Capítulo 15
Tessa
-A ti-.
El silencio acompañó a esas palabras y sin aliento deslicé la espalda por la puerta. Escuché unos pasos alejarse y solté el aire que estaba reteniendo.
¿Había escuchado bien? Agité la cabeza y negué repetidas veces. Todo eran imaginaciones mías.
Pero no pude evitar que se me encogiera el corazón ¿Por qué Harry Potter iba a decir algo como eso? Dándole vueltas a ello me metí en la cama y pensando en él me dormí.
Esa noche... no tuve pesadillas.
Unos repetidos golpes en la puerta me despertaron. Abrí primero un parpado y luego el otro. La habitación estaba completamente iluminada y Draco se encontraba frente a la cama completamente vestido y de brazos cruzados.
-¿Piensas levantarte? Ya te has perdido las dos primeras clases- sus ojos me miraban en una mezcla entre enfadados y extrañados.
Al escuchar esa afirmación abrí los ojos como platos y me levanté de golpe. Corriendo me metí en el baño y le medio grité.
-¡¿Cómo es que me despiertas ahora?!- me lavo corriendo los dientes y me hago un moño mal hecho.
Salgo a la habitación y sin importarme que Draco continué en ella me desvisto para ponerme el uniforme.
-No me culpes a mí. Has sido tú la que te has quedado durmiendo- se encoge de hombros mientras se sienta en la cama.
Termino de ponerme la falda y ya estoy lista para correr a la siguiente clase.
-¿Por qué corres?- me pregunta mientras se peina tranquilamente frente al espejo. Me lo quedo observando incrédula.
-Porque tenemos que ir corriendo a la siguiente clase- exclamo. Había muchas cosas en mi vida de las que me avergonzaba, pero mi impecable media académica no era una de ellas.
-Ah, no. En realidad se han suspendido las clases, por eso he venido a por ti- me lo quedo mirando boquiabierta y en un arranque de locura me tiro encima suyo.
-¡¿Me has hecho levantarme, lavarme y vestirme en tiempo récord por nada?! Date por muerto Malfoy- exclamo mientras lo agarro del cuello y hago un penoso intento de ahogarlo.
Justo en ese momento, la puerta se abre y aparecen Harry y Ron. Los dos observan la escena incrédulos y no puedo evitar ponerme nerviosa ante la presencia de Potter.
-Mmm...chicos... la directora nos quiere ver en su despacho. Ya continuareis con vuestros... juegos sádicos en otro momento- Es Ron el que habla.
Me levanto de encima de Draco y este se incorpora frotándose el cuello con su inescrutable cara anti Trió de oro.
-Ya vamos- zanja mientras lanza una mirada asesina al pelirrojo.
Salimos de la habitación y en un largo e incomodo silencio caminamos los cuatro hasta llegar al enorme águila que da al despacho de la directora.
-Chocolate de naranja- exclamo en alto. La estatua emite un extraño sonido y lentamente comienza a girar sobre si misma mientras deja paso a una antigua escalera de piedra.
Subimos en fila de uno y Ron llama a la sencilla puerta de madera. Un adelante nos incita a pasar dentro de la estancia.
El despacho está como recordaba. Grande, limpio, ordenado y varios cuadros en movimiento decoraban la sala. La directora Macgonagall estaba sentada en su escritorio escribiendo algo. Levantó la mirada y con una leve sonrisa nos saludó. Los cuatro nos colocamos frente a ella.
-Lamento haberos hecho venir de esta manera pero debo pediros un favor. Ha habido varios casos de alumnos merodeando por el castillo a altas horas de la noche estas últimas semanas. Con todo lo que está ocurriendo fuera no queremos problemas y os voy a encomendar una importante tarea- Nosotros asentimos.
-Ya he hablado con los prefectos de Hufflepuff y Ravenclaw y vais a hacer guardias por las noches-.
-¿Guardias?- pregunta un confuso Weasley.
-Así es. Por parejas vais a hacer rondas vigilando que nadie merodee por el castillo-.
-¿De eso no se encarga Filch?- pregunta irritado Draco. Minerva le lanza una corta mirada y continua hablando.
-El castillo es demasiado grande para que lo cubra una sola persona-.
-¿Y cuando empezaríamos?- pregunta Potter.
-Hoy mismo. De echo una de vuestras parejas es la que empieza hoy- comienza a rebuscar algo entre los papeles de su mesa hasta que lo encuentra. Un pequeño papel donde está apuntados varios nombres.
-Dejadme ver.... la pareja es Harry Potter y...- antes de que acabara Ron la interrumpe.
-¿No podrían empezar hoy Malfoy y Zabini? Mañana tenemos examen de Adivinación y debemos dormir bien- pregunta. La directora levanta una ceja.
-No se preocupe por eso señorito Weasley, debido a que usted no tiene guardia hoy- sentencia.
Un silencio invade la estancia mientras los engranajes de nuestra cabeza digieren la información.
-La pareja que hará guardia hoy es Harry Potter y Theresa Zabini. Mañana Ravenclaw y al próximo Usted y Draco. Espero que para ese día ya haya descansado lo suficiente. Muy bien, ya pueden marcharse, deben ir a... donde fueran a ir- nos lanza una última mirada y vuelve toda su atención a los documentos que leía antes de nuestra llegada.
En silencio, y todavía confundidos ante la información, salimos del despacho.
Abajo de la escalera, en el pasillo, se encuentra Filch sonriéndonos.
-Esta noche os espero a las diez en las puertas del Gran Comedor.- Dicho eso, se va junto con la señora Norris.
-Que mierda tío- exclama Ron. -No es suficiente con hacer guardias hasta la madrugada, no, sino que debo hacerla con el maldito hurón oxigenado- Draco escucha esas palabras y tensándose se gira dispuesto a lanzarse sobre el pelirrojo.
Rápidamente le agarro del brazo y le impido cometer ninguna imprudencia.
-Maldito pobretón- susurra mientras lo arrastro por el pasillo hasta llegar a la biblioteca. Allí, en la entrada nos encontramos con Blaise.
-¡Chicos! Os andaba buscando ¿Dónde estabais?- exclama feliz mientras rodea mis hombros con su brazo. Draco maldiciendo todavía por lo bajo se aleja sin fijarse en Blaise. -¿Qué le ocurre?-
-Nos han mandado hacer guardias por las noches y su pareja es Ron- resumo mientras entramos en la biblioteca. -Al parecer muchos alumnos merodean por la noche- me encojo de hombros.
De repente, veo en una mesa cercana a Hermione, que está junto a otra chica, y me acerco a hablar con ella. Blaise me sigue.
-Hola Hermione- saludo sonriente mientras me siento en una silla a su lado. La castaña me mira y una encantadora sonrisa me saluda.
-Hey, ¿qué te trae por aquí?- cierra el libro y me mira curiosa.
-Oh, solo quería hablar contigo sobre... temas- digo guiñándole disimuladamente un ojo. Ella se sonroja.
-Ah, por cierto, Tessa esta es Julia White, Julia es una amiga a la que enseño pociones- me presenta a la chica que está sentada a su lado.
Julia es una chica de por los menos un año menor, pelo largo, liso y castaño. Sus ojos son de un marrón oscuro y es de complexión delgada. Una blanca sonrisa me saluda.
-Encantada- dice tendiéndome la mano. Le sonrío de vuelta y le estrecho la mano. Un carraspeo llama mi atención.
Blaise me lanza una mirada significativa y no puedo evitar reírme.
-Julia, este es mi primo Blaise.-
Con una sonrisa seductora Blaise le coge la mano a Julia y suavemente la besa. Los ojos de la joven se abren entre sorprendidos y asombrados.
-Un placer, querida-
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