Capítulo 51
Una vez que Kiyo informó sobre todos los detalles acerca del ritual, nos dispersamos y la mayoría se fue a sus respectivas habitaciones. Yo debía reunirme con Kaito y Shuichi para nuestro entreno rutinario, sin embargo quería disculparme primero con Kokichi por como actué con él esta mañana.
Me dirigí rápidamente a la zona de habitaciones y me acerqué al chico antes de que pudiera entrar a su dormitorio.
"K-Kokichi." Lo llamé algo avergonzada.
El chico se giró y me miró impasible, su rostro no mostraba ninguna expresión y si lo hacía era una que no podía descifrar.
"¿Qué quieres?" Preguntó casi con tono despectivo. "Date prisa, tengo sueño."
Bajé la mirada tímidamente. "Quería.....disculparme por acusarte de robarme la llave..."
"¿Qué más da?" Dijo aún carente de emociones. "De todas formas sería algo que yo haría, ¿verdad?"
"N-No, dije que confiaba en ti y no lo demostré, por eso quiero pedirte disculpas." Declaré algo inquieta mientras jugaba con algunos mechones de mi pelo. "Estaba nerviosa de haberla......p-perdido."
Kokichi me analizó con la mirada, como buscando algún signo que indicara si estaba mintiendo o no. Finalmente clavó su mirada en el collar con la llave que colgaba de mi cuello.
"Veo que la has recuperado."
"S-Sí, al final estaba......tirada por ahí." Contesté titubeando, será mejor ahorrarme el detalle de que en realidad me la robó Tsumugi...
"Dilo otra vez." Dijo de repente algo más serio.
"¿Q-Qué diga el qué?" Pregunté confundida.
"Que lo sientes." Espetó mirándome fijamente. "Si de verdad lo sientes, dimelo otra vez."
Tardé en procesar la información y me quedé unos segundos mirándolo sin saber como reaccionar. Que me disculpe otra vez....¿es que quiere humillarme aún más?
"Veo que era mentira...." Musitó dándose la vuelta para entrar a su habitación.
"L-Lo siento." Dije finalmente un poco avergonzada y sonrojándome ligeramente.
El chico se giró hacia mí y me mostró una sonrisa perversa causando que un pequeño cosquilleo subiera por mi espalda.
"Eso está mejor." Declaró con ojos traviesos. "Aunque ya sabía que tus disculpas eran honestas desde el principio."
"¿L-Lo sabías?" Pregunté fruncido el ceño, aún con mis cachetes enrojecidos de la vergüenza. "¿¡Entonces por qué me has hecho disculp....!?"
No fui capaz de terminar la pregunta, pues el chico se había acercado tanto a mí que podíamos incluso compartir la misma respiración. Mis ojos se abrieron de par en par al ver su rostro tan cerca del mío, podía contemplar al detalle todas sus facciones. Al mismo tiempo su característico aroma impregnó el pequeño espacio que quedaba entre nosotros y el corazón comenzó a latirme con fuerza amenazando con salirse de mi pecho. Ante mi nerviosismo el chico mostró una sonrisa de medio lado, propia de alguien que está a punto de cometer una travesura.
A continuación Kokichi acercó sus labios a mi oído para susurrarme. "Porque me gusta cuando te sonrojas." Su respiración provocó un agradable cosquilleo en mi cuello que me puso los pelos de punta.
No pude evitar que mis mejillas se ruborizaran aún más, haciendo que el calor que emanaba mi cuerpo fuera suficiente para encender una hoguera entera. Finalmente el chico se separó de mí y volvió a su posición original, acto que me disgustó pues de alguna manera me sentía deseosa de tenerlo cerca.
"Considéralo tu castigo por dudar de mí." Enunció mostrando una amplia sonrisa pícara.
¿Castigo? Más bien el castigo era el frío y vacío que ha dejado en mi cuerpo al separarse de mí.
"S-Supongo que estamos en paz ahora." Dije intentando recuperarme del aturdimiento que me había causado el chico.
"No del todo." Anunció con una expresión de aflicción actuada. "Heriste mucho mis sentimientos esta mañana, no se si podré recuperarme tan fácilmente."
"¿Q-Qué?, n-no exageres." Espeté desviando la mirada. "Sé que estás actuando."
"Oh, ¿tan evidente era?" Dijo bajando la mirada apenado para cambiarla rápidamente por una que no pude descifrar. "¿Pero sabes que....?, es un reto para mí."
"¿Un reto?" Pregunté algo confusa sin entender a qué se refería.
"Me cuesta actuar cuando estoy contigo."
No pude evitar mirarlo con la expresión más estupefacta que pude. Esas han sido las palabras más honestas que le he oído decir a Kokichi desde que empezó el Killing Game. Incluso él mismo se dio cuenta y trató de desviar rápidamente el tema.
"Debería irme a dormir, un líder tiene que estar bien descansado para llevar a cabo sus planes malvados." Dijo lanzándome una amplia sonrisa para acto seguido darse la vuelta y dirigirse hacia su puerta.
Cuando entró a su dormitorio me quedé procesando todo lo que acaba de pasar, incapaz de mover un músculo. En parte estaba feliz que no estuviera molesto conmigo, pero a la vez quería que aquel momento hubiera durado para siempre.
Después del rutinario entrenamiento con Shuichi y Kaito, el cual era más apropiado llamarlo noche de charla, volví a mi dormitorio tan agotada que me sumergí en un profundo sueño con solo dejarme caer en la cama.
"..."
"(T/N), es tu turno." Dijo una voz misteriosa.
Cuando eché un vistazo a la habitación en la que me encontraba, pude observar varios pares de ojos mirándome directamente como esperando a que yo reaccionara. Se trataba de aquellas personas que íbamos a hacer el ritual para contactar con Angie, ya todos estaban colocados en sus respectivas esquinas y la jaula se abría ante mí.
"Vamos, entra." Me animaba Kiyo con un tono que helaba la sangre en las venas. Su expresión no se quedaba atrás, pues era propia de un psicópata de manual.
Titubeé durante unos segundos y miré a Kiyo con recelo, pero finalmente me acerqué a la jaula dispuesta a entrar en ella. Cada paso que daba aumentaba las nauseas que sentía subir por mi esófago, al mismo tiempo la atmósfera se volvía más y más tétrica. Antes de que pudiera entrar a la jaula el arrepentimiento se apoderó de mí.
Asustada, decidí darme la vuelta, pero cuando lo hice la escena que presencié me dejó petrificada. Kiyo estaba justo detrás de mí con una katana en las manos, la cual levantó en el aire dirigiendo la afilada punta exactamente hacia mi pecho.
Ante la terrorífica vista que se desplegaba lentamente ante mí, cerré los ojos con las esperanzas de que todo fueran imaginaciones mías.
Al ver que el golpe nunca llegaba fui abriendo los ojos poco a poco para darme cuenta de que, estaba acostada en una especie de camilla metálica bastante incómoda. Intenté incorporarme, pero algo me lo impidió, estaba atada de pies y manos a esa camilla infernal, lo único que llenaba mi campo de visión era el blanqueado y sucio techo encima de mí.
En ese momento se oyeron varios pasos acercarse y una fuerte luz entorpeció mi vista, deslumbrándome tanto que era imposible distinguir lo que estaba pasando a mi alrededor. Esa intensa luz se hizo cada vez más fuerte, hasta que instintivamente abrí los ojos de par en par dándome cuenta de que todo había sido una simple pesadilla.
Miré la hora que marcaba el reloj de mi mesita de noche, aún quedaban bastantes horas para que amaneciese. Todo esto es culpa del maldito ritual, mañana tengo que tener mis ojos bien abiertos para que nada malo pase. Poco a poco fui perdiendo la consciencia y me dejé dormir de nuevo.
A la mañana siguiente nos encontramos con un gran alboroto en el comedor, al parecer Himiko había dejado en la mesa el brebaje, que ella misma había preparado la noche anterior, para ir a buscar algo de comida a la cocina, pero cuando volvió el batido ya había sido bebido por otra persona.
Esa persona era nada más y nada menos que Kokichi, el cual mostraba una pícara y traviesa sonrisa a la enfurecida maga.
"¡Esa pócima era solo para personas mágicas!" Exclamó molesta la chica.
"Ups, mala suerte." Se burló el chico. "Debes ser más cuidadosa con tus cosas, Himiko."
"¡¡Y tú debes ser cuidadoso de que mis manos no acaben en tu cara!!" Le amenazó Tenko haciendo posiciones de Neo-Aikido.
"¡¡Devuélvemela!!" Le ordenó la maga tan malhumorada, que no se dio ni cuenta de que eso era inviable.
"Me temo que eso es imposible, Himiko." Le advirtió Shuichi con una forzada sonrisa.
"Himiko, ¿por qué no haces otra?" Le sugerí para parar esa pelea sin sentido.
"¡Para preparar un buen brebaje hay que dejarlo reposar durante varias horas!" Rechinó enfadada. "¡Si lo hago ahora tendré que esperar para recuperar mi mana!"
"Bueno, no es gran cosa." Rantaro intentó calmar el ambiente, pero ocasionó el efecto contrario.
"¿¡¿Que no es gran cosa?!?" Espetó Tenko exaltada. "¡¡Cómo se atreve a robarle a Himiko su preciada pócima, tendré que demostrarle mi poder con el Neo-Aikido!!"
"N-No m-me irás a p-pegar." Kokichi mostró una falsa expresión de terror, incluso era capaz de falsear el sudor.
"¡No me dejas otra opción!" Exclamó Tenko decidida.
Justo cuando la chica se lanzaba hacia Kokichi la detuve metiéndome entremedio de ambos. "Creo que deberíamos resolver esto pacíficamente."
"¡Sabía que me protegerías (T/N)!" Exclamó el chico con ojos brillantes.
"¿Pacíficamente?, ¡con los hombres degenerados no existe el pacifismo!" Bufó la chica intentando abrirse paso para llegar hacia el pequeño líder.
"¡Exacto, la pelea y la guerra son mucho más divertidos!" Enunció entusiasmado Kokichi.
Yo me giré hacia él llevándome una mano a la frente. "No ayudas."
A lo que el chico respondió con una amplia sonrisa. "Sé que evitaras que esta misándrica me ataque."
"¿¡¿Cómo me has llamado, pequeño depravado?!?" La furia de Tenko aumentaba por momentos.
"Mi función aquí ha terminado, debo ir a preparar mi crimen." Anunció Kokichi con una sonrisa pícara propia de un niño que va a cometer una travesura.
Dicho esto, desapareció por la puerta del comedor a paso ligero.
"¡Vuelve aquí, pequeña rata!" Exclamó Tenko intentado atraparlo mientras yo se lo impedía usando toda la fuerza que me quedaba. A pesar de ello, la chica, sin quererlo, me hizo caer directamente hacia el suelo dándome un buen tortazo, incluso noté como crujió mi espalda al tocar el frío y solido pavimento del comedor.
"¡¡(T/N)!!" Tenko se olvidó de perseguir a Kokichi y se agachó rápidamente para comprobar como me encontraba, Rantaro hizo lo mismo.
Me había dado un buen golpe, pero en realidad no era para tanto. Aunque había algo extraño....Tenko no me tiró porque ella tuviera demasiada fuerza, era más bien porque yo me sentía más débil que de costumbre.
"¿Te has hecho daño?" Preguntó Rantaro, el cual levantaba delicadamente mi espalda del suelo para incorporarme.
"¿Estás bien?" Shuichi también se acercó preocupado.
"Tranquilos, no ha sido un golpe muy fuerte." Dije mientras me ponía completamente de pie con la ayuda de Rantaro y Tenko.
"¡¡Lo siento mucho (T/N), nunca fue mi intención...., yo....., yo estaba cegada en perseguir a ese degenerado.....y....!!" La chica empezó a divagar algo nerviosa.
"Tenko está bien, no pasa nada, en parte ha sido culpa mía." La tranquilicé con una sonrisa mientras la chica desviaba la mirada avergonzada.
"Me habías asustado." Dijo Rantaro entre suspiros de alivio.
Después de ese pequeño incidente procedimos a sentarnos en la mesa y charlar un rato mientras cada uno se servía su desayuno.
"Por cierto, ¿habéis visto a Kaito?" Preguntó Shuichi con el ceño fruncido. "Nunca se salta el desayuno..."
"No, no me he encontrado a nadie de camino al comedor." Respondió Rantaro.
"Kokichi y yo fuimos los primeros en llegar, no había nadie más antes que nosotros." Añadió Himiko algo más calmada, pero aún molesta por lo de su brebaje.
"Kiyo, Gonta y Tsumugi tampoco han venido..." Agregué algo nerviosa.
Hoy es el día en el que se va a realizar el ritual y tengo los nervios más exaltados que de costumbre, nunca se sabe que va a pasar. El punto positivo es que estoy un paso por delante de Kiyo, sé que probablemente planee hacer algo durante el ritual así que mantendré mis ojos bien abiertos.
Después de charlar un rato, Rantaro y yo decidimos explorar bien el cobertizo en el que haríamos esa espeluznante sesión espiritual.
"¿Tú sabías que había un cobertizo aquí fuera?" Pregunté algo avergonzada.
"Sí, ha estado aquí desde el primer día." Contestó el chico con un tono de obviedad. "¿Por qué?"
"Oh, por nada...." Reí nerviosa.
¿Es que Kaito y yo fuimos los únicos que nunca lo vimos? Y eso que suelo salir bastante al exterior de la academia, pero este cobertizo estaba localizado en la parte posterior del edificio, medio oculto por la maleza. No exageraría si digo que había tanta vegetación alrededor del cobertizo que parecía que se mimetizaba con la naturaleza.
Al entrar pudimos ver una sola habitación bastante amplia, con suelos y paredes hechos con tablas de madera vieja, que crujía con nuestro paso. El techo del cobertizo era bastante alto, de hecho las pequeñas ventanas que permitían entrar los rayos del sol se encontraban tan altas, que para alguien como yo serían imposibles de abrir y cerrar, probablemente solo Gonta llegaría a ellas. El interior del cobertizo estaba completamente vacío a excepción de unas cuantas herramientas de jardinería en una de las esquinas.
"Es bastante amplio." Dije sorprendida.
"Kiyo tenía razón cuando dijo que este lugar sería ideal para el ritual." Puntuó Rantaro observando cada rincón.
El cobertizo no parecía tener ninguna tabla de madera suelta ni ningún truco para usar en un asesinato. Aún así sentía escalofríos al pensar en la sesión espiritual.
"Sí, supongo que solo habrá que quitar esos trastos." Dije señalando las herramientas de jardinería en una de las esquinas de la habitación.
"En efecto." Una voz escalofriante hizo eco detrás de mí.
Di un brinco del susto, pero cuando me giré vi que solo se trataba de Kiyo, el cual, ayudado por Gonta, ya tenía en sus manos la enorme jaula con barrotes de metal que iría colocada en el centro de la sala.
"¿Ya vais a colocar la jaula?" Pregunté algo nerviosa.
"Pesa bastante así que es conveniente dejarla ya colocada para posteriormente encargarnos de los preparativos." Contestó Kiyo con entusiasmo.
"Si no me equivoco el ritual empezará a las 12:00H, ¿cierto?" Quiso confirmar Rantaro.
"Así es, pero los preparativos han de comenzar un poco antes." Anunció el antropólogo.
Aún falta para eso, son las 10:00H, tengo tiempo de sobra para investigar si Kiyo planea algo.
Mientras Kiyo y Gonta colocaban la jaula en el centro de la sala, me fijé en que ésta no estaba abierta por la parte inferior, si no que tenía una placa de metal a modo de suelo. Por ende al entrar en la jaula no estarías en contacto con el suelo de madera, es imposible que Kiyo intente el mismo truco que usó en el juego.
Aparte de ese detalle, la jaula era tan alta que una persona normal podría estar de pie en su interior. Por no mencionar que tenía forma de un rectángulo vertical, cubierto de barrotes en todos sus lados, los cuales estaban unidos a una placa de metal tanto en la parte superior como la inferior, formando el techo y el suelo de la jaula respectivamente. En uno de sus lados se encontraba la puerta de la jaula, la cual ambos chicos colocaron de manera que se enfrentase con la puerta del cobertizo.
El tono misterioso de Kiyo me devolvió a la realidad. "¿Podríais llevar esas herramientas de vuelta al almacén?, estorban para el ritual."
Sentía que cualquier palabra que saliera de Kiyo delataba una astuta malicia que escondía bajo su máscara negra.
Rantaro asintió y agarró varios de los artilugios que allí se encontraban. "¿Me ayudas con los demás, (T/N)?"
Me acerqué al chico y tomé con sumo cuidado las herramientas que faltaban para encaminarnos al almacén. Rantaro era el que más peso llevaba, pero aún así me lanzó una mirada de preocupación.
"¿Puedes con todo?"
"S-Sí, soy más fuerte de lo que parece." Contesté algo insegura.
Cuando llegamos vimos una pequeña figura buscando agitadamente algo entre un montón de cables viejos. Al acercarnos nos dimos cuenta de que esa figura era en realidad Kokichi, el cual estaba tan concentrado que ni nos vio entrar.
"¿Buscas algo?" Pregunté acercándome a él con una sonrisa.
El chico dio un pequeño salto del susto, pero rápidamente recuperó la compostura y nos analizó a Rantaro y a mí con la mirada, dándose cuenta de las herramientas que teníamos en las manos.
"No sabía qué erais fan de la jardinería." Espetó jocoso.
"Estamos ayudando a Kiyo a preparar el ritual." Explicó Rantaro con su característica amabilidad.
"¿Qué estás haciendo tú?" Pregunté curiosa.
"¿No es obvio?" Dijo inclinando ligeramente la cabeza, acto que me pareció muy adorable. "Estoy preparando un asesinato."
"El único asesinato que podrías cometer tú, sería el de matar a una hormiga." Dije burlona.
"¿Eso crees?" Espetó con una sonrisa maquiavélica. "Solo espera y verás."
"Kokichi no deberías bromear con esas cosas." Le reprochó Rantaro con desconfianza.
"Tienes razón, por eso no bromeo." Dijo con una sonrisa perversa a la vez que encontraba lo que estaba buscando desde hace rato.
"¿Qué es eso?" Pregunté señalando lo que había agarrado en sus manos.
"Esto es un generador eléctrico portátil." Anunció con entusiasmo.
El chico llevaba en la mano una especie de aparato de tamaño medio del cual salían varios cables gruesos y negros.
"¿Para qué necesitas eso, Kokichi?" Preguntó Rantaro con sospecha levantando una ceja.
"Quién sabe." Musitó con tono malicioso.
Rantaro y yo nos miramos con algo de preocupación, nunca se sabe que se trae Kokichi entre manos.
"Que os divirtáis con vuestros artilugios de jardinería." Dijo sonriente antes de encaminarse hacia la puerta llevando en sus brazos aquel pesado generador eléctrico.
Una vez que el chico se fue del almacén miré a Rantaro consternada. "Me da la sensación de que trama algo..."
"No te preocupes demasiado, ya sabes como es." Me tranquilizó el chico.
Sólo espero que no sea nada malo.....
Una vez terminamos de guardar todas las herramientas, me despedí de Rantaro y me encaminé hacia el cobertizo. Tengo pensado vigilarlo para que Kiyo no tenga posibilidades de preparar algún crimen.
Sin embargo, mientras me dirigía hacia el lugar en cuestión, un fuerte dolor punzante atravesó mi estómago hasta mi pecho. Me retorcí de dolor en el sitio mientras buscaba algo con lo que apoyarme para no caer al suelo. ¿Por qué me pasa esto de repente? Duele demasiado....
"¿(T/N) estar bien?" Gonta, que había visto como me retorcía de dolor, se acercó rápidamente para ver si me encontraba bien.
Las palabras apenas conseguían salir de mi boca, sentía que podía desmayarme en cualquier momento y mi cuerpo se encontraba más débil que nunca.
"(T/N) no preocuparse, Gonta ayudar a (T/N)." Dijo firmemente el chico.
Mi cuerpo comenzó a temblar y sentía que mis músculos no respondían, no se si aguantaría más tiempo de pie.
El chico me subió a su espalda y comenzó a andar a pasos agigantados en busca de alguien que pudiera ayudarme. Finalmente se topó con Tenko y Himiko que acababan de salir del laboratorio de la maga con el nuevo brebaje preparado.
"¡(T/N)!" Gritó Tenko preocupada. "¿¿Gonta qué le pasa??"
"(T/N) no encontrarse bien, Gonta no saber qué hacer." Respondió el chico inquieto.
"Quizá necesita dormir, a mí una buena siesta siempre me ayuda." Sugirió Himiko.
"¿¿(T/N) qué te pasa??" Me preguntó Tenko exaltada.
Al ver que no respondía la chica comenzó a alarmarse. Quería contestarle, decirle qué me pasaba, pero ni si quiera yo lo sabía y apenas podía respirar.
"¡Gonta llevémosla a su habitación!" Exclamó la master en Neo-Aikido. "¡Necesita tumbarse en la cama!"
El chico asintió y me llevó tan rápido como pudo a mi dormitorio, pero a la vez siendo cuidadoso de no hacer movimientos muy bruscos que me pudieran hacer caer de su espalda. Ambas chicas lo seguían de cerca con la preocupación reflejada en sus rostros.
Afortunadamente cada vez me costaba menos respirar y noté como el fuerte dolor desaparecía poco a poco. Una vez en mi habitación Gonta, con la ayuda de las chicas, me colocó delicadamente en mi cama, de manera que el dolor se fue apaciguando hasta desaparecer en su totalidad.
Al cabo de un buen rato ya me sentía como nueva, no tenía ni idea de que me había pasado, pero todo rastro de dolor había sido eliminado de mi cuerpo.
Finalmente pude incorporarme en la cama para ver los rostros inquietos de ambas chicas y Gonta.
"¿Estás mejor?" Preguntó Tenko sudando de la preocupación.
"Ya estaba a punto de darte mi brebaje para que te mejoraras." Añadió Himiko sonriente mientras me tendía la pócima mágica. "Aunque no tengas magia te hará sentir mejor."
"Gracias Himiko, pero creo que ya estoy bien." Dije con una sonrisa algo forzada.
La chica se encogió de hombros y volvió a colgar la botella en su hombro a modo de bolso, gracias al asa que presentaba ésta.
"Menos mal, Gonta preocuparse mucho." Dijo el gigante soltando un suspiro de alivio.
"P-Pensé que era mi culpa, por el empujón que te di esta mañana." Sollozó Tenko abrazándome lo más fuerte que podía. "¡Lo siento!"
"Al final vas a terminar estrujándola." Le advirtió Himiko con su tono perezoso.
La chica dejó de abrazarme para agarrar mis hombros y mirarme fijamente con los ojos algo aguados. "Lo siento, es que se te veía bastante mal y pensé que te estabas....."
Tenko no se atrevió a terminar la frase, pero aún así le mostré la sonrisa más sincera que pude y los traté de tranquilizar a todos. "Enserio ya estoy como nueva, gracias por cuidarme chicos."
"¿Qué es lo que te pasó?" Preguntó Tenko aún algo preocupada.
"No lo sé, simplemente sentía un dolor punzante en el pecho." Expliqué recordando como me retorcía de agonía.
"Puede que hayas comido algo que te sentó mal." Sugirió Himiko. "Eso es lo que me solía decir mi madre."
"¿(T/N) sentir dolor en pecho también?" Preguntó Gonta sorprendido.
"¿A ti también te ha dolido Gonta?" Cuestioné sorprendida.
"Sí, Gonta sentir dolor desde hace un rato." Contestó el chico. "Pero no preocuparse Gonta ser fuerte."
"Gonta es la persona más fuerte que he conocido." Anunció la maga con entusiasmo.
"Aún así deberías t-tener c-cuidado Gonta, si te duele mucho s-solo d-dínoslo." Dijo Tenko algo avergonzada, parecía que le costaba, pero su relación con los chicos iba mejorando, al menos ya se preocupaba por uno.
"Gonta avisaros si se siente mal." Le tranquilizó el gigante.
"Debería haceros una sesión de Neo-Aikido en mi laboratorio para aliviar el dolor." Espetó Tenko animada.
"¿Hay técnicas de Aikido para aliviar el dolor?" Pregunté atónita.
"Mas o menos, se trata de sentir dolor externo para olvidar el interno." Rió nerviosa la chica. "Puedo enseñaros algunas más tarde."
"Si ya te encuentras mejor deberíamos ir yendo al ritual..." Avisó Himiko de repente. "Ya tengo ganas de ver si funciona....."
"¿Qué hora es?" Pregunté exaltada, mierda por culpa del dolor no he podido vigilar el cobertizo.
"Ya son las 11:30pm." Contestó la maga animada.
¿¡Qué!? ¿¡Cuánto tiempo he estado en la habitación recuperándome!?
"Gonta creer que Kiyo estar esperándonos." Anunció el chico.
"Esperemos que todo salga bien." Espetó Tenko algo nerviosa.
No puedo parar el ritual a estas alturas, ¿no? Incluso si me echo para atrás, conseguirán que Kokichi u otra persona ocupe mi lugar y lo realizaran de todas maneras. No importa lo que les diga o insista, fueron manipulados y están cegados en realizarlo.
Una vez nos encaminamos hacia el cobertizo, nos encontramos con un Kiyo impaciente que nos empezó a asignar una tarea a cada uno de nosotros para la preparación de la sesión.
La enorme jaula de metal ya estaba colocada en el centro, pero aún faltaban varios detalles para completar bien el ritual.
Kiyo le pidió a Gonta que se quedara en el cobertizo y cerrara todas las ventanas, las cuales estaban demasiado altas como para que otra persona que no fuese Gonta las cerrara. Seguidamente ordenó a Himiko y Tenko a buscar la sal para dibujar el símbolo alrededor de la jaula.
Por último me mandó a mí a buscar unos aromas espirituales que se encontraban en su laboratorio, mientras que él fue a buscar el libro de resurrecciones que Monokuma nos había dado, en el cual se encontraba el cántico espiritual que debíamos realizar y el símbolo que debíamos dibujar.
Con el nerviosismo en el cuerpo fui a su laboratorio para traer esos aromas que había pedido. Por el camino empecé a replantearme si fue buena idea incluirme en el ritual, pero lo único que cambiaría si no lo hubiera hecho es que Kokichi estaría en mi lugar. ¿Fue la decisión correcta prestarme voluntaria? Tendré los ojos abiertos en todo momento pero, ¿y si Kiyo se las arregla para hacer algo sin yo darme cuenta? Sin saber como responder esas preguntas entré en el laboratorio de Kiyo y me llevé lo necesario.
Inmersa en mis pensamientos ni me percaté de que ya había regresado al cobertizo con los aromas que Kiyo me había pedido. Al parecer Himiko, Tenko y Gonta ya estaban allí, entre nerviosos y entusiasmados, bueno eso último solo Himiko y Gonta, ya que Tenko estaba igual de tensa que yo.
Me adentré lentamente en la habitación haciendo que la madera crujiera a mi paso. Me acerqué a la jaula para observarla mejor, era tan grande como yo. Posé mi mano en las rejas y sentí el metal frío como la nieve.
En ese momento llegó Kiyo con las instrucciones para dibujar el símbolo, las cuales seguimos a rajatabla. Éste debía ser dibujado con sal, muy parecido al que había en el juego original. Posteriormente esparcimos los aromas espirituales que yo había traído haciendo que la habitación tomara un fuerte olor a vainilla. Finalmente cerramos la puerta del cobertizo para dar comienzo a la sesión.
"Ya está todo preparado, ¿deberíamos comenzar?" Los ojos rasgados de Kiyo brillaban más que nunca o al menos a mí me lo parecía.
"S-Sí, c-contactemos con A-Angie." Murmuró Himiko bastante nerviosa, al parecer la maga se había achantado un poco.
"¿Quién será la ofrenda como vía de transmisión para el alma de Angie?" Cuestionó Kiyo mirándonos con ojos de malicia diabólica.
"Y-Yo me ofrezco." Anunció Himiko tartamudeando.
"Himiko, si tú te ofreces no podrás hablar con Angie." Espeté con obviedad.
"T-Tienes r-razón...." Musitó con el dedo índice presionando sus labios.
"No pasa nada Himiko, yo me ofreceré para que puedas hablar con ella." Anunció Tenko. "Después de todo, si te hace feliz hablar con Angie, me hará feliz a mí también."
Ahora es cuando debería ofrecerme yo, ¿no?
"Perfecto, entonces ya tenemos ofrenda para la jaula." Enunció Kiyo entusiasmado.
Vamos (T/N), ofrécete.
"¡Así es, lo haré por Himiko!" Dijo sonriente la chica. "Podrás hablar de nuevo con Angie y decirle lo mucho que la extrañas."
La maga levantó levemente la comisura de sus labios, estaba más tranquila después de oír las palabras de Tenko.
"Tenko querer mucho a Himiko." Se sorprendió Gonta.
¿Por qué no me estoy ofreciendo? Tengo que hacerlo por Tenko, no pasará nada, estaré atenta a cualquier movimiento de Kiyo, ¿acaso tengo miedo?
"Muy bien, las personas restante se tienen que colocar en una de las esquinas mientras que la ofrenda debe colocarse sentada en el interior de la jaula." Explicó Kiyo. "Una vez dentro, se cerrará la jaula y procederemos con el cántico espiritual."
"¡Estoy lista!" Exclamó Tenko con firmeza.
No puedo dejar que le pase nada a Tenko, debo...., debo....
"Tenko, por favor, procede a introducir-" Kiyo fue interrumpido por mi exaltante grito.
"¡Espera!" Conseguí decir finalmente. "Y-Yo...."
Kiyo me miró expectante esperando a que continuara la frase.
"Y-Yo me ofrezco." Dije al fin con un tono de voz nervioso e inseguro.
"Kehehe..., inesperado, pero supongo que no importa mientras sea una mujer, tal y como pone en el libro." Espetó con una audacia que escondía un propósito criminal.
"(T/N) no tienes por qué hacerlo, yo quiero ofrecerm-"
No dejé terminar a Tenko, ya lo había decidido, no dejaré que nadie muera, me asegurarme de ello.
"Está bien Tenko, yo no me llevaba con Angie tanto como vosotras." Dije con una sonrisa temblorosa. "Es por eso que yo seré la ofrenda, para que podáis hablar con ella."
Tenko asintió aunque algo intranquila y Kiyo finalmente anunció nuestras posiciones, Tenko y Himiko estaban en las esquinas del fondo de la habitación mientras que Gonta y él en las otras dos restantes.
Yo por mi parte estaba con los nervios a flor de piel viendo a unos metros de mí la jaula cerrada, en la cual me tendría que meter próximamente. No pasará nada, estoy segura de que todo saldrá bien. Sin embargo, todo eso no era más que mi consciencia tratando de autoconvencerse de que no pasaría lo evidente.
Antes de que todo comenzara le eché un vistazo a Kiyo, quién me miraba con una expresión que no sabría describir, pero en ese momento me heló la sangre en las venas.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~
Nota de autora: Siento no haber subido el capítulo ayer, tuve varios contratiempos :(
De todas formas, ya lo tenéis y espero que lo hayáis disfrutado ^^
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro