Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

CAPÍTULO XX

A VER QUÉ PASA

Baílame despacio - Xantos & Dynell

Habla claro, no perdamos más el tiempo.

○○○

EN ANTERIORES CAPÍTULOS...

BROOKE

El secreto de Estado: Llevo toda la semana pensando qué escribirte para iniciar una conversación. Buscaba algo con gancho, con ingenio o con un mínimo de gracia. Pero supongo que tanto artificio no me pega y debería haberme limitado a la verdad.

El secreto de Estado: No paro de pensar en ti, Brooke. He vuelto a escribir. A componer de verdad, no a juntar rimas postizas. He vuelto a darle vida al bolígrafo y lo he conseguido mientras pensaba en ti. Gracias. No eres remotamente consciente de lo que me has dado. Me has devuelto algo que creía haber perdido para siempre. Me has demostrado que la inspiración no nace de lo sintético, nace de las personas, de los recuerdos y de los deseos que te crean. Muchas gracias por recordármelo, Brooke. Lo había olvidado.

Brooke: De nada

El secreto de Estado: Por favor, dime que vas a escribir algo más que eso...

Brookie: Acabo de tumbarme en la cama y estoy borracha. Suerte que he leído el mensaje.

Brookie: Un mensaje precioso, por cierto.

Brookie: Ah, y tú también me has devuelto una cosa. Aunque todavía no he conseguido ponerle nombre, pero algo en mí vibra distinto desde que te conozco. Desde que me llevaste a esos baños en la fiesta de One Direction. O quizá desde que me dijiste que Todo saldría bien y, por alguna razón, te creí. Gracias a ti por recordarme que no estoy rota por dentro y que puedo seguir sintiendo cosas.

Brookie: Y también por demostrarme que puedo volver a confiar en alguien.

No sé cuántas veces he releído la conversación, pero creo que voy a colapsar como Sharif no responda en breves. He esperado dos días. ¡DOS PUTOS DÍAS! No puedo concederle más tiempo. Puedo entender que tardes un par de horas, veinticuatro, incluso. Pero ¿Dos días? Tío, tú lo que quieres es hacerme sufrir. No me jodas, macho.

一Por tu cara de mala leche, deduzco que todavía no ha habido respuesta.

Miro a Hunter de reojo y pienso en fingir que no sé de qué está hablando, pero acabamos de salir del gimnasio, estoy cansada y sinceramente no encuentro fuerzas para nada que no sea subir al bus que acaba de detenerse en la parada. Igualmente, no respondo hasta que nos acomodamos en los asientos del fondo del todo. Como he entrado primero, he escogido el lado de la ventanilla y observo la ciudad iluminada mientras Hunter coloca la bolsa de deporte entre sus talones.

一No debería haberle dicho lo que le dije一reconozco, al final.

Hunter para de mover los pies y noto sus ojos en la mejilla al instante, pero no aparto los míos de los edificios que se estiran imponentes al otro lado de la ventanilla. Ha anochecido hace rato, así que el cielo oscuro se cierne sobre todo y sobre todos. Encima, para estar a principios de mayo hace frío.

一¿Qué le dijiste? 一pregunta, confuso.

Joder, no quiero repetirlo. Me da vergüenza.

一Pues...一carraspeo, incómoda一. Básicamente reconocí que me gustaba.

一Ah, bueno一se ríe, como si nada, y vuelve a intentar colocar bien la bolsa de deporte para que no moleste al resto de pasajeros一. Pero eso ya lo sabíamos todos. Tampoco desvelaste ningún secreto.

Miro a Hunter al instante y frunzo el ceño al ver su expresión. No me gusta esa sonrisa suave a caballo entre la diversión y la ternura.

一¿Cómo que eso ya lo sabíais todos? 一repito一. Soy muy disimulada.

Hunter, que tiene el pecho casi tumbado en las rodillas y las manos en los pies, me echa una mirada bastante obvia por encima del hombro. Y, como si eso no fuera suficiente, añade una elevación de ceja que me hace resoplar y volver al resguardo de mi ventanilla.

一Vale, sí, nos liamos y esas cosas. Pero ¿Y qué? No tiene por qué significar nada.

一Os tenéis más ganas que dos perros en celo, Brooke一se ríe一. Si os gustais, pues liaros.

一Mira quien habla一gruño, a la defensiva.

一Eh, eh一se pone derecho enseguida, con el dedito en punta y todo一. No hagas comparaciones locas. Trevor tenía sus razones para no liarnos. Vosotros no tenéis ninguna.

一Claro, porque un primo politoxicómano y un hermano alcohólico no suponen ningún problema.

一¿Para follar? No, creo que no.

Despacio y con mala hostia, vuelvo los ojos hacia Hunter y suelto un resoplido al ver su sonrisita marisabidilla. Se cree que lo sabe todo. Y puede que lleve parte de razón, pero no toda... Además, no me preocupa tanto el acto de follar en sí, como las consecuencias de ello.

Después de aguantar la expresión de Hunter, contengo el impulso de mostrar mi exasperación resoplando y regreso, otra vez, al resguardo de la ventanilla, con la mano en la barbilla.

一Bueno, a lo mejor tampoco ha surgido la ocasión一gruño.

一Por Dios, vives en una residencia y Henzo tiene moto. Si no folláis es porque ninguno se ha lanzado. Tendrías que haberlo invitado a entrar cuando te llevó al autocine.

Ya lo sé, pero quise hacerme la digna porque no quería parecer una facilona. Y ahora me arrepiento porque no habría sido ninguna facilona, pero... No sé. Después de lo de las fotos, de que desapareciera de su piso de esa forma y... No sé. Se juntaron muchas cosas y no quise ensuciar más todavía la imagen que Sharif se había formado de mí.

一Solo quise hacerme de rogar.

一Está bien que quieras que un hombre suplique, pero Henzo ya tiene heridas en las rodillas de tanto arrastrarse. Creo que te toca mover ficha, Brooke.

一Te recuerdo que me ha dejado en visto, Hunter.

Paro de mirar por la ventanilla y me giro hacia él. El sudor le ha pegado algunos mechones de pelo castaño en las sienes y todavía sigue un poco colorado. Si Hunter, que cumple a rajatabla con las sesiones del gimnasio, está así, no me quiero ni imaginar cómo debe lucir una servidora.

Roja y asquerosa.

Gracias. Era justo lo que necesitaba escuchar.

一Ni que vosotros os respondierais todos los mensajes...一resopla一. Mira, Brooke, deja de buscar excusas. Si no quieres follar con Henzo, no folles. Pero si quieres follar con él, folla. Es así de fácil. Él va a seguir siendo tu amigo decidas lo que decidas ¿Qué tienes que perder?

一No sé. ¿La dignidad? 一sugiero, levantando una ceja一. La última vez que follé con un tío que me gustaba acabé huyendo de su casa por un puto vinilo.

一Pero Ayax es diferente一hace un gesto con la mano, restándole importancia—. No caigas en el bucle de comparaciones absurdas que no sales.

一¿Y eso por qué?

一Pues porque Ayax sabía lo que quería一Hunter debe ver que su respuesta no me convence demasiado, porque enseguida añade一: Me refiero a que él no tenía dudas. Quiso algo contigo, lo buscó y evidentemente no lo encontró. De hecho, te portaste un poco mal. Pero eso es otro tema.

Sí, sí que es otro tema que no me apetece hablar.

一¿Y Sharif no busca algo conmigo? 一pregunto, ladeando la cabeza, porque es verdad que eso cambiaría muchas cosas.

Como respuesta, Hunter suelta un bufido divertido y sacude una mano con desparpajo.

一Ese está más perdido que tú, pequeña y desapegada Brookie. Mira, las cosas salen mal cuando las personas no se encuentran en el mismo punto. Pero Henzo y tú os encontráis en puntos tan opuestos de la línea y estáis tan perdidos que un polvo no va a cambiar nada. Ninguno buscáis nada serio porque os acojona el compromiso y sois unos raritos. Sois los amigos con derechos más perfectos del mundo.

一Mhm...一lo considero durante unos instantes一. Pero... Pero es que... Yo...

一No vas a pillarte por follar, Brookie. Directamente, porque ya estás pillada y porque follar solo va a liquidar toda esa tensión sexual mal reprimida. Mi consejo es que folléis. Borrachos, que así sobrepensáis menos.

一Mhm...一vuelvo a pensarlo, pero no me convence del todo一. No sé, Hunter. Tampoco quiero complicar más aún las cosas.

一Las cosas van a seguir complicándose mañana, Brookie. Al menos, aprovechad el descontrol en beneficio propio.

一Madre mía, Hunter一me río, negando con la cabeza一. Serías el peor psicólogo del mundo.

○○○

一No puedes acostarte borracha con Henzo, Brooke一exclama Larichi.

Durante la cena, ha salido el tema de la casa rural que hemos alquilado para el puente de no sé qué santo y Hunter no ha podido evitar presumir de su plan maestro para一y cito textualmente一borrar con un polvo la mala hostia de la cara de Brookie. No es por desacreditar los argumentos de nuestro amigo, pero entiendo que Larichi solo haya necesitado escuchar un tercio del plan para poner el grito en el cielo.

一¿Por qué? 一protesta Hunter, que ha apoyado hace rato el tenedor encima del borde del plato más que relamido. Han servido lasaña: nuestra cena favorita一. Solo sería un polvo.

一No pueden hacerlo borrachos一insiste, escandalizada一. ¿Cómo se te ha ocurrido aconsejarle eso? La conoces igual de bien que yo, es perfectamente capaz de hacerlo y luego arrepentirse.

—Se me ha ocurrido porque hablamos de Brookie一responde, obvio, y no sé cómo debería tomarme eso一. Ha follado con todos estando borracha. Henzo no es diferente. Además, comparten amigos y se gustan. No van a joderse mutuamente.

一Pero Henzo no es comparable a ninguno de los chicos anteriores. Él es...—intenta buscar alguna palabra entrañable—. Él es esa clase de persona que le compra un abrigo rosita a su perro para que no pase frío.

一Y también está más sabrosón, si nos ponemos quisquillosos一concede, asintiendo solemnemente con la cabeza.

一Acostarse borrachos es algo irresponsable, insensato e inconsciente一prosigue ella, haciendo oídos sordos y mirándome directamente a mí一. Además, eso solo complicaría las cosas porque tenéis mucho que perder si sale mal.

○○○

Vale, soy irresponsable, insensata e inconsciente.

Pero también soy una pobre mortal que se ha tirado todo el día viendo a Sharif sin camiseta, con el pelo mojado y guapísimo.

No sé en qué momento hemos llegado al cuarto, pero apenas puedo pensar algo coherente mientras él arranca las sábanas de un zarpazo. Vaya. Con las prisas, no hemos encendido la luz, pero como los farolillos del porche que rodea la casa continúan encendidos, en la habitación entran pequeños y amarillentos haces de luz que alumbran parcialmente el dormitorio.

一Que salvaje一bromeo, divertida.

Sharif me mira y se ríe, pero en sus ojos brilla algo oscuro que consigue que mi estómago se retuerza. Entonces, él se acerca, me pone una mano en la mandíbula y me derrito entre sus brazos cuando me besa y pierde los dedos entre mis muslos.

Creo que necesitamos algo de contexto...

¿Contexto? Ah, sí. Supongo que hace falta.

Bueno, hace un par de semanas el grupo decidió alquilar una casa rural para el puente y pasar unos cuantos días en el lago. Rash, como buen padre y adulto con cabeza, se encargó de organizarlo todo y ahora los chicos beben en el porche de fuera mientras Barrilete araña nuestra puerta desde el otro lado, lloriqueando.

一Tu hija te reclama一murmuro.

一Papá está ocupado.

¡Eso no es ningún contexto! Ya me encargo yo.

QUINCE HORAS ANTES

一Nada de acostarse borracha一me advierte Larichi mientras colocamos las maletas en el bordillo de la acera一. Las cosas no se solucionan así.

一Yo follé borracho con Trevor y todo salió bien一canturrea Hunter por ahí atrás, recostado en la señal del parking de la residencia一. De hecho, ahora somos pareja.

一Pero lo tuyo es muy diferente. Mira, Brookie, yo me acosté borracha con Rash y no repetiría.

一Pero si quedasteis para hablar y dijiste que fue bien一replico, confusa.

一Hablar las cosas y que vayan bien no quita la incomodidad de después. ¿O crees que es una simple casualidad que tú y yo vayamos a ir en el coche de Henzo en vez de en el de Rash?

一Mhm... Supongo que no.

Larichi no insiste más y me mordisqueo el labio inferior con inquietud. Tengo la cabeza hecha un lío tremendo. Menos mal que los chicos tardan muy poco en llegar y no me da mucho tiempo a sobrepensar las cosas. Los tres bajan de los dos coches que han traído para saludar y ayudarnos a cargar las maletas en los maleteros. Barrilete salta a la acera y corre a saludarme, meneando el culo y soltando ladridos chillones.

一¿Cómo está la niña más guapa? 一me arrodillo para acariciarle la cabeza y ella me da un lametón.

Oigo el sonido de unos pasos a mi derecha y cuando giro la cara encuentro unas piernas tatuadas y unas Jordan verdes y blancas que indudablemente pertenecen a Sharif. Subo los ojos por sus bermudas rotas, su camiseta negra con el dibujo del David de Miguel Ángel masticando chicle, su sonrisita eternamente granujilla, unas molestas gafas de sol puestas y una gorra hacia atrás.

一Como se nota que eres su favorita一me dice al tiempo que se acuclilla a mi lado y alarga una mano para acariciarle la barriga a Barrilete, que se ha tumbado panza arriba一. ¿Eh, orejotas? ¿A qué tienes una clara favorita?

Me río y jugueteo con las orejotas del cachorro, que mira a Sharif como si fuera todo para ella. De hecho, tarda muy poco en erguirse sobre sus cuatro patitas y tirarse a sus brazos. Él la coge como si fuera un bebé y se pone de pie como si el perro no pesase casi nueve kilos.

Pues imagínate como te cogerá a ti.

一Bueno一Rash se sacude las manos una vez ha distribuido el equipaje en los maleteros y nos mira a todos menos a Larichi uno a uno一, ¿Cómo organizamos los asientos? Hay que contar con mi amigo Baxter, mi hermano y el de Henzo.

一En mi coche solo caben tres一comenta Sharif一. Barrilete va de copiloto.

一Barrilete no puede ir de copiloto一protesta Trevor al instante一. ¡Es ilegal! Lo he estudiado en los tests. Puede saltar al asiento del conductor y provocar un accidente.

一Es que se me ha olvidado su cinturón y como la siente atrás va a saltar igualmente hacia delante. Es mejor que...

一¿Qué se te ha olvidado el cinturón de la perra? 一Rash levanta una ceja, y sonrío cuando noto como se contiene para no soltar una barbaridad y se vuelve en dirección a su coche一. Menos mal que he preguntado cinco veces antes de salir si lo llevábamos todo...

一¡Pensaba que lo había metido en la riñonera!

一Bueno, pues mientras tú vas a por el cinturón, yo voy a por el resto一empieza a rodear el todoterreno para montarse一. Hunter, ven tú conmigo.

Miro a Larichi de reojo y disimulo una mueca cuando compruebo que sigue enfrascada en su papel de "arreglar" un botón de la blusita de flores que lleva puesta. Todo por evitar el contacto visual con una persona que tampoco ha mostrado muchas intenciones de buscar cualquier tipo de interacción.

一¿Y por qué no te acompaño yo? 一protesta Trevor, ofendido一. Podría morir en el coche de ese irresponsable. ¿Tan poco valoras mi amistad?

一No me ofendo...

一Porque tú eres el encargado de que Henzo no le raye el coche a mi hermano y de que no le multen por exceso de velocidad. Que luego los regalitos llegan a casa de mis padres y no confían en nosotros.

一Que exagerados一el aludido pone los ojos en blanco一. Solo me han multado una vez...

—Al mes—añade Trevor por ahí atrás, enfurruñado.

一Bueno一Rash cierra la puerta del conductor, divertido一. Definitivamente conduces mejor que Baxter. ¿Vamos, Hunter?

一Voy一pero antes se vuelve hacia su novio el quejica, que tarda muy poquito en sonreír cuando lo despiden con un beso corto y una caricia en la mejilla一. Luego nos vemos, rey.

一Adiós...一ronronea, medio derritiéndose. 

Cuando el coche de Rash dobla la esquina, Sharif devuelve a Barrilete al suelo y ya sé lo que va a hacer incluso antes de que se acerque a Trevor.

Luego nos vemos, rey一le da un golpecito suave en la mejilla, poniéndole ojitos golosos.

Trevor tuerce el gesto y lo empuja de un hombro, enfurruñado.

一Cállate.

一¿Vamos a casa, rey? Tengo que coger el cinturón de la niña.

«la niña». Sonrío sin darme cuenta y los sigo a los dos con la mirada cuando se montan en el coche: Trevor de brazos cruzados y Sharif con expresión divertida. Va a estar molestando a su amigo durante todo el viaje, seguro.

一Enseguida volvemos一nos dice el graciosillo desde la ventanilla一. Que Barrilete no se escape. Le ha dado por perseguir a los coches.

一La tengo sujeta一le enseño el extremo de la correa que me rodea la muñeca一. No tardéis mucho.

一Tranquila一masculla Trevor por ahí atrás一. Con este al volante, en dos segundos estamos aquí.

一Por Dios ¿Podéis dejar de tratarme como un kamikaze?

一Pues conduce mejor.

一¿A qué vas andando? 一arranca el coche y enciende la música.

一¡NO! Está muy lejos... Que pereza.

一Pues entonces silencio.

Se les oye discutir incluso cuando doblan la esquina y se pierden en la ciudad. Barrilete tironea de la correa para perseguir el coche, medio lloriqueando, y me pongo de rodillas para tranquilizarla con unas caricias.

一¿Ves como es incómodo? 一murmura Larichi al cabo de un rato一. Ni siquiera me ha mirado cuando le ha pedido a Hunter que lo acompañe.

Tampoco la ha saludado con un beso como nos ha saludado a los demás, pero no lo digo porque no creo que sea algo que Larichi necesite que le recuerden. Ella está de pie, con su faldita pantalón blanca, su blusa de hombros descubiertos y el bolso beige colgado del hombro. Agarra las asas de cuerda con ambas manos mientras mira la carretera. Aunque da la sensación de que para ella, en el horizonte de sus ojos, solo se extiende una montaña de humo, porque tiene la mirada nublada y no persigue ningún coche cuando pasa por delante de su cara.

Me pongo de pie y le doy un apretón suave en el hombro.

一Ya se arreglará一intento contagiarle una sonrisa pequeña一. Es normal que sea incómodo al principio.

一No fue incómodo hasta que volvimos a acostarnos, Brooke一me vuelve a mirar, y suena bastante frustrada consigo misma, cosa que entiendo porque ella nunca se ha considerado una de esas chicas que repiten con su ex una noche loca一. Yo... Yo tenía todo muy claro antes de esa noche y... Y ahora... Ahora es él el que tiene todo muy claro, mientras que yo...

Aprieto los labios y ella suelta un pequeño suspiro de exasperación muy impropio de ella. Se pasa las manos por el pelo, recogiéndose dos mechones tras las orejas, aunque el gesto no parece calmarla demasiado.

一Puedes hacer lo que quieras, Brooke一me dice一, pero no des por sentado que él va a ser quien sienta más que tú. Porque cuando no te sinceras contigo misma sobre lo que sientes, acostarte con esa persona solo destapa todos esos sentimientos de golpe, y no es agradable cuando ya no son correspondidos.

一Yo soy sincera sobre lo que siento一protesto enseguida, como por acto reflejo, como si tuviera la obligación moral de defender esa imagen de chica racional y aséptica emocionalmente que creo dar.

Larichi no dice nada, pero me mira de reojo y sé lo que piensa cuando suelta un suspiro pesado.

一¿Has echado el bikini blanco? 一me pregunta para cambiar de tema, con un tono más casual一. El otro día me compré una parte de arriba de flores muy bonita y tus braguitas blancas quedarían genial.

一Juraría que sí一respondo一. Por cierto ¿Eres consciente de que vamos a ser las únicas mujeres en un grupo de nueve personas?

一Tenemos baño propio, así que no tengo miedo一bromea, divertida一. Y también cuento con Barrilete. Ella es una de las nuestras.

一Barrilete nos traicionaría por Sharif sin dudarlo一le recuerdo一. No podemos confiar en ella.

Como si nos hubiera entendido, la perrilla se vuelve hacia nosotras y saca la lengua, meneando el rabo.

一¿Ves? 一la señala Larichi一. Quiere formar parte del grupo. Tampoco cree en los hombres一añade, exagerando el tono resentido de coña.

Flexiona las rodillas y le acaricia detrás de las orejas, cosa a la que Barrilete tiene debilidad. Entonces, de un momento a otro, tengo a Larichi emocionadísima por un lado mientras por el otro la perrilla, tumbada bocarriba sobre la acera, mueve la pata trasera sin parar.

一¡Mira la pata, Brookie! ¡Mírala!

Al salir de la residencia, he guardado el teléfono en el bolsillo trasero del pantalón porque no me cabía en la riñonera ni en las manos, así que cuando vibra doy un respingo. No me acordaba de que lo tenía en el culo.

El secreto de Estado: Asomaros a la esquina, que si no tengo que dar toda la vuelta.

El secreto de Estado: Por cierto, se me pasó comentarte que no te contesté porque prefería hablarlo en persona.

El secreto de Estado: No me lo tengas en cuenta, he de ocuparme de dos animales con severos problemas de dependencia. (Mi primo y la favorita)

Leo los mensajes y niego con la cabeza, divertida. En el fondo, no puedo enfadarme con Sharif porque yo soy igual. Además, yo ya sabía de su personalidad distraída y de su pasotismo intrínseco; aunque es cierto que esperaba que atendiera más el teléfono por mí...

Brookie: Vale, ya vamos.

Brookie: Barrilete va medio dormida, Larichi le ha dado una sesión intensiva de mimitos.

El secreto de Estado: De locos.

El secreto de Estado: Luego hablamos ¿Vale?

Brookie: Primero quiero cerveza.

Sí soy.

Cuando doblamos la esquina, Sharif espera fuera del coche mientras Trevor toquetea el espejo retrovisor del centro, asegurándose de que la colocación cumple con las requeridas medidas de seguridad. Me sorprende que una persona tan despreocupada como él se vuelque tanto en algo tan quisquilloso como es la orientación del espejo del coche.

Sharif abre la puerta de los asientos de atrás y nos invita a entrar con una floritura.

一Señoritas...

Barrilete, que sospecho que vive enamorada de su dueño, se relame el hocico y es la primera en subirse al coche de un salto. Sharif no espera a que nosotras hagamos lo mismo y mete medio cuerpo en los asientos para abrocharle a la perrilla el cinturón de seguridad, que consiste en una correa de nilón fucsia que se ata al arnés y que en vez de finalizar en mango finaliza en hebilla.

一Bueno一vuelve a sacar la cabeza del interior del coche y nos mira, sonriente一, ya está colocada. Es su primer viaje largo, si se pone nerviosa me avisáis y paramos.

一¿Por qué no la duermes? 一sugiere Trevor desde el asiento del copiloto.

一Porque no pienso drogar a mi perro.

一Tú te drogas一señala el maletero lleno de neveras hasta arriba de cervezas.

Sharif no dice nada, pero luego se sienta en el asiento del conductor, mete la llave en el contacto y lo mira con una sonrisa demasiado postiza, en mi opinión.

一Trevor, ¿Acaso quieres un trocito de salchicha con misterio que te haga tener lindos sueños?

一¿Vas a darme Lorazepam? 一abre mucho los ojos, escandalizado.

Nosotras nos empezamos a reír mientras nos abrochamos los cinturones y Sharif niega con la cabeza.

一Señor, dame paciencia.

El viaje solo dura una hora, pero con Trevor y sus constantes comentarios sobre la conducción de Sharif se hace eterno. Barrilete se ha portado muy bien, aunque al principio se agobió un poco y solo consiguió calmarse cuando Sharif alargó una mano entre los asientos para acariciarle la cara.

一¡Las manos en el volante!

一A este paso irán a tu cuello...

Cuando nos internamos en el camino terroso que conduce a la casa rural, sacudo un poco a Larichi para que se vaya despertando. Siempre se queda dormida en todos los viajes. Rezonga y se hace un poco la remolona antes de soltar uno de sus bostezos de duende y frotarse los ojos con cuidado de no joderse el poco maquillaje que se ha echado.

Los pinos y las olivas desfilan a los lados del coche mientras yo le doy indicaciones a Sharif porque Trevor tiene prohibido hablar sobre cualquier cosa relacionada con la conducción hasta nuevo aviso.

一Ahora a la izquierda.

Con un pequeño bache debido a un hoyo del camino, Sharif se interna en una línea recta que conduce a una casa gigantesca. Rash ha encontrado una ganga. Toda una vivienda de tres plantas rodeada por una bonito porche y una piscina de dos metros de profundidad con tumbonas y sombrillas incluidas. Una valla metálica de color negro protege la casa de posibles ladrones y de miradas indiscretas.

一Bueno, pues ya hemos llegado一aparca el coche en la entrada.

一Gracias a Dios...一murmura Trevor, pero Sharif lo oye y le da una colleja一. ¡Eh! ¿Por qué me pegas?

一Porque sí.

Para no variar, estos dos vuelven a enzarzarse en una discusión tonta mientras Larichi, que aún sigue traspuesta, y yo descargamos el maletero del coche, pendientes también de que Barrilete no se aleje demasiado durante su inspección del terreno.

一¡CHICOS! 一empieza a gritar Trevor de pronto, asustándonos a todos一. ¡CHICOS, YA HEMOS LLEGADO!

一Pero, tío ¿Qué coño haces? 一exclama Sharif, con una mano en el pecho.

一Llamar a los chicos para que vengan a ayudarnos con las cosas, claramente ¡CHICOOOOS! ¡EOOOOO! ¡YA ESTAMOS AQUÍ!

一Joder, hermano, que susto.

Joder, hermano一repito a Sharif, burlándome un poco, ya que últimamente le ha dado por usar esa expresión.

Sharif me lanza una miradita de ojos entrecerrados antes de acordarse de su función de padre, buscar a Barrilete con la mirada y silbar cuando la encuentra más lejos de los límites preestablecidos. Ella para de olisquear el tronco de los pinos que envuelven la casa y se gira directamente hacia Sharif, con una patita alzada.

一¡Sí, te estoy hablando a ti, señorita! Ven aquí ya.

«señorita». Sonrío por la forma de llamarla y sigo sacando neveras y cervezas del coche, apilándolas en el suelo. Los chicos no tardan en acudir a la excesivamente ruidosa llamada de Trevor, que sonríe satisfecho cuando oye abrirse la puerta automática de la valla.

一Joder, menudos gritos一masculla una voz que no conozco一. Madre mía, puto loco de la pradera. Me ha atragantado hasta el cigarro, coño.

Un chico con gorra negra aparece de pronto detrás de Larichi, que da un respingo cuando un brazo tatuado no identificado se cuela por encima de su hombro y engancha una de las neveras.

一Cuidado一avisa una vez ha asustado a Larichi y levantado el brazo con las cervezas.

Ella se aparta de un saltito y ambas nos quedamos mirando como el chaval termina de descargar el coche él solo mientras el resto parlotea en la puerta y nosotras tragamos saliva. Hasta Hunter se ha asomado de reojo para no perderse el espectáculo.

¿Y este quién es?

一¿Tú te habías fijado antes de que no llevaba camiseta? 一le susurro a la Larichi, sin despegar los ojos de los brazos del chaval.

一Puf, tía...

Y con eso me responde.

Entonces, el chico se gira hacia nosotras de golpe.

一¿No pensáis moveros o qué? 一espeta一. Lo estoy haciendo yo todo. Y hace un calor de la hostia.

Ya, ya sabíamos que lo estabas haciendo todo tú solo y que hacía mucho calor.

Ambas damos un respingo y en una secuencia de vergonzosos carraspeos y balbuceos nerviosos nos acercamos a ayudar. De reojo, observo como el chico se cuelga mi mochila negra al hombro y sonrío interiormente. Je, je, je.

一Ella es mi amiga Lara一la presento de pronto, cogiéndola de los hombros y plantándola delante de sus narices.

El chico se pasa el antebrazo por la frente sudada y se queda mirándonos con cara de extrañeza. Como lleva la gorra hacia atrás, el pelo se le pega a los lados de la cabeza, definiendo más todavía la forma de su cara y mandíbula.

一¿Qué? 一pregunta.

一Nada, nada一responde ella enseguida, roja como un tomate.

一Te decía que ella es Lara一la vuelvo a presentar, sonriente一. No sabía si os conocíais.

一No conozco a nadie一levanta una ceja, medio riéndose.

一El amigos de Rash, supongo.

一Baxter一me corrige Larichi en un susurro一. Se llama Baxter.

Parpadeo y la miro por encima de su propio hombro, porque alguien tiene que retenerla por la espalda para que no escape.

一¿Cómo sabes su nombre?

一Porque lo ha dicho Rash.

一Anda, entonces vosotras dos sois las...

一¡Baxter! 一exclama Rash de pronto, con voz de haber escuchado la conversación y no querer que su amigo continuase hablando一. Veo que ya conoces a las chicas.

El ex de Larichi se coloca detrás de Baxter, abrazándolo con un brazo. Son tan heteros que no hace falta ni detallar todos los elementos que dan fe de su intachable amistad. El chico lo mira por encima del hombro y la manera en la que frunce el ceño me hace pensar que los tíos han estado hablando de nosotras en lo que espero que haya consistido en una conversación contextual. Aunque me da mucha curiosidad el saber cómo nos llamaban, porque me apuesto la cabeza a que Baxter no iba a decir las chicas.

Ya le preguntaremos a Hunter, que los tíos son tan zopencos que no se han coscado todavía de que tenemos un infiltrado más que evidente entre ellos.

Tras una breve presentación en la que conozco a Lyon一el ex de Marshie, que vaya historia se gasta también...一y al hermano pequeño de Rash, metemos todo un cargamento de cervezas en el congelador y reponemos los hielos de las neveras para echar unos cuantos botellines, latas, vinos y refrescos y poder beber fuera, en el porche, sin que se calienten las bebidas.

Hunter ha encendido la torre y conectado la música. Cabrón, ha puesto la canción de Báilame despacio. Larichi ya se ha quitado la ropa, quedándose en un bikini precioso de tonos rosa palo y blanco. Yo he preferido permanecer en la comodidad de mi camiseta grande. Ya llevamos un buen rato bebiendo cerveza y picoteando aperitivos de la mesa cuando Sharif se acerca a mi lado de la mesa.

一¿Vas a comer mucho más? 一se cachondea一. Pregunto porque los demás también queremos probar la comida.

一Qué imbécil一le empujo el hombro, pero me estoy riendo porque es verdad一. Son las dos del mediodía, los raros sois vosotros.

一Puede ser一encoge los hombros, y lo sigo con la mirada cuando se desliza hacia mi espalda.

Entonces, siento la corriente de su respiración en el hombro y aguanto el aire; porque como lo suelte se va a escuchar y no me apetece.

一Por cierto, tenemos una conversación pendiente.

Dios mío.

Necesito tragar saliva y carraspear antes de responder.

一S-sí.

¡Oh, vamos!

Sharif se ríe por razones evidentes y me estremezco cuando me pone una mano en la cintura, apretando sutilmente la camiseta, lo suficiente para que pueda sentir la yema de sus dedos en la piel. Su respiración sigue paseándose por la zona de debajo de mi oído, escurriéndose por la curva del cuello.

Sharif siempre se vuelve muy atrevido con dos cervezas. Y eso supone un problema porque yo me vuelvo muy receptiva con dos cervezas.

一¿Vas a quedarte aquí mucho más一empieza一o vas a venirte conmigo de una vez?

一¿Irme a dónde?

一A dónde tú quieras, pero primero a la piscina.

Sí, yo también creo que un baño frío nos vendría bien.

Trago saliva.

Dejo que Sharif deslice los dedos fríos de la cerveza por mi brazo hasta cambiarse la bebida de mano para poder cogerme de la muñeca, luego de la mano.

一Ven.

«—Ven»

Sonrío de pronto. El recuerdo de la fiesta de One Direction en la que Sharif me llevó hasta al baño inunda cada recoveco de mi mente y lo único que soy capaz de hacer es sonreír.

Estos días he decidido que voy a dejarme llevar durante las "vacaciones". Enseguida empezaremos con los exámenes y mi hermano no tardará en volver a liarla; quiero aprovechar estas horas de desconexión para olvidarme del mundo. Estoy en una casa rural perdida de la mano de Dios, con mis amigos, con una cerveza en la mano y con un buen rollo flipante.

Creo que merezco disfrutarlo al cien por cien.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro