Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 47


Al día siguiente, después de agruparnos en el comedor para desayunar, le pedí a Rantaro que se reuniera conmigo para poder contarle algo bastante peculiar. Ya sabía muy bien que podía confiar en él y que esa confianza era recíproca. Por ello decidí que le contaría con todo detalle el insólito sueño que tuve anoche.

"¿A dónde quieres ir?" Preguntó el chico con su voz calmada.

"Sígueme." Dije con seguridad mientras el chico levantaba una ceja en confusión, a pesar de ello terminó siguiendome.

Una vez lo guié hasta la planta donde se encontraba mi laboratorio, me aseguré de que no había nadie por los alrededores e invité al chico a entrar a esa habitación insonorizada. Seguidamente cerré la puerta, aunque no con llave, y miré a Rantaro fijamente mientras intentaba acumular fuerzas para contarle lo que había visto en mi sueño.

"¿Puedo preguntar que hacemos aquí?" Preguntó algo extrañado.

"Cuando encontramos esta llave se me hizo bastante familiar, como si la hubiera visto antes en algún otro sitio." Comencé a explicarle.

El chico asintió y me hizo un gesto para que yo continuara.

"Al principio no le di importancia, pero anoche tuve un sueño bastante extraño donde aparecía esta misma llave." Expliqué jugando con el collar. "Y lo más curioso es que abría una habitación prácticamente igual que este laboratorio."

"¿No tienes recuerdos de haber usado esa llave antes?" Preguntó él en confusión.

"No, solo se siente familiar." Declaré haciendo una mueca de decepción. "Puede que no fuera más que un sueño sin importancia, que inventó mi mente debido a todo el estrés."

"No tiene por qué." Dijo el chico pensativo. "Quizá el recuperar esa llave te haya hecho recordar ciertas cosas de tu pasado que has olvidado."

"¿Olvidado?" Pregunté perpleja.

"Sí, después de todo no sabemos cuánta memoria nos ha borrado Monokuma." Afirmó con las manos en su cintura.

Las palabras de Rantaro tenían lógica desde su punto de vista, pero desde el mío no. Yo vengo de la vida real se supone que Monokuma no ha podido interferir en mi memoria, ¿qué eran esos sueños entonces?

"No solo eso, también veo a una figura negra y alta." Añadí recordando mis dos últimos sueños o mejor dicho pesadillas.

"¿Una figura?" Dijo frunciendo el ceño confuso.

"Nunca logro reconocer su rostro, está borroso, pero ha aparecido en dos de mis sueños." Expliqué intentando hacer memoria.

"Qué extraño, puede que todo esto tenga que ver con tu talento olvidado." Sugirió el chico.

"No lo sé, quizá solo estoy delirando y sacando de contexto simples pesadillas." Dije restándole importancia, no sé por qué me he comido tanto la cabeza por unos sueños que no significan nada.

"¿Estar ahora mismo aquí no te trae ningún recuerdo?" Cuestionó Rantaro.

Yo eché varios vistazos rápidos a la habitación con la esperanza de que algo se me viniera a la mente, pero ningun recuerdo emergió.

Negué con la cabeza. "Nada, no siento nada al estar en mi laboratorio." Dije decepcionada. "No importa, creo que estoy sacando las cosas de quicio."

"No te agobies, puede que realmente esas cosas te hayan pasado pero no las recuerdas, al igual que tu talento." Me intentó tranquilizar el chico.

Pero eso es imposible yo recuerdo perfectamente mi vida antes de acabar en este juego, quizá Monokuma quiera volverme paranoica.

"Si te digo la verdad, yo he estado experimentando algo similar." Confesó el chico.

Mis ojos se abrieron de par en par al oír sus palabras. "¿También tienes sueños extraños?"

"Puede que suene a locura, pero es como si tuviera recuerdos de otra vida escondidos en un rincón de mi cabeza." Explicó pensativo.

"¿O-Otra vida?" Pregunté sin entender bien de qué estaba hablando. "¿A qué te refieres?"

"No importa, creerías que estoy delirando si lo cuento." Respondió restándole importancia. "Aunque puede que realmente me esté volviendo loco."

Ya conocía bastante a Rantaro como para saber que la expresión que me estaba mostrando significaba que no quería seguir hablando del tema, así que sin insistir más ambos salimos de mi laboratorio.

Luego de ese pequeño encuentro se despidió de mí recalcando con una sonrisa que no me martillara la cabeza, que seguramente encontraremos pronto todas las respuestas a nuestras dudas. Sin embargo, sentía que en lugar de acercarnos a la verdad, cada vez nos estábamos alejando más.

Mientras deambulaba por la academia en busca de algo que hacer, una dulce voz femenina sonó detrás de mí, provocando que un escalofrío recorriera mi espina dorsal y todos mis músculos se tensaran.

"¡(T/N)!" La chica me llamó pero yo no tuve el valor para darme la vuelta. "Qué bien que estás aquí."

Su timbre de voz rechinaba en mis oídos como un instrumento desafinado. Poco a poco fui armándome de valor y me giré para enfrentar a la chica cara a cara.

"T-Tsumugi." Reí nerviosa.

"¡Estaba pensando en hacer varios cosplays, pero llevarlos sola no es divertido, lo mejor es hacerlo con amigos!" Exclamó con entusiasmo. "Además, luego podemos hacer una gran sesión de fotos."

¿Amigos? ¿Desde cuándo soy su amiga?

Yo no supe que contestar así que solo le mostré una muy forzada sonrisa.

"Por eso necesito tomar tus medidas en mi laboratorio." Dijo con un tono de voz suave. "Ya tengo las de Tenko y Himiko, pero quiero que tú participes también."

"N-No sé Tsumugi...." Dije sin ningunas ganas de meterme en su laboratorio.

"¡Vamos será divertido!" Exclamó mirándome con ojos astutos. "Así podemos pasar más tiempo juntas."

No sé si era yo, pero cada palabra que salía de Tsumugi parecía una amenaza, desde luego me estoy volviendo muy paranoica.

"Lo siento Tsumugi, yo-."

La chica me interrumpió antes de que pudiera inventar cualquier excusa. "Tenko y Himiko ya están en mi laboratorio eligiendo las telas, no querrás hacerlas esperar."

En ese momento me di cuenta de que no pararía de insistir hasta que aceptara. Bueno, si iban a estar Tenko y Himiko no pasaría nada malo, ¿no?

"E-Está bien." Acepté finalmente entre suspiros.

Ella me mostró una entusiasmada sonrisa y nos encaminamos hacia su laboratorio, el cual no estaba muy lejos de donde nos encontrábamos.

Cuando entramos me encontré con una escena bastante singular. Tenko tenía el pelo desaliñado sin sus peculiares coletas y estaba sentada en el suelo mientras Himiko de pie intentaba volver a hacerle esa especie de trenzado en el pelo.

"¡(T/N) se ha unido a nosotras!" Anunció Tsumugi.

"¡Qué bien, ahora estamos todas juntas!" Exclamó con ojos brillantes Tenko.

"¡Deja de moverte o no me saldrán bien las trenzas!" Se quejó la maga haciendo que Tenko se quedara tiesa en el sitio sin mover un músculo.

"Ven por aquí (T/N)." Tsumugi me guió hasta un pequeño tocador que estaba aislado del resto del laboratorio por una gran cortina, que se asemejaba a un telón.

Cuando traspasamos esa cortina Tsumugi y yo nos quedamos a solas. A pesar de que al otro lado de ésta se encontraran Tenko y Himiko, había algo muy dentro de mí que gritaba que huyera de ese lugar.

"Empezaré por las medidas de tu cintura." Informó la chica cogiendo una cinta métrica. "Levanta las manos."

Yo me coloqué enfrente de ella y extendí los brazos tal y como me pidió, pero mientras colocaba la cinta alrededor de mi cintura, me fijé que en la parte del tocador más cercana a nosotras habían unas grandes tijeras, las cuales me estaban pidiendo a gritos que las agarrara.

"Ahora necesito las medidas de tus brazos." Dijo Tsumugi haciendo que desviara mi mirada rápidamente del tocador.

"S-Sí claro." Afirmé dejando que manipulara a su antojo mi brazo con la cinta métrica.

"No estás nada mal, podrías hacer cosplay más a menudo." Alegó la chica. "Tienes el cuerpo ideal."

Sin embargo, yo no podía prestar atención a sus palabras ya que las tijeras volvieron a captar mi atención.

En ese instante un sentimiento de impotencia azotó mi cuerpo. Desde un principio yo supe quién era la mastermind y no hice nada para evitar que continuara con su maquiavélico juego.

Sabiendo exactamente quienes son los villanos no he intentado atraparlos ni acabar con ellos, la verdadera villana soy yo por dejar que todo esto pasase. Por culpa de mi cobardía han muerto inocentes ¿Eso es lo que quiero, que Tsumugi gane?

La rabia comenzó a apoderarse de mí, Monokuma ha estado burlándose de mí todo este tiempo y Tsumugi ha estado jugando conmigo. Debo dejar de lamentarme por las cosas que no he hecho y actuar de una vez. Esta vez voy a hacer lo que tuve que haber hecho hace mucho tiempo.

Las tijeras eran lo único que llenaban mi campo de visión, no quise pensar en las consecuencias. A pesar de que Tenko y Himiko estaban al otro lado de la cortina, debía hacerlo, debía acabar con todo, esta es mi oportunidad.

Sin pensarlo dos veces me solté del agarre de Tsumugi y me acerqué al tocador cogiendo las tijeras con gran agilidad. Antes de que la chica fuera consciente de lo que estaba pasando, le clavé las enormes tijeras en la parte baja del abdomen sin ningún escrúpulo.

La chica me miró con terror y soltó un gritó ahogado mientras yo daba varios pasos hacia detrás dándome cuenta de lo que había hecho.

Justo en ese momento Tenko y Himiko abrieron la cortina presenciando aquella espeluznante escena y el pánico se apoderó de ellas.

Temblando a más no poder miré mis manos ensangrentadas, ¿qué he hecho?

"Tierra llamando a (T/N)." Una voz me devolvió a la realidad, Tsumugi estaba vivita y coleando en frente de mí agitando sus brazos con la intención de captar mi atención.

Me lo había imaginado todo....

A pesar de la rabia interna, seguía siendo una cobarde que solo pudo imaginar como mataba a su enemigo en lugar de llevar a cabo la acción.

"¿Me estás escuchando?" Preguntó Tsumugi algo molesta.

"Eh, s-sí." Tartamudeé sin quitar la vista de aquellas tijeras.

Tsumugi se dio cuenta de que mi mirada estaba fija en algo que había en la mesa del tocador. Cuando giró su cabeza vio esa herramienta que tanto llamaba mi atención. Lentamente se dirigió hacia ella y la agarró con sumo cuidado.

"¿Pensabas hacer algo con esto?" Preguntó amenazante mientras hacía rodar las tijeras con sus dedos.

Yo tragué saliva nerviosa y mi cuerpo comenzó a tensarse.

"Yo que tú no intentaría este tipo de cosas." Dijo mientras se acercaba cada vez más a mí. "Lo digo por tu bien."

"N-No intentaba nada...." Tartamudeé al contestar con los pelos de punta.

Tsumugi bajó la mirada para esconder la sonrisa macabra que se estaba formando en su rostro. "Creo que me subestimas."

"N-No sé de q-qué hablas." Un temblor nervioso se apoderó de mí.

"No hagas ninguna locura o pagarás las consecuencias." Ella se acercó aún más con astucia en su mirada. "Es mejor que nos llevemos bien."

Justo en ese instante se oyeron unos pasos detrás de la cortina, Tsumugi se separó de mí y cambió su expresión a una dulce e ingenua.

Tenko abrió la cortina dejando entrever su cabeza. "Oye chicas, ¿cuánto os queda?"

"Ya casi estamos, tuvimos un contratiempo pero ya lo hemos arreglado, ¿verdad, (T/N)?" Tsumugi me dedicó una falsa sonrisa.

"S-Sí." Respondí entre dientes mientras temblaba levemente.

Tenko me miró con el ceño fruncido. "¿Estás bien (T/N)?, estás un poco pálida."

"Justo estábamos hablando de eso, creo que se le ha bajado un poco la tensión." Contestó la chica de pelo azul cruzándose de bazos.

"Estoy bien, solo me he mareado un poco." Dije mirando a Tsumugi de soslayo.

Tenko no pareció conformarse con mi respuesta, pero no insistió más y volvió a cerrar la cortina.

Cuando finalmente Tsumugi terminó de tomarme las medidas, volvimos a reunirnos con las otras dos chicas, pero en lugar de quedarme con ellas preparando los cosplays decidí inventarme una excusa y huir de ese laboratorio rápidamente.

Corriendo lo más veloz que me permitían mis piernas, llegué a mi dormitorio y me tiré en la cama boca arriba con las manos tapando mi rostro.

Tsumugi me ha amenazando y esta vez no han sido imaginaciones mías, me ha hecho saber que si intento hacer algo contra ella tomará represalias. ¿Cuánto sabe Tsumugi de mí? Dijo que no la subestimara, eso significa que sabe más de lo que creo. Tengo que andarme con cuidado ahora que me tiene en su punto de mira.

Una impotente rabia emergió de mí y mis manos comenzaron a temblar, de nuevo los pensamientos negativos llenaron mi mente.

En ese momento se oyó un click al otro lado de la puerta y me incorporé rápidamente. Perpleja vi como la puerta se abría de par en par dejando a mi vista un Kokichi con expresión traviesa, el cual entró con gran agilidad y cerró de prisa la puerta tras de sí.

Me quedé perpleja mirándolo. "¿Kokichi?"

"Baja la voz o me descubrirá." Se quejó el chico.

"¿Qué haces en mi habitación?" Pregunté estupefacta intentando ocultar el tembleque por los acontecimientos ocurridos hace unos minutos.

"Estoy huyendo del pesado Kaito." Respondió el chico con una amplia sonrisa. "Estoy seguro de que aquí no me encontrará."

"¿Tenías que entrar en mi habitación?" Dije rodando los ojos.

Aún así, estaba agradecida de que el chico hubiera entrado y evitado que la desesperación me consumiera.

"Era la más cerca que tenía." Dijo con una pícara expresión que daba a entender que mentía. "Ahora podemos continuar lo que dejamos a medias."

A pesar de que mi cara comenzó a arder por el comentario, mi expresión no era una muy animada y el chico se dio cuenta de eso.

"Es broma, creo que Kaito ya se ha ido...." Kokichi se dirigió de nuevo a la puerta para abrirla y marcharse.

"N-No te vayas, por favor." Conseguí musitar por lo bajo pero lo suficientemente alto para que el chico me escuchara.

Cuando oyó mis palabras la mano que se dirigía al pomo de la puerta se paró en seco y a pesar de que me estaba dando ligeramente la espalda, pude ver como un color rosa palo cubría sus mejillas.

Me levanté de la cama y avancé hasta el chico, el cual aún me daba la espalda sorprendido de mis palabras. Delicadamente apoyé mis brazos en su dorso y escondí mi cara entre ellos. Kokichi al notar mi cuerpo apoyado en su espalda no movió ni un músculo quedándose en esa misma posición.

Pronto el tembleque y nerviosismo que había provocado la actitud de Tsumugi fue reemplazado por una sensación de paz y serenidad. El simple hecho de establecer contacto con el chico era capaz de calmar mis nervios, definitivamente Kokichi tenía cierto efecto en mí.

"¿Estás bien?" Preguntó en voz baja el líder sin moverse ni un centímetro.

"S-Sí, solo necesito quedarme así un rato más." Dije sonrojándome terriblemente.

Después de unos segundo sin cambiar de posición me despegué de su espalda provocando que el chico se girara rápidamente para mirarme. Kokichi me analizó con la mirada en busca de algún signo que justificara mi reciente actitud, pero no pudo encontrara nada, solo le mostré una dulce sonrisa.

"Gracias."

El chico desvió la mirada intentando disimular el ligero color rojo de sus mejillas. "N-No puedes hacer estas cosas sin avisar."

Solté varias risitas y me dispuse a abrir la puerta para comprobar si Kaito seguía ahí fuera.

"No hay moros en la costa." Anuncié con entusiasmo.

Kokichi seguía algo mareado por lo que acabada de pasar, pero pronto se recuperó y salió de mi habitación con su sonrisa perversa de siempre. "La próxima vez que me persiga ya sé a qué dormitorio voy a entrar."

Cuando el chico desapareció por el fondo del pasillo una sonrisa se formó en mi rostro, es increíble como es capaz de cambiarte el ánimo una persona solo con su presencia.

Finalmente decidí dar una vuelta por la academia sin ningún objetivo concreto, aunque evitando obviamente subir al laboratorio de Tsumugi.

Al cabo de un rato, pasé por el comedor y me di cuenta de que Kaito, Shuichi y Kiyo estaban hablando agitadamente, bueno más bien solo Kaito, los otros dos se veían bastante serenos.

"¡Te digo que es imposible que exista algo así!" Bufó Kaito en pánico.

"Por eso se le llama mitología griega, Kaito." Le advirtió el detective.

Poco a poco me acerqué a los asientos del comedor para ponerme cómoda y unirme a la conversación.

"(T/N), has llegado en el momento adecuado." Espetó Kiyo. "Le estaba contando a Shuichi la verdadera historia acerca de Medusa."

"¿Medusa?" Los miré sorprendida. "¿Ese monstruo que convertía a la gente en piedra solo con mirarlos?"

"¡¡E-Eso es imposible, nadie puede convertir a nadie en piedra solo con una mirada!!" Bramó Kaito.

Kiyo se veía bastante molesto con la presencia del astronauta gritando en pánico.

"Todos conocéis su historia como un temible monstruo, ¿no es así?" Comenzó a contar Kiyo ignorando a Kaito.

"Así es, nunca oí una leyenda diferente acerca de ella." Declaró Shuichi pensativo.

"En realidad Medusa era originalmente conocida como la Diosa de la naturaleza." Explicó Kiyo apasionado.

"¿Diosa de la naturaleza?" Shuichi se quedó extrañado.

"¿Quieres decir que la leyenda que ronda alrededor de ella no es real?" Pregunté sorprendida.

"No, la leyenda es cierta, pero omite puntos importantes." Espetó Kiyo. "Al principio era considerada una Diosa, pero pronto se transformó en un vil y atroz monstruo que fue asesinado por un héroe."

"Phew, estaba pensando en asesinarla yo mismo, pero si se me han adelantado no puedo hacer nada." Anunció el astronauta con una sonrisa temblorosa.

Kiyo lo miró amenazante en señal de que mantuviera su boca cerrada.

"¿Cómo llegó a convertirse en tal monstruo?" Preguntó Shuichi que parecía bastante interesado en el tema.

"La respuesta es clara, tiempo atrás el humano era incapaz de superar el poder de la naturaleza." Comenzó a explicar el chico. "Sin embargo, la humanidad empezó a desarrollar tácticas para domarla."

"¿Te refieres a cuando comenzamos a arar la tierra y eso?" Pregunté pensativa.

"Kehehe, en efecto, la existencia de una Diosa protectora de la naturaleza ya no era necesaria." Concluyó Kiyo. "Que se haya convertido en un monstruo a los ojos de los humanos es prueba de la dominación total de la naturaleza."

"¿Entonces por qué la gente cuenta la historia sin mencionar que era una Diosa?" Cuestioné expectante.

"Supongo que es una buena historia de terror." Contestó Shuichi.

"Kehehe, aunque hayamos dominado la naturaleza nunca podremos dominar la muerte." Anunció Kiyo bastante apasionado. "La historia de un monstruo que convierte a los humanos en piedra haciendo que éstos perezcan activa los estímulos temerosos."

"¡Y que lo digas, Kaito ya está sudando!" Exclamé soltando unas risitas.

"¿¡¿De qué estás hablando?!?" Bufó el astronauta sudando incluso más. "¡No me ha dado miedo esa historieta!"

"Ahora si me disculpan, tengo asuntos a los que atender." Kiyo se levantó de su asiento y se dirigió hacia la salida del comedor, me pregunto por qué tanta prisa por marcharse.

Justo cuando Kiyo desapareció por la puerta del comedor vi pasar a Rantaro como un haz fugaz. Me levanté rápidamente dispuesta a alcanzarlo, pero antes me debía despedir de ambos chicos.

"¿Luego vienes a la sesión de entrenamiento (T/N)?" Preguntó Shuichi antes de que me fuera.

"Shuichi, eso no se pregunta." Le reprochó Kaito. "¡Pues claro que vendrá, no nos podemos saltar un entrenamiento más!"

Yo mostré una sonrisa un poco forzada. "Sí, estaré allí."

Ambos chicos me sonrieron a modo de despedida, pero antes de irme me giré hacia el astronauta.

"Ah, y Kaito la próxima vez intenta no perseguir a Kokichi como loco." Dije entre risitas.

"¿Eh?" El chico me miró extrañado. "Yo no he perseguido a Kokichi."

Me quedé estupefacta ante la afirmación de Kaito, eso quiere decir que..... Kokichi mintió, nunca fue perseguido por el astronauta, solo fue una excusa para entrar a mi habitación. Una tonta sonrisa apareció en mi rostro la cual traté de eliminar moviendo mi cabeza de un lado a otro.

"No importa, nos vemos."

Una vez salí del comedor, me dispuse a alcanzar a Rantaro el cual estaba inmerso en sus pensamientos.

"¡Ey, Rantaro!" Le saludé mientras me colocaba a su lado. "¿Quieres dar una vuelta por la academia?"

Él me miró con su característica serenidad. "Me encantaría, pero Tsumugi quiere hacer una sesión de fotos y ha pedido mi ayuda."

Sus palabras me sentaron como una patada en el estómago, ¿Qué pretende Tsumugi?

"Oh, está bien, nos vemos luego supongo." Dije desviando mi mirada algo molesta.

"No te preocupes no tardaremos mucho." Me tranquilizó haciéndome unas caricias en la parte superior de mi cabeza.

Hice una mueca de desaprobación antes de que el chico continuara su camino hacia el laboratorio de la susodicha. ¿Por qué tenía que ir a ayudar de Tsumugi? Después de su amenaza no pienso acercarme a ella.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro