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Capítulo 19


Cuando llegamos al comedor, Ryoma y Kirumi estaban teniendo una fluida conversación.

Wow, quien diría que Kirumi y Ryoma se llevarían tan bien, parecen bastante entretenidos, casi me siento mal por interrumpir.

Ambos se giraron hacia nosotros en cuanto notaron nuestra presencia.

"(T/N), Rantaro, ¿Os preparo algo para comer?" Se ofreció rapidamente Kirumi.

"No gracias Kirumi, no quiero interrumpirte, me haré algo rápido."

"(T/N) insisto, ¿Deseas algo en especial?"

No pude negarme, Kirumi estaba decidida a preparar algo para nosotros. Mientras ella preparaba algo de comida Rantaro y yo mantuvimos una conversación trivial con Ryoma, ellos dos parecían llevarse bien también.

Finalmente disfruté del manjar de Kirumi, como era de esperar, mientras los cuatro charlábamos animadamente sobre nuestros intereses. Estábamos tan concentrados en la conversación que ni vimos a Tenko entrar al comedor, la cual iba a buscar una botella de agua. Sin quererlo escuchó parte de la conversación, justo cuando yo hablaba animadamente de cuánto me gustaba el volleyball.

"¿Haces volleyball, (T/N)?" Preguntó exaltada.

Todos no giramos hacia ella, dándonos cuenta de su presencia por primera vez.

"S-Sí." Contesté sorprendida de no haber notado su presencia antes.

"¡Entonces tienes que ver esto!" Exclamó Tenko mientras se acercaba para agarrarme de la muñeca. "¡Acompáñame!"

"E-espera." Dije mientras la chica me levantaba del asiento y me arrastraba hacia la puerta, por suerte ya había terminado de comer.

Le lancé a Rantaro una mirada de socorro, pero me la respondió con una sonrisa que ponía pásatelo bien. Maldito, esta me las pagará.

Tenko no me quería soltar la muñeca, como si me fuera a escapar si lo hiciera. Finalmente llegamos al gimnasio, donde se encontraban Angie y Himiko sentadas en el escenario hablando.

"¿Qué es eso que me quieres enseñar, Tenko?" Pregunté confundida.

"Espera y verás." En ese momento la chica se dirigió a un gran armario que había al fondo del gimnasio, yo por mi parte me acerqué a las dos chicas que estaban charlando.

"Hey chicas."

"¡(T/N)! ¡Qué divino que estés aquí!" Exclamó Angie. "Le estaba contando a Himiko todo lo que se sabe sobre Atua."

Vaya....Atua otra vez, pero a pesar de eso Angie no es mala persona.

"Qué bien, ¿Himiko estás interesada en Atua?" Pregunté curiosa.

"No del todo, solo quiero comprender el tipo de magia que tiene, eso me ayudará a aumentar mi conocimiento." Respondió la pequeña.

Bueno al menos está interesada en algo, desde que nos trajeron aquí Himiko no ha tenido ganas de casi nada.

En ese momento se oyó un grito que retumbó por todo el gimnasio.

"HAIYAAAAA." Tenko había lanzado una pelota de voleyball con todas sus fuerzas, casi golpeando a Himiko.

"¡Oye Tenko ten más cuidado!" Le reprochó enfadada Himiko.

"Atua te ha salvado del golpe." Enunció Angie con serenidad.

Ay madre....., no pude evitar soltar una risita ante toda la situación. Luego me acerqué al lugar donde había acabado la pelota para cogerla.

"¿Himiko te has hecho daño, quieres que te cuide?" Preguntó alterada Tenko. "Lo siento mucho, no sabía que tenía tanta fuerza, mi Neo-Aikido ha dado sus frutos."

"Estoy bien, no necesito que me cuides." Dijo Himiko enfadada.

"Tenko ¿Está pelota estaba en el armario?" Interrumpí la conversación acercándome de nuevo a ellas.

"¡Sí! ¡Hay de todos los deportes!" Exclamó emocionada. "Antes lo estaba investigando y vi esa pelota, me entró sed así que fui al comedor y te escuché hablando sobre eso...."

"¿Has jugado antes?" Le dije mientras levantaba la pelota.

"¡Varias veces!" Afirmó la chica.

"¿Quieres dar unos toques conmigo?" Pregunté ilusionada.

"¡No me lo tengo que pensar dos veces!" Respondió. "Estoy harta de no moverme."

En ese momento nos colocamos en el centro del gimnasio y comenzamos a dar toques con el balón, a pesar de que Tenko solo había jugado varias veces, era bastante buena.

Hacía tanto tiempo que no movía mi cuerpo así, casi no recordaba el último entreno que tuve y ni hablemos del partido que tenía, no sabía si ya había tenido lugar o no, no sabía como estaba pasando el tiempo en la vida real.

Pasaron las horas, pero Tenko y yo no nos cansábamos, reíamos a carcajadas cuando alguna de nosotras fallaba y tenía que ir a buscar la pelota. Me sentí muy unida a Tenko en ese momento y agradecida por el detalle de haberme hecho recordar un hobby que amaba.

"(T/N), ¿no serás la Ultimate Voleyball player?" Me preguntó Tenko entre risitas. "¡Eres buenísima!

"Gracias, pero había mucha gente mejor que yo en el equipo." Respondí divertida. "Aunque no sería un mal Ultimate."

"¡Desde luego te va como anillo al dedo!" Exclamó la chica.

"¡Tenko!" Gritó Angie desde la puerta, al parecer ya se iban. "Himiko y yo vamos yendo a su habitación."

"¡Okay, os pillo enseguida." Le respondió ella.

"¿Fiesta de pijamas?" Pregunté soltando una risita mientras guardaba la pelota en el armario.

"¡Sí!" Exclamó entusiasmada. "Himiko, Angie y yo propusimos quedarnos hasta tarde hoy, para recordar los viejos tiempos con nuestros amigos."

"Es una gran idea Tenko, así os podéis distraer un poco de todo esto."

"¿Por qué no te unes?" Me ofreció. "Estoy segura que a las demás no les importa."

"N-no sé...."

"¡Vamos será divertido, no estaremos mucho!" Me animó la chica. "Después de todo estuviste con nosotras en la piscina también."

Luego de pensarlo bien decidí que no me iba a hacer daño pasar algo de tiempo con ellas, después del evento de la piscina cree un pequeño vínculo con ellas.

"Está bien."

"¡YAY!" Tenko parecía bastante feliz.

Una vez recogimos todo nos encaminamos a la habitación de Himiko, ya estaba anocheciendo.

"Oye, ¿puedo preguntarte algo?" Tenko me sorprendió con su pregunta.

"S-Sí, dime."

"¿Crees que Himiko me odia?"

Su pregunta me pilló desprevenida, ¿Como se supone que debo contestar a eso?

"¿Por qué crees que te odia?" Decidí contestar con otra pregunta.

"Siempre intento volverme más cercana a ella, pero me rechaza, sé que es de las personas que le cuesta expresar sus sentimientos pero..." Hizo una pausa antes de continuar. "Incluso con Angie se lleva mejor."

¿Esos son celos?

"Quizá la estes presionando demasiado, quizá debas ir más lento con ella." Respondí no muy segura de si era lo correcto. "Deberías hablar con ella de cómo te sientes y de que quieres ser su amiga pero no sabes cómo, quizá hablándolo descubras por qué Himiko a veces está incomoda."

"¿H-hablarlo con ella?" Tenko se sonrojó.

"Si no quieres no hac-" No pude terminar mi frase.

"¡No! ¡Tienes razón!" Exclamó de repente decidida. "¡Nada se soluciona sin hablar las cosas!"

Yo le dediqué una sonrisa. "No se si dije lo correcto pero espero que te sirva."

"¡Sí que me sirve!" Dijo mientras agarraba mi mano con sus dos manos y me miraba fijamente. "¡Gracias (T/N), das los mejores consejos!"

"Solo te he dado uno...." Dije entre risas.

"¡No importa, me has ayudado a decidirme, hablaré con Himiko seriamente!"

Me alegro de haberla ayudado, la verdad que le estaba empezando a coger cariño a Tenko.

Justo después de terminar nuestra charla ya habíamos llegado a la habitación de Himiko.

Himiko estaba acostaba en su cama, dejando entrever solo su cabeza, Angie estaba sentada al lado con pose de meditación.

"¡Chicas, he traído a (T/N)!" Anunció Tenko.

Angie al fin abrió los ojos. "(T/N), qué bien que te hayas unido a nosotras."

"Espero que no os moleste." Dije sonrojándome.

"Nyeh.... no molestas, solo no habléis muy alto." Contestó Himiko con un bostezo.

"¿Qué estás haciendo Angie?" Le preguntó Tenko mientras se sentaba en la cama, yo imité sus movimientos y también me senté.

"Estoy rezándole a Atua." Respondió la chica. "Todas las noches Atua nos cuida de cualquier peligro hasta que amanece."

"¡Menudo vago el Atua! ¡Ya podría cuidarnos todo el día!" Exclamó Tenko contrariada.

No pude evitar soltar una risita.

"Atua nos protege todo el día, pero se centra en la noche que es cuando las malas criaturas salen." Explicó la chica.

"Atua no tiene nada que hacer ante mi magia." Replicó Himiko. "Si mi master estuviera aquí, Atua se asustaría."

"¿Tienes un master Himiko?" Pregunté curiosa.

"Sí, es el que me ha enseñado a hacer magia."

"¿Te refieres a los trucos de magia?" Le corregí.

"¡No! ¡Es magia, él hace magia y me la enseñó para que yo la pudiera hacer también!" Respondió enfadada.

"¡Eso (T/N), es magia!" Me reprochó Tenko.

"Cierto, cierto, magia." Me disculpé.

"¿Como conociste a tu master, Himiko?" Tenía curiosidad por saber más sobre ella.

"Nyeh....un día mis padres me llevaron a un show de magia, y mi master era el mago principal." Comenzó a explicar.

"¡La pequeña Himiko descubriendo su pasión!" Gritó Tenko emocionada.

"Entonces decidí que yo también quería hacer magia, mi madre habló con el mago y se ofreció a enseñarme la magia más profunda que existe." Siguió explicando. "En ese entonces se convirtió en mi master."

"¡Qué historia tan divina, Himiko." Le halagó Angie.

"Veo que te enseñó bien, debe ser un buen mago." Añadí.

"Mi master hace todo tipo de magia, desde leer mentes hasta teletransportación."

"¡Eso es genial, Himiko!" Exclamó Tenko. "¡Yo también tengo un master!

"¿Cómo conociste tú al tuyo, Tenko?" Pregunté a la chica.

"Pues... yo de pequeña tenía problemas de ira, me solía exaltar muy rápido." Explicó. "Mis padres preocupados por mí, me llevaron a un templo para liberar mi ira y ahí conocí al sacerdote del templo que se convertiría en mi master."

"Nyeh...¿un sacerdote?" Himiko no para de bostezar.

"Wow, ¿problemas de ira?" Pregunté atónita, si que Tenko es un poco hiperactiva pero ¿ataques te ira?

"¡Sí pero entre el master y yo, logramos crear una nueva forma de Aikido, el Neo-Aikido!" Exclamó entusiasmada. "¡Así es como conseguí controlar mi ira, la libero en el Neo-Aikido!"

"Eso es genial, a mí me pasa algo parecido con el volleyball, libero todo el estrés." Añadí.

"En mi isla liberamos el estrés meditando." Comentó Angie. "Atua nos trae paz mientras meditamos."

"Yo la controlo con mi magia." Proclamó Himiko.

Estuvimos varias horas hablando de temas triviales mientras nos echábamos de vez en cuando algunas risas.  Cuando se empezó a hacer tarde cada una se dirigió a sus respectivos dormitorios. Antes de entrar al mío vi como Kaito y Suichi venían sudando y jadeando, probablemente hayan comenzado el entrenamiento juntos, me alegra que se hayan vuelto tan cercanos.

"¡Vaya día!" Exclamé en voz alta mientras me lanzaba sobre mi cama. "¡Ha sido un día genial!"

Recordar mi charla con Rantaro, Ryoma y Kirumi, luego el entreno durante horas con Tenko, y acabar el día teniendo una charla de chicas por la noche, me hace sentir feliz, como si realmente encajara en este mundo. Ojalá los hubiera conocido a todos en otras circunstancias....

Al día siguiente, me dirigí al comedor inmediatamente después del anuncio de Monokuma. Por el camino me encontré a Suichi.

"Buenos días, Shuichi." Lo saludé mientras me acomodaba a su paso.

"Buenos días, (T/N)." Me respondió con una sonrisa. "Te veo feliz, ¿pasó algo ayer?"

Vaya... si que es el Ultimate detective.

"¡Si!, Himiko, Angie, Tenko y yo tuvimos una especie de fiesta de pijamas por la noche." Le expliqué.

"Oh, por eso os vi salir del cuarto de Himiko." Reflexionó el chico.

"¿Ustedes estaban ejercitándose? Os vi bastante cansados y sudando."

"Si, Kaito insistió en hacer flexiones para entrenar la fortaleza." Explicó mientras soltaba unas risas. "Quiere entrenar conmigo todos los días, está muy decidido."

"Os vendrá bien, el ejercicio limpia la mente de cualquier estrés que te rodee." Dije mientras señalaba mi cabeza.

"Tienes razón." Respondió él.

En ese momento Miu nos cortó la conversación y se unió a nosotros.

"Hey, Poo-ichi y chica-rata, tengo algo importante que deciros."

¿Rata? Menuda manera de saludar, juro que Miu era una de mis favoritas cuando jugaba el juego pero ahora.....

"¿Qué quieres Miu?" Respondió Shuichi con un tono cansado.

"¿Habéis oído hablar de los back items del casino?" Preguntó con tono de superioridad.

"¿Back items?" Pregunté extrañada.

"¿Qué es eso Miu?" Preguntó curioso el detective.

"¡Si queréis saber más, arrodillaos ante mi, gusanos!" Exclamó señalando el suelo.

"Miu eso no va a pasar..." Dije molesta.

"¿De dónde viene todo esto Miu?" Shuichi parecía harto.

"La última vez cuando Kaede y tú os arrodillasteis ante mí se sintió tan bien." Explicó entusiasmada. "¡Así que arrodillaos si queréis saber más!"

"Vámonos Shuichi." Le dije mientras le agarraba de la muñeca.

"¡Esperad!" Gritó la chica mientras nos alcanzaba de nuevo temblando. "Esperad, no t-tenéis que arrodillaros solo escuchadme...."

"De acuerdo Miu, te escucháremos." La tranquilizó Shuichi.

"Si tienes un objeto concreto puedes jugar ciertos juegos del casino." Explicó la chica tímidamente mientras sudaba. "S-si lo haces bien puedes ganar un montón de fortuna."

La expresión de Shuichi indicaba que no le daba buena espina eso de apostar en el casino.

"¿Es ese objeto esta medalla?" Preguntó sacando una medalla de su bolsillo.

"¿¡¿Qué cojones?!?" Se sorprendió la chica. "¡¡Has descubierto algo que ni yo, la chica más inteligente y guapa del universo, pudo encontrar."

"¿Era necesario tanto piropo?" Intenté molestarla.

"¡¡Para ti no, obviamente no habrás recibido un piropo en tu vida con esa cara de rata!!"

Será.., estuve apunto de responderle cuando Shuichi se me adelantó.

"¿Para qué nos cuentas esto Miu?"

"Sabía que tendrías la medalla, ¡Soy tan genial!" Dijo soltando una carcajada. "Traed vuestros culos al casino después de desayunar y no te olvides la medalla Poo-ichi."

Dicho esto aceleró el paso y desapareció de nuestra vista. ¿Por qué tiene que ser tan irrespetuosa? Me saca de quicio.

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