en serio. Magnus jamás estuvo enamorado, siempre se metía con chicas a escondidas, fingía estar interesado por chicos que ni existían, pero cuando te conoció, Whoa, cuando no estaba hablando contigo, me llamaba para decirme lo maravilloso que eras –Imasu miró con adoración a Magnus–. Lo haces feliz Alexander, muy feliz, Magnus siempre ha estado solo, ha necesitado aprobación de los demás, pero cuando te conoció fue realmente feliz, solo por verte, solo por escucharte, solo por estar a tu lado... créeme cuando te digo que Magnus te ama, te ama como nunca amó a nadie... y probablemente como jamás amará a nadie... Magnus... ¡Terminó de podar! –Imasu me besó la mejilla–. ¡Agua!

Yo solo pude soltar una sonora risotada cuando miré al latino correr hacia la manguera para jugar con el agua. Magnus se acercó a mi completamente agotado y mirándome irritado.

- ¿Tuvieron una linda charla mientras yo trabajaba? –Preguntó frunciendo el ceño; yo sonreí y lo tomé de la mano para llevarlo a las gradas, allí donde mi padre nos había dejado una helada limonada.

-Lo siento, estábamos conociéndonos mejor –expliqué mientras le servía un vaso de limonada. Magnus se lo tomó todo de un sorbo; mirándolo divertido, le serví otro vaso–. Tómatelo despacio, te hará daño.

-Gracias Alexander –señaló Magnus sonriéndome–. ¿Y de qué han hablado?

-Oh ya sabes... cosas sin importancia... ahora descansa, yo podaré lo que falta.

-Gracias de nuevo –musitó el chico antes de sentarse en las bancas mientras yo me encaminaba hacia la podadora.

















_


























Demonios, de verdad Magnus si se había esforzado demasiado podando. El calor era insoportable y el campo innecesariamente gigantesco. Estaba agotado, por lo que tan pronto como terminé de podar y recoger la maleza, me tiré en la banca para servirme un gran vaso de limonada... y otro... y otro... y otro más... que bueno que papá había venido a traernos nuevas jarras cada media hora.

Definitivamente lo amaba.

-Recuerda que la limonada es para los tres –me dijo Magnus acercándose a mí. Yo solté un sonoro gemido con mi cabeza escondida en mis piernas y cerré los ojos tomándome lo que quedaba de mi vaso de un solo sorbo; aun con la limonada refrescando mi boca, abrí mis ojos... y se la escupí a Magnus en el pecho... el pecho desnudo–. ¿Estás bien Alexander? –Preguntó él preocupado.












-Estás sin camisa...–señalé con voz queda mientras recorría lentamente aquel hermoso cuerpo descubierto.

Demonios, Magnus era simplemente bello.

-Que observador Alexander –señaló divertido mientras me miraba con una ceja arqueada y con la camisa que tenía en la mano se limpiaba mi escupitajo.

-Lo siento –me disculpé completamente sonrojado.

-No te preocupes, fue solo un acci...

Magnus no pudo terminar de decir aquello, antes de que nos diéramos cuenta, Magnus estaba sobre mí y los dos nos encontrábamos completamente empapados.

- ¿Qué demonios...? –Preguntó Magnus por los dos, pero nuestra pregunta fue contestada cuando miramos a Imasu mirándonos con malicia al tiempo que sostenía la manguera–. ¡Imasu Morales me lo vas a pagar! –Gritó furioso mientras corría detrás del chico, el cual soltó la manguera para huir de su potencial asesino.

Ese par estaba loco.



















(•̪•̪)





















No, no, no quería que nuestro castigo terminara, no quería irme, no quería alejarme de Magnus...

Pero debía hacerlo...

Y lo odiaba...

- ¡Fue muy divertido! –Dijo Imasu mientras terminábamos de cambiarnos de ropa.

Por suerte mi papá me había traído una muda de ropa y bueno, Magnus siempre era muy Magnus, por lo cual siempre tenía en su casillero ropa de repuesto, lo suficiente como para que él e Imasu se pudieran cambiar.

-Sí... hacía mucho tiempo no me divertía tanto –señalé sonriendo mientras terminaba de ponerme mi suéter descolorido.

-Iremos por pizza, muero de hambre –empezó el chico sonriendo mientras se arreglaba el cabello–. ¿Qué tal si vienes con nosotros?

-Pues...

-No puede –interrumpió Magnus una vez se hubo aplicado su purpurina de siempre–. Saldrá con su novio.

Imasu me miró con los ojos abiertos de golpe y, creo yo, por primera vez no supo que responder ante eso.

-No es mi novio –no sabía si le estaba explicando a Magnus o a Imasu, pero quería que quedara claro. Magnus rió amargamente y bufó antes de salir de los baños, yo quise salir detrás de él pero Imasu me tomó del brazo mientras me sonreía amablemente.

-Necesita estar solo, suerte en tu cita...

-Que no...

-No importa, si amas a Magnus al menos la mitad de lo que él te ama a ti, demuéstraselo, lucha por él, pero si no es así... –su rostro se endureció–. Aléjate de él... piensa en lo que quieres, pero no juegues con él. Es mi única familia en Estados Unidos, no dejaré que lo lastimes –dijo con dureza antes de volver a su estado natural, pura felicidad, paz y amor–. Nos vemos el lunes, pasa lindo fin de semana –se despidió antes de salir corriendo fuera de los baños, siguiendo a Magnus.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro