Capítulo 32
Al día siguiente me desperté mucho antes de que sonara el anuncio de Monokuma e incapaz de volverme a dormir, me preparé y me encaminé hacia el comedor.
Para mi sorpresa Ryoma se encontraba allí, sentado tomando una especie de bebida alcohólica. Avancé por el comedor, pero el chico inmerso en sus pensamientos no notó mi presencia hasta que le saludé.
"Buenos días." Saludé mostrando una tímida sonrisa.
"Mhm." El chico solo levantó un poco su cabeza en señal de saludo.
Me aventuré a la cocina y me preparé una taza de chocolate caliente. Acto seguido me senté en frente de Ryoma pensando si debía sacarle conversación o permanecer callada.
"No sabía que seguías viniendo por las mañanas al comedor." Decidí hablar al fin.
"Sigo acostumbrado al horario de prisión." Contestó él sin levantar la mirada de su bebida.
"¿Cuánto tiempo estuviste en prisión?" Tan rápido como lo pregunté me arrepentí de haberlo hecho.
"..." No hubo respuesta por su parte.
Bebí nerviosa un sorbo de mi chocolate a modo de ocultar ese momento vergonzoso.
"¡Auch!" Grité de dolor, el chocolate estaba hirviendo y me había quemado toda la lengua. "Mierda, estaba acostumbrada a los de Kirumi, ella los hacía en su punto."
"..." Los ojos de Ryoma parecieron endurecerse.
No sabía ni donde meterme, no solo le había sacado el tema de la prisión si no que le había hecho recordar a Kirumi.
De repente lo más inesperado pasó, Ryoma levantó al fin la cabeza y me miró con nostalgia. "¿Sabes cuál era la única preocupación de Kirumi?"
Mis ojos se abrieron de par en par, su pregunta me pilló por sorpresa. "¿P-Preocupación?"
"Lo único que le preocupaba era no poder satisfaceros a todos con sus menús a medida que pasaba el tiempo." El tono de nostalgia en la voz de Ryoma se hacía cada vez más fuerte. "Quería evitar que pensarais que su comida era aburrida, repetitiva o sosa."
¿Esa era la única preocupación de Kirumi....? Realmente era la Ultimate Maid.
"Así que pensó en nuestro bien hasta el último segundo, eh." Reí nostálgica.
"En cierto modo Kirumi me recordaba a ella...." Dijo el chico dolorido.
"¿A ella?" Pregunté confundida.
"Hubo alguien al que le prometí un futuro junto a mí." Sus ojos volvieron a endurecerse.
"¿Te refieres a tu amante?" Pregunté cuidadosa de no hacerle sentir incómodo.
"Resulta raro que alguien como yo tuviera un amante, ¿no?" Dijo con un tono firme. "Nunca creí en el amor, pensaba que era ridículo...., hasta que la conocí a ella."
"Debe ser muy afortunada." Espeté sonriente.
"Eso no importa...." Ryoma volvió a bajar la mirada. "Ella no es parte de este mundo ya."
"Q-Quieres decir que..." No me atreví a terminar la frase, pero Ryoma lo hizo por mí.
"Está muerta."
"L-Lo siento.." Susurré no sabiendo muy bien que decir.
"No hay necesidad de compasión, después de todo yo la dejé tirada."
"¿La dejaste tirada?" Pregunté confusa. "¿Pero no era tu pareja?"
"...." Ryoma se lo pensó antes de contestar. "Ella no estaría feliz conmigo."
"P-Pero..." Intenté replicar pero el chico no me dejó.
"No solo ella, cualquiera sería infeliz conmigo." El chico levantó la mirada y me miró firmemente. "Es por eso que Rantaro y tú no debéis relacionaros conmigo."
Ryoma se levantó y se dirigió hacia la puerta, pero se frenó en seco cuando alcé la voz.
"¡Eso no es verdad!"
"Ya viste lo que le pasó a Kirumi." Replicó él sin darse la vuelta para mirarme.
"Eso no fue tu culp-"
"Nos vemos." Dicho esto desapareció por la puerta del comedor.
Poco tiempo después sonó el anuncio de Monokuma y el comedor comenzó a llenarse de estudiantes. Cuando localicé a Rantaro le hice un gesto para que se sentara a mi lado.
Hoy era el día en el que prepararían la casa del terror y según las predicciones de Rantaro estaría lista para mañana por la noche.
"¿Ya tienes todo pensado pare el pasaje del terror?" Le pregunté sonriente.
"¿¡Aún sigues pensando en hacer eso!?" Preguntó Kaito alarmado.
"Me quedan alguno detalles, pero no te preocupes será divertido." Respondió Rantaro ignorando a Kaito.
"¡No sé que concepto tienes de diversión!" Se quejó inútilmente Kaito.
De repente Miu entró por la puerta del comedor con un gran estruendo y gritando que era una genia.
"Hey, ¿qué pasa contigo?" Le reprendió Tenko. "¡Has asustado a Himiko!"
"Yo nunca me asusto, mi magia me avisa antes de algo pase." Respondió temblorosa.
"¿Seguro que no te asustas hasta de tu propio reflejo, Himiko?" Le molestó Kokichi.
"¿A qué se debe tanto escándalo, Miu?" Preguntó curioso Shuichi.
"Espero que no sea otro de tus inventos..." Dijo disgustada Tsumugi.
"Soy la chica más inteligente y más hermosa del mundo." Rió auto-halagándose.
"¿Eso era lo único que tenías que decir?" Pregunté molesta.
"No podíamos esperar nada más de Miu." Se burló Kokichi.
"No me importa lo que ustedes dos, gusanos asquerosos, digáis." Espetó dirigiéndose al sitio donde se encontraba Keebo. "¡Ya puedes darme las gracias Keebo!"
La chica de repente colocó de un golpe una caja en la mesa y se la deslizó al robot.
"¿Esto es para mí?" Preguntó Keebo abriendo la caja y encontrándose con un montón de tipos de dulce distintos. "Miu...., creía que sabías sobre mi incapacidad para procesar alimentos."
"¡Claro que lo sé idiota!" Exclamó orgullosa. "Por eso he creado unos dulces que puedas comer, ¿no dijiste ayer en la cena que te sentías desconsolado?"
"¿Me lo puedo comer?" La cara de Keebo se iluminó con ilusión.
"Estos dulces se desintegran antes de llegar a tu sistema y dañarlo, pero se quedan lo suficiente para que puedas saborearlos." Explicó Miu. "¡Soy una puta genia!"
Todos nos quedamos atónitos ante el detalle de Miu, aunque no sabíamos muy bien si lo había hecho para regodearse de sus habilidades o para satisfacer la curiosidad de Keebo.
Sin pensárselo dos veces Keebo comenzó a zampárselos todos. "¡Así que esto significa que algo sea delicioso!"
"Cuidado Keebo, puede ser un truco de Miu para asesinarte." Le avisó Kokichi.
"¡Sería estúpido asesinarlo delante de todos!" Exclamó Tenko.
"Miu es inteligente pero a la vez es muy estúpida..." Agregó Himiko.
"G-Gracias Miu." Le agradeció Keebo con ojos de cordero. "Eres la mejor."
Miu se sonrojó ligeramente y tartamudeó. "Y-Ya lo sé, soy Miu Iruma."
"Vaya, nunca me esperé ese gesto por parte de Miu." Enunció Tsumugi.
"Aww, nuestra querida Miu se ha enamorado de una máquina." Se burló Kokichi. "Bueno, era lo único que le quedaba, ninguna persona la puede soportar."
"¡Cállate pedazo de escoria!" Exclamó Miu enfadada. "¡A ti nadie te soporta, ni si quiera las máquinas!"
"¡Lo sé!" Dijo él con una sonrisa, aunque en el fondo lo noté dolido por las palabras de Miu.
En ese momento Monokuma apareció de la nada. "Veo que hay mucho jaleo aquí."
"¿¡Para que vienes, oso de peluche!?" Bufó Kaito.
"Mmm, ya veo que no soy bienvenido, seré rápido y conciso pues." Anunció. "He venido para daros el siguiente motivo para matar."
"¿Otro más?" Preguntó asustada Tsumugi.
"¡No queremos tus motivos!" Exclamó Tenko haciendo posiciones de Neo-Aikido.
"¿De qué se trata esta vez Monokuma?" Pregunté enojada.
"Bien, bien, estad atentos solo lo explicaré una vez." Dijo el oso con tono malicioso. "Esta vez os proporcionaré una ventaja si matáis a dos víctimas en lugar de una."
"¡Esto se pone interesante!" Exclamó Kokichi con falso entusiasmo.
"Qué listo, quieres deshacerte de nosotros lo antes posible, así que das una ventaja si hay dos muertes en lugar de una." Espetó Rantaro mirándolo fijamente.
"¿Cuál es esa ventaja de la que hablas?" Preguntó Suichi con una mano en su barbilla.
"¡Me alegra que preguntes!" Exclamó feliz el oso. "¡Esa ventaja será poder elegir a un compañero o compañera para escapar juntos!"
"¿¿Qué??" Todos nos sorprendimos al mismo tiempo.
"Dos muertes, dos sobrevivientes, así de fácil." Dijo exaltado. "Uno de ustedes solo tiene que matar a dos personas sin ser pillado y se podrá ir con el que él quiera al mundo exterior."
"P-Pero eso es..." Tartamudeé.
"Nadie va a querer matar a dos personas, eso es demasiado." Espetó Tsumugi.
"Chicos no le hagáis caso, solo quiere confundirnos." Bramó Kaito.
Dicho esto Monokuma desapareció sin dejar rastro.
Poco después, ignorando el motivo de Monokuma, cada uno se fue por su lado, Rantaro y los demás se dirigieron a la casa del terror para colocar la decoración y organizar la ruta, mientras el resto y yo deambulábamos por los pasillos.
Yo aún pensativa sobre el motivo de Monokuma mientras vagaba sin rumbo por la academia. Este motivo es nuevo....., nunca se dijo nada así en el juego, ¿será debido a la muerte de Angie que el motivo de resucitar a un muerto ya no era válido?
Pensativa me encontré con Kaito y Suichi los cuales conversaban agitadamente.
"¡Shuichi tienes que creer en ti!" Exclamó el astronauta. "Eres mi compinche, tú me libraste de las acusaciones en el último juicio y desenmascaraste la verdad."
"No siempre tengo razón Kaito...." Dijo el detective tímidamente. "No quiero que nadie más sufra por mi culpa."
Kaito se dio cuenta de mi presencia. "¡(T/N)!, dile a Shuichi que confíe en él mismo."
"¿Qué ocurre?" Pregunté confundida.
"Shuichi duda de sus razonamientos de detective." Respondió Kaito rápidamente.
"Solo digo que puedo estar equivocado sobre la existencia de un mastermind entre nosotros." Aclaró el detective.
"Shuichi, yo estoy contigo, también creo que hay un mastermind entre nosotros, no tienes porque dudar de ti mismo." Le animé mostrándole una sonrisa y poniendo mi mano sobre su hombro.
"Exacto, no lo podía haber dicho mejor." Me apoyó Kaito.
"P-Pero..." Se intentó quejar el chico.
"Ya te lo he dicho antes, confiamos en ti pero no estás solo, si nos equivocamos lo hacemos todos." Dije dandole un pequeño toque amistoso en el hombro.
"S-Supongo que tienes razón." Dijo sonrojándose.
"¡Shuichi puedo ver que hay algo que te carcome la cabeza!" Exclamó Kaito de repente. "¡No puedes esconder tus emociones a tu compinche!"
"¿Algo que me carcome la cabeza?" Preguntó confundido el chico.
"¡No me puedes engañar!" Gritó decidido. "Siempre dudas de tus habilidades, ¿por qué?"
"...."
"...."
"E-Es por lo de Kaede..." Habló finalmente.
"No puede ser sólo eso." Dije de repente. "Antes de conocer a Kaede eras bastante inseguro, tiene que haber algo más que te preocupe."
"¡Puedes contárnoslo!" Exclamó con una sonrisa Kaito. "Somos tus amigos después de todo, estamos aquí para apoyarte."
"Kaito...., (T/N)...." Shuichi se veía consternado. "Hay una cosa que solo le conté a Kaede..."
Kaito y yo le hicimos un gesto a Suichi para que continuara contándonos, así que prosiguió.
"Es sobre como me nombraron el Ultimate Detective." Shuichi hizo una pausa para respirar hondo antes de continuar. "Mi tío es detective así que de pequeño siempre lo ayudaba con pequeños casos sin importancia, pero un día resolví de pura casualidad un caso de asesinato. Encontré una pista importante que incriminaba al culpable y éste fue llevado entre rejas."
"¡Eso es impresionante Shuichi!" Exclamó Kaito entusiasmado.
"No creo que haya sido por casualidad, fue gracias a tus habilidades." Le halagué mostrando una sonrisa.
"Todo el mundo me felicitó y halagó, pero luego me contaron que la víctima se merecía todo lo que le había pasado. Llevaba abusando del culpable desde hace años y éste tomó venganza." El tono de Shuichi era de arrepentimiento. "Él solo quería que pararan esos abusos y yo lo lleve a la cárcel, su expresión de odio hacia mí nunca la olvidaré."
"¿Estás de broma?, de ninguna manera la víctima se merecía la muerte, por muchas cosas malas que haya hecho." Replicó Kaito apretando el puño. "Nada te da el derecho de matar a alguien, ese tipo se merecía ir a prisión."
"Estoy de acuerdo con Kaito, tú no hiciste nada malo." Le consolé. "Solo llevaste a un criminal ante la justicia, quién sabe si mataría a otros más tarde."
"¡No te quiero volver a ver deprimido por ese acontecimiento de tu pasado!" Exclamó Kaito enfadado. "¡No puedo ver a mi compinche así!"
Shuichi pareció animarse con nuestra palabras y nos mostró una sonrisa, como si al contarnos esa preocupación de su pasado se hubiera quitado un peso de encima. "Gracias, no dejaré que mi pasado se interponga en mi camino de nuevo."
"¡Ese es mi compinche!" Exclamó orgulloso el astronauta.
Kaito nos envolvió en sus brazos por unos segundos causándonos unas risitas a Shuichi y a mí. Realmente el astronauta sabía como animar el ambiente.
"Por cierto (T/N), te quería preguntar si habías recordado algo sobre tu talento." Dijo Shuichi de repente.
"Me gustaría poder decirte que sí pero no he recordado nada." Dije decepcionada, no creo que tenga uno....
"Rantaro tampoco ha recordado nada, ¿no?" Siguió preguntando.
"No....."
"Ya veo..."
"Bueno, dejemos de hablar de este Killing game y centrémonos en otra cosa." Anunció Kaito sonriente abrazándonos a mí y a Shuichi por el cuello. "Como por ejemplo que haréis una vez salgáis de aquí."
Kaito es demasiado positivo...., está seguro de que saldremos de aquí. Yo por mi parte tengo mis dudas, pero prefiero no darle muchas vueltas, solo haría que mi ansiedad creciera.
"¿Qué haría al salir de aquí?" Se preguntó a si mismo Shuichi.
"Mmm, supongo que ir al psicólogo....." Dije bromeando para animar el ambiente.
"Mi mejor psicólogo es el espacio." Espetó Kaito con energía. "Una vez salga de aquí iré al espacio."
"Estás muy emocionado Kaito." Rió tímidamente Shuichi.
"Soy un astronauta en entrenamiento, pero nunca he hecho un viaje espacial." Anunció el chico. "Estaba a punto de hacerlo, pero nos trajeron aquí."
"¿Cómo conseguiste ser aprendiz de astronauta tan joven?" Preguntó Shuichi con curiosidad.
"Un amigo me consiguió una plaza para el examen, no estaba permitido pero como lo aprobé me terminaron aceptando como el aprendiz de astronauta más joven." Explicó emocionado.
"¿No necesitas un grado universitario para presentarte al examen?" Preguntó Shuichi atónito.
"Sí, pero como tenía contactos me metieron en la lista para hacer el examen y lo aprobé sin necesidad de ningún grado." Dijo orgulloso el astronauta.
"Vaya, en el fondo eres muy inteligente." Le halagué soltando una risita. "¿Pero eso no es ilegal?"
"Sí, de hecho tuve bastantes problemas con la ley, pero nada me iba a desviar de mi camino." Los ojos del chico brillaban más que nunca. "Todo el mundo me decía que era imposible, pero yo nunca me rendí."
"Veo que eres persistente." Dije soltando una risita.
"Es mi único objetivo, convertirme cuanto antes en un astronauta." Dijo orgulloso. "Y así hacer feliz a mis abuelos."
Vaya, este lado de Kaito no lo había visto, aunque supongo que me lo esperaba después de todo Kaito siempre intenta contentar a todos.
"Eso está genial Kaito." Se sorprendió Shuichi. "¿Tú que harás (T/N)?"
La pregunta de Shuichi me dejó pensativa, si logro salir de aquí y volver al mundo real, ¿qué haría después de haber vivido algo tan sobrenatural e imposible como haber entrado a tu videojuego favorito?
"N-No lo sé, supongo que volver con mis seres queridos." Dije sin pensar, no sabía como estaba pasando el tiempo en el mundo real.
Kaito se quedó extrañado ante mi respuesta pero Shuichi ya sabía a que me refería, bueno no del todo, lo que él no sabía es que esos seres queridos no estaban en este mundo.
"¿Y tú Shuichi?" Preguntó Kaito entusiasmado.
"Y-Yo intentaré convertirme en un buen detective, empezando por ti, (T/N)." Shuichi me lanzó una mirada decidida. "Te ayudaré a encontrar a tu familia."
"Gracias Shuichi, serás el mejor detective." Le dediqué una sincera sonrisa.
"Chicos, siento que me estoy perdiendo algo." Dijo Kaito rascándose la nuca.
Shuichi y yo soltamos una risita y cambiamos rápidamente de tema. Varias horas pasaron y las conversaciones fluían de manera natural, estar con Shuichi y Kaito me sentaba de maravilla, realmente podía olvidar cualquier atrocidad pasada.
De repente mientras reíamos por los comentarios graciosos de Kaito, Tsumugi vino corriendo hacía nosotros agitada.
"Chicos, ¿no os habéis enterado?" Preguntó mientras recobraba el aliento.
"¿Enterarnos de qué?" Pregunté confusa.
"Hemos encontrado otra linterna mientras preparábamos la casa del terror." Anunció la chica. "¡Vamos!, todos nos esperan en el gimnasio."
Shuichi, Kaito y yo nos miramos nerviosos, otra linterna significaría que ellos recordarían una memoria falsa de su pasado, algo que no podía ser bueno. Además sabía que a mí me hacían daño los flashbacks, ya que la ultima vez me desmayé.
Sin rechistar nos dirigimos nerviosos hacia el gimnasio donde ya estaban todos ansiosos por encender la linterna.
"¡Por fin, llevamos esperando horas!" Exclamó Miu claramente exagerando la situación. "¡Sois más lentos que una orgía de caracoles!"
"¡No exageres Miu!" Le reprendí.
"Creo que fue mi culpa, hice que avanzara el tiempo más lento para Miu." Dijo la maga con un dedo en sus labios.
"¡La magia de Himiko no tiene límites!" Exclamó Tenko.
"Creo que debemos proceder a encender la linterna." Anunció Kiyo.
"Estoy de acuerdo." Añadió Rantaro, el cual sujetaba la peculiar linterna.
Una vez la encendió, una luz blanca me agitó todo el cuerpo, luego todo se quedó negro.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro