Capítulo 35
Me dirigí directamente hacia el sótano y por el camino me encontré a Kaito y Shuichi conversando agitadamente. Como buena persona curiosa me acerqué a los dos chicos.
"¡De ninguna manera voy a ir a la casa del terror!" Declaró Kaito resignado.
Así que están hablando sobre el proyecto de Rantaro.
Dubitativa decidí intervenir. "¿Por qué no le das una oportunidad a Rantaro?, seguro que acaba siendo una tarde deleitable."
"No es eso..." Respondió Kaito a la vez que apartaba su mirada hacia un lado. "N-no quiero que paséis un mal rato."
"Kaito... ¿Hablas de nosotros o de ti mismo?" Preguntó Shuichi con una sonrisa forzada.
"¿Huhh..?" Kaito se giró hacia Shuichi con tono irritado. "¿Qué te hace pensar que hablo por mí? No me importa ir a la casa del terror, n-no tengo miedo, l-lo digo por ustedes."
Claramente está mintiendo, pero no creo que lo admita. "¡Genial! Entonces debemos dirigirnos hacia el sótano, ya llegamos tarde."
"Estoy de acuerdo con (T/N)." Shuichi me mostró una sonrisa sincera. "Rantaro recalcó la puntualidad."
Estaba claro que Kaito tenía miedo de ir al pasaje del terror, pero su orgullo no le iba dejar admitirlo.
"Tss... está bien, pero luego no digáis que no os avisé." Rechinó el chico.
Dicho esto nos dirigimos al sótano, donde encontramos a Tsumugi delante de la puerta cerrada que conduciría directamente hacia el pasaje del terror. Ésta llevaba un atuendo bastante terrorífico y sangriento, al lado se encontraba Rantaro, Tenko, Himiko y Miu.
Parece que Rantaro ha conseguido reunirnos a todos.
Detrás de Tsumugi habían unos muñecos terroríficos que me llegaban por la cintura, eran bastante altos y anchos. Me resultaban bastante familiar, creo que eran los que estaba modificando Miu ayer.
"Tsumugi has hecho un trabajo fantástico con el maquillaje." A pesar de que la deteste por obvias razones, he de reconocer que ha puesto todo su empeño en el vestuario.
"Gracias (T/N), me he basado sobretodo en el terror japonés para el maquillaje y la vestimenta" Me regaló una sonrisa, la cual no sabría decir si era falsa o no.
"Parece que estamos todos." Anunció Rantaro contento. "Comencemos esta aventura por el pasaje del terror."
"Nyehh...¿Tú también vienes Rantaro?" Preguntó perezosamente Himiko.
Rantaro colocó una mano en la parte posterior de su cabeza. "Quiero asegurarme de que todo sale bien."
"¿Entonces no participas en la casa del terror?" Preguntó Tenko confundida.
"He organizado la mayoría de los eventos que veréis, pero decidí no incluirme y ser un mero espectador." Explicó con una sonrisa.
Rantaro realmente ha puesto mucho empeño en este espectáculo. Estoy ansiosa por ver como han decorado todo.
"Escuchad pequeñas bolsas de basura mal oliente." Miu alzó la voz captando toda nuestra atención. "¿Podemos empezar de una vez esta estúpida atracción? Tengo mejores cosas que hacer que reunirme con ustedes, ¡Cabezas de queso!"
"Aún estamos a tiempo de negarnos a entrar ¿cierto?" Ignorando el comentario de Miu, Kaito lanzó una mirada de socorro a Shuichi.
"No creo que debamos hacerle el feo a Rantaro." Dijo el detective acabando con las esperanzas de Kaito por dar media vuelta.
"Bienvenidos al pasaje del terror." Tsumugi comenzó a meterse en su papel. "Estáis a punto de entrar a lo que fue la casa de una familia asesinada tiempo atrás. Se comenta que aún los espíritus de éstos vagan por la casa buscando cuerpos que poseer."
La cara de Kaito pasó de un blanco pálido a un blanco nuclear. Si tuviera que jurar, diría que en ese momento su alma se separó de su cuerpo.
"E-eso es m-mentira, ¿V-verdad?" Tartamudeó Tenko.
"T-tenk-ko n-no t-tartamudees, t-todo saldrá b-bien." Dijo Himiko tartamudeando y temblando aún más que la propia Tenko. "M-mi magia n-nos protegerá."
"Este es el mapa de la casa del terror." Anunció Tsumugi mientras nos enseñaba un trozo de papel donde había dibujado un mapa. "Debéis seguir una ruta específica, de manera que primero pasaréis por la primera habitación, luego la segunda y finalmente la tercera. Kokichi os estará esperando en el pasillo que está detrás de la puerta de la tercera habitación."
"¿¿Qué es eso de habitación maldita??" Preguntó Kaito alarmado señalando el mapa.
"Ya lo averiguaras." Dijo con una sonrisa diabólica Tsumugi.
Kaito tragó saliva y comenzó a temblar.
"Estos muñecos terroríficos os guiarán durante todo el trayecto, indicando la ruta ha seguir." Explicó Tsumugi señalando los grandes muñecos que Miu estaba modificando el otro día. "Por favor no os salgáis de la ruta, podría entorpecer la experiencia."
"¡Ya me podéis dar las gracias, esos muñecos son mi creación!" Exclamó Miu orgullosa.
"Ya decía yo que eran muy feos..." Espetó Himiko con tono perezoso.
"En realidad los muñecos eran parte de la antigua decoración de este lugar, pero le pedí a Miu que les instalara un programa para que se movieran de forma autómata." Explicó Rantaro. "Así es menos probable que os perdáis."
"¡Y como soy una puta genia he instalado un programa que te permite elegir la ruta que los muñecos deben seguir!" Rió jocosa. "¡Incluso son capaces de buscar su zona de carga ellos solos!"
"¿Necesitan carga?" Preguntó Kaito.
"¿¡Pues claro cómo te crees que funcionan!?" Preguntó Miu como si Kaito hubiera preguntado algo estúpido. "¡Con electricidad cara huevo!"
"La batería no dura mucho, pero no os preocupéis, los muñecos van solos a cargarse al almacén." Enunció Rantaro con una sonrisa.
Una vez que Tsumugi nos indicó por donde debíamos ir, nos explicó que debíamos entrar de dos en dos, siendo uno de nosotros un grupo de tres puesto que éramos impares. Habían tres muñecos para cada respectiva pareja, éstos nos guiarían durante nuestro trayecto.
"En ese caso, yo iré con Shuichi y (T/N)." Dijo rápidamente Kaito. "Los protegeré de los espíritus."
"Más bien al revés." Reí divertida.
"¡¡Yo voy con Himiko!!" Exclamó Tenko abrazando a la chica. "¡La protegeré pase lo que pase!"
"M-Me estás a-apretando." Se quejó la maga.
"Yo iré con Miu entonces." Anunció Rantaro.
"¿Por qué tendría que ir contigo, aguacate podrido?" Preguntó irritada la chica.
"Porque sois los únicos que quedáis." Dije como si fuera lo más obvio del mundo.
"¡Rantaro, más te vale no intentar nada raro cuando estéis a oscuras!" Le advirtió Tenko. "¡O te destrozaré con mis técnicas de Aikido!"
"Tranquila, no tenía intención de hacer nada." Dijo Rantaro sonriendo forzosamente.
"¿Quién quiere ir el primero?" Preguntó Tsumugi.
"¡¡Tenko y Himiko!!" Respondió Kaito rápidamente.
"Nyeh..., no decidas por nosotras." Le reprendió la maga.
"Es por vuestro bien, nosotros tres seremos los últimos." Dijo Kaito nervioso. "L-Los últimos son los más valientes."
"¡Como tiembles más te confundirán con un vibrador!" Se burló Miu mientras señalaba a Kaito.
"Entonces irán Himiko y Tenko, Rantaro y Miu y finalmente yo con Kaito y (T/N)." Resumió Shuichi.
Dicho esto, Tsumugi sacó un walkie-talkie del bolsillo de su disfraz. "Kokichi te mando a la primera pareja".
"Oki-Doki." Contestó la voz al otro lado del walkie-talkie.
"¿¡¿Pareja?!?" Preguntó Tenko sonrojada y babeando.
"Creo que no se refiere en sentido amoroso Tenko..." Dije entre risitas.
Tsumugi abrió la puerta del sótano y las dos chicas desaparecieron en la oscuridad de éste, junto a uno de los muñecos guía.
"¿P-por qué n-no vamos t-todos juntos?" Preguntó Kaito con tono agitado cuando escuchó gritos del interior que provenían de Tenko y Himiko.
"¿Quieres que te agarre de la mano también, chihuahua asustadizo?" Rió Miu con diversión.
"Las habitaciones son un poco pequeñas." Aclaró Rantaro. "Para una buena experiencia es mejor que seamos menos."
De repente desde el otro lado del walkie-talkie se escuchó la voz de Kokichi. "La primera pareja ha llegado sana y salva.....por ahora, ¡cambio y corto!"
Instintivamente pude imaginarme que cara estaba poniendo Kokichi en ese momento y se me escapó una pequeña risita. Al mismo tiempo Rantaro y Miu fueron los siguiente en cruzar la puerta junto a otro de los muñecos.
"Imagino que el walkie-talkie lo habéis sacado del almacén, ¿cierto?" Preguntó Shuichi a Tsumugi.
"Correcto, lo utilizamos para mantener el orden y que no os acumuléis en una misma habitación." Explicó alegremente Tsumugi. "Como Rantaro dijo antes, son muy pequeñas y se puede estropear la decoración."
"¿N-no están tardando mucho Rantaro y Miu?" Dijo Kaito a la vez que hacía un esfuerzo por no temblar.
"Relájate Kaito, déjate llevar y disfruta." Intenté calmar al chico fallando miserablemente.
"Ya puedes mandar a las siguientes víctimas." El tono malicioso de Kokichi me heló la sangre en las venas. En el fondo aunque no quiera admitirlo tenía algo de miedo y no solo por la atracción....., siento que algo malo va a pasar.
Teniendo que arrastrar a Kaito en el proceso nos adentramos en la oscuridad de la primera habitación, acompañados por el muñeco guía. Una vez Tsumugi cerró la puerta detrás de nosotros apenas podíamos ver más allá de nuestras narices.
De repente una vela se encendió en medio de la sala y presenciamos una escena bastante terrorífica. La habitación estaba impregnada por una aroma putrefacto, que recordaba al de un cadáver en descomposición.
Una figura negra comenzó a acercarse a nosotros, de manera que poco a poco reconocimos ese rostro tan horripilante. Korekiyo llevaba una vestimenta impregnada en sangre y vendas por todo el cuerpo. Por supuesto las vendas le cubrían la boca a modo de mascarilla. La decoración de la habitación no se quedaba atrás, era propia de un manicomio en ruinas.
Antes de poder reaccionar Kaito rompió el silencio.
"F-FAN, F-FANTASMAAA" Gritó mientras nos agarraba de la muñeca a Shuichi y a mí empujándonos fuera de la habitación, incluso el muñeco guía se quedó detrás de nosotros.
Agitado Kaito corrió a la segunda habitación arrastrándonos con él.
"¡Kaito no tan rápido!" Se quejó Shuichi, pero Kaito no estaba escuchando, de hecho estaba al borde del desmayo.
"Kaito trata de respirar, necesita-" No pude terminar la frase, en la nueva habitación se podían apreciar telarañas en todas las esquinas y varios maniquíes ahorcados con una vestimenta bastante espeluznante.
Recostado y apoyado en la pared se encontraba Ryoma con ropas manchadas de sangre y un charco de esta misma debajo de él. Parecía bastante realista, incluso pude oler ese característico olor metálico de la sangre. Además al lado de él habían dos cuchillos llenos de sangre.
En ese momento entró el muñeco que debía servirnos de guía a la habitación, pero con Kaito corriendo era imposible que éste nos guiara, más bien era al revés.
"M-MUERTOO." Kaito gritó pálido como un folio.
"E-es bastante realista." Me atreví a decir, la verdad no esperaba que Tsumugi fuera tan buena con el vestuario, la sangre parece real.
Kaito al borde del coma, agarró a Shuichi por los hombros estrujándolo como a una esponja.
"Kaito tranquilo, solo está actuando." Lo tranquilizó el detective. " Somos tres personas si estuviera muerto de verdad hubiera sonado el anuncio de monokuma."
"Bien visto Shuichi." No había pensado en eso.
Gracias a las palabras tranquilizantes de Shuichi, Kaito pareció relajarse un poco. Seguidamente el muñeco guía abrió la puerta que conectaba la segunda habitación con la tercera.
Una vez atravesamos la puerta, nos topamos con una decoración horripilante, el suelo estaba lleno es huesos humanos y la sangre estaba esparcida por toda la habitación, de nuevo el olor metálico de la sangre me azotó la cara. De repente un Keebo sin pupilas y manchado de sangre vino directo hacia nosotros.
"¡¡CORRED!!" Fue lo único que salió de la boca de Kaito.
Sin perder más tiempo los tres atravesamos otra puerta para llegar a un amplio pasillo donde varias miradas se posaron en nosotros. De nuevo no habíamos ni esperado al muñeco guía, tampoco nos dio tiempo de observar mejor la decoración, Kaito era demasiado asustadizo.
"Al fin llegáis, pensaba que os había dado un infarto por el camino." Dijo Kokichi con un tono malicioso. "Bueno, supongo que eso solo es aplicable a Kaito."
"¿¿Ehh??" Kaito miró a Kokichi mientras recuperaba el aliento. "Estoy perfectamente, unos cuantos disfraces no van a derrotar a este luminario de las estrellas."
"Eso es verdad, Kaito mantuvo la calma en todo momento." Intenté molestarlo con un tono irónico.
"¡Os estaba protegiendo!" Exclamó el astronauta.
"¡Kaito, huele a mierda!" Exclamó Miu jocosa. "¿Te has cagado?"
"¡No digas obscenidades delante de Himiko!" Le reprochó Tenko.
"Nyeh...., no soy una niña."
"Eeeen fin." Kokichi alzó la voz para captar nuestra atención. "Debemos dirigirnos al gimnasio, así que seguidme, os aconsejo que no os quedéis atrás"
Ese último comentario se sintió más como una advertencia que como un consejo. De todos modos nadie rechistó y lo seguimos por un largo y terrorífico pasillo.
Mientras miraba cada detalle de la currada decoración algo llamó mi atención, Miu llevaba una venda en su antebrazo izquierdo, la cual si recuerdo bien no llevaba antes de entrar al sótano. Me pregunto que habrá pasado.
Los ojos de Rantaro me despertaron de mis pensamientos, en cuanto nuestras miradas se cruzaron me dedicó una honesta sonrisa, a la cual yo respondí con una un poco forzada, tenía algo de miedo debía admitirlo.
Kokichi nos siguió guiando por el pasillo, cuando de la nada alguien empezó a aporrear la pared. Instintivamente di un pequeño brinco que causó una risita juguetona en Kokichi.
"Himiko, ponte detrás de mí yo te protegeré con mis técnicas de akido." Dijo decidida Tenko mientras colocaba gentilmente a Himiko detrás de ella.
"¿¡¿Qué clase de guarrearías están haciendo para causar tanto ruido?!?" Preguntó Miu a la vez que se colocaba en una posición un poco comprometida.
En ese momento alguien vino corriendo hacia nosotros y pudimos observar a un Gonta con un aspecto bastante más terrorífico que de costumbre, en su mano sujetaba una sierra, la cuál se notaba que no era real.
"¡¡¡U-Una s-sierra!!!" Tenko gritó quedándose congelada en el sitio.
Kaito tenía los ojos en blanco, si no supiera de su miedo al terror, juraría que le estaba dando un infarto.
"Gonta es un caballero, así que no preocuparse, Gonta no atacar." Pese a su apariencia Gonta seguía siendo un caballero.
A pesar del poco miedo que transmitían las palabras de Gonta, Kaito salió corriendo por el pasillo hasta llegar a la puerta que daba paso al gimnasio.
"K-Kaito." Shuichi fue tras él, al igual que el resto del grupo.
Me disponía a seguir al grupo, cuando noté un par de manos detrás de mí agarrando mis brazos y una cabeza apoyada en mi hombro izquierdo. Se me heló la sangre en las venas pero suspiré de alivio al reconocer su voz.
"No me ignoreeess." Habló Kokichi imitando un tono fantasmagórico.
"¿¿K-Kokichi??" Me gire de un saltó, enfrentándolo cara a cara. "No me asustes así."
"Neehee-hee, solo hago mi trabajo." Kokichi sonrió de medio lado. "Apresúrate si te quedas atrás al igual te hago cosas malas."
Con una mirada sonrojada y confundida, asentí y me reuní con todo el grupo en el gimnasio. En medio de este se encontraba Tsumugi, que parecía estar esperándome.
"Ahora que estamos todos, puedo comenzar a contar la historia de este lugar maldito." Tsumugi explicó emocionada. "Además debemos esperar a que se carguen los muñecos guía para la segunda ronda."
"¿¿¿Segunda ronda???" Kaito estaba al borde del desmayo otra vez.
"Pues menuda mierda de muñecos guía, no le han durado nada la batería." Dije intentando molestar a Miu, ya sabía que ella los había hecho.
"¡Oye tampoco puedo hacer magia!" Exclamó irritada. "¡Esos trastos estaban más viejos que tus tetas!"
Eso no tiene sentido....
"¡Claro que no puedes hacer magia, solo Himiko puede!" Bufó Tenko.
"Ejem, ejem." Tsumugi intentó llamar nuestra atención. "Comenzaré la historia."
De repente Tsumugi sacó del armario del gimnasio una pantalla de luz bastante grande, si no me equivoco son las que se utilizan en el teatro de sombras.
Tsumugi nos mostró una espeluznante sonrisa y se escondió detrás de la pantalla de luz, viéndose solo su sombra. La chica comenzó a hacer cosplay de manera que la sombra cambiaba continuamente, de repente lo que era la sombra de Tsumugi cambió a la de un hombre. Todos nos quedamos estupefactos, había hecho cosplay tan bien que la figura que distinguíamos estaba muy lejos de parecerse a Tsumugi.
"En esta casa antiguamente vivía un matrimonio con tres hijos." Empezó a contar con voz masculina.
¡Hasta la voz la había imitado!
"La pareja creció bajo la influencia de una secta, de manera que adoraban lo sobrenatural y los rituales, así que solían pactar con el diablo para pedirle favores."
Pude ver como Kaito tragó saliva inquieto, Himiko miraba hacia todos lados asustada y Tenko le echaba un ojo a la maga por si se desmayaba en cualquier momento.
"Un día hicieron un pacto con Jaldabaoth, un rey demonio con grandes cuernos que sobresalían de su cabeza, el cual consideraba a los humanos como una forma de vida inferior." Juraría que la voz de Tsumugi se oía distorsionada, o quizá era que el miedo se estaba apoderando de mí.
Mientras contaba la historia se proyectaban sombras que mostraban visualmente lo que explicaba verbalmente Tsumugi, a la chica se le daba bastante bien, incluso si era ella sola la que lo estaba haciendo.
"El demonio era muy sádico y bárbaro, pero a la pareja no le importó y pidieron un favor que no pudieron devolver. Enfadado, el rey demonio deseaba sus almas, de manera que poseyó a un chaval adolescente y entró en la casa de los desdichados." Tsumugi cambiaba de silueta y forma mediante contaba la historia, era bastante creepy. "Una vez en su casa mató a la pareja acuchillándolos hasta la muerte, pero no sólo paró ahí, si no que fue al cuarto de los niños y los fue torturando y mutilando uno a uno."
Todos estábamos aterrorizados y mirando en todas las direcciones, aunque mucho no podíamos ver ya que el gimnasio estaba demasiado oscuro, solo había una luz que iluminaba la pantalla para poder hacer el teatro de sombras.
Antes de que Tsumugi pudiera continuar Miu se dio la vuelta y se dirigió a la puerta del gimnasio que daba al pasillo de la izquierda. Todos nos quedamos perplejos mirándola.
"Miu, ¿Qué haces?" Pregunté extrañada.
"No estará poseída, ¿no?" Tenko empezó a temblar.
"¿¿POSEÍDA??" Kaito gritó en todo mi oído dejándome media aturdida.
"Relajaos, solo voy al baño, una tiene que hacer sus necesidades para mantener su belleza." Contestó halagándose a si misma.
"Ey, no puedes irte en medio del show." Le reprochó Tsumugi sacando la cabeza por fuera de la pantalla.
"¡No me puedes obligar!" Exclamó nerviosa. "¡Necesito ir urgentemente!"
"¿Quieres que te acompañe?" Sugirió Rantaro. "Puede que no sepas donde está el bañ-"
"¡Un hombre degenerado no puede acompañar a una chica al baño!" Le interrumpió Tenko alarmada.
"¿Te crees que soy subnormal o que?" Le reprendió Miu. "¡Sé llegar sola al baño!"
"¿No puedes esperar?" Preguntó Tsumugi claramente enfadada por tener que interrumpir su show.
"N-No puedo esperar......, e-es urgente." Respondió sonrojándose y sudando. "T-Tengo que echarlo."
"Dejemos de hablar de esto y dejadla que se vaya." Dijo Himiko molesta.
"Lávate un poco la herida también." Dijo Rantaro con tono de preocupación.
"¿¡¿Qué eres, mi madre?!?" Se quejó la inventora molesta.
"¿Herida?" Preguntó Tenko perpleja.
"Rantaro, ¿sabes algo del brazo vendado de Miu?" Interrogó el detective.
"Tuvimos un pequeño accidente en la tercera habitación" Aclaró.
¿Tercera habitación? Esa era en la que estaba Keebo. Estaba apunto de preguntarle por más detalles pero Tsumugi alzó la voz.
"Como iba diciendo....." Tsumugi continuó con la historia mientras Miu desaparecía en la oscuridad.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro