Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 45


"Solo nos queda este laboratorio." Advirtió Tsumugi señalando la tercera puerta.

"Por la decoración externa deduzco que es el de Shuichi." Especuló Rantaro.

"¿Deberíamos esperar a entrar con Shuichi o-?"

Tsumugi no pudo terminar su pregunta, tanto el detective como Kaito y Kiyo habían terminado de subir las escaleras y se encaminaban hacia nosotros.

"Otro piso más, esta academia es una cueva de misterios." Anunció Kiyo.

"¿Ya habéis terminado de investigar vuestra parte?" Pregunté sorprendida.

"En efecto, la pierda preciosa desbloqueaba el laboratorio de Keebo." Informó Shuichi. "Pero no pudimos acceder a él ya que...."

"Fue ejecutado cruelmente." Kiyo completó la frase.

"Sí..., está justo encima del de Miu, pero ya no es viable." Comunicó el detective.

"A diferencia del de Miu, que aún se puede entrar pues fue ejecutada después de que se abriera su laboratorio." Espetó Kiyo con su aura misteriosa.

"Es una pena que no podamos explorar los laboratorios de aquellos que ya han fallecido." Se lamentó Tsumugi.

"¿Y esta nueva área qué se supone que es?" Preguntó Kaito rascándose la nuca.

"Es la mueva planta que desbloqueamos con el peón." Anunció Tsumugi.

"Parecen todo laboratorios." Espetó Kiyo.

"Shuichi, ¿ese no es el tuyo?" Preguntó Kaito señalando la puerta por la que estábamos apunto de entrar.

"Es el único que nos queda por investigar, puedes hacer los honores." Dijo Rantaro animando al detective a entrar primero.

"¿No deberíamos investigar los otros dos antes?" Cuestionó Shuichi.

"Ya hemos investigado los otros dos, tanto mi laboratorio como el de (T/N)." Le comunicó Tsumugi.

"¿Se ha abierto tu laboratorio?" Shuichi me miró estupefacto. "¿Has encontrado pistas que indiquen cuál es tu talento?

"N-No...., estaba vacío." Respondí decepcionada.

"¿Un laboratorio vacío?" Cuestionó Kiyo con tono acusatorio. "Eso es muy sospechoso, puede que no tengas ningún talento."

"N-No lo se." Contesté nerviosa.

"Seguramente lo haya hecho Monokuma adrede para hacernos sospechosos, al igual que borró la memoria de nuestro talentos." Me defendió Rantaro.

"Tiene sentido, es algo que haría Monokuma." Añadió Kaito.

"Ya imaginaba que no nos pondría tan fácil el deducir vuestros talentos." Dijo Shuichi con una mano en la barbilla.

"¿Tu laboratorio estaba completamente vacío?" Insistió Kiyo con su tono acusador.

"B-Bueno, encontramos esto..." Admití enseñándoles la llave que colgaba de mi cuello.

"¿Una llave?" Kaito me miró sorprendido. "¿Para qué?"

"¿Es la llave de tu laboratorio?" Preguntó Shuichi acertado. "Aunque niguno de los otros tenía una."

"Pues s-."

Cuando estaba a punto de confirmar la teoría de Shuichi, Rantaro se adelantó y contestó por mí.

"Aún no sabemos que abre esa llave, lo probamos en su laboratorio pero no encajo con la cerradura." Dijo sin ningún tipo de titubeos.

¿Huh? Rantaro estaba mintiendo, pero Tsumugi lo sabe, seguramente le destape la mentir-

Mis ojos y boca se abrieron de par en par cuando escuché las palabras de Tsumugi. "Es verdad, lo probamos pero la llave no coincidia."

¿Qué? ¿Tsumugi le había seguido el juego a Rantaro o estaba alucinando?

"Seguramente será alguna argucia de Monokuma para hacernos perder el tiempo." Terminó diciendo Rantaro.

"Puede ser." Dijo Shuichi mirándonos no muy convencido. "De todas formas no la pierdas de vista por si la necesitamos en un futuro."

"¿Entramos ya o qué?" Preguntó Kaito desesperado.

Dicho esto, Shuichi se encaminó a la puerta de su laboratorio para adentrarse en él, todos los allí presentes imitamos sus pasos.

Su laboratorio hacía honor a su título como detective, había una chimenea al fondo de la sala que esparcía un ambiente misterioso y sereno, junto a ella se podía observar una antigua mecedora que se sumaba a la atmósfera intrigante. Además habían varias estanterías con distintos venenos y medicinas con sus respectivas etiquetas.

"¡Wow Shuichi, tu laboratorio es escalofriante!" Exclamó el astronauta.

"Debo admitir que el aura que transmite esta habitación me llena de enardecimiento." Anunció Kiyo.

"Lo que no entiendo son las medicinas y venenos." Dijo Shuichi analizando cada estantería con detenimiento.

"Existe una fina línea entre ser un criminal y un detective." Espetó Kiyo.

"Seguramente han sido colocados por monokuma para incitar a un asesinato." Contesté mirando especialmente a Tsumugi, cuya expresión permaneció impasible.

Cuando Shuichi terminó de inspeccionar cada rincón de su laboratorio, decidimos que ya era hora de volver al punto de encuentro para compartir nuestros descubrimientos con los otros tres estudiantes.

Una vez en el comedor, Tenko, Himiko y Gonta nos contaron que su rosa de plástico abría una especie de invernadero. Esa nueva área no aparecía en el juego, pero he cambiado tanto la historia que no me sorprende.

La mayoría de estudiantes se dispersaron una vez compartimos toda la información.

"¡(T/N) tienes que venir con nosotras al invernadero, hay una plantación enorme con distintas frutas!" Exclamó Tenko acercándose a mí con una sonrisa.

"Hay hasta fresas con muy buena pinta." Dijo Himiko ilusionada.

"Gonta amar como abejas recolectar el polen en flores." Añadió entusiasmado Gonta.

"¡Himiko quiere preparar un brebaje mágico alucinante!" Dijo Tenko cogiendo mi muñeca. "¡No te lo puedes perder!"

"Es una gran fuente de mana, solía hacermelo antes de actuar en los shows con mi master." Explicó la maga con emoción.

"Id yendo vosotras, os alcanzo en unos minutos." Respondí con una sonrisa forzada. "Quiero hablar con Rantaro un segundo."

Tenko me soltó de la muñeca y miró a Rantaro con el ceño fruncido. "Esta bien, pero no pierdas mucho tiempo con ese hombre degenerado." Advirtió antes de salir por la puerta junto a Gonta y Himiko.

Ahora que quedabamos solo Tsumugi, Rantaro y yo en el comedor me acerqué a ellos y dirigí mi mirada hacia el chico.

"¿Por qué mentiste sobre la llave, Rantaro?" Pregunté curiosa, no era algo habitual que el mintiera tan deliberadamente.

"Es preferible así, cuantas menos personas sepan acerca de que esa llave abre tu laboratorio mejor." Respondió bajando la voz.

"Yo te he seguido la mentira porque imaginaba que lo hacías para evitar que sospecharan de (T/N)." Agregó Tsumugi.

"Así es." Confirmó firmemente. "Si alguien se entera de que tu laboratorio tiene llave pueden utilizarlo para cometer un crimen, o incluso hacerte daño para conseguirla."

"Osea que lo hiciste para proteger a (T/N)." Espetó Tsumugi entusiasmada. "Que el laboratorio sea insonoro y tenga llave lo convierte en una perfecta escena del crimen."

"Pensándolo de esa manera da cierto miedo." Dije nerviosa.

"Mientras menos gente sepa de esa llave menos tendremos que preocuparnos." Dijo Rantaro colocando una mano en mi hombro para tranquilizarme.

"Podéis estar tranquilos, guardaré bien el secreto." Nos tranquilizó Tsumugi, aunque no se si creer sus palabras.

"Te lo agradecería." Dijo Rantaro con una amplia sonrisa.

"No pensaba que fueras tan protector Rantaro, pero no me sorprende estáis muy juntos últimamente." Tsumugi cambió su expresión a una genuina. "Quién iba a decir que se formarían parejas tan rápido."

"¿¿¿Parejas???" Abrí los ojos como platos ante su comentario, ¿qué estaba insinuando?

"Tsumugi, creo que lo has malinterpretado." Espetó Rantaro con una mano en la nuca.

Pero Tsumugi no nos estaba escuchando, parecía estar en su mundo. "Me recordais a los protagonistas de un shojo." Dijo emocionada. "Si fuera así, yo os shippeaba."

"¡¡Tsumugi no somos pareja!!" Exclamé alarmada y empezando a sentir como los colores me subían a la cara.

"Debo admitir que os veis muy monos." Anunció bastante animada.

Estaba claro que lo estaba haciendo adrede...., Tsumugi se estaba divierto bastante viendo mi alterada reacción y como mis mejillas se coloreaban terriblemente, pero para mi sorpresa no era la única, Rantaro también soltó varias risitas por lo bajo.

"¡¡He dicho que no-!!" Intenté quejarme pero Tsumugi me cortó.

"Tranquilos, ese secreto también está a salvo conmigo." Dijo guiñándonos un ojo, acto que hizo que los calores me subiera más que nunca, ardía tanto que podría encender una vela solo acercándome a ella.

"Bueno mi función aquí ya ha terminado, estaré en mi laboratorio por si me necesitáis." La chica se despidió con una sonrisa triunfal como si hubiera logrado su objetivo.

Yo me quedé roja a más no poder mientras Tsumugi desparecia por la puerta del comedor. A continuación Rantaro se despidió de mí con una sincera sonrisa y varios toques delicados en mi cabeza.

Después de recuperarme de ese infortunio, recordé que Tenko y Himiko me habían invitado a ir con ellas al invernadero para preparar una especie de pócima. Pasar tiempo con ellas no me vendría mal y me interesaba explorar esa nueva área, pero antes había algo más importante que debía hacer.

Fui al congelador para agarrar varias piezas de hielo y juntarlas en una pequeña bolsa. Kokichi había recibido un buen golpe antes y el frío evitaría que se le formara un gran moretón.

Decidida me planté enfrente de la puerta de su habitación y di varios toques en ella con nerviosismo. Sin embargo, no obtuve respuesta por su parte, quizá no estaba en su habitación.

"¿Kokichi?" Lo llamé por si podía escucharme tras la puerta.

Justo cuando estaba a punto de rendirme y dar media vuelta, el chico abrió lentamente la puerta de manera que solo dejaba entrever su cabeza, era como si estuviera evitando que mirara al interior de su dormitorio. Al principio el chico se sorprendió al verme pero rápidamente cambió su expresión a la maliciosa de siempre.

"¿Qué ocurre, ha muerto alguien?" Preguntó con una sonrisa perversa.

"Em no, he venido a traerte hielo para que el moretón no se inflame más de lo que ya lo está." Dije observando la mejilla hinchada del chico debido a ese gran puñetazo que le había dado Kaito.

Kokichi me miró perplejo por unos segundos mientras yo le tendía la bolsa con los hielos y mostraba mi mejor sonrisa.

"¿No estás enfadada conmigo?" Preguntó sorprendido con ojos brillantes y curiosos.

Yo expulsé un suspiro antes de responder. "Si te soy sincera, lo de los martillos me irritó un poco, pero eso no va a evitar que me preocupe por ti."

Kokichi soltó una risita que parecía más un suspiro de alivio.

"Vas a hacer que me sonroje." Espetó con una sonrisa juguetona. "Está bien, aceptaré tu ofrenda."

El chico agarró la bolsa feliz y se dispuso a cerrar la puerta.

"¡Espera!" Exclamé evitando con mi mano que la puerta se cerrase. "¿Puedo preguntar porque lo hiciste?"

"¿Por qué rompí los martillos?" Preguntó con un tono inocente.

Yo asentí tímidamente, necesitaba saber la razón de sus actos, no podía aceptar que lo hubiera hecho por simple diversión.

"Mmm, espera." Kokichi cerró la puerta rápidamente dejandome perpleja, pero obedecí y esperé paciente a que el chico la volviera a abrir, si es que lo hacía.

Pasado menos de un minuto el chico abrió de nuevo la puerta, esta vez con más energía y con una amplia sonrisa. "Ya está, puedes pasar."

Yo lo miré atónita. "¿Vas a dejarme entrar?"

Estaba claro que Kokichi escondía algo en su habitación que no quería que nadie viera. Era demasiado cuidadoso y no dejaba que nadie si quiera se acercase a su puerta. Seguramente ha ocultado esas cosas que no quiere que sean vistas cuando me ha dicho que espere.

"Así es." Afirmó con un sonrisa pícara. "¿Estás nerviosa?"

"¡P-Por supuesto que no!" Repliqué desviando la mirada.

"¡Pues deberías!" Exclamó juguetón. "Una vez que entres puede que no vuelvas a salir."

"Muy gracioso." Dije sarcástica.

El chico me dejó paso a su habitación y en cuanto puse un pie en el interior sentí un pequeño cosquilleo en el estómago y aumentó notablemente mi nerviosismo.

Una vez dentro eché un vistazo rápido a su dormitorio, era prácticamente igual que el mío solo que de distinto color y más desordenado. Además me fijé que la pizarra, que sabía que Kokichi tenía en su dormitorio, estaba tapada con una especie de manta. No quiere que lea lo que ha escrito en ella....

En ese momento el chico cerró de un golpe la puerta haciéndome dar un pequeño brinco y se acercó a mí con una sonrisa maliciosa. "¿Lista para un juego?"

"¿Q-Qué?" Espeté nerviosa mientras veía como el chico se acercaba a mí. "Kokichi no he entrado para es-."

No pude terminar la frase, el líder se plantó justo delante de mí con una expresión traviesa. "¿Creías que te daría la respuesta gratis?"

"¿Q-Qué juego?" Pregunté nerviosa, pues el chico se encontraba a penas a unos centímetros de mí.

"¡Uno muy retorcido!" Exclamó emocionado.

"..." Yo solo tragué saliva esperando que no fuera como la última vez en la que él acabó hiriéndose a sí mismo.

"¡Es broma!" Exclamó sonriente haciéndome soltar un suspiro de alivio. "Solo quiero que contestes a mis preguntas si quieres que yo responda la tuya."

Dicho esto Kokichi se sentó al borde de su cama mientras colocaba la bolsa de hielo en su mejilla para bajar la inflamación. Seguidamente hizo un gesto para que tomara asiento a su lado y me senté algo nerviosa.

"¿Qué clase de preguntas?" Dije nerviosa.

"Quiero saber qué estudiantes te parecen sospechosos o posibles mastermind." Contestó con una amplia sonrisa.

"¿Estás pidiendo mi opinión?" Pregunté estupefacta. "¿Desde cuándo te importa lo que yo piense de-?

"¡Solo contesta!" Me interrumpió él con falso enfado. "Así podré reducir mi lista de sospechosos y concluir mi investigación."

"¿Y si yo soy la mastermind?" Dije intentando molestarlo.

"En ese caso estaría en problemas, podrías matarme aquí mismo." Espetó inclinando su cuerpo hacia mí con una sonrisa de medio lado. "Pero estoy seguro de que no lo eres, la mente maestra tiene que ser inteligente."

"¡Ey!, ¿¡Qué estás insinuando!?" Exclamé molesta haciendo que Kokichi soltara unas tiernas risitas que hicieron que me sonrojara ligeramente. "Está bien, puedes empezar."

No sabía exactamente por qué Kokichi quería saber mi opinión pero desde luego está es mi oportunidad para poner a Tsumugi en su punto de mira.

"¡La primera estudiante será Tenko!" Anunció con entusiasmo. "¿Qué piensas de ella?"

"No es la mastermind, protege demasiado a Himiko y nunca mataría a alguien dejándo a la maga detrás." Respondí con seguridad.

"¿Y Suichi?" Preguntó inclinando levemente su cabeza, gesto que me pareció adorable.

"Es muy perspicaz y podemos confiar en él, nos lo ha demostrado en los juicios." Dije firmemente. "No es el mastermind.

"¿Te gustan los dulces? Preguntó de repente.

"Eh, si supongo pero-." Antes de poder protestar Kokichi volvió a hablar.

"¿Qué opinas de Himiko?"

"Es demasiado vaga para ser la mastermind." Concluí soltando una risita.

"¿Crees que Kaito será el próximo asesino?" Dijo con una sonrisa perversa.

"Kaito nunca mataría a nadie y dudo mucho que sea el mastermind." Contesté con certeza.

"Cierto, alguien tan crédulo como Kaito no podría ser la mente marstra." Dijo burlón. "¿Cuál es tu hobby favorito?"

"El volleyball." Respondí rápidamente dándome cuenta de que esa pregunta estaba fuera de lugar, pero antes de que pudiera rechistar Kokichi estaba haciéndome la siguiente pregunta.

"¿Y Gonta?"

"Gonta es demasiado caballeroso y humilde, es literalmente imposible que sea la mente maestra."

"¿Qué tres cosas aprecias en una persona? Preguntó Kokichi expectante.

"Que sea inteligente, carismático y que tenga sentido del humor." Contesté sin pensar. "Espera eso no-."

"¿Qué me dices de Tsumugi?"

Abrí los ojos de par en par al escuchar ese nombre. "Bueno, ella....., es sospechosa."

"¿Enserio?" Preguntó estupefacto. "¿Tsumugi?"

"Destaca tan poco y está tan a la sombra que no sería extraño que fuera la mastermind." Repliqué intentado ocultar que sabía más de lo que hacía ver.

"Entiendo, es tan poco sospechosa que eso la hace aún más sospechosa." Exclamó sonriente. "Kiyo si es sospechoso."

"Kiyo sería capaz de matar a alguien pero dudo que sea la mente maestra." Dije con firmeza.

De repente la expresión de Kokichi se volvió más seria. "¿Y Rantaro?"

"De ninguna manera puede ser el mastermind, confío bastante en él." Respondí rápidamente.

"¿A qué se debe esa confianza?" Preguntó con algo de molestia.

"No lo sé, simplemente compaginamos bastante bien." Dije sin pensar. "Sé que tú dices que no debemos confiar en nadie en un Killing Game pero-."

"¿Te gusta?" Kokichi me miró con una expresión que no podía descifrar.

"¿¿Qué??, ¡¡No!!" Exclamé alarmada. "¿¡Por qué me estás haciendo estas preguntas!?, ¡no tienen nada que ver con tu investigación!"

Durante los últimos treinta minutos Kokichi ha estado preguntando mi opinión acerca de los distintos estudiantes, pero por alguna razón algunas preguntas eran sobre mis preferencias.

"No importa, ya me he aburrido." Dijo frunciendo el ceño. "Contestaré a tu pregunta."

"Más te vale no mentir." Advertí achinando los ojos.

Kokichi me lanzó una sonrisa perversa como diciéndome que no me podía asegurar que fuese a decir la verdad.

"La razón por la que rompí los martillos fue porque no funcionaban." Dijo de repente.

"¿Q-Qué?" Tartamudeé atónita.

"Intenté usarlos en el túnel que intentamos cruzar con Kaede para llegar a la salida y no funcionaron, Miu no los llegó a terminar del todo." Explicó el chico mirándome fijamente.

"¿Kokichi estás mintiendo?" Pregunté con desconfianza.

El chico me miró con una expresión traviesa antes de contestar. "Quién sabe."

"¡Eso no es lo que acordam-!"

Estaba a punto de rechistar cuando el chico dejó a un lado la bolsa de hielo y sujetó delicadamente mi mano para llevarla hacia su mejilla, justo donde se encontraba el moretón.

"¿Kokichi que haces?" Pregunté nerviosa intentando retirar mi mano de su mejilla.

El chico gruñó enfadado cuando traté de retirarla. "Prefiero tu mano, me alivia mejor el dolor."

En ese momento mis mejillas se colorearon de un rosa intenso y mi corazón empezó a latir con fuerza amenazando con salirse de mi pecho.

Kokichi notó mi nerviosismo y sonrió divertido. Su mejilla estaba helada debido a la previa exposición del hielo, pero a su vez sentía el calor que emanaba de la palma de su mano agarrando el dorso de la mía.

Nos quedamos unos segundos mirándonos a los ojos sin decir una palabra y quedé hipnotizada con ese iris violeta que brillaba con gran intensidad. El calor empezó a subir por mi cuerpo y pude ver como el chico se sonrojaba ligeramente.

De repente miró mi cuello extrañado y soltó mi mano permitiendo que yo la retirara de su mejilla.

"¿Dónde encontraste ese colgante?" Preguntó señalando la llave que colgaba de mi cuello.

En ese momento desperté del trance en el que me había envuelto su mirada y contesté nerviosa. "E-En mi laboratorio."

"¿Lo han abierto?" Dijo sorprendido.

"Así es, pero no había nada dentro, era una habitación vacía." Expliqué jugando nerviosa con el collar. "Solo pude encontrar esta llave atada a una cuerda."

Él analizó mi mirada para comprobar si mentía o no. "¿Y sabes qué es lo que abre?"

Rantaro me dijo que cuantas menos personas supieran de la llave de mi laboratorio mejor, pero estoy segura de que en Kokichi puedo confiar. A pesar de lo que dice y hace algunas veces, sus intenciones no son del todo malvadas.

"Es para mi laboratorio, es el único que puede cerrarse." Dije finalmente.

Él abrió los ojos sorprendido y se acercó para observarla mejor, tomándola entre sus manos con cuidado de no tirar de mi cuello debido a la cuerda.

"¿En caso de que lo necesites?" Preguntó leyendo el escrito en el borde de la llave.

"No tengo ni idea de qué significa, pero siento que esta llave la he visto antes en algún lugar." Dije pensativa.

"A lo mejor Monokuma está jugando contigo." Espetó impasible volviendo a su posición inicial.

En ese momento recordé que le había prometido a Tenko que iría al invernadero con ellas. ¡Mierda, se me había olvidado! Me va a matar....

"¡Maldita sea, había quedado con Tenko y se me ha olvidado!" Exclamé poniéndome en pie.

"Oh, pero aún no hemos terminado de jugar." Dijo con una expresión pícara.

"¡Kokichi he respondido a todas tus preguntas!" Exclamé nerviosa.

"Está bien, no me lo he pasado tan mal contigo." Dijo con una amplia sonrisa. "¡Repitámoslo otro día!"

Dicho esto, salí de su habitación y corrí como si me fuera la vida en ello hasta el invernadero donde me esperaba una Tenko preocupada y enfadada a la vez.

"¡¡Al fin, ya iba a ver si ese hombre degenerado de Rantaro te había hecho algo!!" Bramó frunciendo el ceño.

No estaba expresamente con Rantaro pero será mejor no entrar en detalles para que no le dé un infarto de miocardio.

"N-No te preocupes estoy de una pieza." Dije con una sonrisa forzosa.

"¡Has llegado justo a tiempo!" Exclamó Himiko. "Ya sé qué ingredientes llevará mi pócima."

Ambas chicas estaban bastante emocionadas por preparar ese supuesto brebaje, yo por mi parte estaba observando con detenimiento cada rincón del invernadero. Era una especie de recinto cerrado de cristal, que estaba cubierto por un techo transparente que dejaba pasar los rayos del sol. La temperatura en su interior era ideal para el crecimiento de todo tipo de plantas, había desde los más extraños tipos como la carnívora, hasta los más comunes como manzanos y melocotoneros.

"Aquí tengo una lista de los ingredientes esenciales para mi pócima mágica." Himiko se veía más ilusionada que nunca a pesar de que solo era un batido de frutas.

"¡Himiko cuando está animada se ve tan mona!" Exclamó Tenko babeando.

"¡No me mires con esos ojos impuros!" Se quejó la maga.

Himiko me tendió la lista de ingredientes que había escrito ella misma en una nota y solté una risita al ver que se trataba de una simple bebida azucarada.

BREBAJE MÁGICO.
-5 fresas.
-Una cucharada de mermelada.
-Zumo de naranja.
-Regaliz fino.
-30 Semillas de Sésamo negro.
-2 cucharadas de azúcar.

"¿Estos son los ingredientes mágicos?" Pregunté entre risitas.

"¡Así es, ahora tendré mana infinito!" Anunció entusiasmada la maga.

"¡Yo te ayudaré a recolectar todo lo que necesites!" Exclamó Tenko con ojos brillantes.

Mientras las chicas recolectaban los ingredientes, decidí recorrer bien todos los pasillos de aquel gran recinto. Cuando llegué al fondo me encontré con una señal que avisaba de plantas peligrosas, al parecer había una sección específica llena de vegetación mortífera.

Esto puede ser un gran problema, hay que tener mucho cuidado, dije para mis adentros mirando en la lejanía las caras de felicidad que transmitían Tenko y Himiko. Una inevitable sonrisa apareció en mi rostro al ver lo bien que se llevaban, cosa que en el juego nunca pudo pasar, me alegro de que eso haya cambiado para bien.

Seguidamente me adentré en la zona de plantas peligrosas y vi que cada una tenía una etiqueta con su nombre y efectos.

Estramonio o semilla del diablo: Produce efectos alucinógenos y parálisis muscular que conducen a la muerte.

Filodendro: Tóxico mortal, una pequeña dosis es capaz de matar a diez personas de una sentada.

Trompeta de ángel: Produce psicosis y efectos alucinógenos, en casos extremos la muerte.

Y así, terminando de leer la mayoría de la etiquetas me di cuenta que todas tenían algo en común, la palabra muerte. Mi estómago comenzó a revolverse de solo pensar que alguien podía utilizarlas para un asesinato, aún no me había recuperado del de Miu y Keebo.

"¡(T/N)!" La voz de Tenko me sacó de mis pensamientos. "Ya hemos recolectado lo necesario, vamos a ir al laboratorio de Himiko par-."

Tenko se paró a media frase y me observó con detenimiento. "¿Estás bien?"

"S-Sí, es solo que estaba mirando estas posibles armas homicidas y no pude evitar pensar lo peor...." Dije desviando la mirada. "A veces no sé cómo hacéis para seguir con vuestras vidas con normalidad."

"Porque es lo único que nos queda." Respondió ella con un tono afligido. "Todos somos conscientes de que puede haber otro asesinato, por eso mismo debemos disfrutar lo máximo de los buenos momentos."

"Tenko..." Miré como la chica me mostraba una sonrisa temblorosa.

"¡Además, no pienso dejar que os pase nada a ti y a Himiko!" Exclamó decidida. "Sé que saldremos de aquí las tres juntas y nos convertiremos en buenas amigas."

Las palabras de Tenko me conmovieron tanto que tuve que retener una pequeña lágrima que amenzaba con salir.

"Debo admitir que te admiro Tenko." Dije mientras nos encaminábamos hacia fuera del invernadero donde nos esperaba Himiko. "Siempre intentas hacer lo posible por animar a Himiko independientemente de como te sientas tú."

"Deprimirse en estos momentos no ayuda, lo importante es enfrentar los miedos con una actitud positiva." Espetó con seguridad. "Eso era lo que siempre me decía mi master."

"¡Tienes razón!" Exclamé con el ánimo subido, es increíble como ha conseguido animarme en menos de un minuto. "No tenemos tiempo de lamentarnos, debemos unir fuerzas y salir de aquí."

"¡Ese es el espíritu!" Exclamó Himiko cuando llegamos a su lado. "Espera, ¿de qué estabais hablando?"

Tenko y yo nos miramos divertidas y soltamos varias risitas mientras la maga nos miraba con confusión.

"¡¡Chicas!!" Shuichi vino corriendo hacia nosotras con la respiración agitada. "¿No os habéis enterado?"

"¿Enterarnos de qué?" Preguntó Himiko.

"Hemos encontrado otra linterna de flashbacks." Respondió el detective.

Yo tragué saliva nerviosa, sabía lo que eso significaba.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro