Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 33


Un fuerte pinchazo en la cabeza hizo que recobrara la consciencia, fui abriendo los ojos poco a poco encontrándome con varias miradas preocupadas justo encima de mí.

Cuando me fijé mejor me di cuenta de que estaba acostada en la cama de mi habitación, mientras que alrededor de esta, Tsumugi, Himiko y Tenko me miraban con inquietud.

"Parece que ya se ha despertado." Anunció Tsumugi.

"¿Cómo te encuentras?" Preguntó Tenko con tono de preocupación.

"Me duele un poco la cabeza...., ¿qué ha pasado?" Pregunté aturdida.

"Rantaro encendió la linterna y todos recordamos nuestro propio funeral, pero cuando volvimos en sí te vimos tirada en el suelo." Explicó Tsumugi. "Qué raro que seas la única a la que afectó de esa manera el flashback."

Pude notar un tono amenazante en esas últimas palabras de Tsumugi.

"Eso no importa, debemos asegurarnos que (T/N) esté bien." Replicó Tenko.

"Yo ya he hecho un conjuro con mi magia que le ayudará." Dijo Himiko sonriente.

"¿Me habéis traído vosotras a mi habitación?" Pregunté aún mareada sentándome en la cama.

"¡No hagas mucho esfuerzo!" Exclamó Tenko de repente agarrándome de los hombros.

"En realidad te trajeron Rantaro y Kaito, pero Tenko los echó a patadas de tu habitación." Explicó Tsumugi con una mano en su barbilla.

"¡Obviamente!" Bufó la chica. "¡Ningún hombre degenerado entrará en tu habitación!"

"Creo que aún siguen fuera." Meditó Himiko.

En ese momento se oyó un click en la puerta y ésta se abrió de par en par dejando a la vista a un Kokichi sonriente.

"¡Ey, he dicho que ningún hombre puede entrar a su habitación!" Le reprochó Tenko.

"Tenko baja la voz, eres muy ruidosa." Dijo el chico haciendo caso omiso a las palabras de la chica. "Solo vine a asegurarme de que (T/N) no se había muerto."

"¡Como puedes ser tan insensible!" Le reprendió Tenko.

"¿Yo insensible?" Preguntó con falso dolor. "Tú eres la que nos prohibe ver el estado en el que se encuentra (T/N), eres tú la insensible."

"¿¡¿QUÉ?!?" Tenko abrió los ojos como platos. "¡¡No me llames insensible, hombre degenerado!!"

"Yo me voy yendo, tengo que terminar los disfraces para la casa del terror, nos vemos." Se despidió Tsumugi caminando hacia la puerta. "Espero que no te vuelva a pasar esto, (T/N)."

Cada palabra que Tsumugi me decía parecía una amenaza, pero puede que solo esté alucinando. ¿Sabrá Tsumugi de dónde vengo? ¿Lo tendría todo planeado desde el principio?

Una fría mano en mi frente me despertó de mis pensamientos. Kokichi se había acercado a donde estaba sentada y colocó la palma de su mano en mi frente, gesto que hizo que me sonrojara, o al igual era por la fiebre.

"¡Wow (T/N), estás ardiendo!" Exclamó sorprendido. "Debes descansar o esta vez morirás de verdad."

"L-Lo sé, no sé por qué me afectan de esta manera los flashbacks." Dije confusa, aunque quizás es por el hecho de que soy del mundo real....

"¡No toques a (T/N), hombre degenerado!" A Tenko le estaba dando un ataque de pánico.

En ese momento Kokichi le lanzó una mirada pícara a la chica y me envolvió en sus brazos de manera que mi cabeza quedó hundida en su pecho, era un abrazo tierno y juguetón. Estaba tan aturdida que no pude reaccionar solo abrí los ojos como platos y me sonrojé aún más. Kokichi solo lo hacía para fastidiar a Tenko, ¿verdad?

"¡¡¡¡Suéltala!!!!!" Tenko estaba a punto de noquear a Kokichi con alguna llave de Aikido, pero éste me soltó antes de que la chica pudiera hacer nada.

"Me tengo que ir a preparar mi número en la casa del terror." Dijo despidiéndose mientras me mostraba una sonrisa de oreja a oreja.

"¡Eso vete!" Exclamó Tenko enfadada. "¿Estás bien (T/N)?"

"S-Sí..." La verdad es que estaba mejor envuelta en los brazos de Kokichi, se sentía acogedor pero no sé por qué. "Solo necesito descansar un poco."

"Te preparáremos un té." Anunció Tenko. "¡No te muevas!"

Dicho esto, agarró de la muñeca a Himiko y salió corriendo por la puerta de mi habitación. Tenko se preocupa mucho por mí y por Himiko...., ante ese pensamiento una inevitable sonrisa apareció en mi rostro.

Cuando llegaron, me sirvieron el té caliente y nos pusimos a charlar mientras yo me lo tomaba aún sentada en la cama.

"Himiko te ves un poco cansada." Dije mientras miraba a la maga tirada en el sofá.

"Es agotador tener una acosadora que te sigue todo el día." Contestó ella.

"¿¿Acosadora??" Preguntó Tenko alarmada. "¿Quién es?, le patearé el trasero."

"Eres tú." Contestó la maga achinando los ojos.

"¿¿Yo??" Preguntó Tenko alarmada.

"Sí..." Himiko refunfuñó y desvió la mirada, yo por mi parte solté una risita.

"¡Es porque quiero ver tu magia Himiko!" Exclamó la chica.

"E-Estoy sin mana ahora mismo..." Se excusó la maga.

"Nunca tienes mana Himiko." Dije con tono de falsa decepción.

"Vale, si tanto queréis ver mi magia..." De repente Himiko se levantó del sofá, se quitó el gorro e hizo un gesto de estar sacando algo dentro de él, pero no se veía nada." Ta daaa, es una paloma."

"¿Dónde está la paloma?" Pregunté confusa.

"WOW, ¿es una paloma invisible?" Preguntó Tenko emocionada.

"Es una paloma que no puede ser vista por aquellos que no tienen un corazón puro." Replicó la chica.

"¿¡¿Qué?!? ¡Pero yo soy pura!" Se justificó Tenko. "¡No me digas que sabe lo que imagino cuando pienso en ti!"

La conversación de ambas chicas me ocasionó varias risitas, son ambas muy peculiares pero amaba pasar tiempo con las dos.

"Ya estoy cansada...." Himiko se dejó caer en el sillón de nuevo. "Si mi master estuviera aquí seguro que sacaría una paloma que todos podríais ver...."

"¿Lo echas de menos Himiko?" Pregunté curiosa.

"U-Un poco..." Respondió bajando la mirada.

"¡Yo también echo de menos al mío!" Exclamó Tenko sonriente. "Parece que tenemos algo en común."

"¿Por qué sonríes como una idiota?" Preguntó Himiko sonrojada. "Para que te quede claro, mi master es mucho mejor que el tuyo."

"¡Pues claro!" Gritó exaltada Tenko. "Es la persona que te ha enseñado a ser tan buena maga, debe ser un maravilloso master."

De repente la cara de Himiko se tornó del color de su pelo, pero la intentó ocultar con su sombrero. "Nyeh, tienes razón, mi master es el mejor del mundo." Después de decir esas palabras Himiko se veía más feliz que nunca.

"Cuando salgamos de aquí, me aseguraré de convertirme en alguien preciado para ti Himiko." Espetó con alegría Tenko. "Tan preciado como tu master."

"Guarda esa frase para cuando seamos amigas." Dijo con la cara roja y desviando la mirada.

Himiko insistía en no aceptar la amistad de Tenko, pero en el fondo se notaba que apreciaba el apoyo de la chica y ésta no se iba a rendir hasta que consiguiera la amistad de Himiko.

Después de un rato de charla, las chicas me dejaron descansar a solas en mi habitación. Sin darme cuenta me dejé dormir profundamente.

Me desperté media hora después, sin dolor de cabeza y con nuevas energías para afrontar el resto del día.

Mientras deambulaba por los pasillos, me venían pensamientos sobre cómo acabar este Killing Game, debía actuar desde ya si no quería que hubiera otro cadaver o incluso dos. ¿Pero que puedo hacer? No hay manera de destapar a Tsumugi sin confesar de donde vengo....

¿Quizá deba contarle a alguien toda la verdad? No, es demasiado arriesgado. Además no sé si Tsumugi sabe quién soy, aunque el tono que utilizó antes me dio a entender que sí lo sabe. Matarla no es una opción para mí, por muy fácil que suene decirlo, hacerlo es otra cosa muy distinta, siento verdaderas náuseas solo de pensarlo.

En ese instante se me iluminó la mente, podía pedirle a Miu que creara algo parecido a los electrohammers que creó en el juego para poder derribar los exisals. De esa manera Monokuma no tendría nada para luchar contra nosotros.

Cuando llegué al laboratorio de Miu, abrí lentamente la puerta e incliné la cabeza, parecía que la inventora estaba ocupada, pero decidí entrar igualmente.

"Putos muñecos viejos, no hay manera de instalarles el sistema." Se quejaba la chica mientras daba un golpe en la mesa.

Nunca había visto a Miu tan concentrada, a pesar de ser muy molesta a veces, tenía que admitir que su Ultimate le encajaba muy bien.

"Hey, Miu." Le saludé mientras entraba del todo en su laboratorio.

"Eeeek." La chica dio un pequeño salto, no esperaba visita. "¿Qué haces tú aquí, vienes a traerme comida?"

"¿Comida?" Pregunté confusa. "Eh, no, no he venido a-"

"Entonces ya te puedes ir por dónde has venido." Espetó Miu.

Esto iba a ser más difícil de lo que pensaba....

"Si tienes hambre podemos ir a comer algo al comedor..." Sugerí para intentar camelármela.

"¡Estoy ocupada modificando estos trastos, ¿estás ciega o qué?" Bufó buscando una de sus herramientas. "Haz algo útil y pásame la llave inglesa."

"...." Miu siempre sacaba mi lado más irritante, pero si quería que me ayudara debía ser algo sumisa. Entre dientes me acerqué a la herramienta y se la alcancé.

"De nada." Dije en tono molesto.

"¿Vienes a ver como trabaja la chica más hermosa e inteligente del mundo?" Preguntó con prepotencia.

"Algo así." Dije forzando una sonrisa. "¿Qué estás haciendo exactamente?"

"¿A ti que te parece sucia rata?" Bufó maquinando con las herramientas. "El pesado de Rantaro me ha pedido que modifique los viejos muñecos de la casa del terror para hacerlos guías con sistema automático."

"¿Eso es posible?"

"Estás hablando con la inteligente Miu Iruma, no hay nada imposible para mí." Se pavoneó poniéndose las gafas que siempre llevaba en su cabeza.

"Ya me quedo claro esta mañana cuando hiciste esos dulces que Keebo podía comer, un gran detalle de tu parte." Intenté halagarla un poco.

"No lo hice por Keebo, solo quería poner a prueba mis habilidades." Se excusó nerviosa.

"¿Seguro?" Dije con tono perverso. "Quiero decir, puedes lucir tus habilidades con otras cosas, pero es muy atento de tu parte crear eso específicamente para Keebo."

"¿Q-Qué estás insinuando, cabeza mierda?" Gritó sonrojándose.

"Quizá lo hiciste porque te importa Keebo." Espeté sentándome en una de las sillas de su laboratorio.

"¿P-Por qué me i-iba a importar esa máquina inútil?" Preguntó tartamudeando y sonrojándose aún más.

"Bueno, tu cara está gritando que sí te importa, estás más roja que un tómate." Reí divertida.

"¡Eso es el calor de tanto trabajar!" Se justificó evitando mi mirada.

"Seguro que es por eso...." Dije soltando una risita.

"K-Keebo es la primera persona que me deja explorar cu cuerpo para que le fabrique nuevas funciones...." Confesó la chica.

"Eso es porque a un humano no le puedes crear funciones." Dije acomodándome en la silla.

"Además e-es mi primer amigo." Dijo sonrojándose.

¿Su primer amigo? ¿Acaso no tenía a nadie antes de llegar aquí? Bueno, no me extrañaría con su actitud tan brusca.

"Se os ve bien juntos." Declaré observando los muñecos que estaba modificando la chica.

"¿E-Enserio?" Preguntó sorprendida.

"Sí, si lo piensas bien, vuestros Ultimates combinan perfectamente."

"¡Obviamente, mi ultimate combina con todo!" Exclamó la chica. "Además, aunque le insulte sigue viniendo a mí, nadie había hecho eso nunca, todos se alejan de mí...."

¿Estaba soñando? Miu estaba hablando como una persona normal por primera vez, supongo que cada uno tenemos nuestro lado serio.

"Bueno es que tu personalidad echa un poco para atrás." Dije nerviosa.

"Es porque todos tienen envidia de mí." Dijo con aires de superioridad. "Al menos desde que tuve el accidente."

"¿Accidente?" Pregunté atónita.

"Tuve un accidente y quedé en coma por meses, cuando desperté era un puta genia." Explicó orgullosa. "Desde entonces todos me han envidiado."

¿Será por ese accidente que su personalidad es tan brusca? ¿De verdad todos le tenían envidia y la trataban mal?

"Vaya, creí que eso solo ocurría en las películas." Dije soltando una risita.

"¡Me estás distrayendo!" Bufó Miu de repente. "¿Has venido a joderme la remodelación de estos trastos?"

"No pienses mal, solo quería pasar tiempo contigo." Mentí.

"Me creería eso si no viniera de ti." Replicó ella.

"Bueno, en realidad quería pedirte un favor." Confesé tímidamente.

"¡Lo sabía!" Exclamó decepcionada. "Todos queréis siempre un puto favor, no te lo daré gratis."

"No esperaba que me lo dieras gratis, puedes pedirme lo que quieras." Tan pronto como dije eso me arrepentí.

"¿Lo que quiera?" Preguntó con una sonrisa pícara. "Se mi mayordomo, desde que no esta Kirumi me muero de hambre, el único que me trae comida es Keebo y ahora esta ocupado preparando lo del terror."

"¡No voy a ser tu mayordomo, pídeme otra cosa!" Bufé molesta.

"¡Oye has dicho lo que quiera!" Recalcó la chica.

"Sí, pero...."

"Entonces necesito que me guardes una cosa...." Dijo esta vez algo seria.

"Eso si lo puedo hacer, ¿qué quieres que te guarde?"  Pregunté curiosa acercándome a la chica.

"Esto." La chica se levantó y me tomó la mano para posar en ella una pequeña tarjeta que a simple vista podía intuirse que debía pertenecer a algún aparato electrónico.

"¿Qué es esto?" Pregunté extrañada.

"Es una tarjeta de memoria....., tú solo guárdalo como si tu vida dependiera de ello." Dijo mirándome fijamente.

"¿Tarjeta de memoria?" No entendía nada. "¿Qué contiene?"

"Ya lo averiguarás cuando llegue el momento, que honestamente espero que no llegue." Los ojos de la chica se desviaron hacia el suelo.

Era la primera vez que veía a Miu tan seria, ¿de verdad era tan importante esa tarjeta?

"¿Cuándo será ese momento?" Pregunté confusa.

"Oye, ¿¡quieres que te haga el favor o no!?" Exclamó enfadada.

"Sí pero-"

"Entonces deja de hacer preguntas de mierda y solo guárdalo."

"De acuerdo..." Acepté aún sin entender toda la situación. ¿Por qué quería que yo guardara una tarjeta de memoria?

"Si lo rompes, lo pierdes o algo parecido, estás muerta, ¿me oyes?" Tanto su tono como su mirada eran amenazantes, se ve que esa tarjeta era MUY importante. ¿Qué contendría? ¿Donde se debía utilizar?

"Sí, sí, me quedó claro." Dije con un tono cansado. "Lo que yo quería pedirte era si podías crear algún aparato que destrozara los exisals o cualquier aparato electrónico de Monokuma."

"Otra que viene con lo mismo..." Espetó dándome la espalda para seguir trabajando en los muñecos de la casa del terror.

"¿Otra? ¿Quién te lo pidió primero?" Pregunté curiosa.

"El enano de jardín." Respondió con resentimiento.

¿Kokichi? Eso no me lo esperaba....

"En fin, ¿lo harás?" Pregunté inquieta.

"Obviamente, no hay nada que la chica con el cerebro más privilegiado no pueda hacer."

"¡Gracias! ¿Cuándo lo tendrías acabado?" Pregunté impaciente.

"Puede que mañana."

"¿Tan pronto?" Me sorprendí.

"He estado trabajando en ello desde que el hobbit me lo pidió, luego solo tengo que crear una replica y ya." Lo decía como si fuese la cosa más fácil del mundo.

Me pregunto que le habrá dado Kokichi a cambio del favor....

"¡Gracias enserio!" Exclamé feliz.

"Estaría bien que te arrodillases ante mí." Dijo con tono de superioridad.

"No te pases...." Dije soltando una risita, en realidad empezaba a entender la personalidad de Miu y estaba agradecida de que hubiera aceptado mi petición. Por mi parte solo debía cautivar una tarjeta que no tenía ni idea para que era.

En ese momento entró Keebo al laboratorio alarmado. "¡Miu necesito tu ayuda!"

"¿¡Podéis ir de uno a uno!?" Gritó desesperada. "¡Soy una puta genia pero no puedo hacer cien cosas a la vez!"

"Necesito que me insertes una función para dar miedo." Pidió el robot.

"¿¡Para que cojones quieres eso!?" Exclamó Miu sin desviar la mirada de los muñecos que estaba arreglando.

"Kokichi ha declarado que destruyo la atmósfera terrorífica porque es imposible que un robot como yo de miedo." Explicó disgustado.

"¡Maldito gnomo!" Esta vez Miu dejó lo que estaba haciendo y se acercó a Keebo. "¡Voy a partirle esa sonrisa sucia que tiene!"

Algo dentro de mí quería detener a Miu, no me sentía bien escuchando como hablaba así de Kokichi.

"Solo necesito una función que me haga terrorífico." Dijo Keebo parando a Miu. "Así podré demostrarle que soy más que un robot."

No creo que así puedas demostrar eso Keebo....

"¡No tienes que demostrar nada!" Bufó la chica furiosa. "¡No dejaré que ese enano se meta contigo o hable así de ti!"

Miu....., me sorprendí ante sus palabras.

"¡Para mí eres más que un robot!" Gritó enojada.

"Miu....." Keebo había puesto cara de corderito, si tuviera una función que le permitiese llorar, seguro que ahora mismo lo estaría haciendo.

Wow, realmente a Miu le importaba mucho Keebo.

"¡La próxima vez le cruzaré la cara!" Exclamó cambiando su expresión a una de seguridad. "Ven, haré que seas el más terrorífico de todos."

"Yo me voy yendo, nos vemos." Me despedí y me encaminé hacia la puerta.

En mi camino hacia los dormitorios me encontré a Rantaro, que iba con......Tsumugi.

"Hey Rantaro......., y Tsumugi." Los saludé desviando la mirada.

Cada vez que veo a Tsumugi me acuerdo de lo cobarde que soy por no intentar acabar con todo esto ya, en otras palabras cargármela.

"(T/N), ya veo que estás mejor." Dijo Rantaro mostrandome una sonrisa. "Estaba preocupado cuando te desmayaste."

"¡No te preocupes, he dormido un poco y ya estoy como nueva!" Exclamé flexionando ambos brazos con los puños cerrados.

"Quería asegurarme que estabas bien pero Tenko nos echó a todos de tu habitación." Explicó con una mano en la nuca.

"Solo nos dejó a las chicas entrar." Agregó Tsumugi.

De repente me di cuenta de que Tsumugi llevaba una bolsa bastante grande.

"¿Qué llevas en la bolsa?" Pregunté curiosa intentado acercarme.

"¡No lo puede ver aún!" Exclamó apartando la bolsa de mí. "Son los disfraces para la casa del terror, si los ves arruinarás la sorpresa."

Yo fruncí el ceño molesta, Rantaro por su parte soltó una risita. "Todo estará preparado mañana."

"¡Qué emocionante!" Exclamé intrigada. "Me pregunto que habéis hecho ahí abajo."

"Ya lo veras..." Tsumugi de repente tornó su expresión a esa amenazante que solo yo reconozco. "Todo esto ha sido posible gracias a que Rantaro está aquí."

¿Eso era una indirecta? Si Rantaro hubiera muerto al principio no habría habido casa del terror...

"Es gracias a todos, no podría haberlo hecho sin ustedes." Agregó sonriente el chico. "Bueno (T/N), debemos terminar algunos detalles."

"Nos vemos."  Me despedí con una sonrisa.

Ya era de noche, las horas pasaban demasiado rápido o quizá es porque me dejé dormir después de que Tenko y Himiko salieran de mi habitación.

Decidí dirigirme a mi dormitorio para descansar, pero dos chicos corrieron rápidamente hacia mí impidiéndome el paso.

"¡(T/N)!" Gritó Kaito mientras se acercaba a mí. "¿Cómo estás?"

"Estábamos preocupados, Tenko no nos dejó ver como estabas." Añadió Shuichi detrás de Kaito.

"¡Estoy genial, la siesta me ha sentado de maravilla!" Exclamé sonriente.

"Entones estás lista para el entrenamiento de hoy." Espetó el astronauta.

"¿Entrenamiento?" Pregunté agotada.

"Kaito no creo que deba esforzarse mucho después de haberse desmayado." Advirtió el detective.

"El cuerpo es muy fuerte Shuichi, es capaz de recuperarse en segundos." Le contesto él con una gran sonrisa.

"Estoy cansada chicos...." Dije soltando un suspiro.

"¡(T/N), no me esperaba esto de ti!" Exclamó Kaito exaltado. "¡Nunca hay que rendirse!"

"Kaito, es mejor que (T/N) descanse." Aconsejó Shuichi.

"Bueno, puedo entrenar un poco, pero esta vez no haré tantas flexiones." Cedí finalmente.

"¡No te preocupes!" Exclamó el astronauta sonriente. "Siempre podemos observar como Shuichi las hace."

"¿Por qué yo las tengo que hacer sí o sí?" Preguntó Shuichi frunciendo el ceño.

"¡Porque eres el más flojo de todos!" Exclamó dándole un golpe en la espalda.

"Kaito te pasaste." Dije entre risas.

Dicho esto, nos dirigimos al exterior y comenzamos a hacer algo de ejercicio, bueno más bien vimos como Shuichi hacia todos los ejercicios mientras Kaito y yo conversábamos casualmente.

"Tengo ganas de ver la casa del terror mañana." Dije emocionada para molestar a Kaito.

"¿Quién tiene ganas de eso?" Contestó el astronauta con una risa nerviosa.

"Yo tengo un mal presentimiento." Dijo Shuichi cayendo rendido en el suelo.

"¡Es por eso que no debemos ir!" Exclamó exaltado Kaito. "Hacedme caso, mejor prevenir que curar."

"¿No será que tienes miedo?" Pregunté acercándome a él de forma espeluznante.

"¡Aléjate de mí!" Exclamó alarmado.

Shuichi soltó una risita mientras veía como yo perseguía a Kaito haciéndome pasar por un fantasma.

Cuando empezó a hacerse tarde decidimos que ya era hora de volver a nuestras respectivas habitaciones, ese momento con ellos había sido memorable, aunque por alguna razón sentía que alguien nos estaba observando.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro